París es una ciudad que siempre sorprende, con su mezcla de historia, arte y un ambiente único en cada esquina. Hemos tenido la oportunidad de visitarla varias veces, y en algunas de ellas hemos podido conocerla de una manera más cercana. Mi hermano vivió cerca durante su Erasmus y solía llevarnos a lugares que no aparecen en las guías, o como aquella vez en que la madre de una amiga nos invitó a quedarnos en su apartamento con vistas a la Torre Eiffel. Fue una experiencia que nunca vamos a olvidar.
Si has llegado aquí buscando el mejor plan para aprovechar al máximo 4 días en París, ya te avisamos: en otras ciudades ese tiempo suele ser suficiente para disfrutar de lo principal sin prisas, e incluso permitirse un rato de relax. Pero en la capital francesa, hasta con 4 días se necesita una planificación cuidadosa para no perderse nada esencial. ¿Se puede realmente conocer lo mejor de París en tan poco tiempo? Aunque la tarea no es sencilla, este itinerario optimizado te guiará por los sitios más icónicos de la ciudad, para que captures la verdadera esencia de París.
Síguenos por esta ruta cuidadosamente diseñada para descubrir todos los imprescindibles que ver en París en 4 días.
Qué ver en París en 4 días – Día 1. Emblemas de París y la Torre Eiffel
Torre Eiffel
Tu primer día en París empieza de la mejor manera posible: visitando la Torre Eiffel, el símbolo indiscutible de la ciudad y uno de los monumentos más reconocidos a nivel mundial. La torre, diseñada por el ingeniero Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889, originalmente fue vista con escepticismo por muchos parisinos, quienes la consideraban una estructura fea y temporal. Sin embargo, con el tiempo se ha convertido en el orgullo de París.
Te recomendamos llegar temprano para disfrutar de una experiencia más tranquila. La torre tiene tres niveles accesibles al público: el primero y el segundo cuentan con restaurantes, tiendas y miradores. Sin embargo, la joya de la visita es el tercer nivel, situado a 276 metros de altura, desde donde obtendrás una vista inigualable de París. La primera vez que la vimos nos dejó sin palabras como pocas cosas lo han hecho, y estamos seguros de que te ocurrirá lo mismo a ti. Verás la ciudad desplegarse como un mapa vivo bajo tus pies, con monumentos como el Arco del Triunfo, Notre Dame y el Sacré-Cœur destacándose en el horizonte.
Si quieres agilizar tu visita, te recomendamos que adquieras tus entradas con antelación. Aquí podrías comprar tu entrada para acceder a la segunda planta o tu entrada a la cima (tercera planta) de la Torre Eiffel.
Campo de Marte y Trocadero
Después de visitar uno de los monumentos más populares del mundo, para una experiencia más relajada, pasea por los jardines del Campo de Marte, que rodean la torre. Este amplio espacio verde es perfecto para hacer un picnic, descansar y disfrutar de la vista de la Torre Eiffel desde abajo, especialmente al anochecer, cuando la torre se ilumina y cada hora realiza un espectáculo de luces centelleantes. También es un plan interesante realizar este free tour por los alrededores de la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo para conocer mejor la historia de estos dos iconos de la ciudad.
A continuación cruza el río Sena hacia la explanada del Trocadero. Este lugar ofrece una de las vistas más icónicas de París: la Torre Eiffel enmarcada por las elegantes fuentes y jardines del Trocadero. Los jardines del Trocadero están diseñados al estilo clásico francés, con amplias escalinatas, fuentes y estatuas. Es un lugar que nos encanta para sacar fotos o, simplemente, para detenernos y sentarnos a admirar la arquitectura y dejar que la vida parisina fluya a nuestro alrededor. Durante el verano, las fuentes y sus chorros de agua danzan al ritmo del viento, creando un ambiente animado y refrescante.
Puente Alejandro III
Desde el Trocadero, dirígete hacia el Puente Alejandro III, considerado uno de los puentes más hermosos de París. Este majestuoso puente fue construido para la Exposición Universal de 1900 y simboliza la amistad franco-rusa, con su nombre en honor al zar Alejandro III de Rusia. Decorado con estatuas doradas, farolas artísticas y detalles ornamentales, el puente es una obra maestra de la arquitectura Belle Époque.
Además de contemplar su estructura el Puente Alejandro III nos gusta mucho por la vista espectacular que ofrece de varios puntos emblemáticos, como el Gran Palacio, el Petit Palais y la Torre Eiffel. No solo es un lugar para admirar la belleza arquitectónica, sino también un escenario popular para fotógrafos, especialmente al atardecer, cuando las luces doradas de la ciudad se reflejan en el río Sena.
Los Inválidos
Cruza el Puente Alejandro III y te encontrarás en el complejo de Los Inválidos, un lugar histórico de gran importancia en Francia. Construido en 1670 por orden de Luis XIV, Los Inválidos originalmente fue concebido como un hospital y hogar para los veteranos de guerra. Hoy en día, es famoso por albergar la tumba de Napoleón Bonaparte, bajo la impresionante cúpula dorada de la Iglesia de San Luis de los Inválidos.
Además de la tumba de Napoleón, el complejo incluye varios museos, como el Museo del Ejército, que recorre la historia militar de Francia desde la Edad Media hasta la Segunda Guerra Mundial. Este lugar no solo es interesante por su contenido histórico, sino también por su arquitectura grandiosa y sus tranquilos jardines, que contrastan con la agitada vida parisina.
Paseo en barco por el Sena
Por la tarde, relájate con un paseo en barco por el Sena. Estas excursiones fluviales, conocidas como Bateaux Mouches, son una forma encantadora de explorar París desde una perspectiva única. A bordo, pasarás por algunos de los monumentos más famosos de la ciudad, como Notre Dame, la Conciergerie, la Sainte-Chapelle y el Museo d’Orsay.
El río Sena ha sido testigo de la historia de París durante siglos, y navegar por sus aguas (aunque son muy contaminadas como podrán contar los nadadores olímpicos que tuvieron que sufrirlo) te permite conectar con el pasado y el presente de la ciudad de una manera tranquila y romántica, mientras escuches explicaciones históricas. Es uno de nuestros planes favoritos en la ciudad, y si a ti también te apetece, aquí podrías reservar tu paseo en barco por el Sena o también podrías considerar esta actividad combinada que incluye la entrada a la Torre Eiffel y un crucero por el Sena.
Museo d’Orsay
Tras el paseo en barco, dirígete al Museo d’Orsay, un auténtico tesoro de la ciudad y uno de los dos museos que consideramos absolutamente imprescindible en una primera visita (el otro es el Louvre, por supuesto). Ubicado en una antigua estación de tren de finales del siglo XIX, el museo en sí ya es una obra de arte. Su colección se centra en el arte impresionista y postimpresionista, albergando algunas de las obras más importantes de artistas como Van Gogh, Monet, Degas y Renoir. Si quieres evitar las colas, no dejes de comprar aquí tu entrada al museo con antelación.
Arco del Triunfo y Campos Elíseos
Para finalizar el día, recorre los Campos Elíseos, la avenida más famosa de París y uno de los epicentros de la moda y el lujo a nivel mundial. Desde el Obelisco de la Plaza de la Concordia hasta el Arco del Triunfo, esta avenida está repleta de boutiques, cafés y teatros, y siempre es un lugar animado, tanto de día como de noche.
El Arco del Triunfo, encargado por Napoleón tras su victoria en Austerlitz, es un monumento cargado de simbolismo. Subir a su terraza te regalará una vista espectacular de París, con las avenidas que se despliegan como rayos desde la Plaza Charles de Gaulle. Si quieres, aquí podrías comprar tu entrada al Arco de Triunfo. Aquí podrás cerrar tu jornada disfrutando de las luces de la ciudad mientras París comienza a prepararse para la noche. Finalmente, si no quieres perderte los rincones mágicos iluminados, te recomendamos este tour nocturno por París.
Nuestro hotel en París
En nuestra última escapada a París, decidimos alojarnos en el Hôtel des Arts Montmartre, y la elección no pudo ser más acertada. Este hotel, escondido en una tranquila callejuela de Montmartre, parecía sacado de una postal. Nos encantó su ambiente bohemio, con una decoración que homenajea al arte y a los artistas que dieron vida a este barrio icónico. Cada habitación lleva el nombre de un pintor famoso, y la nuestra, dedicada a Toulouse-Lautrec, tenía unas vistas encantadoras hacia los tejados parisinos.
Lo que más nos sorprendió fue el pequeño salón del hotel, que por las tardes se convierte en un espacio cultural: organizan sesiones de lectura de poesía, exposiciones temporales de artistas locales e incluso degustaciones de vinos de la región. Además, estar a un paso de la Basílica del Sagrado Corazón y de los pequeños cafés de Montmartre nos hizo sentir rodeados de un ambiente con un encanto único. Si buscas algo único y con carácter, este hotel es una opción que no te decepcionará. Puedes echar un vistazo y reservar aquí para tu próximo viaje.
Qué ver en París en 4 días – Día 2. El corazón histórico y el Barrio Latino
El segundo día de este itinerario en París te llevará por algunos de los lugares más elegantes y cargados de historia de la ciudad. Desde monumentos imponentes hasta jardines que han sido testigos de siglos de historia, este recorrido combina lo mejor del arte, la arquitectura y la cultura parisina.
Haz un free tour en París
Comienza tu día con un free tour por el centro histórico de París. Este tipo de tours guiados son ideales para tener un primer acercamiento a la historia de la ciudad mientras descubres algunos de sus rincones más emblemáticos. Además de aprender datos históricos interesantes, es una excelente manera de familiarizarte con el ritmo y la energía de París. Si quieres familiarizarte con la historia y la arquitectura de la ciudad, no te pierdas este free tour por los imprescindibles de París o el free tour de los misterios y leyendas de París.
Ópera de París y Galeries Lafayette
Después del tour, sumérgete en el esplendor de la Ópera Garnier, una joya de la arquitectura neobarroca construida en 1875. Este majestuoso edificio fue diseñado por el arquitecto Charles Garnier y es famoso por su grandiosa escalinata de mármol, su fastuoso auditorio dorado y el magnífico fresco en el techo pintado por Marc Chagall. La Ópera Garnier ha sido una inspiración para muchas obras, incluyendo «El Fantasma de la Ópera», y sigue siendo un símbolo de la riqueza cultural de París. Si quieres, reserva aquí tu entrada a la Ópera.
A pocos pasos, las Galeries Lafayette ofrecen mucho más que una experiencia de compras. Este gran almacén es un verdadero palacio de consumo, pero su mayor atractivo es su cúpula de cristal de estilo art nouveau, una obra maestra arquitectónica que data de 1912. No te pierdas la terraza en la azotea, que ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad, con la Torre Eiffel asomándose entre los tejados parisinos.
Plaza Vendôme
La siguiente parada es la Plaza Vendôme, una de las plazas más elegantes de París. Rodeada de edificios simétricos de estilo clásico y tiendas de lujo, esta plaza es un símbolo del refinamiento francés. En su centro se alza la Columna de Vendôme, inspirada en la Columna de Trajano de Roma. Erigida por orden de Napoleón, la columna está cubierta de bronce fundido de cañones capturados durante la Batalla de Austerlitz, y en lo alto se encuentra una estatua del emperador. La plaza es también conocida por ser el hogar de la famosa joyería Cartier y por su historia vinculada a la alta costura.
Plaza de la Concordia
Continúa hacia la Plaza de la Concordia, la más grande de París y escenario de algunos de los episodios más turbulentos de la Revolución Francesa. Este amplio espacio público fue testigo de la ejecución de figuras como Luis XVI y María Antonieta, quienes fueron guillotinados aquí. En el centro de la plaza se erige el Obelisco de Luxor, un monumento egipcio de más de 3.000 años de antigüedad que fue un regalo del gobierno egipcio a Francia en el siglo XIX. La plaza también está adornada con fuentes monumentales y estatuas que representan las ciudades de Francia.
Jardines del Palacio Real y Jardín de las Tullerías
A continuación, pasea por los Jardines del Palacio Real, un oasis de calma en medio de la ciudad. Estos jardines, rodeados por elegantes galerías y edificios históricos, combinan la formalidad clásica con el arte moderno, como las famosas columnas de Buren, que añaden un toque contemporáneo al lugar. Este espacio ha sido frecuentado por la nobleza y la élite cultural parisina desde el siglo XVII.
Justo al lado, el Jardín de las Tullerías ofrece un lugar perfecto para relajarse y admirar la elegancia paisajística del Renacimiento francés. Diseñado por André Le Nôtre, el mismo paisajista que diseñó los jardines de Versalles, el parque conecta el Louvre con la Plaza de la Concordia. Aquí puedes disfrutar de un paseo junto a esculturas de artistas como Rodin y Maillol, o simplemente sentarte en una de las sillas verdes junto al estanque mientras observas la vida parisina.
Notre Dame
Por la tarde, cruza el Sena hacia la Île de la Cité para visitar la emblemática Catedral de Notre Dame (actualmente solamente desde fuera). Aunque aún se encuentra en restauración tras el devastador incendio de 2019, esta catedral gótica sigue siendo un símbolo espiritual y cultural de París. La construcción de Notre Dame comenzó en 1163 y se prolongó más de 200 años, lo que resulta en una mezcla de estilos arquitectónicos. Los detalles de las gárgolas y las vidrieras son fascinantes, al igual que su historia, llena de episodios como la coronación de Napoleón y la consagración de Juana de Arco. Aunque no es posible acceder al interior completo debido a las obras, la visita sigue siendo imprescindible.
Sainte-Chapelle
Muy cerca de Notre Dame se encuentra la Sainte-Chapelle, un auténtico tesoro del arte gótico. Construida en el siglo XIII por orden del rey Luis IX para albergar reliquias sagradas como la corona de espinas, esta capilla destaca por sus espectaculares vitrales. Sus ventanas, que cubren más de 600 metros cuadrados, cuentan con más de 1.000 escenas bíblicas que se iluminan con la luz del sol, creando un efecto de colores vibrantes que deja sin aliento. Es uno de los ejemplos más impresionantes del gótico radiante y un lugar que no puedes perderte. Si quieres saltarte las colas, reserva aquí tu entrada a la Sainte-Chapelle y Conciergerie
Barrio Latino: Jardines de Luxemburgo, Panteón y la Sorbonne
Termina la tarde en el Barrio Latino, empezando la visita con los Jardines de Luxemburgo, un lugar donde los parisinos vienen a relajarse y disfrutar de la belleza natural en medio de la ciudad. Estos jardines rodean el Palacio de Luxemburgo, sede del Senado francés, y fueron diseñados al estilo de los jardines renacentistas italianos, por orden de María de Médici en el siglo XVII. Pasea entre sus estatuas, fuentes y parterres de flores bien cuidados, o alquila un pequeño bote para navegar por el estanque central. Es un lugar perfecto para descansar antes de continuar explorando. Si quieres familiarizarte con este barrio vibrante, también podrías hacer un free tour por el Barrio Latino.
El Barrio Latino es uno de los barrios más históricos y culturales de París. Aquí se encuentra el Panteón, un edificio neoclásico inspirado en la arquitectura griega, que alberga las tumbas de figuras como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo y Marie Curie. Este majestuoso mausoleo se erige en lo alto de la colina de Sainte-Geneviève y ofrece unas vistas impresionantes de la ciudad. Justo al lado está la Sorbonne, la universidad más antigua de París y un símbolo del pensamiento intelectual. Por la noches es un plan genial pasear por las estrechas calles del barrio, llenas de librerías, cafeterías y bistrós que invitan a disfrutar de una cena parisina en un entorno lleno de historia y cultura.
Qué ver en París en 4 días – Día 3. Louvre y Montmartre
Museo del Louvre
El tercer día de tu recorrido por París comienza en uno de los lugares más icónicos del mundo: el Museo del Louvre. Este antiguo palacio real, con su pirámide de cristal en la entrada, alberga más de 35,000 obras de arte y es uno de los museos más grandes e importantes del planeta. La colección del Louvre abarca desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, por lo que necesitarías días enteros para explorarlo por completo. Como tu tiempo es limitado, te recomendamos enfocarte en las obras más reconocidas y emblemáticas.
Entre ellas, destaca la «Mona Lisa», de Leonardo da Vinci, una obra que atrae a millones de visitantes cada año por su misteriosa sonrisa. También está la «Venus de Milo», una escultura griega de más de 2,000 años que encarna la belleza clásica. No olvides pasar por «La Libertad guiando al pueblo», de Delacroix, un símbolo del espíritu revolucionario francés. La sección dedicada a las civilizaciones egipcias y mesopotámicas es igualmente impresionante, con piezas que van desde sarcófagos hasta estatuas milenarias.
Recorrer el Louvre puede ser abrumador debido a su vastedad, por lo que esta visita guiada es la mejor forma de conocer sus tesoros más destacados y entender el contexto histórico detrás de cada una de estas obras maestras. Además, el propio edificio es una joya arquitectónica, con detalles que combinan el lujo renacentista con la modernidad de su emblemática pirámide de cristal, diseñada por I. M. Pei.
Montmartre
Después de una inmersión en el arte, tu siguiente parada es el barrio de Montmartre, la cuna de la bohemia parisina. Este encantador barrio en lo alto de una colina es famoso por su ambiente artístico y sus calles empedradas que parecen haberse detenido en el tiempo. Durante la Belle Époque, Montmartre era el hogar de artistas como Picasso, Toulouse-Lautrec y Van Gogh, quienes encontraron aquí la inspiración para muchas de sus obras más conocidas.
Caminar por sus callejones te lleva a rincones pintorescos como la Place du Tertre, donde los artistas contemporáneos continúan la tradición de pintar retratos al aire libre. Este animado rincón está repleto de cafeterías y terrazas que ofrecen una experiencia auténticamente parisina. Aquí puedes tomarte un respiro, disfrutar de un café mientras observas el ajetreo artístico o también podrías optar por este free tour por Montmartre para no perderte ninguno de los rincones más bonitos del barrio.
Basílica del Sacré-Cœur
La Basílica del Sacré-Cœur se alza majestuosa en lo alto de la colina de Montmartre. Esta iglesia blanca de estilo romano-bizantino no solo destaca por su arquitectura, sino también por su ubicación privilegiada, que ofrece una de las vistas más impresionantes de París. Subir los escalones hasta la basílica es un esfuerzo que se ve recompensado por una panorámica que abarca toda la ciudad, especialmente al atardecer.
El interior de la basílica alberga uno de los mosaicos más grandes del mundo, el Cristo en Majestad, que adorna el techo con un esplendor dorado. La atmósfera dentro del Sacré-Cœur es solemne, y te invita a un momento de reflexión en medio del bullicio turístico. No olvides subir a la cúpula si buscas una vista aún más espectacular de la ciudad.
Moulin Rouge
Antes de dejar Montmartre, es imprescindible una visita al legendario Moulin Rouge. Este cabaret, con su icónico molino rojo en la entrada, es sinónimo de la vida nocturna parisina y de la Belle Époque. Desde su inauguración en 1889, ha sido el escenario de espectáculos que combinan danza, teatro y fantasía. El Moulin Rouge es conocido por haber popularizado el can-can, y aún hoy continúa ofreciendo espectáculos llenos de color, plumas y glamour. Si tienes la oportunidad, asistir a una función nocturna es una experiencia única, pero incluso si solo te acercas para verlo desde fuera, este lugar evoca la magia y el espíritu festivo que definió una era.
Torre Montparnasse
Para nosotros en una primera visita a París, pasar el resto de la tarde en el barrio mágico de Montmartre es el mejor plan, pero si quieres completar tu día con otras experiencias interesantes, te vamos a sugerir unas opciones. Por ejemplo, para una experiencia más moderna y una vista menos convencional de París, la Torre Montparnasse es una opción interesante. Con 210 metros de altura, esta torre ofrece una vista panorámica desde su observatorio en el piso 56. A diferencia de la Torre Eiffel, desde aquí puedes disfrutar de una vista que incluye la propia Torre Eiffel como parte del paisaje urbano, lo que la convierte en uno de los mejores miradores de la ciudad. El acceso es rápido y suele haber menos turistas, por lo que es ideal si buscas una vista espectacular sin largas esperas.
Cementerio Père-Lachaise
Si buscas un paseo más alternativo y lleno de historia, el Cementerio Père-Lachaise es uno de los más famosos del mundo. En este lugar descansan figuras icónicas como Jim Morrison, Oscar Wilde y Edith Piaf. Más allá de su función como cementerio, es un espacio lleno de arte y arquitectura, con tumbas que son verdaderas obras maestras. Pasear por sus caminos arbolados es sumergirse en la historia cultural y artística de París, en un entorno que mezcla lo solemne con la belleza arquitectónica.
La Défense
Para concluir tu día, una visita al distrito de La Défense te mostrará una cara completamente diferente de París. Este moderno centro financiero es famoso por sus rascacielos y su arquitectura futurista. Aquí, el Grande Arche, un enorme cubo blanco que simboliza la apertura y la modernidad, se alinea perfectamente con los Campos Elíseos, creando un contraste entre el París histórico y el contemporáneo. Al caer la noche, las luces de los edificios crean un espectáculo visual impresionante, dando cierre a un día lleno de contrastes y descubrimientos.
Qué ver en París en 4 días – Día 4. Las mejores excursiones
Tu aventura parisina llega a su fin, pero antes de despedirte de esta ciudad mágica, te proponemos dedicar el último día a una excursión en los alrededores de París. Nosotros te recomendaríamos dos opciones, según tus intereses: sumergirte en la historia y la opulencia del Palacio de Versalles o disfrutar de un día lleno de diversión en Disneyland París.
Opción 1: Excursión al Palacio de Versalles
Si eres amante de la historia y la arquitectura, no puedes perderte una visita al Palacio de Versalles, uno de los símbolos más grandiosos del poder y la riqueza de la monarquía francesa. Situado a unos 20 kilómetros de París, Versalles fue originalmente un pabellón de caza hasta que Luis XIV lo transformó en el espléndido palacio que conocemos hoy. Este inmenso complejo no solo fue la residencia oficial de los reyes de Francia, sino también el centro de la vida política y social del país durante más de un siglo.
La visita al palacio comienza en la majestuosa Galería de los Espejos, un salón de 73 metros de largo decorado con 357 espejos y 17 enormes ventanales que reflejan la luz natural de forma deslumbrante. Esta galería no solo impresiona por su belleza, sino también por su importancia histórica: aquí se firmó el Tratado de Versalles en 1919, poniendo fin a la Primera Guerra Mundial. El resto del palacio está repleto de salones y aposentos suntuosamente decorados que ofrecen una visión única de la vida de la corte.
Pero Versalles no es solo el palacio. Los Jardines de Versalles son igualmente impresionantes, con 800 hectáreas de áreas verdes diseñadas por André Le Nôtre. Pasear por sus avenidas bordeadas de estatuas, fuentes y parterres de flores es como viajar al pasado. Además, no te pierdas los dominios de la Gran y la Pequeña Trianon, y el Hameau de la Reine, un pintoresco pueblo rústico que María Antonieta mandó construir para escapar de la rigidez de la vida palaciega.
Visitar Versalles puede tomar fácilmente todo un día, ya que hay mucho por explorar y admirar. Si quieres ahorrar tiempo, te recomendamos esta excursión organizada al Palacio de Versalles o también podrías optar esta excursión al Palacio de Versalles en tren que es una opción más económica.
Opción 2: Disneyland París – Un día de magia y diversión
Para aquellos que prefieren cerrar su viaje con un toque de diversión y fantasía, Disneyland París es la opción perfecta, especialmente si viajas en familia. Ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad, este parque temático combina la magia de Disney con un ambiente europeo único. Desde su apertura en 1992, Disneyland París se ha convertido en una de las atracciones más visitadas de Europa, ofreciendo entretenimiento para todas las edades.
El complejo está dividido en dos parques: Disneyland Park y Walt Disney Studios Park. El primero es el parque principal, donde encontrarás los clásicos castillos de princesas, atracciones icónicas como «Piratas del Caribe» y «It’s a Small World», y espectáculos llenos de magia, como el desfile de personajes y el espectacular show nocturno de fuegos artificiales en el Castillo de la Bella Durmiente. Además, no puedes dejar de subirte a la Montaña Espacial o dejar que los más pequeños disfruten de la zona dedicada a «Toy Story» y «Star Wars».
Por otro lado, Walt Disney Studios Park está enfocado en el mundo del cine y la animación, con atracciones temáticas como «Ratatouille» y la emocionante «Twilight Zone Tower of Terror». También ofrece experiencias interactivas y espectáculos en vivo que te sumergen en el universo Disney.
Disneyland París es un lugar donde la fantasía cobra vida, y es fácil dejarse llevar por la emoción mientras recorres sus calles llenas de color, música y personajes entrañables. Si decides pasar el día aquí, asegúrate de planificar con tiempo qué atracciones y espectáculos deseas ver para aprovechar al máximo tu visita. Aunque un día entero en el parque puede parecer mucho, las opciones son tan variadas que se pasa volando entre risas y emociones. Otra vez, nuestra recomendación es ahorrar tiempo con un tour, la mejor opción es esta excursión organizada a Disneyland París
En este post, te hemos preparado un itinerario completo con los imprescindibles que ver en París en 4 días. Sin embargo, si dispones de menos tiempo, puedes consultar nuestro itinerario más corto:
Qué hacer en París en 2 días – el mejor itinerario para un finde
Qué ver en París en 3 días – itinerario optimizado para 3 días
Mapa París en 4 días
Dónde alojarse en París: las mejores zonas y consejos prácticos
Encontrar el alojamiento perfecto en París puede parecer un desafío, pero elegir la zona adecuada te permitirá aprovechar al máximo tus cuatro días en la ciudad. París se divide en 20 distritos (arrondissements), cada uno con su propio encanto, desde las elegantes calles de la margen derecha hasta el bohemio espíritu de Montmartre.
- Le Marais (Distritos 3 y 4): Con su mezcla de historia, cultura y modernidad, Le Marais es una de las zonas más populares para alojarse. Sus calles empedradas están repletas de tiendas vintage, galerías de arte y restaurantes modernos. Además, estarás cerca de monumentos como la Place des Vosges, el Museo Picasso y Notre Dame. Es una zona animada pero tranquila por la noche, ideal para familias o parejas que buscan un entorno céntrico con encanto.
Recomendación: Hotel de Joséphine Bonaparte. Este hotel boutique está situado en pleno corazón de Le Marais, con decoración elegante, desayuno incluido y excelentes valoraciones en Booking. - Saint-Germain-des-Prés (Distrito 6): Este barrio combina la atmósfera romántica de París con un toque intelectual, siendo hogar de históricos cafés como Les Deux Magots y Café de Flore, que fueron puntos de encuentro de escritores y filósofos. Además, aquí se encuentran la iglesia más antigua de la ciudad, Saint-Germain-des-Prés, y galerías de arte exclusivas. Perfecto para quienes buscan un ambiente refinado y cultural.
Recomendación: Hôtel des Marronniers. Este encantador hotel cuenta con un jardín interior ideal para relajarse después de explorar, y su ubicación lo convierte en un punto perfecto para descubrir el barrio. - Montmartre (Distrito 18): Si buscas una experiencia bohemia, este barrio con sus calles empedradas, artistas callejeros y la Basílica del Sacré-Cœur es tu mejor opción. Aquí también puedes disfrutar de los cafés tradicionales y el famoso Muro del Amor. Aunque está un poco más alejado del centro, el ambiente artístico y los precios más asequibles lo hacen ideal para quienes buscan autenticidad sin gastar demasiado.
Recomendación: Hôtel des Arts Montmartre. Este hotel combina comodidad y diseño acogedor, con vistas espectaculares de la ciudad y excelente relación calidad-precio. - Campos Elíseos y el Distrito 8:Para un viaje más sofisticado, considera alojarte cerca de la avenida más famosa del mundo. Esta zona es ideal para quienes desean estar cerca del Arco de Triunfo, tiendas de lujo y restaurantes exclusivos. Es perfecta para quienes buscan una experiencia parisina de lujo con vistas emblemáticas.
Recomendación: Hotel Splendid Etoile. Con una ubicación privilegiada cerca del Arco de Triunfo, este hotel ofrece habitaciones con balcones y vistas increíbles, además de un servicio impecable.
Opciones según presupuesto
- Presupuesto alto: Alojarse cerca de la Torre Eiffel o en Saint-Germain-des-Prés garantiza comodidad y lujo. Prueba el Shangri-La Hotel Paris para una experiencia inolvidable con vistas icónicas.
- Presupuesto medio: Busca en Le Marais o Montparnasse (Distrito 14), donde encontrarás hoteles boutique como Lenox Montparnasse, con excelente relación calidad-precio y una ubicación conveniente.
- Presupuesto ajustado: Montmartre y el Distrito 11 (cerca de Bastille) ofrecen hostales y alojamientos económicos como Generator Paris, que combina estilo moderno con precios asequibles.
Consejos adicionales
- Transporte: París cuenta con una red de metro eficiente, así que prioriza alojarte cerca de una estación para facilitar tus desplazamientos.
- Temporada alta: Si planeas viajar a París, deberás reservar con tiempo, pero si planeas viajar en primavera o durante las fiestas de fin de año, deberás hacerlo con mucha antelación, ya que las mejores opciones se agotan rápido. Si quieres encontrar las mejores ofertas, solo deberás pinchar aquí.
- Impuestos turísticos: Recuerda que la mayoría de alojamientos en París cobran un impuesto turístico adicional por noche, así que tenlo en cuenta al calcular tu presupuesto.
Cómo llegar a París desde el aeropuerto
París cuenta con tres aeropuertos principales: Charles de Gaulle, Orly y París-Beauvais. Este último suele ser la opción preferida por aerolíneas de bajo coste como Ryanair. Desde cualquiera de ellos, podrás acceder fácilmente al centro de la ciudad gracias a una variada oferta de transporte. Los trenes regionales y los autobuses son opciones cómodas y asequibles, pero si prefieres evitar las complicaciones y el estrés del transporte público, te recomendamos este traslado económico que te dejará directamente en tu alojamiento. Es una opción más cómoda y a menudo sorprendentemente económica.
Cómo moverte por París
París es una ciudad extensa, pero gracias a su eficiente red de transporte público, moverse por la capital es sencillo. El metro es, sin duda, la forma más rápida de desplazarse entre los principales puntos de interés. Además, los autobuses y tranvías te permitirán explorar zonas más alejadas. Si prefieres una opción más turística, el bus panorámico es ideal para disfrutar de las vistas de los monumentos más icónicos de la ciudad mientras te desplazas sin prisas. Si te apetece esta opción, reserva aquí tu ticket para el autobús turístico de París Big Bus.
Esperamos que nuestra guía de 4 días en París te sirva para planificar tu estancia y para que puedas disfrutar de esta ciudad como se debe. París es una ciudad que nunca deja de sorprender, y aunque este itinerario te ha llevado por sus lugares más emblemáticos, siempre habrá más por descubrir en futuras visitas. Esperamos que estos días te dejen con recuerdos inolvidables, fotos memorables y, sobre todo, el deseo de volver pronto a esta ciudad única que sigue inspirando a viajeros de todo el mundo.
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