Escrito por Rachele Cervaro
Después de más de dos décadas viviendo en Cataluña, muchas de sus tradiciones ya forman parte de nuestra vida cotidiana. Algunas nos sorprendieron al principio, otras las fuimos descubriendo con los años, pero todas tienen algo en común: reflejan la identidad, la historia y el carácter de este territorio.
En este post queríamos hablarte de algunas de las fiestas y costumbres más representativas de Cataluña, que no solo aportan color a la vida local, sino que también pueden ser un motivo extra para organizar tu viaje en determinadas épocas del año. Porque sí, más allá de la arquitectura modernista o las calas de la Costa Brava, Cataluña también se vive a través de sus celebraciones.
Desde una comida entre amigos en pleno invierno hasta noches de fuego y libros en primavera, aquí te contamos cómo se celebran algunas de las tradiciones más queridas por aquí, muchas de las cuales hemos tenido la suerte de vivir en primera persona.
La Calçotada
Si visitas Barcelona entre febrero y marzo, hay una tradición gastronómica muy especial que no te puedes perder: disfrutar de una auténtica calçotada. A continuación te contamos en qué consiste esta fiesta popular tan querida en Cataluña y por qué es mucho más que una simple comida.
Qué es una calçotada
En Cataluña, el invierno empieza a despedirse con un plan muy sabroso: la calçotada. Esta celebración gira en torno a los calçots, unas cebollas tiernas y alargadas, parecidas a los puerros, que se cultivan de forma específica para conseguir ese sabor suave y ligeramente dulce que tanto gusta por aquí.
La calçotada no es solo un tipo de comida, sino todo un evento social que reúne a familias y grupos de amigos al aire libre o en restaurantes rurales. El ambiente es relajado, informal y lleno de buen humor.
Cómo se preparan los calçots
El momento de preparar los calçots tiene su propio ritual. Se enciende un fuego vivo (no brasas), y sobre una parrilla grande se colocan los calçots enteros, tal como vienen del campo, con tierra y raíces incluidas.
Con la llama bien viva, se van asando hasta que la capa exterior queda completamente quemada. A lo largo del proceso se les da la vuelta un par de veces para que se hagan bien por todos lados. Una vez listos, se envuelven en papel de periódico para mantener el calor mientras se termina de cocinar el resto.
Mientras tanto, al lado del fuego se suele aprovechar para preparar carne a la brasa, como si fuera una barbacoa típica. El ambiente es distendido: se bebe vino, se charla, y se comparte entre amigos. Es un momento para disfrutar con calma.
Cómo se comen los calçots
Si cocinarlos tiene su técnica, comerlos también. Aquí no hay cubiertos ni etiquetas: los calçots se comen con las manos. Se coge uno, se retira la capa exterior quemada tirando hacia abajo, se baña bien en una salsa especial (similar al romesco pero con su toque particular) y directo a la boca.
Es muy habitual acompañarlos con vino tinto servido en porrón, un recipiente tradicional catalán del que se bebe sin tocarlo con los labios… y sí, lo más probable es que termines manchado. La gracia está en eso: se trata de disfrutar sin preocuparse demasiado por la ropa.
Dónde hacer una calçotada
La calçotada se puede hacer en una masía, en un merendero o en el jardín de alguna casa rural. Pero si no tienes esa opción, también hay muchos restaurantes que ofrecen menús especiales durante la temporada. En estos lugares te darán un babero (sí, como lo lees) y guantes para protegerte un poco… aunque acabar sucio es prácticamente inevitable.
El resultado: ropa manchada de salsa, manos negras de ceniza, pero muchas risas y buen recuerdo. Para los locales es un plan clásico del fin de semana, y para los visitantes, una forma deliciosa de conocer las costumbres más auténticas de Cataluña.
Si planeas viajar a Barcelona en esta época, una calçotada puede convertirse en uno de los momentos más memorables de tu visita.
La fiesta de Sant Jordi
El 23 de abril se celebra el día de Sant Jordi, una de las tradiciones más queridas en Barcelona y en toda Cataluña. Es una jornada especial porque, aunque no es festivo oficial, el ambiente en las calles es de auténtica celebración. Si tienes la suerte de vivir en la Ciudad Condal o estás de visita en estas fechas, es uno de esos días que se viven con intensidad y emoción. Si en el post anterior hablamos de cómo se despide el invierno en Cataluña, esta vez nos centramos en una fiesta que marca la llegada de la primavera.
La leyenda de Sant Jordi
Seguro que conoces la historia, pero nunca está de más recordarla. Según la leyenda, en un reino lejano —que cambia según quién la cuente— vivía un dragón que atemorizaba a la población. Para mantenerlo tranquilo, los habitantes decidieron entregarle dos corderos al día. Pero cuando el ganado empezó a escasear, no les quedó más remedio que ofrecerle una persona y un cordero cada jornada, elegida por sorteo.
Un día le tocó el turno a la princesa del reino. Justo cuando se dirigía hacia el dragón, apareció el caballero Jordi, que mató a la bestia y salvó a la joven. De la sangre que brotó del dragón nació una rosa roja, que con el tiempo se convirtió en el símbolo de esta fecha.
¿Qué se celebra en la fiesta de Sant Jordi?
En Cataluña, Sant Jordi es mucho más que el patrón del territorio: también se le considera el patrón de los enamorados. Por eso, aquí se celebra con mucha más pasión que el día de San Valentín. La tradición marca que las parejas se regalen una rosa y un libro: él le da a ella una rosa (normalmente roja, aunque hoy en día se ven de muchos colores) con una espiga de trigo, y ella le regala un libro.
Es un día en el que amor, literatura y cultura se combinan en un ambiente muy especial. La rosa simboliza el amor exclusivo, el rojo la pasión, y la espiga representa la fertilidad.
Sant Jordi en Barcelona
Ese día Barcelona se transforma. Las calles principales, como Las Ramblas o Rambla de Catalunya, se llenan de puestos de libros y flores, creando una atmósfera muy especial. El paseo entre las paradas se convierte en una experiencia única, con libros apilados por todas partes y rosas de todos los colores.
Además, muchas librerías y puestos organizan firmas de libros con autores, y se celebran lecturas públicas y otras actividades culturales durante toda la jornada.
Es un día en el que se respira un ambiente especial, donde el romanticismo y la cultura llenan la ciudad de color y emoción. Si estás en Barcelona el 23 de abril, puedes considerarte afortunado: vas a presenciar una de las celebraciones más bonitas del año.
Cada mes de junio, cuando empiezan a sonar los primeros petardos por las calles de Cataluña, uno ya sabe que se acerca la verbena de Sant Joan. Da igual lo que tengas entre manos: ese estruendo típico te recuerda que pronto llega una de las noches más animadas del año. La noche de Sant Joan, también conocida como la Noche de los Fuegos, se celebra entre el 23 y el 24 de junio y es una de las fiestas más intensas y vistosas que puedes vivir en Barcelona. A continuación te contamos cómo se vive esta noche en la ciudad.
La fiesta de Sant Joan
La celebración varía un poco según la zona de Cataluña, pero hay un elemento que siempre está presente: el fuego. Las hogueras se encienden por todas partes, tanto en espacios públicos como en reuniones familiares. Tradicionalmente se quemaban muebles y objetos viejos, acumulados durante el año. Hay quien dice que el fuego sirve para purificar, para alejar las malas energías y empezar el verano con buen pie.
Durante la dictadura franquista se intentó suprimir esta tradición, considerada pagana, pero la gente nunca dejó de celebrarla del todo, aunque fuese de forma discreta.
Y si hablamos de Sant Joan, no pueden faltar los petardos. El ruido empieza desde temprano, y por la noche se vuelve constante. El cielo se llena de humo y luces, y en muchos barrios el sonido de las explosiones dura hasta bien entrada la madrugada del 24.
En esta noche, la gente se reúne en la calle, en la playa o en casas particulares. Muchas calles se cortan al tráfico y se llenan de mesas donde vecinos y amigos comparten cena, bebida y buen ambiente.
Sant Joan frente a la Sagrada Familia
Una de nuestras noches de Sant Joan más especiales la vivimos en un lugar único: cenamos justo delante de la entrada de la Sagrada Familia. Teníamos como fondo la impresionante Fachada del Nacimiento, y la sensación de estar ahí en plena fiesta era mágica. Como si el propio templo vigilara lo que ocurría a su alrededor.
Sobre las 21 h, un grupo de batucada dio comienzo a la celebración encendiendo la llama principal, que después se utilizó para prender la hoguera.
A las 22 h llegó el momento más esperado: la hoguera se encendió entre ritmos de tambores y fuegos artificiales. Mientras el fuego ardía, la gente seguía compartiendo cena y conversación alrededor.
La coca de Sant Joan
La estrella gastronómica de la noche es sin duda la coca de Sant Joan, que puede ser dulce o salada. En nuestra mesa había una buena variedad de cocas dulces: una con fruta confitada, otra con crema y una con lardo. Nos gustaron tanto que solo pudimos fotografiar una antes de que desaparecieran.
La verbena de Sant Joan en Barcelona es una de esas noches que dejan huella. Entre hogueras, petardos, batucadas y conciertos, se respira una energía única que da la bienvenida al verano como ninguna otra fiesta.
La fiesta de la Mercè
Como cada septiembre, Barcelona celebra la fiesta mayor de la Mercè, una de las fechas más esperadas por los barceloneses y una excelente ocasión para vivir el ambiente festivo de la ciudad. Desde 1637, la Virgen de la Mercè es considerada co-patrona de Barcelona, tras una promesa del antiguo Consejo de Ciento que le pidió protección frente a una plaga de langostas. Hoy en día, las fiestas duran alrededor de seis días y ofrecen un sinfín de actividades para todos los gustos.
Conciertos gratuitos por toda la ciudad
Uno de los puntos fuertes de la Mercè es su programación musical. Durante varios días, distintos barrios acogen conciertos gratuitos de estilos muy variados, desde pop y rock hasta electrónica, jazz o música tradicional. Es una excelente forma de descubrir nuevos artistas o ver en directo a nombres ya consagrados, todo sin necesidad de entrada.
La fiesta del fuego: correfocs y piromusical
El fuego tiene un papel destacado en muchas celebraciones en Cataluña, como ya contábamos en la noche de San Juan. Durante la Mercè, la ciudad se llena de espectáculos pirotécnicos, sobre todo en la playa. Uno de los eventos más llamativos es el Correfoc, donde figuras de dragones y demonios lanzan chispas mientras avanzan entre tambores y humo, creando una atmósfera única.
El broche final de las fiestas es el piromusical, un espectáculo que combina fuegos artificiales, música y juegos de luces en las fuentes de Montjuïc. Un cierre espectacular para una semana muy especial.
Tradición y cultura popular
Durante las fiestas también hay muchos actos ligados a la cultura tradicional catalana. Algunos de los más representativos son los desfiles de Gegants (gigantes que representan personajes históricos o populares), los castellers (torres humanas construidas con precisión asombrosa) o los espectáculos de luces proyectados en edificios emblemáticos como el Ayuntamiento.
Actividades para niños
La Mercè es una fiesta pensada para toda la familia. Durante el día hay talleres, espectáculos infantiles y juegos en distintas plazas y parques, para que también los más pequeños lo pasen en grande. Es habitual que muchas familias salgan a la calle juntas para disfrutar del ambiente.
Y para terminar, el piromusical vuelve a reunir a miles de personas en la avenida Maria Cristina, cerrando la semana con una noche de luces, color y emoción. Bienvenidos a las fiestas de la Mercè.
Las tradiciones navideñas cambian bastante según el país e incluso dentro de una misma región. En este post te contamos cómo se vive la Navidad en Cataluña, y en especial en Barcelona, para que si decides pasar estas fechas aquí, sepas qué costumbres son típicas y qué cosas se hacen para entrar en el ambiente local.
Ya se respira la Navidad por todas partes: las calles están decoradas, los escaparates llenos de luces y muchos de vosotros estaréis montando el árbol, el belén o buscando regalos para vuestros seres queridos. Pero en Barcelona hay algunos elementos muy peculiares que no suelen verse en otros lugares: hablamos del Caga Tió y el Caganer, dos personajes que forman parte de las tradiciones navideñas catalanas y que, sí, tienen algo en común… cagan.
El Tió
El origen del Tió está en una antigua tradición rural: era un tronco grande que se quemaba en casa durante las fiestas para dar luz y calor. Con el tiempo, esta costumbre fue transformándose hasta llegar a lo que conocemos hoy: un tronco sonriente, con ojos pintados, una mantita por encima y un gorro típico catalán llamado barretina.
El Tió se coloca en casa al empezar el Adviento, y desde entonces los niños lo cuidan y le dan de comer. Tradicionalmente se le ofrecían cáscaras de fruta o restos de comida, y lo que no se comía lo retiraban los padres. Cuanto más come, más regalos «caga»… y esa es la gracia del asunto.
La noche del 24 de diciembre o el día de Navidad, los niños le cantan una canción al Tió mientras lo golpean con un bastón para que suelte los regalos. La escena es tan curiosa como divertida, y es una de las tradiciones más queridas en las familias catalanas.
Una de las caniones más conocidas que se canta al Tió dice algo así:
Caga tió
ametlles i torró
no caguis arangades
que són massa salades
caga torrons
que són més bons
Caga tió
ametlles i torró
si no vols cagar
et donaré un cop de bastó
El Caganer
La otra figura imprescindible en el imaginario navideño catalán es el Caganer. Tradicionalmente representa a un campesino con ropa típica catalana, agachado con los pantalones bajados y el culo al aire, escondido en un rincón del belén.
Se dice que colocar un Caganer en el belén trae buena suerte. Y aunque el personaje original era un simple payés, hoy en día puedes encontrar Caganers de todo tipo: políticos, futbolistas, famosos… cada año salen nuevas versiones, y los puestos navideños se llenan de figuras originales.
El significado del Caganer tiene varias interpretaciones, pero una de las más extendidas es que sus excrementos fertilizan la tierra. Así que se considera un símbolo de fertilidad, prosperidad y buenos deseos para el nuevo año. Si vas a pasar la Navidad en Barcelona, verás que estas tradiciones forman parte de la vida cotidiana en estas fechas.
Semana Santa en Cataluña
España es un país con una fuerte tradición católica, y como en muchos otros lugares con esta herencia, la Semana Santa es una de las celebraciones religiosas más importantes del año. En estas fechas se organizan actos por todo el país, tanto en grandes ciudades como en pequeños pueblos. En este artículo nos centramos en cómo se vive la Semana Santa en Cataluña, especialmente en Barcelona, donde, aunque las celebraciones son algo más modernas que en otras zonas como Andalucía, siguen muy presentes en la vida cultural local.
Si estás pensando en hacer una escapada a Barcelona durante estas fechas, es una oportunidad interesante para conocer una faceta distinta de la ciudad. Además de ser una época ideal para pasear por sus calles y descubrir su arquitectura, también podrás ver de cerca algunas tradiciones religiosas que siguen vivas.
Procesiones de Semana Santa
La Semana Santa comienza oficialmente con el Domingo de Ramos, que tiene lugar el domingo anterior a Pascua. Ese día es tradicional que las madrinas regalen a sus ahijados una palma decorada si es niña, o un palmón alto si es niño. Estos se llevan a misa para ser bendecidos y, según la tradición, después se cuelgan en las puertas de las casas, donde permanecen hasta el Carnaval del año siguiente.
La procesión del Domingo de Ramos se conoce como «La Burreta» y representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Marca el inicio de una semana en la que se celebran numerosas procesiones por distintos barrios de Barcelona, sobre todo por el Gótico y Las Ramblas. Algunas de las más conocidas son la de «Nuestra Señora de las Angustias» y la de «Nuestro Padre Jesús del Gran Poder«. El Viernes Santo tiene lugar la procesión de «María Santísima de la Esperanza Macarena«.
Como decíamos antes, en Barcelona las procesiones tienen un aire más moderno y menos solemne que en otras ciudades españolas. Pero si quieres vivir una experiencia más parecida a la Semana Santa andaluza, te recomendamos acercarte a Hospitalet de Llobregat, muy bien conectado con el centro de Barcelona en metro. Allí, buena parte de la población tiene raíces andaluzas y las procesiones mantienen un estilo más tradicional. Las calles se llenan de penitentes con túnicas y capuchas, y lo más llamativo es ver cómo se cargan los pasos: enormes estructuras con imágenes religiosas que se transportan sobre los hombros de los costaleros. Algunos incluso caminan descalzos, siguiendo la tradición más austera.


Comida típica de Semana Santa
En la tradición católica, el Viernes Santo es día de abstinencia de carne, por lo que el bacalao se convierte en el plato estrella. Se prepara de muchas formas diferentes y es muy habitual encontrarlo en los menús de esta semana.
Como en cualquier celebración que se precie, no falta un dulce típico. En Cataluña, la gran protagonista es la Mona de Pascua, que se come el Lunes de Pascua. Antiguamente, era un bizcocho con huevos duros, pero hoy en día muchas pastelerías elaboran auténticas esculturas de chocolate. Las hay de todos los tamaños y precios, y muchas se convierten en pequeñas obras de arte con figuras de personajes infantiles o escenas divertidas. Es tradición que el padrino regale la mona a su ahijado o ahijada, y suele ser un momento muy esperado, sobre todo por los más pequeños.
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Me encantaron, este año los probé y me atasqué hasta que me cansé ajaj. Me gusta más la versión al aire libre con los amigos.
A nosotros también nos gusta más al aire libre, es más divertido y en un entorno más relajado.
Lo bueno es que son cebollas sin gusto a cebolla 🙂
Que ricas se ven 😀 me recuerdan a las cebollitas asadas que podemos encontrar en las taquerias de Mexico ^^
Saluditos!
Sabemos que tenemos que ir a Mexico!!!! Otra cosa más para añadir a nuestro listado!!! Gracias!!
No sé si estarán buenos, pero seguro que te echas unas buenas risas. Y con el vino que se bebe antes, durante y después no te cuento jajajaja ¡Salud!
Mauxi, el próximo año vienes a Barcelona y hacemos una todos juntos!!!! Te aseguro que te va a encantar!!!!
Honestamente no me resulta nada apetecible 😉
¡Pero si que parece muy divertido! Me lo voy a fichar para cuando ande por esas fechas por Catalunya
Alejandro están muy buenos!!!! La próxima vez organizaremos una todos juntos!!!