El reino de los Tigres

Uno de los lugares más importantes que ver en los alrededores de Chiang Mai, es el bellísimo templo de Wat Phra That Doi Suthep, uno de los templos más bonitos que ver en Tailandia, que queda unos 16 km fuera de la ciudad. Vimos muchas fotos y decidimos que merecía la pena verlo. Alquilamos una moto y subimos la montaña donde se encuentra el templo. La carretera es bastante ancha y bien asfaltada con lo cual no hay ningún problema en recorrerla. En el largo recorrido de escalones que separa el aparcamiento del templo se puede comprar de todo, comida, recuerdos, artefactos, se puede donar dinero para la construcción de unas cuantas escuelas y hasta tomarse fotos con unas niñas en traje típico. Quizás todo esto estaba allí porque era sábado y todo el mundo va al templo o quizás hay todos los días; esto no lo sabremos.

El templo es enorme, más que uno es, un conjunto de templos alrededor de una enorme estupa central dorada. Había muchísima gente, algunos rezando, otros turistas cada uno portándose con respecto a la religión.
Desde los alrededores del templo se disfruta de una vista de toda la ciudad de Chiang Mai.
Después de visitar el templo nos dirigimos a otra atracción turística que se encuentra en los alrededores de la ciudad: fuimos al Tiger Kingdom. El Tiger Kingdom como dice el nombre es el reino de los tigres. Es como una especie de zoo donde solo hay tigres pero a diferencia de un zoo normal aquí se puede estar con ellos, acariciarlos, tocarles la barriga y hasta tumbarse con ellos. todo bajo la supervisión de un miembro del personal.

Hay tres tipos de tamaño de tigres, pequeños, medianos y grandes, hay que escoger con cual quieres estar. No sabemos por qué, pero para estar con los pequeños hay que pagar más dinero que con los grandes. Nosotros decidimos ir con los grandes, si no pa’ que vamos?!! Antes de entrar hay que firmar un papel en el cual en caso de que pase algo te tomas la responsabilidad, bueno esto da un poco de yuyu. pero ellos lo hacen para quitarse cualquier problema de encima, total si va a pasar algo, en dos segundo van a cerrar el sitio así que hay que confiar.

Conocimos a nuestro supervisor y entramos en la jaula. Había tres tigres, uno de ellos (una mujer )estaba un poco nervioso porque fuera de la jaula había un niño y claramente al ser pequeño ella lo consideraba como una cosa para cazar. Al principio sobre todo Rachele tenía un poco de miedo de acercarse al tigre pero poco a poco se acostumbró. Había dos varones y una mujer estuvimos con los tres. Fue una sensación rara porque sabes perfectamente que son animales salvajes y peligrosos y parecía increíble que se dejaran tocar de esta forma. Cuando estábamos tumbados encima de uno se le podía oír respirar y tu cuerpo se movía al ritmo de su respiración. Tienen un pelo muy corto que parece acariciar una manta de seda ya que no pica ni es suave. Encima te dicen que no están sedados que están simplemente acostumbrados a las personas.

REFLEXIÓN

Este post habla de una experiencia nuestra en el 2012. Como novatos en este tipo de experiencias, como el de contacto con animales salvajes, nosotros también caímos en la tentación de participar en esta actividad que hoy no volveríamos a hacer. No, ni siquiera aquel entonces, éramos personas que estábamos a favor de cualquier maltrato de los animales, pero en aquella época igual teníamos todavía menos sensibilidad y conciencia en estos temas. Hoy, por supuesto que no volveríamos entrar en este lugar, si todavía siguen haciendo estas visitas que desconocemos. Igualmente, este post es parte de nuestro diario de vuelta al mundo y tampoco tenemos intención de borrarlo, creemos que añadiendo este párrafo es suficiente para explicar que no estamos de acuerdo para nada con este tipo de visitas y no la recomendamos a nadie.