Escrito por Gábor Kovács
Pocos lugares en Europa permiten observar de forma tan cercana el esplendor que rodeó a una antigua monarquía como el Valle del Loira, en Francia. A lo largo de las orillas del río Loira y sus afluentes, se alzan más de un centenar de castillos que reflejan la ambición y el refinamiento de los reyes, nobles y mecenas del Renacimiento francés.
Estos châteaux no eran simples residencias, sino verdaderas manifestaciones de poder. Muchos fueron ampliados o reconstruidos en los siglos XV y XVI, coincidiendo con el apogeo del Renacimiento, cuando Francia abrazó el gusto por lo italiano. Por eso, aunque algunos conservan trazas medievales, la mayoría destacan por sus líneas elegantes, fachadas simétricas, jardines geométricos y decoración refinada.
Algunos castillos están perfectamente restaurados y cuentan con colecciones de arte, mobiliario original y museos temáticos. Otros, más pequeños y menos conocidos, ofrecen visitas íntimas y una atmósfera más auténtica, a menudo gestionados por familias locales. Y unos pocos todavía se utilizan como residencias privadas o incluso hoteles con encanto.
El Valle del Loira fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, no solo por sus castillos, sino también por su paisaje cultural: viñedos, ríos serpenteantes, pueblos encantadores y ciudades históricas como Tours, Blois o Amboise. No es casualidad que esta región haya sido apodada “el jardín de Francia”.
Para facilitarte el viaje, hemos preparado una guía completa con una selección de 20 castillos imprescindibles, desde los grandes iconos hasta rincones menos conocidos que te sorprenderán. Además, encontrarás recomendaciones de alojamiento, visitas guiadas, horarios, consejos de transporte y datos prácticos para que puedas disfrutar al máximo de esta experiencia.
📝 Cómo preparar tu ruta por los Castillos del Loira
De los más de 100 castillos identificados en el Valle del Loira, más de 70 están abiertos al público. Algunos reciben miles de visitantes al día, como Chambord o Chenonceau, mientras que otros, como el castillo de Montreuil-Bellay o el de Brézé, permanecen relativamente tranquilos incluso en temporada alta.
Planificar una ruta por los castillos del Loira requiere tener en cuenta varios factores: el tiempo disponible, si viajas en coche o en transporte público, el tipo de castillos que más te interesan (grandes, pequeños, rodeados de naturaleza, con jardines, etc.) y, por supuesto, la época del año.
La primavera y el otoño son ideales para evitar las aglomeraciones del verano, disfrutar del clima suave y ver los jardines en todo su esplendor. En invierno muchos castillos reducen horarios o incluso cierran parcialmente, aunque algunos organizan eventos navideños muy especiales.
Una buena ruta combina algunos de los castillos más emblemáticos con otros menos masificados, permitiendo una experiencia más variada y completa. Muchos viajeros se centran en la zona comprendida entre Tours y Blois, donde la concentración de castillos es mayor, pero también merece la pena alejarse un poco y descubrir otras joyas, como el castillo de Saumur o el de Valençay.
Si quieres visitar los castillos desde París en un tour y te apetece una experiencia cómoda y bien organizada, podrías considerar esta excursión a los castillos del Loira desde la capital, ideal si no cuentas con vehículo propio o prefieres dejar la logística en manos de expertos.
🗺 Ruta por 20 castillos del Loira
La mayoría de los castillos más interesantes del Valle del Loira se encuentra entre las ciudades de Angers, en el extremo occidental, y Orleans, al este. Puedes recorrer la ruta en cualquier sentido, pero si es tu primera visita, te recomendamos hacerla de oeste a este. De este modo, irás de menos a más, descubriendo primero castillos más sobrios o desconocidos, para terminar con grandes iconos como Chambord o Chenonceau, que suelen dejar huella incluso en los viajeros más exigentes.
1. 🏰 Castillo de Angers
Comenzamos la ruta en la ciudad de Angers, considerada la puerta de entrada al Valle del Loira. Su castillo es una excepción notable dentro del conjunto de châteaux de la región: más que un palacio renacentista, es una auténtica fortaleza medieval, con 17 torres defensivas, muros de pizarra y piedra caliza, y una presencia imponente sobre el río Maine.
El Castillo de Angers fue residencia de los duques de Anjou y uno de los centros de poder más relevantes del oeste de Francia durante la Edad Media. Además de su arquitectura militar, lo más destacado se encuentra en el interior: la Tapisserie de l’Apocalypse, una obra maestra del arte textil medieval, compuesta por más de 100 metros de tapices del siglo XIV que narran escenas del Apocalipsis de San Juan con un nivel de detalle sorprendente.
La visita incluye un paseo por las murallas, desde donde se obtienen vistas panorámicas sobre el río Maine y la ciudad de Angers. Justo al salir, vale la pena perderse por el casco antiguo, con sus casas entramadas y plazas animadas. Angers es también una ciudad universitaria muy viva, con muchos bares y terrazas junto al agua. Por cierto, mi hermano estudió aquí de Erasmus, así que tengo buenos recuerdos personales del ambiente local.
2. 🏰 Castillo de Plessis-Bourré
A unos 30 kilómetros al norte de Angers, se encuentra uno de los castillos más fotogénicos de toda la región: el Castillo de Plessis-Bourré. A diferencia de muchos otros, este castillo mantiene casi intacta su estructura original del siglo XV, ya que escapó a los daños de guerras y revoluciones. Se trata de un castillo de transición, que aún conserva elementos defensivos medievales (como el foso, el puente levadizo y las torres angulares), pero que también muestra detalles ornamentales más propios del Renacimiento temprano.
El castillo fue construido en solo cinco años por Jean Bourré, tesorero del rey Luis XI. Varios monarcas franceses, entre ellos el propio Luis XI y Carlos VIII, se alojaron en él durante sus viajes. Hoy en día sigue siendo una propiedad privada, aunque se puede visitar con guía y se conserva amueblado, con decoraciones de época, chimeneas monumentales y techos pintados.
El entorno es muy agradable, con el castillo reflejándose en las aguas del foso, creando un efecto espejo muy popular entre fotógrafos. La visita es especialmente recomendable si te interesan castillos bien conservados y con una historia más íntima.
3. 🏰 Castillo de Brissac
Con sus siete plantas y 204 habitaciones, el Castillo de Brissac ostenta el título de castillo más alto de Francia. Se encuentra en el pequeño pueblo de Brissac-Quincé, a unos 15 kilómetros al sur de Angers, ligeramente apartado del cauce principal del Loira, pero la visita compensa con creces el desvío.
El castillo fue construido originalmente en el siglo XI, pero sufrió importantes transformaciones a lo largo de los siglos. El edificio actual combina elementos medievales y renacentistas, con una fachada muy vertical, rematada por torres puntiagudas. Desde hace generaciones, pertenece a la familia del duque de Brissac, que aún reside allí. Las visitas al interior se realizan en grupos guiados, lo que permite conocer salones decorados con muebles de época, tapices, una sala de ópera privada e incluso la bodega donde se produce vino del propio viñedo familiar.
Una leyenda envuelve al castillo: se dice que en sus muros habita el fantasma de la Dama Verde, cuyo asesinato en el siglo XV habría dejado huella. Es uno de los castillos encantados más famosos de Francia, y si te interesan las historias de misterio, aquí tienes una parada curiosa en el itinerario.
4. 🏰 Castillo de Montreuil-Bellay
Si buscas castillos más tranquilos y menos frecuentados por los circuitos turísticos habituales, el Castillo de Montreuil-Bellay es una excelente elección. Se alza en una colina sobre el río Thouet, en un entorno muy apacible, rodeado de jardines, viñedos y calles empedradas. Durante siglos perteneció a distintas ramas de la nobleza, entre ellas la Duquesa de Longueville.
El castillo combina una muralla defensiva del siglo XIII con interiores reformados en estilo renacentista, lo que refleja su doble función militar y residencial. Actualmente está abierto al público, tanto sus jardines como varias estancias amuebladas, y también se puede visitar una parte del circuito subterráneo que servía de bodega y refugio.
El pueblo de Montreuil-Bellay merece por sí solo un paseo. Conserva huellas de su pasado muy antiguo: según los registros, estuvo habitado desde el Neolítico y todavía se pueden ver algunos menhires y restos prehistóricos en los alrededores.
5. 🏰 Castillo de Saumur
Sobre una colina que domina el curso del Loira se alza el Castillo de Saumur, una imagen que parece sacada directamente de un cuento. Fue construido en el siglo XIV por orden del duque de Anjou y más tarde transformado por Luis I de Anjou en una residencia palaciega de estilo gótico, con torres cónicas y tejados puntiagudos que definen su silueta inconfundible.
El castillo ha tenido muchos usos a lo largo de su historia: fue residencia noble, cuartel, prisión e incluso depósito de pólvora durante las guerras. Hoy alberga un museo municipal con colecciones de artes decorativas, tapices, mobiliario antiguo y un museo del caballo que refleja la vinculación de Saumur con la equitación. La ciudad acoge la prestigiosa École Nationale d’Équitation y el famoso Cadre Noir, cuerpo de élite de jinetes franceses.
Además de la visita al castillo, Saumur merece al menos unas horas. Su centro histórico está lleno de casas medievales, plazas animadas y paseos junto al río. Es una buena base para pasar la noche y continuar el viaje hacia el corazón del valle.
6. 🏰 Castillo de Montsoreau
A orillas mismas del Loira, en el corazón del pueblo de Montsoreau, se encuentra uno de los castillos más singulares de esta ruta: el Castillo de Montsoreau. A diferencia de muchos otros, este castillo se construyó literalmente sobre la roca junto al agua, lo que le otorga un encanto especial. Fue levantado en el siglo XV sobre una antigua fortaleza medieval y pronto adoptó una estética renacentista más refinada.
Hoy en día, el castillo alberga un centro internacional de arte contemporáneo, dedicado especialmente al movimiento Art & Language, lo que lo convierte en uno de los pocos castillos del Loira con una propuesta cultural moderna en su interior. Además de las exposiciones temporales, se puede visitar la terraza con vistas al río.
Montsoreau se hizo famoso gracias a la novela La dama de Monsoreau, escrita por Alexandre Dumas, quien se inspiró en este castillo para crear su historia. El pueblo en sí también merece un paseo: sus casas de piedra blanca, sus restaurantes junto al río y la tranquilidad del entorno hacen de esta parada algo muy agradable.
7. 🏰 Castillo de Chinon
En la confluencia de historia, política y literatura se encuentra el Castillo de Chinon, más exactamente la Fortaleza Real de Chinon, en lo alto de una colina con vistas al río Vienne, afluente del Loira. Fue un punto clave durante la Edad Media y acogió episodios tan importantes como la entrevista entre Juana de Arco y Carlos VII en 1429, cuando la joven campesina lo convenció para reconquistar Francia.
El castillo tiene un marcado carácter defensivo, y su estructura es más austera que la de los castillos renacentistas del valle. Aun así, conserva elementos interesantes, como torres, murallas, pasadizos subterráneos y una sala restaurada que recuerda ese encuentro histórico. Durante siglos también fue usado como prisión y llegó a quedar abandonado, aunque actualmente ha sido restaurado y puede visitarse.
Incluso si decides no entrar, la imagen del castillo desde el paseo junto al río es imponente. El centro histórico de Chinon, con sus casas de entramado de madera, callejuelas empedradas y ambiente tranquilo, completa bien la visita.
8. 🏰 Castillo de Ussé
Con torres puntiagudas, ventanas ojivales y una silueta de cuento, el Castillo de Ussé parece salido directamente de una ilustración. No es casualidad: se dice que inspiró a Charles Perrault para escribir La Bella Durmiente, y ha servido también de referencia para diseños de castillos en películas de Disney.
Situado junto al bosque de Chinon, este castillo comenzó como una fortaleza medieval, pero fue transformado en residencia señorial en el siglo XV. Sus propietarios posteriores siguieron embelleciéndolo, incorporando elementos renacentistas y barrocos, como la elegante capilla de estilo italiano que se puede visitar en el recinto.
En su interior se conservan tapices flamencos, mobiliario de época y una curiosa escenografía que recrea escenas del cuento de Perrault a lo largo de una de las torres. Los jardines franceses, diseñados por Le Nôtre, arquitecto de los jardines de Versalles, invitan a pasear entre fuentes, esculturas, parterres geométricos y terrazas con vistas al valle.
9. 🏰 Castillo de Azay-le-Rideau
En pleno cauce del río Indre, el Castillo de Azay-le-Rideau parece suspendido sobre el agua. La ubicación de este castillo, en un pequeño islote, le da una estética única, y el reflejo de su silueta en el río lo convierte en uno de los más fotogénicos del Valle del Loira. Fue construido en el siglo XVI durante el reinado de Francisco I, y su estilo es uno de los más puros ejemplos de la arquitectura renacentista francesa.
Durante el siglo XIX, el castillo perteneció a la familia de los marqueses de Biencourt, que realizaron importantes obras de restauración. El interior, aunque no es tan amplio como el de otros castillos, conserva muebles refinados, chimeneas esculpidas, tapices y techos artesonados que reflejan la elegancia de la época.
10. 🏰 Castillo de Langeais
El Castillo de Langeais conserva la apariencia de una fortaleza medieval, con torres almenadas y un puente levadizo que todavía funciona. Fue mandado construir por el rey Luis XI en el siglo XV sobre los restos de un castillo anterior del siglo X, y es uno de los ejemplos más representativos de la transición entre arquitectura militar y residencia señorial.
En su interior destacan las salas decoradas con mobiliario del siglo XV, tapices flamencos y objetos de la vida cotidiana de la nobleza. Uno de los episodios más importantes ocurridos aquí fue la boda secreta entre Carlos VIII y Ana de Bretaña en 1491, que marcó un hito en la unión de Bretaña con la corona francesa.
Además, el castillo incluye una reconstrucción de la torre del homenaje del siglo X, considerada como una de las más antiguas de Francia, que permite entender mejor el aspecto de las fortalezas primitivas.
11. 🏰 Castillo de Villandry
El Castillo de Villandry es conocido sobre todo por sus jardines ornamentales, probablemente los más cuidados y espectaculares de toda la región. Construido en 1536 por Jean le Breton, ministro de finanzas de Francisco I, fue el último gran castillo renacentista erigido en el Valle del Loira. Su arquitectura es elegante, pero no tan ostentosa como la de otros castillos de la zona.
Lo que realmente hace especial a Villandry son sus jardines diseñados en varios niveles: desde el jardín ornamental con parterres geométricos, hasta el jardín de agua, el jardín del amor, el huerto decorativo y el jardín de hierbas. Todo el conjunto ha sido restaurado a principios del siglo XX por la familia Carvallo, que aún hoy gestiona el castillo y mantiene abierto al público.
La visita es especialmente interesante en primavera y verano, cuando los jardines están en pleno apogeo. Subir a alguna de las terrazas panorámicas permite apreciar el diseño en forma de tapiz desde las alturas.
12. 🏰 Castillo de Amboise
El Castillo de Amboise se alza sobre un promontorio en la orilla del Loira, dominando el paisaje urbano de la ciudad del mismo nombre. Aunque su imagen actual responde sobre todo al Renacimiento francés, sus orígenes se remontan a tiempos celtas, y ya hubo una fortificación defensiva en este lugar en la antigüedad.
Fue residencia real durante los siglos XV y XVI, acogiendo a figuras clave de la historia francesa. Uno de los aspectos más destacados de Amboise es su relación con Leonardo da Vinci, quien vivió sus últimos años en la vecina Mansión de Clos Lucé. El genio italiano está enterrado en la Capilla de San Humberto, que se puede visitar dentro del recinto.
Además de las estancias palaciegas, el castillo cuenta con jardines en terrazas con vistas espectaculares sobre el río. Por la noche, se organiza un espectáculo de luz y sonido que revive los grandes momentos del castillo. Aunque aún no hemos tenido ocasión de verlo, lo recomiendan mucho.
13. 🏰 Castillo de Chaumont-sur-Loire
Con una posición elevada sobre el Loira, el Castillo de Chaumont-sur-Loire ofrece un perfil majestuoso que combina elementos medievales y renacentistas. Fue reconstruido en el siglo XV por Carlos I de Amboise tras la destrucción de la fortaleza original, y más adelante pasó a manos de Catalina de Médicis, figura clave en la historia del castillo.
Su estructura conserva todavía muchas torres almenadas y fosos, y desde su terraza panorámica se obtienen muy buenas vistas del valle. Pero uno de los grandes atractivos del lugar es su Festival Internacional de los Jardines, que se celebra cada año con creaciones florales y paisajísticas muy originales.
Además de los jardines contemporáneos, hay zonas más históricas, como las antiguas caballerizas, la gran escalera central y una colección de tapices.
14. 🏰 Castillo de Chenonceau
El Castillo de Chenonceau es sin duda uno de los más espectaculares y visitados del Valle del Loira. Construido directamente sobre el río Cher, el edificio se prolonga como un puente sobre el agua, creando una imagen verdaderamente icónica.
Conocido como el castillo de las damas, su historia está marcada por mujeres influyentes que lo habitaron o reformaron, como Diane de Poitiers o Catalina de Médicis. Ellas fueron las responsables tanto de la arquitectura del palacio como del diseño de los jardines ornamentales que rodean el edificio, entre los más cuidados del Loira.
El interior del castillo conserva salones decorados con muebles del siglo XVI, galerías, chimeneas y obras de arte. También cuenta con una galería flotante sobre el río, que antiguamente se utilizó como hospital durante la Primera Guerra Mundial. Si quieres, podrías reservar con antelación tu entrada al castillo aquí.
15. 🏰 Castillo de Montrésor
El Castillo de Montrésor es uno de esos lugares que a menudo pasan desapercibidos en las rutas más clásicas del Loira, pero que merece mucho la pena incluir. Se encuentra en el pueblo de Montrésor, una pequeña localidad medieval con calles empedradas, fachadas de piedra y un entorno encantador junto al río Indrois.
El castillo, de dimensiones más modestas que otros grandes palacios del valle, fue transformado en el siglo XIX por un aristócrata polaco, Xavier Branicki, quien lo amuebló con piezas originales, muchas traídas desde su país. Su interior conserva ese aire romántico y refinado, con estancias decoradas con tapices, retratos familiares y objetos de época. También se puede pasear por su jardín paisajístico, que destaca por sus esculturas, caminos sombreados y una atmósfera íntima y relajada.
16. 🏰 Castillo de Valençay
El Castillo de Valençay tiene una historia que lo conecta directamente con España: aquí se firmó el Tratado de Valençay en 1813, que permitió la liberación de Fernando VII tras su cautiverio por orden de Napoleón. Fue también la residencia del príncipe de Talleyrand, uno de los diplomáticos más influyentes de la Francia napoleónica, conocido por sus habilidades políticas y por su gusto refinado.
Su arquitectura mezcla elementos medievales y renacentistas, y en el interior destacan las galerías, salones y pasillos decorados con lujo, además de una impresionante cocina subterránea. Pero lo más popular entre los visitantes es el exterior: el castillo está rodeado por un amplio parque, donde se encuentra el Parque de los Gamos, un espacio verde con animales, zonas de juego y el laberinto vegetal más grande de Francia, ideal si se viaja con niños.
17. 🏰 Castillo de Cheverny
Con una arquitectura elegante y simétrica, el Castillo de Cheverny ofrece una visita muy completa tanto por dentro como por fuera. Fue propiedad de la familia Hurault, financieros cercanos al rey, y aún hoy sigue habitado por sus descendientes, que han mantenido el lugar en un estado de conservación excepcional.
El interior está ricamente decorado con mobiliario del siglo XVII, tapices flamencos, retratos y una biblioteca de más de 2.000 volúmenes. El castillo también posee amplios jardines, un canal y un bosque donde se realizan actividades al aire libre. Una curiosidad que atrae a muchos visitantes es que Cheverny sirvió como inspiración para el Castillo de Moulinsart, residencia del capitán Haddock en los cómics de Las aventuras de Tintín. De hecho, hay una exposición permanente dedicada al universo de Hergé.
Otro aspecto curioso del castillo es su perrera con más de un centenar de perros de caza, que forman parte de una tradición venatoria todavía viva. Ver cómo los alimentan puede ser una experiencia bastante singular.
18. 🏰 Castillo de Blois
El Castillo de Blois fue durante siglos una de las principales residencias de la realeza francesa. Aquí vivieron varios reyes, como Francisco I o Luis XII, y el edificio refleja esta evolución histórica con su curiosa mezcla de estilos: desde el gótico hasta el clasicismo, pasando por el pleno Renacimiento.
Entre los episodios históricos más conocidos que ocurrieron entre estos muros está el asesinato del duque de Guisa en 1588, ordenado por el rey Enrique III. También se cuenta que Juana de Arco fue bendecida en su capilla antes de partir hacia Orleans. El patio interior del castillo es uno de los más fotogénicos del Loira, con su escalera monumental abierta y sus fachadas ornamentadas.
Al salir del castillo vale la pena recorrer el casco antiguo de Blois, con calles adoquinadas, casas de entramado de madera y bonitas vistas al río. La ciudad es también una buena base para visitar otros castillos de la zona. Si quieres reservar tu entrada con antelación, solo deberás hacer clic en este enlace.
19. 🏰 Castillo de Chambord
El Castillo de Chambord no necesita muchas presentaciones. Es probablemente el más reconocible de todo el Valle del Loira por su silueta monumental y su tejado plagado de chimeneas, torres y cúpulas. Fue construido por orden del rey Francisco I como pabellón de caza, aunque su escala resulta todo menos modesta.
El edificio tiene una planta casi cuadrada y está rodeado por un foso y un enorme parque forestal vallado. El interior conserva más de 400 habitaciones y lo más impresionante es sin duda la escalera de doble hélice, atribuida en parte a diseños de Leonardo da Vinci. Esta escalera permite a dos personas subir o bajar al mismo tiempo sin cruzarse.
Si quieres, podrías reservar tu entrada al castillo de Chambord aquí.
20. 🏰 Castillo de Sully-sur-Loire
Situado al este de Orléans, el Castillo de Sully-sur-Loire es uno de los pocos castillos del Loira que aún conserva su aspecto de fortaleza medieval. Rodeado completamente por un foso, con torres circulares y puentes levadizos, ofrece una imagen muy distinta a los castillos más palaciegos del valle.
Fue residencia del duque de Sully, ministro del rey Enrique IV, quien lo amplió y embelleció. A pesar de sus funciones defensivas originales, su interior alberga grandes salones, tapices flamencos y una colección de muebles antiguos.
El castillo está rodeado por un parque tranquilo junto al río y es fácil llegar desde Orléans, por lo que se puede visitar en una excursión de medio día. Es una buena parada para empezar o terminar una ruta por el Valle del Loira.
🗺 Mapa de la ruta por los Castillos del Loira
🧭 Información útil para tu viaje al Valle del Loira
Antes de lanzarte a recorrer el Valle del Loira, conviene tener claro que resulta imposible visitar todos los castillos en un solo viaje. Hay más de 70 abiertos al público, y muchos de ellos requieren tiempo para disfrutarlos con calma. Por eso, lo más recomendable es priorizar la calidad frente a la cantidad: elige unos pocos castillos que realmente te interesen y dedica el tiempo necesario a cada uno.
Los castillos más emblemáticos, como Chambord, Chenonceau o Villandry, suelen tener jardines extensos, museos o colecciones en su interior y, en algunos casos, actividades o espectáculos. Merece la pena pasear por sus espacios ajardinados, que están muy bien cuidados y ofrecen buenas vistas del entorno. En algunos casos, como en Ussé o Azay-le-Rideau, el reflejo en el agua o el entorno boscoso también añade mucho encanto a la visita.
Muchos castillos se encuentran en pequeñas localidades con historia, ideales para parar a comer o dar una vuelta. En tu itinerario puedes incluir también alguna bodega de vinos del Loira, ya que esta zona es una de las regiones vinícolas más importantes de Francia, conocida sobre todo por sus blancos afrutados y espumosos.
Para ayudarte a escoger, en nuestra guía hemos seleccionado 20 castillos que realmente merecen la pena. La selección mezcla castillos famosos, muy visitados y de gran tamaño, con otros más discretos y menos concurridos, que pueden ofrecer visitas más tranquilas y experiencias más personales.
El precio de entrada suele estar entre 10 y 15 euros por castillo. Si piensas visitar varios, puede que te interese adquirir el Châteaux Pass, que permite combinar entradas a distintos castillos con un pequeño descuento. Ten en cuenta que algunos castillos no son visibles desde el exterior si no accedes con entrada, ya que están rodeados de muros o situados en propiedades privadas.
🚗 Cómo visitar los Castillos del Loira
Por libre
Si prefieres organizar el viaje por tu cuenta, lo más práctico es alquilar un coche. El Valle del Loira está relativamente cerca de París, así que puedes volar a la capital y recoger allí un coche de alquiler. Otra opción es hacerlo en ciudades como Orléans o Nantes, dependiendo del sentido de tu ruta, y devolverlo al final del recorrido en el otro extremo.
Una forma distinta de descubrir la región, si te apetece un viaje más activo, es utilizar como base algunas de las ciudades principales del valle —Orléans, Blois, Amboise, Tours, Saumur o Angers— y moverte en bicicleta por los castillos cercanos. El paisaje llano del valle y las rutas bien señalizadas hacen que sea una zona muy agradable para pedalear.
Si quieres saber más sobre una de las puertas de entrada al valle, te dejamos aquí nuestro artículo sobre qué ver en Nantes.
En una excursión desde París
Para quienes no quieren alquilar coche o disponen de pocos días, hay varias excursiones organizadas desde París que permiten visitar algunos de los castillos más representativos. La opción más sencilla es reservar una excursión de un día en español desde la capital. Incluye visitas a castillos como Chenonceau, Chambord y Cheverny o Amboise, según la temporada.
Esperamos que esta ruta por 20 castillos del Valle del Loira y la información práctica que te hemos compartido te sirvan para planear tu viaje con más facilidad. Si tienes otros castillos favoritos en la zona que no hemos incluido, siempre nos encantará conocer nuevas recomendaciones.
¿Te ha gustado el post? No te pierdas más inspiración y contenido exclusivo, ¡síguenos en Instagram!
💸 Ahorra con nuestros enlaces
🏨 Reserva tu HOTEL al MEJOR PRECIO en el VALLE DEL LOIRA
🏛️ Reserva las MEJORES VISITAS GUIADAS y EXCURSIONES en el VALLE del LOIRA
🚗 Elige bien TU COCHE de ALQUILER
Deja un comentario: