Brisbane es la capital de Queensland, la zona de la costa noreste de Australia. Es una ciudad bastante agradable y no tan aburrida como nos habían contado. Encontramos aquí un ambiente bastante animado y muchos rincones bonitos. Te contamos nuestra experiencia en Brisbane, nuestra entrada a Queensland.
Ya casi era medianoche cuando llegamos a Brisbane, la ciudad más importante de Queensland, la región que ocupa el noreste de Australia. Queensland se llama Sunshine State gracias al mucho sol que hace en esta parte del país. Ahora es primavera, la mejor época para estar aquí, las temperaturas son muy agradables y también nos salvaremos de los diluvios del verano que muchas veces inundan todo. Sin reserva de alojamiento y sin tener ganas de pagar el precio salvaje del taxi para ir al centro (a esta hora ya no había transporte público), no nos quedó otra opción que dormir en el aeropuerto. Al final dormimos relativamente bien y por la mañana tomamos el tren para ir al hostal. Alojamos en el barrio chino de la ciudad.
Explorando los rincones bonitos de Brisbane
El centro de Brisbane es como las otras ciudades grandes de Australia, calles muy limpias, rascacielos, pero sin el encanto de Sydney o Melbourne. Igualmente nos pareció una ciudad agradable con el río que la corta en dos. Paseamos por el jardín botánico y luego cruzamos el río por un puente peatonal para llegar a Southbank.
Aquí en la orilla hay muchos parques verdes para relajarse en el césped y hasta hay una playa artificial con una piscina y arena a su lado. Mientras Rachele descansaba, Gábor subió a la parte alta de la ciudad que se llama Kangaroo Point de donde había buenas vistas de la ciudad con el río.
Por la tarde fuimos a comer un buen pollo en un Nando’s, un sitio que nos encantó en Londres con su pollo hecho con una salsa muy rica y luego pasamos la tarde relajándonos en el hostal.
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Por la mañana tomamos un bus para ir a las afueras de Brisbane donde recogimos nuestro camper número tres de este viaje. Esta vez elegimos Wicked, la compañía más cutre de Australia que te da campers bastante viejos y sucios, pero con cualquier otra compañía nos habría salido el doble de caro. Así que nos arriesgamos y esperamos que Doggy, nuestra nueva casa no nos traicione durante las próximas dos semanas. Para daros alguna idea de Wicked, después de haber recogido a Doggy fuimos al súper para hacer la compra y nos pusimos en el parking a limpiar la furgoneta que tenía hasta tierra dentro de los cajones.Ya os contaremos cómo va.
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