Potosí es otra de las ciudades coloniales importantes de Bolivia. A pesar de ser una bonita ciudad, para la mayoría de los viajeros el principal lugar de interés son las minas de Potosí, uno de los lugares más impactantes que visitar en Bolivia. Potosí se encuentra a 4066 metros sobre el nivel del mar y vive en la sombra del Cerro Rico donde se encuentran estas minas que le dan fama a Potosí. Estas minas en su día estaban llenas de plata, pero hoy en día ya solo contienen zinc. Mineros trabajaron y trabajan aquí entre condiciones insufribles para encontrar su fortuna. Aquí te contamos nuestra experiencia minera.
Visitar las minas de Potosí
Hemos llegado a Sucre un domingo y el domingo los mineros no trabajan, pero igualmente se pueden visitar las minas. Parecía que el día siguiente, el lunes, los mineros habrían bloqueado la carretera que iba a Uyuni y nosotros no habríamos podido salir de la ciudad. Así que hemos visitado las minas de Potosí sin los mineros dentro. Seguramente es mejor visitarlas cuando están los mineros, pero nosotros no teníamos elección.
Visitar las minas ha sido una de las experiencias más impactantes no solo en Potosí sino en todo nuestro viaje por Sudamérica. Hemos estado dentro la mina más o menos dos horas y media, nosotros y Freddy, nuestro guía, nadie más; había un silencio total allí adentro. Hemos visitado al tío (el protector de los mineros), le hemos traído cigarrillos (siempre hay que traerle algún regalo) y hemos seguido nuestra visita.
Al final bajamos al nivel 8 de las minas que se encuentra a 120 metros bajo el pasillo principal, allí abajo hacía bastante calor. Para bajar los niveles se utilizan escaleras de madera hechas por los mineros, hay que tener cuidado al bajar pero se puede hacerlo sin problemas.
El guía nos ha explicado muchas cosas sobre los mineros, él ha trabajado un tiempo en las minas y conoce muy bien la vida de los mineros de Potosí. Los mineros mastican hojas de coca para no sentir el hambre y tener más fuerza, beben alcohol puro (lo llaman whiskey boliviano…) porque no les provoca resaca, no comen nunca dentro de la mina porque trae mala suerte, comen por la mañana antes de entrar a trabajar y por la noche cuando llegan a casa. Tampoco traen por razones de superstición a mujeres de las familias de los mineros a la mina.
La verdad es que sentimos mucho respeto para estas personas que pasan sus vidas trabajando en estas condiciones y por poco dinero. Nosotros allí abajo no hemos tenido ningún problema de respiración y tampoco de claustrofobia; la única cosa que hemos notado ha sido que se pierde la noción del tiempo, como está todo oscuro y la única luz es la que tienes en el casco, nunca sabes la hora real.
Visitar las minas de Potosí es una experiencia dura, pero muy interesante, nosotros recomendaremos totalmente menos si tienes claustrofobia importante.
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