El Lago Tonlé Sap es el lago más grande de Camboya. Sin embargo, más allá del paisaje natural, el principal llamativo de esta zona son los pueblos flotantes que se encuentra aquí. Visitar uno de estos pueblos donde la gente ha aprendido convivir con la presencia del agua en su vida es una de las cosas más gratificantes que hacer en Camboya. En este post te contamos nuestra experiencia en Kompong Luong, una de las aldeas flotantes en el Tonlé Sap.
Pursat, la ciudad más cercana de Kompong Luong
Cuando bajas del bus en un lugar y solo hay un tuk-tuk esperando, sabes que estás en un lugar muy poco turístico. En Pursat el único tuk-tukero nos llevó a un hotel barato y bueno, ya que vimos que los guesthouse eran muy cutres. En el hotel no había ni un turista extranjero; fuimos a dar un paseo por los otros guesthouse, y tampoco había.
Lo que nos trajo aquí es Kompong Luong, un pueblo flotante que se encuentra en el lago Tonlé Sap, un pueblo de que habíamos leído que se puede visitar y ver la vida auténtica de sus habitantes y que dependiendo de la temporada (seca o de lluvia) se mueve de unos km. Al final hemos negociado con el mismo conductor de tuk-tuk un buen precio para que nos llevara a Kompng Luong. Mientras estábamos comiendo antes de salir, vimos a un chico llegar al hotel de al lado. Wau, otro guiri en la cuidad, era un chico alemán, no dudamos en ir a hablarle y convencerlo que viniera con nosotros, así compartimos los gastos entre los 3.
Visita al pueblo flotante de Kompong Luong
El pueblo flotante queda a unos 50 km de Pursat así que el viaje en el tuk-tuk fue bastante largo. La carretera que lleva allí es una principal y pasan todos los camiones y buses que van a la capital. Con este tuk-tuk pequeño nos sentíamos como hormiguitas.
En un barco hemos salido para descubrir esta Venecia al estilo camboyano, mejor dicho es una comunidad vietnamita que vive en tierras camboyanas.
Casi no había turistas y hemos podido disfrutar de ver la verdadera vida de la gente. Es impresionante ver cómo vive esta gente en casas de madera súper básicas y pequeñas.
Todo es flotante, casas, escuela, iglesia y tiendas. Los niños van a la escuela en barco ya que no hay otra forma de moverse.
Vimos gente transportar mercancías en sus barcos pequeños, una escuela, una iglesia, un templo budista, muchas tiendas pequeñas de diferentes tipos, incluida la de electrodomésticos, el bus-barco de la escuela, niños bañándose en el agua, jaulas con cerdos que parecían flotar y ante todo gente muy sonriente que te saludaba.
Las casas flotantes no tienen puertas y pasando cerca se puede ver la cocina, las habitaciones. Todo el mundo tiene unas hamacas y vimos muchísima gente relajándose. Cuando nos acercamos a la iglesia una niña cogió su mochileta, saludó a sus amigas y estaba lista para subir con nosotros, se equivocó pensaba que éramos su familia. Cuando se dio cuenta, volvió adentro y llamó a sus amigas, al final todas las niñas vinieron a vernos.
Ha sido una experiencia muy bonita y volvimos a Pursat contentos, con una sonrisa imborrable de la cara.
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