Escrito por Rachele Cervaro
Visitar Roma en dos días puede parecer una tarea imposible, lo sé. La ciudad está llena de historia, arte y vida en cada esquina, y ni siquiera los italianos que hemos crecido viajando a menudo a la capital conseguimos abarcarla por completo en toda una vida. Pero también te aseguro que, con un poco de organización, es posible vivir una primera experiencia muy completa y sentir de verdad su esencia.
En esta guía quiero compartir un recorrido pensado desde mi propia experiencia. Lo he preparado como lo haría para amigos que vienen por primera vez a Italia: un día dedicado a la Roma antigua, empezando por el Coliseo y sus alrededores, y otro día al Vaticano, con los Museos y la Basílica de San Pedro como protagonistas. Entre medias, siempre hay que dejar un espacio para caminar por el centro histórico, detenerse en una piazza, probar un buen gelato y dejar que la ciudad sorprenda a su manera.
Con esta propuesta tendrás un itinerario de fin de semana equilibrado, con grandes monumentos, rincones auténticos y esa atmósfera especial que hace que Roma no se parezca a ninguna otra ciudad.
💡 Consejo útil
Un fin de semana en Roma pasa volando. En solo dos días querrás ver lo esencial: el Vaticano, el Coliseo, el Foro… y lo último que quieres es perder horas en colas interminables o arriesgarte a quedarte sin entrada. La mejor forma de aprovechar al máximo el tiempo es reservar con antelación las visitas más importantes. Aquí te los enlaces más útiles:
🎨 Visita guiada por los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina
🏛️ Visita guiada por el Coliseo, Foro y Palatino
🏟️ Coliseo, Foro y Palatino + Arena de gladiadores
⛪ Visita guiada por la Basílica de San Pedro
📅 Qué ver en Roma en 2 días – Día 1. La Roma antigua
🏛️ Coliseo
Comenzamos nuestro primer día en Roma frente al símbolo más reconocible de la ciudad: el Coliseo. Cada vez que lo veo, me impresiona pensar que este anfiteatro fue inaugurado en el año 80 d.C. por el emperador Tito, con cien días seguidos de juegos y espectáculos para celebrarlo. Imaginar el rugido de más de 50.000 espectadores animando a los gladiadores o presenciando recreaciones de batallas navales —sí, en sus primeros años llegaban a inundar la arena con agua— siempre me pone la piel de gallina.
Lo que más me gusta de recorrer sus pasillos es la sensación de caminar por el mismo lugar donde hace casi dos mil años se reunía el pueblo romano, no solo para ver combates, sino también como forma de socializar. Roma siempre ha sido una ciudad de plazas y encuentros, y el Coliseo era el mayor de todos esos puntos de reunión.
Una curiosidad que me encanta contar: los romanos levantaron esta obra maestra en apenas ocho años, algo casi impensable para un edificio de este tamaño, y lo hicieron con un sistema de organización tan avanzado que hoy todavía sorprende a los ingenieros.
El Coliseo es una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno y, como puedes imaginar, también uno de los lugares más visitados de la ciudad. Si viajas solo un fin de semana, no conviene perder horas en las colas. Mi consejo es reservar una visita guiada al Coliseo, el Foro y el Palatino a primera hora, sobre las 9:00. La experiencia es mucho más completa, porque además de evitar las esperas, un guía te ayuda a entender todo lo que ves, y Roma gana mucho cuando conoces las historias detrás de sus piedras.
Finalmente, si quieres dedicarle más tiempo a la exploración de uno de los iconos de nuestra civilización, también podrías optar por este tour, que además te permite acceder a la Arena de Gladiadores, una zona que no suele incluirse en los tours habituales.
🟢 Arco de Constantino
A pocos pasos del Coliseo aparece otra joya de la Roma imperial: el Arco de Constantino. Con sus 21 metros de altura y tres arcos, es imposible pasar de largo. Se construyó en el año 315 d.C. para conmemorar la victoria del emperador Constantino en la batalla del Puente Milvio.
La historia detrás es apasionante: según cuenta la tradición, la noche antes del enfrentamiento Constantino tuvo una visión en el cielo, donde apareció una cruz con las palabras “Con este signo vencerás”. Tras su triunfo, el emperador atribuyó la victoria al Dios cristiano y, poco después, su conversión cambió el rumbo de toda la civilización occidental, marcando el inicio de la expansión del cristianismo en Europa.
Al detenerte frente a este arco no solo disfrutas de su belleza, también estás ante un monumento que simboliza un giro decisivo en la historia. Siempre recomiendo dedicarle unos minutos para apreciar sus relieves y escenas, muchos de ellos reutilizados de monumentos anteriores, lo que da aún más valor artístico a la obra.
🏛️ Foro Romano
Caminar por el Foro Romano es como abrir un libro de historia al aire libre. Este era el corazón de la vida pública en la Antigua Roma, donde se tomaban decisiones políticas, se impartía justicia y también se celebraban desfiles y mercados. Paseando entre sus columnas y restos de templos, es fácil imaginar la intensidad del día a día de aquella ciudad que gobernaba un imperio entero.
Uno de los lugares más evocadores es la Curia Romana, la antigua sede del Senado. Allí se debatieron leyes y se tomaron decisiones que marcaron el destino de millones de personas en todo el Imperio. Otro punto imprescindible es el Templo de Julio César, levantado tras su asesinato para honrar su memoria. Todavía hoy, los visitantes dejan flores frescas sobre el altar, como homenaje a uno de los personajes más influyentes de la historia.

No hay que olvidar la monumental Basílica de Majencio, que fue el edificio más grande del Foro. Aunque en ruinas, aún transmite la grandiosidad de la arquitectura romana y nos habla del poder que la justicia y la religión tenían en aquellos tiempos.
El Foro está lleno de rincones fascinantes, y cada piedra tiene una historia que contar. Por eso, mi consejo es no recorrerlo por tu cuenta. Una forma ideal de visitarlo es con esta visita guiada al Coliseo, el Foro y el Palatino, que ayuda a comprender lo que significó este espacio en la vida cotidiana de los romanos.
🌿 Palatino
Nuestra ruta continúa hacia el Monte Palatino, una de las siete colinas de Roma y, según la leyenda, el lugar donde Rómulo fundó la ciudad en el año 753 a.C. Subir desde el Foro hasta aquí es como retroceder todavía más en el tiempo.
El Palatino fue el barrio más exclusivo de la Antigua Roma. Aquí vivieron emperadores y familias nobles en lujosos palacios con frescos y mosaicos que todavía se pueden admirar. Entre ellos destaca la Casa de Augusto, residencia del primer emperador, decorada con pinturas sorprendentemente bien conservadas. También impresiona el Palacio Domus Flavia, que refleja la grandeza con la que vivía la élite romana.
A diferencia del bullicio del Coliseo o del Foro, el Palatino transmite calma. Pasear entre sus ruinas, rodeado de jardines y pinos mediterráneos, es una experiencia más relajada. Además, desde lo alto se obtienen algunas de las mejores vistas de Roma, con el Circo Máximo a un lado y el propio Foro extendiéndose al otro.
Cada vez que subo al Palatino pienso que, en cierto modo, este es el lugar donde todo empezó. Roma nació aquí, y estar en este monte es sentir la raíz más profunda de la ciudad.
🐎 Circo Máximo
Tras recorrer el Foro y el Palatino, nos dirigimos al Circo Máximo, un espacio que en su día fue el mayor estadio de la Antigua Roma. Tenía capacidad para más de 250.000 espectadores, lo que lo convierte en uno de los recintos deportivos más grandes de la historia. Aquí se celebraban sobre todo las carreras de carros, el espectáculo favorito de los romanos, mucho más popular que los combates de gladiadores.
Me gusta imaginar el ambiente en aquellos días: la arena cubierta de polvo, los caballos corriendo a toda velocidad, el clamor de la multitud apostando por sus equipos favoritos (los azules, los verdes, los rojos o los blancos) y la tensión hasta el último giro. Era un auténtico fenómeno social que unía a toda la ciudad.
🛁 Termas de Caracalla
Muy cerca del Circo Máximo encontramos otro de los grandes símbolos del poder y la vida social de la Roma imperial: las Termas de Caracalla. Construidas en el siglo III d.C., fueron uno de los complejos de baños públicos más lujosos de todo el Imperio.
Las termas no eran solo un lugar para bañarse, sino auténticos centros de ocio. Aquí los romanos se reunían para conversar, hacer ejercicio, leer en bibliotecas, recibir masajes e incluso cerrar negocios. Imaginar que este espacio podía acoger a más de 1.500 personas al mismo tiempo da una idea de lo importante que era en la vida diaria.
Todavía se conservan restos de sus mosaicos, esculturas y parte de las enormes bóvedas que las cubrían. Al caminar por sus ruinas, uno se sorprende de la ingeniería que permitía calentar piscinas y mantener salas de vapor en pleno siglo III. Es fascinante pensar que este lugar fue testigo del esplendor del Imperio, pero también de su declive, pues las termas dejaron de funcionar tras la caída de Roma.
🗿 Boca de la Verdad
Uno de los lugares más curiosos de Roma es la Bocca della Verità, una gran máscara de mármol que se encuentra en el pórtico de la Iglesia de Santa María en Cosmedin. Tiene más de 1.600 años de antigüedad y, aunque en su origen probablemente fue una tapa de alcantarilla o parte de una fuente, la leyenda la ha convertido en un símbolo muy especial.
La tradición dice que funciona como un detector de mentiras: quien meta la mano en la boca y no diga la verdad, verá cómo la piedra se la devora. Durante la Edad Media este mito era tomado muy en serio, y se cuenta que incluso se usaba en algunos juicios como forma de comprobar la veracidad de los acusados.
Hoy en día, la experiencia resulta más divertida que temible. Como muchos visitantes, cada vez que paso yo también hago la fila para probar suerte, y lo mismo hicimos la última vez que fuimos con toda la familia. Es imposible no reírse mientras metemos la mano, y, por suerte, salimos con las dos intactas.
🏛️ Templo de Hércules
Muy cerca de la Bocca della Verità se encuentra uno de los templos más antiguos y mejor conservados de Roma: el Templo de Hércules Víctor. Con su forma circular y sus columnas corintias de mármol griego, destaca entre los edificios del Foro Boario, que fue el primer mercado de la ciudad.
Se levantó en el siglo II a.C. y, a pesar de los siglos transcurridos, todavía mantiene en pie gran parte de su estructura original. Lo fascinante de este templo es que nos recuerda el contacto constante de Roma con Grecia: tanto el estilo arquitectónico como el mármol usado procedían de allí, prueba de la influencia cultural que los romanos supieron asimilar y adaptar a su manera.
🏛️ Plaza del Campidoglio
Después de recorrer la Roma más antigua, llegamos a una de las plazas que más me gusta de la ciudad: la Plaza del Campidoglio. Miguel Ángel fue el genio detrás de su diseño renacentista, y pasear por ella es sentir cómo el arte y la historia se entrelazan. La plaza tiene una simetría impecable y en el centro se alza la estatua ecuestre de Marco Aurelio, un detalle que siempre llama la atención por su elegancia y fuerza.
Desde aquí se obtienen unas vistas maravillosas del Foro Romano, y no es raro quedarse un buen rato observando los restos de templos, columnas y calles que nos cuentan cómo era la vida en la antigua Roma. Además, los Museos Capitolinos se encuentran en esta plaza, resguardando tesoros como la famosa escultura de la loba amamantando a Rómulo y Remo, que nos recuerda la mítica fundación de la ciudad.
🌆 Plaza de Venezia
A continuación nos dirigimos a la vibrante Plaza de Venezia, un contraste total con la calma del Campidoglio. Aquí el tráfico, los turistas y el bullicio de la ciudad se sienten de inmediato, pero la plaza tiene un magnetismo propio que la hace inolvidable.
El protagonista indiscutible es el Monumento Nacional a Víctor Manuel II, conocido popularmente como el Altar de la Patria. Su arquitectura monumental rinde homenaje al primer rey de la Italia unificada y desde su terraza se obtienen unas vistas panorámicas que mezclan lo antiguo con lo moderno, desde los tejados históricos hasta los edificios contemporáneos que crecen alrededor.
Siempre me gusta subir a la terraza para apreciar esa perspectiva de Roma; te das cuenta de lo mucho que la ciudad ha cambiado a lo largo de los siglos, pero también de cómo conserva su esencia.
🐱 Largo di Torre Argentina
Nuestra ruta por la Roma antigua sigue dejando huella en cada esquina, y ahora nos encontramos con un lugar que mezcla historia y vida urbana de forma muy especial: el Largo di Torre Argentina. Aquí se encuentran las ruinas de cuatro templos antiguos, vestigios que datan de la época de la Roma más primitiva y que nos permiten imaginar cómo era la ciudad hace más de dos mil años.
Pero lo que realmente da personalidad a este rincón son los numerosos gatos que viven entre las piedras milenarias. No exagero al decir que parecen los auténticos guardianes de las ruinas. En Roma es común ver gatos callejeros respetuosamente cuidados por la ciudad y por los vecinos, y en Torre Argentina forman una pequeña comunidad que se ha convertido en todo un símbolo para los visitantes.
⛪ Panteón
Entre las callejuelas del centro histórico se encuentra un verdadero tesoro que resume la grandeza de la antigua Roma: el Panteón de Agripa. Este monumento, uno de los mejor conservados de la antigüedad, fue originalmente un templo dedicado a todos los dioses romanos. Con el paso de los siglos se transformó en iglesia católica, y hoy en día sigue acogiendo ceremonias religiosas, siendo un lugar donde la historia y la fe se entrelazan.
Su fachada impresiona con columnas de granito que parecen tocar el cielo, pero lo que realmente deja sin aliento es su cúpula monumental. La cúpula, con su famoso óculo central, funciona como un enorme ojo que permite que la luz natural ilumine el interior de manera mágica, creando un juego de luces y sombras que cambia a lo largo del día. Cada vez que entro, me gusta detenerme unos minutos para observar cómo los rayos de sol se deslizan por el suelo y las paredes, un detalle que da vida a este edificio milenario y conecta directamente con la Roma antigua.
Desde hace un tiempo, se ha empezado a cobrar entrada para acceder al Panteón, un acto que ha generado bastante polémica en Italia, ya que tradicionalmente las iglesias no tenían coste de acceso. Si quieres, podrías reservar tu entrada al Panteón de Agripa sin colas aquí.
Dejamos atrás la imponente presencia del Panteón y nos dirigimos a una de mis plazas favoritas en Roma: la Plaza Navona. Si hay un lugar que refleje la elegancia arquitectónica de la ciudad, sin duda es esta plaza. Es una verdadera obra maestra del arte barroco, con palacios e iglesias que enmarcan un espacio lleno de vida, y, sobre todo, con sus fuentes, que son el corazón de la plaza.
La joya de la corona es la Fontana dei Quattro Fiumi, diseñada por Gian Lorenzo Bernini. Representa cuatro ríos que en su época simbolizaban los continentes conocidos: el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata. Cada figura tiene una postura y expresión diferente, y observar los detalles es un pequeño viaje por el arte, la historia y la ingeniería barroca.
Más allá de la historia y la arquitectura, lo que hace especial a Plaza Navona es la vida que se respira en ella. Desde una de sus terrazas puedes sentarte a tomar un café o un gelato, mirar pasar a la gente y sentir que estás en el corazón de Roma. Es un lugar que aparece en muchas películas italianas de amor, y no es difícil entender por qué.
🌿 Plaza Campo dei Fiori
Desde Plaza Navona nos dirigimos a otra de las plazas más animadas de Roma: la Plaza Campo dei Fiori. Por la mañana, este lugar se llena de vida con su mercado local, donde se pueden encontrar frutas frescas, verduras, flores y productos típicos. Es perfecto para sentir el pulso del día a día romano y, si te animas, llevarte algún recuerdo gastronómico.
Pero Campo dei Fiori también guarda historias más oscuras. Durante la Edad Media y el Renacimiento, la plaza fue escenario de ejecuciones públicas, un recuerdo que hoy se mantiene vivo a través de la estatua de Giordano Bruno. Este filósofo y astrónomo fue quemado aquí por sus ideas, y su estatua se ha convertido en un símbolo de valentía, pensamiento libre y resistencia frente a la opresión.
🌿 Isla Tiberina
Después de recorrer los monumentos más emblemáticos de la Roma antigua y algunas de sus joyas menos conocidas, nos dirigimos a uno de mis lugares favoritos de la ciudad: la Isla Tiberina. Esta pequeña isla en el río Tíber transmite una sensación de calma que contrasta con el bullicio del centro, como un pequeño remanso de paz en medio de la ciudad.
Dos puentes históricos, el Puente Fabricio y el Puente Cestio, conectan la isla con la tierra firme, y pasear por ellos es como viajar atrás en el tiempo. La isla tiene también su propia historia: en la antigüedad albergaba un templo dedicado a Esculapio, el dios de la medicina, y hoy sigue siendo un símbolo de sanación y refugio.
🍝 Trastevere
Terminamos nuestro primer día adentrándonos en Trastevere, uno de los barrios más auténticos y animados de Roma. Sus calles empedradas y estrechas cuentan historias que se remontan a siglos atrás, mientras que la imponente Basílica de Santa María en Trastevere recuerda la rica herencia religiosa de la zona. Si te interesa, esta visita guiada es una excelente manera de descubrir los rincones más especiales de Trastevere y del cercano barrio judío.
Lo que hace especial a Trastevere es su ambiente cotidiano y su gastronomía. Más allá de los restaurantes turísticos, hay pequeños locales frecuentados por los propios romanos, donde puedes probar una pizza deliciosa o una pasta casera a precios sorprendentes. Si quieres conocer Trastevere a través de sus sabores y aprender un poco más sobre su cultura culinaria, te recomiendo este tour gastronómico por el barrio.
📅 Qué ver en Roma en 2 días – Día 2. El Vaticano y otros imprescindibles
🖼️ Museos Vaticanos y Capilla Sixtina
Comenzamos el segundo día con otra de las experiencias imprescindibles de Roma: los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, sin olvidar la imponente Basílica de San Pedro. Si hay algo que caracteriza a esta visita es que, sin reserva previa, las colas pueden ser interminables. Por eso, te recomiendo reservar con antelación esta visita guiada por los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina. Si eres madrugador y quieres aprovechar al máximo la mañana, incluso puedes optar por un tour de acceso temprano a los Museos Vaticanos, Capilla Sixtina y Basílica de San Pedro a las 7:45. Ambas opciones incluyen entrada preferente, evitando así largas esperas.
Explorar los Museos Vaticanos es como adentrarse en un tesoro gigante de arte que refleja siglos de historia de la Iglesia Católica y de la ciudad de Roma. Desde tapices que parecen cobrar vida hasta pinturas miniatura llenas de detalle, cada sala tiene algo que sorprende y fascina.
Pero la verdadera joya es la Capilla Sixtina. Aquí, artistas renacentistas como Botticelli, Perugino y, sobre todo, Miguel Ángel, dejaron su huella imborrable. El techo de la Capilla es un espectáculo único: Miguel Ángel pintó escenas de la Creación, figuras en movimiento y complejas historias bíblicas. Y, por supuesto, no podemos olvidar el Juicio Final, que llena la pared principal con su fuerza y dramatismo. Personalmente, cada vez que lo veo, me impresiona la mezcla de técnica, emoción y narrativa que Miguel Ángel logró transmitir, casi como si las figuras pudieran moverse frente a tus ojos.
⛪ Plaza y Basílica de San Pedro
Después de visitar los Museos Vaticanos, nos dirigimos a la Plaza San Pedro, un espacio que impresiona por su tamaño y armonía. Todos los domingos, la plaza se llena de personas de todo el mundo para recibir la bendición del Papa, y aunque no coincidamos con ese momento, caminar por aquí transmite una sensación de acogida y solemnidad. Las columnas que rodean la plaza parecen abrazarte, y el imponente obelisco central añade un punto de referencia que ha visto pasar siglos de historia.
La Basílica de San Pedro es la iglesia católica más grande e importante del mundo. Su fachada, adornada con esculturas de los apóstoles, ya impresiona desde fuera, pero entrar en su interior es otra experiencia. Hace más de 30 años entré por primera vez y todavía recuerdo la sensación de asombro al levantar la vista y ver la enorme cúpula de Miguel Ángel sobre mí.
Explorar la basílica puede llevar horas, pero algunos puntos que no puedes perderte incluyen la tumba de San Pedro y otros papas, los detalles arquitectónicos que sostienen esta obra maestra y, por supuesto, la Piedad de Miguel Ángel, una escultura que sigue dejando sin palabras incluso después de tantos años. Aunque es posible visitar la basílica y la cúpula de forma independiente, si quieres conocer la historia y los detalles artísticos de cada rincón, te recomiendo esta visita guiada por la Basílica de San Pedro.
Otra de las experiencias que te aconsejo es subir a la cúpula de la basílica. Desde arriba, las vistas del Vaticano, la Plaza San Pedro y toda Roma son simplemente espectaculares. Ver la ciudad extendiéndose hasta donde alcanza la vista es un momento que se queda grabado.
🏰 Castillo Sant’Angelo
Tras dejar atrás el Vaticano, nos dirigimos al centro de Roma y encontramos uno de los edificios más fascinantes de la ciudad: el Castillo Sant’Angelo. Su historia es tan variada como sorprendente: comenzó como mausoleo del emperador Adriano en el año 139 d.C., luego se transformó en fortaleza militar, residencia papal, prisión e incluso refugio durante tiempos de conflicto.
Es un castillo que guarda muchos secretos, intrigas y relatos que reflejan siglos de historia romana. Uno de los elementos más curiosos es el Passetto di Borgo, un pasadizo secreto que conecta el castillo con el Vaticano que los papas usaban para escapar en momentos de peligro.
La arquitectura del castillo es imponente, y su terraza ofrece una de las vistas más completas de Roma: desde el río Tíber hasta la cúpula de San Pedro. Personalmente, recomiendo visitarlo al atardecer: la luz cálida tiñe la fachada de dorado y da un toque mágico a la panorámica. Para descubrir todos los detalles de su historia y disfrutar de las vistas desde la terraza, puedes reservar este tour por el Castillo Sant’Angelo, que te permitirá conocer cada secreto que se esconde tras sus muros.
🌳 Plaza del Popolo
Continuamos nuestro recorrido hasta la Plaza del Popolo, un espacio amplio y elegante que ha sido testigo de siglos de historia. Su nombre proviene de la cercana iglesia Santa María del Popolo, y antiguamente este lugar era la entrada principal a Roma. Imagina cómo viajeros y comerciantes atravesaban esta puerta en la antigüedad para llegar al corazón de la ciudad.
El imponente obelisco egipcio que domina la plaza y las dos iglesias gemelas que flanquean la entrada crean una armonía arquitectónica que invita a detenerse y observar. Además, desde las escaleras laterales puedes subir a las terrazas de Pincio, donde las vistas de la plaza y sus alrededores son simplemente espectaculares, especialmente al final de la tarde, cuando la luz baña los edificios y las fuentes.
💃 Plaza de España
Después de visitar algunas de las plazas más emblemáticas de Roma, nos dirigimos a una de las más elegantes y conocidas: la Plaza de España. Al llegar, te recibe la famosa escalinata de Trinità dei Monti, un lugar donde tanto locales como turistas se sientan a charlar, descansar o simplemente disfrutar del ambiente relajado de la ciudad. Siempre me gusta observar cómo la gente sube y baja, algunos con un café en la mano, otros tomándose fotos mientras los músicos callejeros añaden su banda sonora al entorno.
No te pierdas la oportunidad de subir los escalones hasta la iglesia en la cima: desde allí tienes unas vistas preciosas del corazón de Roma, perfectas para fotos o simplemente para contemplar la ciudad mientras respiras su historia.
Además, un dato práctico: la Plaza de España es el punto de inicio diario de uno de los mejores free tours de Roma, con distintos horarios a lo largo del día. Si quieres conocer los secretos del centro histórico de la mano de un guía que sabe cómo contar las anécdotas más curiosas, puedes reservar tu plaza aquí. Durante el recorrido descubrirás rincones escondidos, historias sorprendentes y detalles que pasarían desapercibidos si caminas solo por las calles.
Si te gustan los free tours, estás de suerte, porque en Roma también hay otras visitas guiadas gratuitas, como el free tour por la Roma Imperial, dedicado a la historia de la Roma antigua, o este free tour de los misterios y leyendas de Roma, que te permitirá descubrir la cara oculta de la ciudad.
💦 Fuente de Trevi
Continuamos nuestro paseo por Roma con uno de sus lugares más famosos y visitados: la Fuente de Trevi. Aunque suele estar llena de turistas, no puedes dejar de acercarte a este espectacular monumento. Diseñada por Nicola Salvi y terminada por Giuseppe Pannini, la fuente es una obra maestra del barroco italiano y uno de los iconos más reconocibles de la ciudad.
Lo que me fascina de la Fuente de Trevi es cómo cambia con la luz: de día impresiona por su majestuosidad y detalle, pero de noche se convierte en un auténtico espectáculo, iluminada por luces que crean reflejos y sombras que parecen darle vida al agua y a las esculturas. Es uno de esos lugares que te hace sentir parte de la historia y el arte de Roma en cada vistazo.
Y claro, no puedes resistirte a la tradición de lanzar una moneda sobre tu hombro izquierdo. La leyenda dice que así asegurarás tu regreso a la Ciudad Eterna. Cada semana se estima que unos 4.000 euros son arrojados a la fuente, dinero que se recoge y se destina a obras benéficas en la ciudad. Desde hace algún tiempo, también se cobra un par de euros a quienes se acercan para cumplir con esta tradición.
🌃 Las luces de Roma
Terminar un fin de semana en Roma tiene su momento especial: cuando cae la noche y la ciudad se transforma gracias a su iluminación nocturna. Personalmente, me encanta salir a pasear después del atardecer y ver cómo lugares que durante el día parecen imponentes se vuelven aún más mágicos con la luz: el Coliseo resplandece con un brillo dorado, la Plaza Navona se refleja en las fuentes iluminadas, y la Plaza Venecia y la Plaza del Campidoglio muestran otra cara, más serena pero igual de impresionante.
Eso sí, hay que tener en cuenta que explorar toda la ciudad a pie puede ser un poco complicado por la noche debido a la reducción del transporte público. Por eso, si quieres aprovechar y descubrir los rincones más hermosos bajo las estrellas, te recomiendo reservar este tour nocturno por la Roma iluminada. Es una manera cómoda y muy especial de despedirse de la ciudad, con la ventaja de aprender curiosidades y anécdotas que de otro modo podrías pasar por alto.
🗺️ Mapa de la ruta por Roma en 2 días
✈️ Cómo llegar a Roma: del aeropuerto al centro
Roma cuenta con dos aeropuertos principales: Fiumicino y Ciampino. Llegar al centro desde cualquiera de ellos es sencillo, pero la elección depende de tus prioridades:
Si buscas la opción económica, los autobuses son la manera más práctica. Puedes reservar aquí tu autobús directo desde Fiumicino al centro, con varias salidas al día y precios muy accesibles. Yo suelo optar por esta opción cuando quiero ahorrar, y aunque a veces hay un poco de tráfico, normalmente es cómodo y rápido.
Si llegas a Ciampino, desde allí también puedes reservar un bus similar.
Si prefieres empezar tu escapada sin preocupaciones y con un traslado directo hasta tu hotel, lo más cómodo es reservar un traslado privado. Esta opción es ideal si viajas en familia o con equipaje, y además te permite aprovechar al máximo tu tiempo, llegando al centro sin tener que preocuparte por horarios ni transbordos.
🚌 Cómo moverse en Roma
El transporte público en Roma puede ser algo imprevisible, pero la buena noticia es que la mayoría de los puntos de interés se encuentran cerca unos de otros, así que caminar es casi siempre la mejor opción. Personalmente, disfruto perderme por las calles y plazas mientras voy de un monumento a otro, porque muchas veces descubro rincones inesperados y cafés encantadores.
Si prefieres una alternativa más cómoda y sin perder detalles, el autobús turístico de Roma es una gran opción. Puedes subir y bajar en las paradas que te interesen, y de esta manera combinar la comodidad de un transporte directo con la libertad de explorar a tu ritmo.
🏨 Alojamiento en Roma: las mejores zonas para hospedarse
Roma ofrece una gran variedad de alojamientos y barrios según tu estilo de viaje:
Centro histórico (Piazza Navona, Piazza di Spagna, Pantheon): ideal si quieres estar a un paso de los principales monumentos y disfrutar de la ciudad en cualquier momento del día.
Barrio de Trastevere: al otro lado del río, con calles adoquinadas, restaurantes auténticos y un ambiente más tranquilo y local.
Barrio de Monti: cerca del Coliseo, con pequeñas tiendas, cafeterías y rincones con mucho encanto; perfecto si buscas un barrio con carácter y fácil acceso a la Roma antigua.
Prati: justo al lado del Vaticano, con calles más amplias y modernas, buena oferta de restaurantes y tranquilo por la noche.
💸 Presupuesto bajo
- Domus Caecilia: Económico, a pocos minutos del Coliseo, con habitaciones sencillas y ambiente familiar.
- The Beehive: Un hostel moderno cerca de la estación Termini, con habitaciones compartidas o privadas y un ambiente muy acogedor.
- Hotel Roma Centro: Cerca de la estación y con buena conexión con los principales puntos turísticos, económico y práctico.
💼 Presupuesto medio
- Castel Sant’Angelo Inn: A pocos pasos del Castillo Sant’Angelo y del Vaticano, con habitaciones modernas y decoración elegante.
- Relax Inn Roma: Habitaciones amplias y luminosas, buena relación calidad-precio y situado cerca de la estación Termini.
💎 Presupuesto alto
- Hotel Hassler: Un clásico de Roma, frente a la Plaza de España, con servicio impecable y vistas espectaculares.
- JK Place Roma: Elegante y céntrico, cerca de Piazza del Popolo, con suites de lujo y diseño sofisticado.
- Hotel de Russie: Rodeado de jardines y tranquilidad en el corazón de Roma, con lujo discreto y servicio excepcional.
Si quieres ver más opciones y ofertas de alojamiento en Roma, puedes hacer clic aquí.
En este artículo, hemos creado el mejor itinerario para visitar Roma en un fin de semana. Sin embargo, quizás esta guía no se ajuste a tu disponibilidad de tiempo. En ese caso, te recomendamos echar un vistazo a nuestras otras guías:
Qué hacer en Roma en un día – ruta exprés por la Ciudad Eterna
Qué ver en Roma en 3 días – itinerario optimizado
Qué hacer en Roma en 4 días – una ruta súper completa
Qué ver y hacer en Roma – guía completa con 50 planes
Y con esto cerramos nuestro itinerario para recorrer la Ciudad Eterna en un fin de semana. Siguiendo esta guía podrás visitar los principales puntos de interés de Roma en 2 días y, al mismo tiempo, disfrutar del ambiente y la vida cotidiana que hacen que la capital italiana sea tan especial.
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