Los templos de Bagan, sin duda, son el principal monumento que ver en Myanmar. Un conjunto de más de 4000 templos, un lugar singular en el mundo. Aquí te contamos cómo fueron nuestros días maravillosos en Bagan.
Viaje a Bagan
Nuestras aventuras en Bagan empezaron como ya en tantos sitios en Myanmar, a las 3 de la mañana en lugar de las 6 ya que el bus llegó a Nyaung U (la ciudad pequeña que se encuentra cerca de los templos de Bagan) con un “poco” de antelación, cosa realmente ridícula. Claramente no teníamos ninguna intención de buscar alojamiento para esta misma noche, así nos tocó esperar en la estación de buses. Por suerte conocimos a Gyöngyvér y Zoltán, una pareja húngara muy maja y entre charlas y risas la noche se pasó más rápidamente. Fuimos juntos al mismo alojamiento y pasamos estos días en Bagan compartiendo muchos momentos con ellos. Durante el día de la llegada no hicimos gran cosa a parte de intentar recuperar el sueño de la noche anterior, solo salimos a comer y comprar un pollo a l’ast para la cena. Los próximos tres días, los hemos dedicado a la visita de los templos.
Qué hacer en Bagan – Día 1.
Decidimos recorrer los templos a nuestro aire y aún sabiendo que algunas calles son de arena y hay que bajar de la bici, alquilamos una cada uno. Nos levantamos descansados y empezamos a recorrer los templos. Hacía calor pero no tanto como esperábamos, así no nos pesaba mucho pedalear. Paramos en varios templos, aquí vamos a nombrar aquellos que nos quedaron por algo en la memoria.
Visitamos el templo Gubyauknge que estaba cerrado y no había nadie, ya estábamos a punto de marchar cuando apareció una señora con su nena y nos preguntó si queríamos ver el templo por dentro. A la nena súper mona le regalamos una pulserita y luego la señora nos abrió el templo que estaba decorado con bonitas pinturas y esculturas por dentro y nos los enseñaba con su linterna.
Después de ver varias pagodas pequeñas, encontramos los templos de Buledi, de los cuales a uno se podía subir encima por las escaleras. De aquí por primera vez vimos lo que realmente nos impresionó de este lugar, cientos de pagodas grandes y pequeñas mires donde mires (en total hay 4300), algunas cerca, otras se ven lejos en el horizonte. A parte de lo espectacular que es ver los miles de templos desde lo alto, nos sirvió también para orientamos un poco y elegir los siguientes templos que íbamos a visitar.
Nos dirigimos hacia la pagoda Sulamani que es un templo muy bonito tanto desde fuera con sus jardines que por dentro con muchas pinturas originales. Éste fue el templo favorito de Rachele.
Seguimos hacía el templo Dhammayangyi que es el más grande de todos los templos y tiene forma de pirámide, mientras dentro se parece más a una fortaleza que a un templo.
Acabamos el primer giro con los templos North Guni y South Guni. Aquí subiendo a la estupa de North Guni encontramos unos niños monjes que luego subieron a South Guni y se pusieron para que les hiciéramos fotos, eran muy monos y simpáticos y nos hablábamos gritando de un templo al otro, muy divertido!!
Por la tarde con un poco menos de calor fuimos a ver la puesta del sol a la pagoda Pyathada. Nos costó un poco llegar porque aquí encontramos mucha arena en la ruta y varias veces había que bajar de la bici. No fue muy clara la vista, pero igualmente nos gustó ver cómo el solo bajaba detrás de muchísimos templos pequeñitos que se veían en el horizonte.
Como nos quedamos allí un buen rato disfrutar de la tranquilidad del sitio, se nos cayó la noche encima, así que pedaleamos por las carreteras polvorientas con nuestra luz de cabeza como única fuente de luz hasta encontrar la carretera asfaltada, toda una aventura!
Qué hacer en Bagan – Día 2.
Con Zoli y Gyöngyvér recorrimos los templos de Old Bagan. Aquí se encuentran los templos más famosos y más decorados desde fuera. Fuimos a la pagoda Ananda y la recorrimos por dentro y fuera también. El templo está en obras, nos hizo gracia ver los obreros todos trabajando descalzos; medidas de seguridad cero. Dentro del templo se encuentran cuatro Budas altos dorados.
Seguimos con el templo de Shwesandaw Paya a que se puede subir por unas escaleras bien empinadas y de aquí de un lado se ven bien los templos grandes de Old Bagan y de otro lado también se ven muchos templos pequeños en sus alrededores. Visitamos también los templo Thatbymnyu y Gawdaw Palin que son bonitos desde fuera, pero nada especial por dentro, mientras el templo Shwegugyi tenía pinturas muy bonitas en sus pasillos oscuros.
Para tomar una pausa fuimos a relajarnos con una buena comida en el restaurante Fuji a que hemos vuelto varias veces y luego vino una corta visita al mercado para comprar frutas. Volvimos a salir por la tarde para ver la puesta del sol desde el Shwesandaw Paya. Es el lugar favorito de los turistas, así que fuimos pronto para coger buen sitio. Esta vez sí que asistimos a una puesta del sol muy bonita, nos encantó el reflejo del sol en el río que se ve en el fondo de los templos.
Qué hacer en Bagan – Día 3.
Nos gustó tanto la puesta del sol que decidimos volver aquí la mañana siguiente para ver el amanecer. Nos hizo reír que el hombre de 80 años (o por lo menos aparentaba) que te alquilaba las bicis en el hostal, a las 5 de la mañana, ya tan temprano, estaba de pie para que no se te ocurriera no pagar por las bicis, qué ridículo! Llegar a la pagoda fue una aventura, era muy pronto, aún de noche y nos pasó de todo. Rachele salió sin la cámara de foto y Gábor tuvo que volver al hostal a recuperarla, luego a Gábor se le rompió un pedal de la bici.
Primero intentamos volver a ponerlo con Zoli, pero luego siempre volvió a caerse, así que el último tramo, Gábor lo hizo corriendo al lado de la bici. Sin embargo, venir a ver el amanecer valió mucho la pena. Es una sensación increíble ver como la luz empieza a iluminar los templos que aparecen poco a poco en la vista. Y el momento más bonito fue cuando varios globos se levantaron en el lejano horizonte y se podían ver el sol, los miles de templos y los globos. Es una vista que se quedará en nuestra retina para mucho tiempo!
Volvimos al hostal a desayunar, en el camino Zoli e Gyöngyvér se encargaron de la bicicleta de Gábor y luego fuimos a visitar el museo de Thanaka que se encuentra en Nyuang U y donde te explican todos los usos y efectos que tiene este maquillaje tan apreciado en Myanmar. Rachele por supuesto no pudo evitar a ponerse un poco de thanaka en la cara.
Por último, después de comer fuimos a ver la estupa dorada de la Shwezigon Paya, bonita pero estamos un poco saturados de estupas doradas.
Volvimos a coger las bicis para volver al templo de Buledi donde subimos arriba en su lado de sombra y nos quedamos allí una hora disfrutando de la vista increíble de los miles de templos y la tranquilidad que te transmiten. Estábamos completamente solos, así nos pudimos relajar y contemplar esta maravilla, la obra de un rey un poco loco!
Bagan sin duda fue el lugar que más nos tocó en Myanmar, fue una bonita despedida de este país muy interesante antes de volver a Yangón y coger el vuelo de vuelta para Bangkok. También lo pasamos muy bien en la compañía de Zoli y Gyöngyvér, ha sido bonito compartir estos días con ellos!
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