Acabamos de volver de un viaje por Sri Lanka con nuestro peque y no podemos dejar de pensar en lo bien que lo hemos pasado. Siempre habíamos querido visitar este país por sus maravillosos templos budistas, sus paisajes y sus safaris espectaculares, pero descubrirlo en familia nos ha dejado alucinados. Hemos viajado mucho por Asia en pareja, pero esta vez, con nuestro hijo, nos sorprendió la increíble amabilidad de los esrilanqueses con los niños: siempre con una sonrisa y dispuestos a hacer que se sientan como pequeños exploradores VIP.
¿Y qué decir de los planes? Aquí los trayectos en tren parecen sacados de una película, los elefantes aparecen cuando menos te lo esperas y, entre templos centenarios y playas paradisíacas, hay mil formas de mantener a los pequeños entretenidos. Así que, en lugar de la típica lista de «X cosas que ver», hemos preparado un recopilatorio con los mejores planes para hacer en Sri Lanka con niños: desde aventuras en la selva hasta experiencias culturales que sorprenden incluso a los adultos. No importa si tu peque es un explorador nato, un amante de los animales o un arquitecto de castillos de arena, aquí hay ideas para que el viaje sea tan inolvidable para ellos como para ti.
¿Listos para descubrir Sri Lanka en familia? Api yamu! – o lo que es lo mismo en cingalés, ¡vámonos!
Qué hacer en Sri Lanka con niños – 30 planes para un viaje inolvidable
✨ Aventuras en la naturaleza
1. Montar un jeep para hacer un safari en Hurulu Ecopark (u otro parque natural que es habitat de elefantes) y competir a ver quién es el primero en encontrar un elefante. Puntos extra si es un bebé elefante.
2. Saltar de piedra en piedra en las cascadas de Ramboda y terminar en una piscina natural con el agua más refrescante del viaje.
3. Explorar el Parque Nacional Wilpattu (o Yala) en busca de leopardos y osos perezosos, como auténticos exploradores de National Geographic.
4. Liberar una tortuga bebé en la Sea Turtle Farm de Koggala y elegirle el nombre más original posible. Luego llega el momento más emocionante: ver cómo empieza su primera gran aventura deslizándose hacia el mar.
5. Escalar la Roca Pidurangala al atardecer y ver cómo la Roca del León se convierte en una sombra gigante recortada contra el horizonte. Una de esas imágenes que nunca olvidarás.
6. Estar atento por si un elefante decide cruzar la carretera, porque aquí puede pasar en cualquier momento. A veces te los encuentras tranquilos al borde del camino, otras parecen auténticos reyes deteniendo el tráfico mientras avanzan con calma.
7. Subir a Little Adam’s Peak en Ella y quedarse sin palabras con las vistas. Y para darle un extra de adrenalina al momento, lanzarse por la tirolina que cruza el valle y siente la emoción de volar sobre el paisaje montañoso.
8. Vivir la emoción de ver ballenas y delfines en una excursión de barco en Mirissa, contando cuántas aletas aparecen en el agua.
9. Abrir bien los ojos en cada rincón de Sri Lanka porque aquí la fauna es una sorpresa constante. Más allá de los famosos elefantes y leopardos, muchos animales aparecen cuando menos lo esperas. Desde monos juguetones en los templos y varanos deslizándose entre los ríos, hasta pavos reales que cruzan la carretera.
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🏰 Exploradores de historia y cultura
10. Quedarse sin palabras ante las enormes estupas de Anuradhapura, que parecen desafiar el cielo con su tamaño imponente. Alrededor, el bullicio de los fieles con sus ofrendas crea una atmósfera vibrante: flores de loto en las manos, inciensos humeando y murmullos de plegarias que envuelven el lugar en una energía especial.
11. Subir a la Roca del León en Sigiriya y contar la historia de los antiguos reyes como si fuera un cuento de dragones y castillos. Desde lo alto, imaginar cómo vigilaban su reino y pensar si tú también pondrías fosos con cocodrilos para proteger tu palacio.
12. Jugar a contar estatuas gigantes de Buda en las cuevas de Dambulla. Algunas parecen mirarte fijamente, otras están escondidas en rincones oscuros… y cuando crees que las has contado todas, aparece otra más en un rincón que no habías visto.
13. Encender inciensos y llevar ofrendas de colores al Buda en los templos sagrados de Anuradhapura o Kandy, siguiendo el ritual local. Entre el aroma de las flores y el humo del incienso, te sentirás parte de las tradiciones locales.
14. Recorrer las ruinas de Polonnaruwa en bicicleta, sintiéndote como Indiana Jones en busca de templos escondidos. Cada curva del camino puede esconder una sorpresa: un buda gigante, una piscina ancestral o un grupo de macacos que parecen guardianes de la historia.
15. Subir la escalera de caracol de la Torre de Ambuluwawa, agarrándote bien fuerte para que el vértigo no te juegue una mala pasada. Mientras avanzas, mirar hacia abajo y sentir cómo la torre parece perderse entre las nubes. Y si llegas hasta arriba sin mirar demasiado el suelo, la vista te hará olvidar el esfuerzo.
16. Visitar el Templo del Diente en Kandy y tratar de descubrir el misterio de la reliquia oculta. Entre los cánticos de los monjes y el sonido de los tambores, preguntarte si de verdad el diente de Buda está ahí dentro o si todo es parte de una leyenda milenaria.
17. Perderse por las calles de Galle y jugar a encontrar los detalles coloniales más curiosos en sus fachadas. Desde ventanas de madera con siglos de historia hasta coches antiguos, encontrarás muchas sorpresas.
18. Subir los 1840 escalones de Mihintale hasta el mirador, esquivando monos traviesos que parecen entrenados para robar snacks. Si no te quitan nada por el camino, disfruta de la vista y celebra la victoria.
19. Buscar el mejor rincón para ver el atardecer sobre el Lago de Kandy, cuando el cielo se tiñe de colores y las luces del templo empiezan a reflejarse en el agua. Otra opción es subir a la colina de Sri Maha Bodhi Viharaya, donde se encuentra una imponente estatua de Buda, y disfrutar de las vistas panorámicas.
20. Regar el árbol bodhi en un templo budista de Anuradhapura, Kandy o cualquier rincón sagrado, siguiendo la tradición local. Aprovecha para pedir un deseo y observa cómo los devotos atan hilos de colores en sus ramas como si estuvieran dejando pequeños mensajes secretos.
21. Sentir el choque entre tradición y modernidad en el Templo Budista Gangaramaya en Colombo, donde estatuas doradas de Buda comparten espacio con rascacielos futuristas. Parece un lugar sacado de dos mundos diferentes, pero aquí todo encaja como si siempre hubiera estado así.
22. Jugar a ver quién encuentra más monjes budistas vestidos de naranja por las calles. A veces aparecen en grupos, otras van en bicicleta o incluso con un móvil en la mano. Y cuando menos te lo esperas, alguno te sonríe y te saluda.
🗺️ Las mejores visitas guiadas y excursiones para tu viaje
Sri Lanka está llena de lugares increíbles, pero algunas experiencias se disfrutan aún más con un guía que te cuente los secretos del país. Aquí te dejamos algunas de las mejores visitas guiadas y excursiones organizadas para aprovechar al máximo tu viaje.
🚂 Experiencias únicas en transporte
23. Recorrer parte del país en un tuk-tuk alquilado y sentirte un auténtico local esquivando buses, vacas y otros tuk-tuks en un caos que, sorprendentemente, funciona a la perfección.
24. Coger el tren panorámico de Ella a Kandy y jugar a ver quién encuentra más cascadas por la ventana. Eso sí, cuidado con esos selfies sacando medio cuerpo por la puerta como si fueras en una película de aventuras… el tren no es un AVE, pero seguro que tampoco quieres comprobar cómo se aterriza desde ahí.
25. Subirte a un barco en la playa de Negombo y sentir la adrenalina cuando «aterriza» casi como un avión en la arena. No hay pista de aterrizaje, pero los marineros tienen un sistema infalible… y más de un pasajero termina con los pies mojados.
26. Vivir la experiencia de un bus local en Sri Lanka, donde la música suena a todo volumen, los colores de los decorados parecen de otro mundo y los conductores van a toda velocidad esquivando tuk-tuks. Y si tienes suerte, hasta puedes ir con la puerta abierta disfrutando de la brisa.
27. Seguir las vías del tren hasta el Puente de los Nueve Arcos en Ella y sentirte en una escena de película mientras esperas el tren. Cuando el silbato resuena entre las montañas, todo el mundo saca la cámara…
📶 Estar siempre conectado
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☕ Gastronomía y experiencias sensoriales
28. Recoger hojas de té en una plantación de Nuwara Eliya y sentirte como un auténtico recolector, aunque seguramente llenes la cesta mucho más despacio que las mujeres que trabajan allí con una destreza increíble.
29. Quedarse embobado frente al escaparate de un restaurante local, viendo cómo los cocineros preparan el kotthu a una velocidad de vértigo. Luego, atreverse con la comida local, aunque a veces pique más de lo esperado. En cualquier caso, un roti de chocolate y banana en un puesto callejero como postre siempre levanta el ánimo.
30. Perderse en el caos vibrante del barrio de Pettah en Colombo, donde cada esquina es una explosión de colores, olores y sabores. Entre montañas de especias, calles abarrotadas de gente y tiendas con de todo, el reto es encontrar el souvenir más curioso (y regatear como un profesional).
Sri Lanka con niños es una caja de sorpresas: un día estás buscando elefantes en la selva y al siguiente explorando templos dorados o subiendo en tuk-tuk por carreteras imposibles. Este país lo tiene todo para un viaje en familia sin un segundo de aburrimiento. Ojalá esta guía te haya dado ideas para llenar de aventuras cada día y hacer que tus peques, como el nuestro, descubran una cultura nueva sin darse cuenta, entre risas, cocos frescos y alguna que otra carrera escapando de un mono travieso.
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