París es una ciudad que, aunque la hayas visto mil veces en fotos o películas, siempre logra sorprenderte cuando la visitas. Tiene ese «no sé qué» que la hace única: sus calles, llenas de historia y encanto; sus cafés, donde el tiempo parece detenerse; y su ambiente, que fusiona lo clásico con lo moderno. No es solo un lugar, es toda una experiencia.
París es de esas ciudades que te atrapan, donde cada visita te deja con ganas de volver para seguir explorándola. Nosotros hemos tenido la ocasión de visitarla en numerosas ocasiones, primero como turistas, pero también hemos tenido la suerte de ser guiados por personas que viven allí y conocen el alma de la ciudad.
Si solo tienes 48 horas para descubrirla, obviamente solo podrás rozar la superficie, pero te prometo que incluso con dos días, si sigues nuestro itinerario, podrás sentir algo de la magia de la capital francesa. Con un poco de organización, podrás vivir una experiencia increíble y saborear lo mejor de la ciudad.
La idea no es solo correr de un sitio a otro tachando lugares de una lista, sino vivir la ciudad. Te hemos preparado un itinerario que te permitirá conocer los imprescindibles que ver en París en 2 días, mezclando lo icónico con esos rincones que te harán sentir como un parisino más.
¿Listo para un fin de semana frenético en una de las ciudades más increíbles del mundo? ¡Vamos allá!
Qué ver en París en 2 días – Día 1.
Empezar con un free tour por París
París es una ciudad tan extensa que puede resultar intimidante a primera vista. Por eso, empezar tu primer día en la capital francesa con un free tour nos parece una excelente idea. Estos recorridos guiados te ayudarán a familiarizarte con los puntos más destacados de la ciudad mientras un guía local comparte historias fascinantes y anécdotas curiosas. Además de visitar lugares emblemáticos como Notre Dame, el Louvre o el Barrio Latino, aprenderás detalles sobre la vida cotidiana en París, sus tradiciones y algunos de los secretos que solo los parisinos conocen. Nosotros hemos probado varias de estas visitas guiadas y nos encantaron tanto este free tour por los imprescindibles de París como este free tour de los misterios y leyendas de París.
Torre Eiffel
Tras el tour, es momento de visitar uno de los iconos más reconocibles del mundo: la Torre Eiffel. Construida en 1889 para la Exposición Universal, esta maravilla ha pasado de ser considerada una «aberración» por algunos parisinos a convertirse en el símbolo indiscutible de París. Diseñada por Gustave Eiffel, inicialmente estaba destinada a ser desmontada después de la exposición, pero su éxito como atractivo turístico evitó que desapareciera. Con una altura de 330 metros (incluyendo su antena), la torre fue la estructura más alta del mundo hasta 1930, cuando fue superada por el Edificio Chrysler en Nueva York.
Una curiosidad es que la Torre Eiffel requiere un mantenimiento constante, incluida la aplicación de unas 60 toneladas de pintura cada 7 años para protegerla del óxido. Si decides subir, puedes optar por llegar hasta el segundo piso en ascensor o escaleras, o bien aventurarte hasta la cima. Además de disfrutar de una vista panorámica, podrás conocer más sobre su historia en los paneles informativos. Para los parisinos, la torre es un símbolo tanto de orgullo como de cotidianidad; muchos la consideran parte del “paisaje” de sus vidas.
Si solo tienes un fin de semana en París, lo último que querrás es perder tiempo valioso en las interminables colas que suelen formarse. Por eso, te recomendamos encarecidamente comprar tus entradas con antelación. Si quieres, aquí podrías comprar tu entrada a la cima (tercera planta) de la Torre Eiffel o tu entrada para acceder a la segunda planta.
Campo de Marte y Trocadero
Después de subir a la Torre y admirar las visitas, te recomendamos explorar sus inmediaciones. El Campo de Marte, situado a los pies de la Torre Eiffel, ha sido testigo de eventos históricos y celebraciones populares desde su creación en el siglo XVIII como durante la Revolución Francesa, fue escenario de manifestaciones y mítines políticos. Actualmente, este amplio jardín es el lugar perfecto para relajarse o hacer un picnic mientras se disfruta de la majestuosa vista de la torre. Es común ver tanto a turistas como a locales descansando en su césped, sobre todo en los días soleados.
Desde aquí, puedes cruzar el río Sena hasta el Trocadero, donde se encuentra la plaza con nuestras vistas preferidas de la Torre Eiffel. Este espacio, que incluye los Jardines del Trocadero y el Palacio de Chaillot, fue diseñado para la Exposición Internacional de 1937. Además de su vista privilegiada, en la explanada suelen congregarse artistas callejeros y vendedores, lo que añade un toque vibrante al ambiente.
Les Invalides
Desde el Trocadero, comenzamos un largo paseo siguiendo el río Sena para descubrir algunos de los lugares más bonitos de París que se encuentran en sus alrededores. Empezamos con les Invalides, uno de los monumentos más imponentes de París, tanto por su tamaño como por su historia. Fue construido en 1671 bajo el mandato de Luis XIV para acoger a soldados retirados y heridos, una muestra del deseo del monarca de cuidar de sus veteranos. El edificio destaca por su cúpula dorada, visible desde numerosos puntos de la ciudad. Esta cúpula, de estilo barroco, fue añadida a finales del siglo XVII y simboliza el poder absoluto del Rey Sol.
Hoy en día, Les Invalides es conocido principalmente por albergar la tumba de Napoleón Bonaparte, situada bajo la cúpula central. La tumba, de mármol rojo, está rodeada de estatuas que representan las victorias de Napoleón, y es un lugar de peregrinación para muchos franceses y admiradores de su legado. Además, el complejo alberga el Museo del Ejército, con una extensa colección de armamento, uniformes y artefactos bélicos que narran la historia militar de Francia desde la Edad Media hasta la Segunda Guerra Mundial.
Puente Alejandro III
El Puente Alejandro III es, sin duda, uno de los más majestuosos y elaborados de París. Inaugurado en 1900 para celebrar la amistad franco-rusa, este puente monumental conecta el distrito de Les Invalides con los Campos Elíseos. Su construcción fue un desafío técnico en su época, ya que se diseñó con un solo arco para no obstruir la vista hacia la Torre Eiffel ni hacia los monumentos circundantes.
El puente está adornado con estatuas doradas de ninfas, querubines y caballos alados que simbolizan la fama, la paz y la victoria. Cada extremo del puente está flanqueado por altas columnas coronadas con figuras doradas que representan diferentes virtudes. Durante el atardecer, el puente se vuelve aún más mágico con la iluminación que resalta sus detalles arquitectónicos. Es un lugar muy frecuentado por fotógrafos, parejas y quienes buscan disfrutar de una caminata romántica junto al Sena.
Plaza de la Concordia
En este punto del paseo llegamos a la Plaza de la Concordia, la mayor plaza de París y una de las más cargadas de historia. Durante la Revolución Francesa, este lugar fue conocido como la Plaza de la Revolución y albergó la guillotina que vio las ejecuciones de personajes históricos como Luis XVI y María Antonieta. En la actualidad, la plaza es conocida por el Obelisco de Luxor, un monumento egipcio de más de 3.000 años de antigüedad que fue un regalo del Egipto de Mehemet Ali a Francia en 1831. El obelisco, cubierto con jeroglíficos que celebran los logros del faraón Ramsés II, está coronado por una punta dorada añadida en 1998.
A su alrededor, se encuentran dos imponentes fuentes y estatuas que representan las ciudades más importantes de Francia. Esta plaza también es un punto estratégico en el eje histórico que conecta el Louvre con el Arco de Triunfo. Además, la Plaza de la Concordia es un lugar clave para eventos como el desfile militar del 14 de julio y las celebraciones de Año Nuevo.
Jardines de las Tullerías
Desde la Plaza de la Concordia accedemos a los Jardines de las Tullerías son un oasis de tranquilidad en el corazón de París. Originalmente creados en el siglo XVI como los jardines privados de un palacio que ya no existe, fueron diseñados por André Le Nôtre, el mismo arquitecto que diseñó los Jardines de Versalles. Hoy en día, son un lugar popular tanto para turistas como para parisinos, que acuden aquí para pasear, leer o simplemente disfrutar de una pausa en sus sillas de hierro junto a las fuentes.
Los jardines están decorados con estatuas clásicas y contemporáneas, así como con impresionantes avenidas de árboles que ofrecen un respiro del bullicio urbano. Durante el verano, el espacio acoge una feria popular con una noria que ofrece vistas únicas de la ciudad.
Louvre y Museo d’Orsay
En esta zona se encuentran dos de los museos más importantes: el Louvre y el Museo de Orsay. Ambos son paradas imprescindibles para los amantes del arte, aunque visitarlos en profundidad en solo dos días puede ser complicado y requerirá sacrificar parte de tu itinerario. El Louvre es el museo más grande del mundo y cuenta con más de 35.000 obras, entre ellas la célebre “Mona Lisa” y la “Venus de Milo”. Instalado en un antiguo palacio real, el edificio en sí es una obra de arte con su mezcla de estilos renacentista y moderno, representado por la famosa pirámide de cristal de su entrada. Para optimizar tu tiempo, te recomendamos aprovechar esta visita guiada por el Louvre para ver algunas de las obras más importantes del museo.
A tan solo unos pasos, el Museo de Orsay alberga una de las mejores colecciones de arte impresionista del mundo. Este museo, situado en una antigua estación de tren de principios del siglo XX, es un espacio que destaca tanto por su contenido como por su arquitectura. Hemos visitado varias veces este museo, ya que contemplar las obras de artistas como Van Gogh, Monet, Renoir y Degas nos parece una forma estupenda de escapar por un rato de la vida cotidiana. Para no perder tiempo valioso en las colas, te sugerimos esta visita guiada por el Louvre
Paseo en barco por el Sena
Después de caminar tanto siguiendo el Sena, es el momento de disfrutar de esta arteria vital de París y hacer un paseo en barco por sus aguas para descubrir la ciudad desde una perspectiva diferente. Los famosos bateaux mouches recorren los puntos más emblemáticos, como Notre Dame, el Louvre y la Torre Eiffel, pasando bajo los románticos puentes de la ciudad. Muchos de estos barcos ofrecen también la posibilidad de cenar mientras navegas, con vistas al anochecer que muestran París en todo su esplendor.
El paseo en barco no solo es una experiencia visual, sino que también te conectará con la historia fluvial de la ciudad. Desde tiempos romanos, el Sena ha sido fundamental en la economía y el desarrollo de París. En la actualidad, estos paseos son tanto un atractivo turístico como una actividad que muchos parisinos disfrutan durante las cálidas noches de verano. Si te apetece, podrías reservar aquí tu paseo en barco por el Sena o podrías considerar esta actividad combinada que incluye la entrada a la Torre Eiffel y un crucero por el Sena.
Campos Elíseos y Arco de Triunfo
Para nosotros la mejor manera de terminar tu primer día en París es pasear por a avenida de los Campos Elíseos, una de las avenidas más famosas y elegantes del mundo. Con una longitud de casi 2 kilómetros, conecta la Plaza de la Concordia con el imponente Arco de Triunfo. Lleno de tiendas de lujo, teatros y cafés históricos, este paseo es un símbolo de la elegancia parisina. Tanto turistas como locales acuden a esta avenida para compras o simplemente para disfrutar de su animado ambiente, especialmente durante la temporada navideña, cuando las luces decorativas la convierten en un espectáculo.
Al final de la avenida, el Arco de Triunfo se alza como homenaje a los soldados franceses. Construido por orden de Napoleón tras su victoria en la Batalla de Austerlitz, el arco guarda una fuerte carga simbólica. En su base, se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido, y cada tarde se enciende una llama en su honor. Subir a la cima del arco te ofrecerá una vista impresionante de las 12 avenidas que se irradian desde este punto, así como de los monumentos más icónicos de París. Si te apetece, aquí podrías comprar la entrada al Arco Triunfo. Finalmente, si quieres maravillarte con los principales iconos iluminados de París, no te pierdas este tour nocturno por París.
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Qué ver en París en 2 días – Día 2.
Île de la Cité
Tu segundo día en París comienza en el corazón histórico de la ciudad: la Île de la Cité. Esta pequeña isla en medio del río Sena es el lugar donde nació París hace más de 2.000 años. Hoy en día, sigue siendo un centro lleno de historia y espiritualidad, donde se encuentran algunos de los monumentos más icónicos de la ciudad. Paseando por sus calles adoquinadas, es fácil imaginar cómo era la vida en la Edad Media, cuando este lugar era el epicentro de la vida política y religiosa de Francia.
Entre sus rincones encantadores se destacan la Place Dauphine, una tranquila plaza triangular rodeada de elegantes edificios del siglo XVII, y el Mercado de Flores y Pájaros, donde los domingos se pueden encontrar especies raras de plantas y aves exóticas. La Île de la Cité también es un punto clave en la vida diaria de los parisinos: muchos cruzan la isla cada día camino al trabajo, mientras que los turistas se mezclan con los locales en las terrazas de los cafés.
Notre-Dame
Justo en el corazón de la Île de la Cité se alza la imponente Catedral de Notre-Dame. Este icono gótico, cuya construcción comenzó en 1163 y se prolongó por casi dos siglos, es una joya arquitectónica que sigue fascinando a visitantes de todo el mundo. Aunque sufrió un devastador incendio en 2019 que dañó su techo y aguja, la catedral sigue siendo un símbolo de resistencia y renovación. Desde sus gárgolas hasta sus detallados vitrales, cada rincón de Notre-Dame cuenta una historia sobre la fe, el arte y la evolución de París.
Más allá de su impresionante fachada, la catedral ha sido testigo de momentos históricos cruciales, como la coronación de Napoleón y la beatificación de Juana de Arco. Si decides entrar, no te pierdas la oportunidad de subir a las torres, desde donde podrás disfrutar de una vista única de París mientras imaginas las campanadas de Quasimodo, el mítico protagonista de Victor Hugo. Aunque las visitas al interior pueden estar limitadas debido a las obras de restauración, el exterior sigue siendo un punto clave para comprender la rica herencia de la ciudad.
Sainte-Chapelle
A pocos pasos de Notre-Dame se encuentra la Sainte-Chapelle, una obra maestra del arte gótico que muchos consideran uno de los secretos mejor guardados de París. Construida a mediados del siglo XIII por el rey Luis IX para albergar reliquias sagradas, como la corona de espinas de Cristo, la capilla destaca por sus espectaculares vitrales, que cubren más de 600 m². Estos vitrales narran escenas bíblicas en 1.113 paneles de color que, cuando la luz solar los atraviesa, bañan la capilla en un resplandor místico que deja sin palabras a quienes la visitan.
Además de su belleza, la Sainte-Chapelle es un ejemplo perfecto del estilo rayonnant del gótico, con su verticalidad extrema y la eliminación casi total de paredes sólidas para dar protagonismo al colorido vidrio. En la actualidad, esta capilla sigue utilizándose para eventos culturales y conciertos de música clásica, un testimonio de su atmósfera espiritual y artística. Si quieres, cómprate la entrada a la Sainte-Chapelle y Conciergerie.
En este post, hemos diseñado un recorrido detallado con los imprescindibles que no te puedes perder en París en dos días. Pero si tienes más tiempo disponible, te sugerimos echar un vistazo a nuestro itinerarios más extensos:
Qué ver en París en 3 días – la mejor ruta
Qué hacer en París en 4 días – el itinerario más completo
Montmartre
Después de explorar la Île de la Cité, es hora de dirigirse al norte hacia el bohemio barrio de Montmartre. Este encantador distrito, situado en lo alto de una colina, ha sido durante mucho tiempo un refugio para artistas, escritores y músicos. Desde finales del siglo XIX, Montmartre ha sido hogar de figuras como Picasso, Van Gogh y Toulouse-Lautrec, y su espíritu creativo aún se siente en cada esquina. Pasear por sus callejuelas empedradas es como viajar en el tiempo, con sus cafeterías, tiendas vintage y estudios de artistas que evocan la atmósfera del París de la Belle Époque.
Uno de los aspectos más encantadores de Montmartre es su mezcla entre lo turístico y lo auténtico. Aunque tiene rincones que pueden estar llenos de visitantes, aún es posible perderse en rincones tranquilos donde los parisinos disfrutan de un café o una copa de vino en un bistrot local. Las escaleras que suben por la colina son también parte del encanto, ofreciendo vistas de la ciudad en el camino hacia lo alto. Para nosotros, merece mucho la pena hacer un free tour por Montmartre para no perderte ninguno de los rincones más bonitos del barrio.
Plaza de Tertre
En el corazón de Montmartre se encuentra la Plaza de Tertre, un lugar que parece sacado de una postal. Esta pequeña plaza adoquinada es famosa por los artistas que exhiben y venden sus obras al aire libre, una tradición que se remonta a los tiempos en que Montmartre era el epicentro del arte vanguardista. Aquí, es posible observar retratistas y caricaturistas trabajando en directo, mientras los turistas se detienen para comprar un recuerdo pintoresco de su visita.
A pesar de su fama turística, la Plaza de Tertre sigue siendo un punto de encuentro para los artistas locales y un símbolo del legado bohemio del barrio. Rodeada de cafés con terrazas, la plaza también es un excelente lugar para hacer una pausa y disfrutar de la atmósfera vibrante del lugar. Es fácil imaginar cómo, hace más de un siglo, grandes maestros del arte discutían sobre nuevas corrientes y técnicas en este mismo espacio, mientras el barrio se llenaba de creatividad y experimentación.
Basílica del Sacré-Cœur
Desde la Plaza de Tertre, el siguiente destino es la Basílica del Sacré-Cœur, uno de los puntos más altos de París. Esta basílica, construida a finales del siglo XIX y terminada en 1914, se caracteriza por su inconfundible fachada blanca de travertino, que contrasta con el verde de los jardines que la rodean. El estilo arquitectónico de la basílica es ecléctico, combinando elementos románicos y bizantinos, lo que le da un aspecto único entre las iglesias parisinas.
El interior del Sacré-Cœur alberga uno de los mosaicos más grandes del mundo, que representa a Cristo con los brazos abiertos, una imagen que se ha convertido en un símbolo de acogida para los peregrinos y visitantes. Desde su cúpula, se obtiene una de las vistas panorámicas más espectaculares de París, abarcando toda la ciudad hasta los suburbios.
Moulin Rouge
Después de descender por las colinas de Montmartre, una visita al famoso cabaret Moulin Rouge es casi obligatoria. Fundado en 1889, el mismo año que la Torre Eiffel, el Moulin Rouge ha sido un icono de la vida nocturna parisina durante más de un siglo. Con su característico molino rojo en la fachada, el cabaret es conocido mundialmente por ser la cuna del can-can, un baile que se popularizó a finales del siglo XIX y que todavía forma parte de sus espectáculos.
El Moulin Rouge ha sido inmortalizado en la cultura popular, desde las pinturas de Toulouse-Lautrec hasta películas como la famosa cinta de Baz Luhrmann. Aunque hoy en día los espectáculos son más glamorosos y menos provocativos que en sus inicios, el espíritu festivo y la energía vibrante siguen siendo los mismos. Para muchos parisinos, aunque el Moulin Rouge es más un destino turístico que un lugar frecuentado por locales, sigue siendo un símbolo de la historia bohemia y el espíritu irreverente de la ciudad.
Barrio Latino
Por la tarde, es momento de sumergirse en el Barrio Latino, una de las zonas más vibrantes y culturales de París. Este barrio ha sido durante siglos el hogar de estudiantes y académicos, en gran parte gracias a la presencia de la Universidad de la Sorbona, fundada en el siglo XIII. El nombre «Barrio Latino» proviene del latín, que era la lengua utilizada en la universidad durante la Edad Media. Hoy en día, es un lugar lleno de vida, con cafeterías, librerías, cines y pequeños teatros que atraen tanto a locales como a turistas.
El Barrio Latino combina historia y modernidad de una manera única: puedes encontrar desde ruinas romanas, como las Termas de Cluny, hasta animadas plazas como la Place de la Contrescarpe, donde la vida nocturna es especialmente vibrante. Para nosotros, es muy recomendable aprovechar este free tour por el Barrio Latino para conocer mejor la historia de este barrio único.
Jardines de Luxemburgo
A un corto paseo del Barrio Latino se encuentran los Jardines de Luxemburgo, uno de los espacios verdes más queridos por los parisinos. Estos jardines fueron creados en el siglo XVII por orden de María de Médici, quien deseaba un entorno similar a los jardines de su infancia en Florencia. El diseño original, inspirado en los jardines italianos, ha evolucionado con el tiempo para convertirse en un lugar ecléctico que combina estilos clásicos y modernos.
El Palacio de Luxemburgo, que se encuentra en el corazón del jardín, hoy alberga el Senado francés, pero en su momento fue la residencia de la reina María de Médici. Los jardines son un refugio para quienes buscan escapar del bullicio de la ciudad; aquí, los parisinos disfrutan de un paseo, se relajan junto a la gran fuente central, o practican deporte. Un paseo por estos jardines te permitirá apreciar las estatuas y fuentes repartidas por todo el parque, incluido un pequeño rincón dedicado a la libertad donde se encuentra una réplica de la Estatua de la Libertad. Durante los meses de primavera y verano, el jardín se llena de coloridas flores y es común ver a estudiantes de la cercana Sorbona y familias parisinas disfrutar de un pícnic.
Sorbona y el Panteón
Cerca de los Jardines de Luxemburgo se encuentra la histórica Universidad de la Sorbona, uno de los centros de educación superior más antiguos y prestigiosos del mundo. Fundada en 1257, la Sorbona ha sido un núcleo del conocimiento y la intelectualidad en París durante siglos, atrayendo a estudiantes y académicos de todo el mundo. Las calles que rodean la universidad están llenas de librerías antiguas, cafeterías literarias y un vibrante ambiente estudiantil que aporta una energía única al Barrio Latino.
A poca distancia de la Sorbona, se encuentra el imponente Panteón de París, un mausoleo neoclásico dedicado a los héroes de la nación francesa. Originalmente concebido como una iglesia por Luis XV, el edificio fue reconvertido durante la Revolución Francesa en un monumento laico donde reposan algunos de los personajes más ilustres de la historia de Francia, como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola y Marie Curie. Su diseño arquitectónico, con una fachada inspirada en el Panteón de Roma y una cúpula que domina el horizonte parisino, es un testimonio de la grandeza de la arquitectura neoclásica.
El interior del Panteón es igualmente impresionante, con frescos que narran la historia de los santos y figuras importantes de la iglesia en sus primeros días como iglesia, y esculturas que rinden homenaje a los grandes de Francia. Además de su importancia histórica y cultural, desde la cúpula del Panteón se puede disfrutar de una de las vistas panorámicas más espectaculares de la ciudad, abarcando desde Montmartre hasta los suburbios del sur. Si quieres evitar las colas, podrías comprar tu entrada al Panteón aquí.
Mapa de París en 2 días
Si tienes más de 2 días en París
Si tienes la suerte de disponer de más de dos días para explorar París, hay algunos lugares y experiencias adicionales que no querrás perderte.
Excursión a Versalles
Una de las excursiones más populares desde París es la visita al Palacio de Versalles, ubicado a unos 20 kilómetros de la ciudad. Este majestuoso palacio, símbolo del poder absoluto de los reyes de Francia, es famoso por su espectacular Salón de los Espejos, los amplios jardines diseñados por Le Nôtre y el encantador Petit Trianon, el refugio privado de María Antonieta. La mejor manera de disfrutar de este símbolo de la opulencia y la historia de la monarquía francesa es hacer esta excursión organizada a Versalles desde París.
Excursión a Disneyland
Para aquellos que viajan en familia o simplemente buscan un poco de magia, una excursión a Disneyland París es una opción ideal. A solo 35 minutos en tren desde el centro de París, este parque temático ofrece atracciones emocionantes, espectáculos impresionantes y la oportunidad de conocer a tus personajes favoritos de Disney. Es un lugar donde tanto niños como adultos pueden dejar volar su imaginación y disfrutar de un día lleno de diversión. Nuestra recomendación es aprovechar esta excursión a Disneyland París y olvidarte de la organización.
La Ópera de París
La Ópera Garnier es una joya arquitectónica del siglo XIX que merece una visita, incluso si no asistes a un espectáculo. Este magnífico edificio, con su opulento interior lleno de mármol, dorados y frescos, es un excelente ejemplo del estilo Beaux-Arts. No te pierdas la oportunidad de ver su gran escalera de mármol y el impresionante techo pintado por Marc Chagall. La Ópera también es un símbolo de la rica vida cultural de París y ofrece visitas guiadas para explorar sus secretos. Si quieres saltarte las colas, comprar aquí tu entrada a la Ópera de París
Las Galerías Lafayette
Para los amantes de las compras y la moda, una visita a las Galerías Lafayette es imprescindible. Este emblemático centro comercial, ubicado en el Boulevard Haussmann, no solo es conocido por su impresionante cúpula de vidrio y hierro, sino también por su amplia selección de marcas de lujo y moda francesa. Además, desde la terraza de la azotea, se puede disfrutar de una de las mejores vistas panorámicas de París, incluida la Torre Eiffel.
Torre Montparnasse
La Torre Montparnasse, aunque menos conocida que la Torre Eiffel, ofrece una de las vistas más espectaculares de la ciudad. Desde su mirador en la planta 56, se puede admirar un panorama de 360 grados de París, con la ventaja de que desde aquí se incluye la propia Torre Eiffel en la vista. Este rascacielos es también un recordatorio del París moderno, y su restaurante panorámico es un lugar perfecto para cenar con vistas. Si te apetece visitar este mirador singular, cómprate aquí tu entrada a la Torre Montparnasse
La Défense
Finalmente, si te interesa la arquitectura contemporánea, una visita a La Défense es un plan genial. Este distrito financiero, situado al oeste de París, es conocido por sus imponentes rascacielos y la icónica Grande Arche, una reinterpretación moderna del Arco de Triunfo. La Défense es un contraste fascinante con el París histórico, mostrando el dinamismo y la innovación de la ciudad en el siglo XXI. Aquí, podrás disfrutar de obras de arte al aire libre, amplios espacios peatonales y centros comerciales modernos.
Cómo llegar a París
París está conectada a nivel mundial a través de sus tres principales aeropuertos: Charles de Gaulle, Orly y Beauvais-Tillé, este último principalmente utilizado por aerolíneas de bajo coste. Si llegas a Charles de Gaulle o a Orly, puedes tomar el tren RER o el autobús directo hacia el centro de la ciudad, lo que te llevará aproximadamente entre 30 y 45 minutos. Si aterrizas en Beauvais, ten en cuenta que está más alejado, y el trayecto en autobús dura alrededor de 1 hora y 15 minutos, pero ofrece una conexión directa con la ciudad. Para una comodidad total, los traslados privados son opciones populares, especialmente si llevas mucho equipaje o viajas en grupo. Si quieres, aquí podrías reservar tu traslado privado entre cualquier apuerto y tu hotel.
Cómo moverse por París
Una vez en París, explorar la ciudad es bastante sencillo gracias a su red de transporte público. El metro es el transporte estrella, con más de 300 estaciones, lo que lo convierte en el sistema más rápido para moverse. Sin embargo, el servicio de bicicletas compartidas Vélib’ es una forma ideal de recorrer los barrios con más encanto, como Le Marais o Saint-Germain-des-Prés, disfrutando del ambiente parisino a tu ritmo. Los autobuses también son muy útiles para aquellos que desean evitar el metro, ya que muchas líneas ofrecen vistas panorámicas de la ciudad. Si te busca visitar la ciudad de manera cómoda, también podrías considerar el autobús turístico de París Big Bus.
Dónde alojarse en París
París ofrece alojamiento para todos los gustos y presupuestos. Para quienes quieren estar cerca de los principales puntos turísticos, zonas como el Barrio Latino o el Marais son perfectas, ya que combinan buena ubicación con precios relativamente accesibles. Sin embargo, si prefieres un ambiente más tranquilo y auténtico, barrios como Canal Saint-Martin o Butte-aux-Cailles en el distrito 13, son una excelente alternativa.
Aquí encontrarás alojamientos boutique, apartamentos acogedores y una gran oferta gastronómica a precios más asequibles que en el centro. Además, París tiene un sistema de metro tan eficiente que alojarse fuera del centro no afectará mucho tu experiencia de viaje. Es recomendable reservar con antelación, especialmente en temporada alta, para conseguir las mejores tarifas. Si buscas las mejores ofertas, las encontrarás aquí.
París es, como dijo Hemingway, “una fiesta móvil” que se lleva contigo a donde quiera que vayas y donde cada visita, revela algo nuevo, fascinante y cautivador. Esperamos que nuestro post te ayude que en tu primera visita, teniendo solo dos días, hayas podido saborear algo de la magia de esta ciudad conociendo sus monumentos más emblemático, pero también explorando algunos de sus barrios más auténticos. Estamos seguros que al despedirte de la ciudad, no es un adiós, sino un “hasta pronto”.
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