Francia, nuestro vecino del norte, es uno de esos países donde ni una vida entera bastaría para conocer todos sus lugares especiales. Aprovechando lo cerca que nos queda desde Cataluña, hemos tenido la suerte de recorrerla muchas veces: en tren, en nuestro propio coche y, en más de una ocasión, alquilando un vehículo directamente en destino. Aunque el transporte público funciona bastante bien, para muchas de las experiencias que más hemos disfrutado —perdernos en pueblos con encanto, atravesar los campos de lavanda en la Provenza, visitar viñedos cerca de Burdeos o seguir la ruta de los castillos del Loira—, tener nuestro vehículo ha sido esencial.
Es verdad que en alguna ocasión hemos cruzado la frontera con nuestro coche, pero lo que más cómodo nos ha resultado ha sido volar a una ciudad grande y alquilar allí. La primera vez fue en Marsella: aterrizamos, recogimos las llaves del coche y en menos de una hora ya estábamos entre campos de lavanda. Nos evitamos muchas horas de carretera desde casa y el viaje fue más sencillo y agradable. Desde entonces, casi siempre que organizamos una ruta por Francia, buscamos un vuelo económico a la zona que queremos visitar y reservamos un coche allí mismo. Ahorro de tiempo, de energía y muchas veces también de dinero.
En este artículo te contamos todo lo que hemos aprendido sobre cómo alquilar un coche en Francia, incluyendo algunos errores que cometimos al principio y todos esos consejos prácticos que nos habría encantado saber desde el principio. Esperamos que con toda esta información puedas planear tu viaje por carretera sin complicarte más de la cuenta.
Por qué alquilar un coche en Francia puede marcar la diferencia
Si hay una cosa clara después de varios viajes por Francia es que no todos los planes se llevan bien con un billete de tren o de bus. La red ferroviaria del país funciona bastante bien, pero muchos pueblos con encanto apenas tienen conexión directa, y los autobuses regionales pueden ser escasos o con horarios poco prácticos. Si tu idea es visitar solo París, Lyon o Burdeos, no tendrás problema moviéndote en transporte público. Pero si quieres explorar zonas como la Provenza, la Bretaña o el Valle del Loira, tener un coche es prácticamente indispensable.
Otra cuestión importante es la distancia. Francia es enorme, y aunque puedes llegar con tu propio coche desde España, recorrer grandes trayectos puede hacer que pases más horas en la carretera que disfrutando del viaje. De Barcelona a Marsella son unas cinco horas, a Burdeos unas siete, y ni hablemos de Normandía o la Bretaña. Nosotros antes solíamos salir desde Cataluña con nuestro coche, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que no siempre era la opción más práctica. Un vuelo corto hasta la ciudad más cercana y alquilar un coche allí nos ha permitido ahorrar tiempo y organizar viajes mucho más cómodos.
Y luego está el factor improvisación. Con un coche puedes decidir sobre la marcha cuándo parar, cambiar de ruta si te cruzas con algo interesante o quedarte más tiempo en un sitio sin preocuparte por el próximo tren o autobús. Cuando alquilamos coche en Burdeos para recorrer los viñedos, acabamos en una bodega pequeña que no estaba en nuestros planes. Lo mismo nos pasó viajando entre los campos de lavanda: descubrimos pueblos preciosos que no salían en las típicas listas de “qué ver en la Provenza”. Sin coche, simplemente no habríamos llegado hasta allí.
Lo bueno es que alquilar en Francia no es un drama. Nosotros llevamos tiempo usando Discover Cars para comparar compañías sin tener que abrir veinte pestañas del navegador. Es la opción más práctica que hemos encontrado para ver precios, condiciones y evitar sorpresas como cargos ocultos o seguros poco claros. En los próximos apartados te hablaremos en detalle de todo lo que conviene saber si estás pensando en alquilar un coche en Francia.
Todo lo que necesitas saber antes de alquilar tu coche
Dónde es mejor alquilar: aeropuerto, estación o centro de ciudad
Una de las primeras decisiones a tomar es dónde te conviene recoger el coche. En nuestro caso, muchas veces hemos optado por hacerlo directamente en el aeropuerto porque es lo más cómodo cuando aterrizas y quieres ponerte en marcha sin perder tiempo. Además, suele haber más oferta de coches, y a veces los precios son incluso mejores que en otras ubicaciones. Lo hicimos así, por ejemplo, en Marsella y en Nantes, y en ambos casos la recogida fue rápida y sin complicaciones.
Ahora bien, no siempre es la mejor opción. En ciudades grandes como París o Lyon, alquilar en el centro puede resultar más práctico si vas a pasar unos días sin conducir (explorando la ciudad de destino) antes de salir de ruta. También puede ayudarte a ahorrar el coste de aparcar en zonas urbanas, que en Francia no es precisamente barato. En alguna ocasión, como en Burdeos, preferimos movernos en transporte público durante los primeros días y recoger el coche en la estación justo antes de comenzar la ruta por los viñedos. Lo mejor es comparar precios y tener en cuenta el plan de viaje: si vas a salir de la ciudad enseguida, el aeropuerto es ideal; si planeas quedarte, el centro puede ser más conveniente.
Requisitos para alquilar un coche en Francia
Alquilar un coche en Francia no es complicado, pero hay ciertos requisitos básicos que conviene tener claros para evitar imprevistos. En general, la edad mínima para alquilar suele ser de 21 años, aunque algunas compañías pueden exigir 23 o incluso 25 años para ciertos vehículos. También es frecuente que a los conductores menores de 25 años les apliquen un recargo.
En cuanto al carné, si tienes un permiso de conducir español o de otro país de la UE, no necesitas ningún documento adicional. Si vienes de fuera de Europa, puede que te pidan el permiso internacional, así que conviene revisarlo con la compañía de alquiler. Eso sí, la tarjeta de crédito es imprescindible en la mayoría de los casos, ya que sirve para bloquear la fianza. La cantidad puede variar bastante según el coche y la aseguradora, así que es importante tener suficiente crédito disponible. Nosotros siempre revisamos bien los detalles en el comparador y llevamos la documentación impresa por si surge alguna duda en el mostrador.
Comparar precios con Discover Cars: lo que solemos hacer nosotros
Desde hace años usamos Discover Cars. para comparar precios y condiciones. Es un buscador que agrupa las principales compañías de alquiler y te permite ver claramente qué incluye cada tarifa, qué seguros vienen incorporados y cuáles puedes añadir.
Lo que más valoramos es la transparencia en las condiciones: puedes filtrar fácilmente por política de combustible, ver si hay cancelación gratuita o si incluyen conductor adicional. Además, muchos de los coches permiten reservar sin pago por adelantado, lo que da más flexibilidad. Lo más habitual es encontrar mejores precios ahí que en las webs oficiales de las propias compañías, y eso también suma puntos.
Tipos de seguros: ¿cuál necesitas realmente?
Uno de los temas más confusos a la hora de alquilar un coche es el de los seguros. La mayoría de las tarifas incluyen el CDW (Collision Damage Waiver), que cubre los daños en caso de accidente, y el TP (Theft Protection), que protege en caso de robo. Sin embargo, casi siempre hay una franquicia bastante alta, y si tienes un percance menor (un rayón, una rueda pinchada), lo más probable es que te toque pagar una parte.
Nosotros solemos añadir un seguro extra que reduzca esa franquicia o que directamente cubra todos los daños. En Discover Cars puedes añadir un seguro a través de su propia plataforma, que suele ser más económico que el de las compañías de alquiler. Nos dio mucha tranquilidad saber que estábamos cubiertos si pasaba algo. De todas maneras, es muy importante que revises bien qué cubre cada opción antes de pagar, para no encontrarte con sorpresas en el mostrador.
Consejos útiles si viajas en familia o llevas mucho equipaje
Desde que viajamos con nuestro peque, elegir bien el coche se ha vuelto aún más importante. Si vas a hacer un viaje largo y llevas varias maletas, conviene reservar un modelo con buen maletero, incluso si tienes que pagar un poco más. También es importante comprobar que la empresa de alquiler ofrece sillas infantiles adecuadas (y en buen estado).
Otro consejo práctico es valorar si necesitas un coche automático, especialmente si no estás acostumbrado a conducir con marchas y vas a moverte por zonas con mucho tráfico o pendientes. También es importante ver el coste de añadir un conductor adicional, especialmente cuando el viaje es largo es esencial poder turnarse. Y si bien hoy en día muchos usamos el móvil como GPS, en zonas rurales con poca cobertura puede venir bien un navegador integrado. Son pequeños detalles que pueden marcar la diferencia, sobre todo cuando viajas con niños o con poco margen para imprevistos.
Conducir en Francia: lo que debes saber
Carreteras, señales y límites de velocidad
Francia es un país bastante cómodo para conducir, sobre todo si estás acostumbrado a circular por España. Las normas son muy parecidas, aunque hay algunas diferencias que conviene tener en cuenta. El límite de velocidad en autopistas es de 130 km/h (110 km/h si llueve), mientras que en carreteras secundarias suele estar en 80 km/h, salvo que se indique otra cosa. En ciudad, el límite general es de 50 km/h, aunque en muchas zonas residenciales se ha reducido a 30 km/h. También es importante saber que en muchas rotondas sigue existiendo la “priorité à droite”, es decir, la preferencia del que entra, aunque no sea lo habitual.
La señalización es clara y bastante intuitiva, aunque a veces puede chocar un poco si no estás familiarizado con ciertas señales o abreviaturas en francés. En general, las carreteras están en buen estado, especialmente las autopistas (de pago) y las nacionales. Incluso muchas comarcales ofrecen buena experiencia de conducción, aunque en zonas rurales puedes encontrarte con carreteras estrechas y sin arcén. En cuanto al estilo de conducción, lo que hemos notado es que en Francia se respetan más los límites de velocidad que en España, pero también hay cierta impaciencia en las ciudades y conviene estar atento a los giros inesperados, sobre todo en zonas urbanas.
Autopistas con peajes y carreteras secundarias.
Uno de los aspectos más importantes a considerar a la hora de conducir por Francia es el tema de peajes. Las autopistas son de pago en su mayoría y no son precisamente baratas. El precio varía según el trayecto, pero para que te hagas una idea, un trayecto de 200 km puede costar fácilmente entre 15 y 20 euros. Puedes pagar en efectivo o con tarjeta, pero si vas a hacer varios trayectos, puede interesarte el sistema de telepeaje (conocido como télépéage o Liber-t), que permite pasar sin detenerte. Nosotros, cada vez que podames, evitamos los autopistas y no solamente para ahorrar, sino simplemente porque las carreteras de menor rango atraviesan lugares más bonitos y conducir por muchas de ellas disfrutando de las vistas, es una experiencia en sí.
Otro detalle práctico es el tema del combustible. La gasolina en Francia es bastante más cara que en España. En nuestro caso, siempre intentar repostar en las gasolineras de los supermercados tipo Leclerc, Intermarché o Carrefour, donde los precios suelen ser más bajos que en las estaciones de servicio de autopista.
Aparcar en Francia puede ser sencillo o una auténtica odisea, según el lugar. En las ciudades grandes como París, Lyon o Toulouse, el aparcamiento gratuito prácticamente no existe. Lo habitual son las zonas azules o los parkings de pago, con tarifas bastante elevadas. Nosotros solemos buscar hoteles con parking o dejamos el coche en zonas periféricas bien comunicadas. En cambio, en pueblos pequeños o ciudades más tranquilas es frecuente encontrar aparcamiento gratuito en las afueras o junto a las estaciones de tren. En muchas localidades hay parkings municipales gratuitos o a precio simbólico durante unas horas, lo cual viene genial para hacer una parada breve sin complicaciones.
Errores que cometimos al alquilar coche en Francia (y cómo evitarlos)
Después de varios viajes y unos cuantos alquileres, hemos aprendido que hay ciertos errores que se repiten cuando no estás del todo familiarizado con el proceso. Uno de los más comunes —y que nos ha pasado más de una vez— es no revisar bien el coche antes de salir y bien significa con mucha atención. Llegas cansado del viaje, quieres ponerte en marcha cuanto antes y te fías de que todo está en orden. Pero luego, al devolver el coche, te dicen que hay un arañazo en el lateral o un golpe en la llanta… y si no está anotado en el parte inicial, pueden intentar cargártelo. Nosotros desde hace tiempo siempre grabamos un pequeño vídeo del coche (por todos los lados, incluso el techo y los bajos si podemos), y nos aseguramos de que cualquier marca esté registrada en el contrato antes de firmar nada.
Otro lío típico es el tema del combustible. Nos ha pasado que contratamos una política de «lleno a lleno», pero al recoger el coche no estaba del todo lleno. Si no lo reclamas en ese momento, a la vuelta te tocará rellenarlo entero sin que te lo compensen. También hemos tenido algún malentendido con compañías que ofrecían la opción de prepago del depósito, que a veces sale más caro si no devuelves el coche completamente vacío. La verdades es que nosotros recomendamos siempre el «lleno a lleno» porque es lo más claro, y siempre nos fijamos bien en que la política esté indicada y no haya letra pequeña confusa.
Un consejo que te damos por experiencia: no tengas prisa en el mostrador. A veces, por querer salir rápido, acabas firmando sin leer bien las condiciones. Merece la pena tomar un par de minutos para revisar el contrato y, si hace falta, preguntar todo lo que no te quede claro, como el tipo de seguro, si hay límites de kilómetros o qué pasa en caso de avería. Es un momento que te puede ahorrar muchos disgustos al final del viaje.
Rutas en coche memorables por Francia
Aunque este artículo está enfocado en darte consejos prácticos sobre el alquiler de coche en Francia, no queríamos terminar sin darte aún más ganas de lanzarte a la carretera. Hay rutas que parecen diseñadas para que te detengas cada pocos kilómetros a descubrir un pueblo con encanto, un castillo medieval o un mirador con vistas de postal. Estas son algunas de las rutas que más nos han marcado.
Una de nuestras zonas favoritas es la Provenza, especialmente durante el verano, cuando los campos de lavanda están en flor. Ir desde Aviñón hasta Sault, pasando por pueblos mágicos como Roussillon o Gordes, es una maravilla, y con coche puedes parar en pequeñas aldeas o miradores que no suelen aparecer en los itinerarios más típicos. Si quieres ver los campos en su máximo esplendor, lo ideal es ir en julio, pero la Provenza merece una visita en cualquier época del año.
Otra ruta que recomendamos mucho es la del Valle del Loira, sobre todo si te interesa la historia y los castillos. Puedes empezar en Tours o Blois y visitar lugares como Chenonceau, Chambord o Amboise. Algunos están bien conectados en tren, pero muchos se disfrutan más con coche, sobre todo si quieres ver varios en un mismo día o incluir algunos castillos menos conocidos que, en más de una ocasión, nos gustaron incluso más que los famosos.
Finalmente, alquilar un coche en Burdeos y hacer una ruta completa que combine viñedos, pueblos con encanto y paisajes costeros es otro de esos viajes que recordamos con especial cariño. Entre los lugares que no olvidarás está Saint-Émilion, un pueblo que parece detenido en el tiempo, rodeado de colinas cubiertas de viñas y bodegas familiares donde puedes hacer una cata sin necesidad de grandes reservas. También nos impresionó la Duna de Pilat: tras recorrer viñedos y pinares, de repente te encuentras frente a la duna más alta de Europa, con unas vistas espectaculares del océano Atlántico. Subirla cuesta, pero la panorámica desde arriba es de las que se te quedan grabadas.
Recorrer Francia en coche no solo te da libertad, también te permite vivir el país a otro ritmo, conectando con sus paisajes, sus pueblos y sus historias de una forma mucho más cercana. Si te estás planteando alquilar coche en tu próximo viaje, esperamos que este artículo te haya servido para resolver dudas y ver lo práctico que puede ser. Nosotros solemos usar Discover Cars porque nos permite comparar precios de distintas compañías de forma clara, sin sorpresas de última hora, y elegir el coche que mejor se adapta a nuestra ruta. Si decides hacerlo, aquí tienes el enlace de Discovercars con las mejores ofertas para tu viaje.
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