Yangón (Rangún) es la capital antigua de Myanmar y la principal ciudad colonial (llamada Rangoon por los británicos). Es la típica entrada al país para los viajeros, ya que aquí llega la mayoría de los vuelos internacionales. Es una ciudad que tiene varios rincones con encanto y cuenta con una de las pagodas más bonitas que ver en Myanmar. Aquí te contamos nuestra experiencia en Yangón.
Primeras impresiones de Myanmar
Dejada una mochila grande en Bangkok en casa de nuestro amigo (ahora probaremos viajar con solo una mochila grande), hemos llegado a Yangón, la capital de Myanmar (nosotros la llamaremos así, aunque desde el 2005 oficialmente ya no es la capital, los generales de la dictadura eligieron otra ciudad en el norte), y hemos encontrado exactamente lo que habíamos oído de otros viajeros o mejor dicho no lo encontramos…alojamiento. Ya sabíamos que Myanmar está viviendo un “boom” de turismo gracias a varias cosas : su expedición de visado mucho más liberal que antes (si quieres te lo hacen el mismo día sin plantearte muchos problemas), la visita de Obama, etc..
Mientras tanto la infraestructura del país no está nada preparada para recibir la cantidad aumentada de visitantes y encima, en muchos hoteles han subido los precios descaradamente, sabiendo que por el momento hay más demanda que oferta. Nosotros pateamos una hora sin encontrar una cama, todo estaba a tope, al final tuvimos suerte y encontramos un hostal bastante decente y más barato que los otros que estaban llenos.
Explorando el centro de Yangón
Yangón es una ciudad bastante tranquila aunque hay bastante tráfico de autobuses y coches, sin embargo no está permitido andar en moto, cosa que reduce mucho el ruido con respeto a las otras capitales del Sudeste Asiático. La primera impresión es que la gente es muy amable, hay bastante turistas pero las personas locales siguen mirándote mucho, todos te sonríen, especialmente las chicas sonríen sobre todo a Rachele.
Tienen un alfabeto muy raro, las letras son todos circulitos y parecen todas iguales hasta los números se escriben con símbolos redondos. Así que para saber cuál bus local hay que coger, es un buen lío, siempre hay que girar con un papelito con el número nuestro y en el idioma local, ya que mucha gente no sabe leer las letras y los números árabes.
Aunque la religión principal de Myanmar es el budismo, hemos encontrado muchísimas mezquitas y iglesias. En una mezquita charlamos con un señor que nos contó que en total hay 99 mezquitas en el centro y que vienen de la época colonial cuando los ingleses tenían muchos negocios con los musulmanes.
Cambio de divisa en Myanmar
Yangon es una ciudad llena de vida con muchos locales callejeros y muchos edificios coloniales de la época inglesa. La primera cosa que hicimos nada más despertarnos fue ir a un banco para cambiar los dólares a la moneda local. Ya os dijimos que a Birmania hay que venir con dólares nuevos para que te lo cambien en kyatts (la moneda local) ya que no aceptan los dólares si están doblados o tienen una pequeña marca.
Por lo que sabíamos en Myanmar no hay cajeros, nosotros hemos visto unos cuantos aunque no sabemos cuánto se puede sacar, ni las condiciones. Cuando entramos en el banco nos sorprendió el hecho que hay dos chicas que te abren la puerta y te acogen, todas vestidas con un uniforme muy elegante.Tanto los dólares como los euros, los cambian bien, aunque el cambio de los dólares es un poco mejor. En Myanmar no tienen billetes muy grandes así que aunque cambies poco dinero te dan tantos billetes que te sientes como Bill Gates!! $$$$$$
Ricos y contentos fuimos a dar un paseo por la ciudad, pasamos por el edificio colonial de la época inglesa quizás más importante de la ciudad: el ayuntamiento; dimos una hojeada a la pagoda Sule Paya, nos sumergimos en la vida callejera con muchos mercadillos y sitios de comida por todas partes.
Vimos los edificios del tribunal supremo y de la aduana e intentamos ir a ver el río, pero no lo conseguimos, ya que en la orilla solo hay un puerto. En cambio, encontramos un mercadito con lugares de comidas muy local y unos chicos jugando al sepak takraw, os acordáis? El juego con la pelota de bambú que vimos en Laos.
Ya desde los primeros momentos en el país nos dimos cuenta que los birmanos tienen mucho en común con los indios, mastican unas hojas que les dejan la boca roja, te miran mucho y la comida lleva especias similares a la cocina india, como el rico biryani con pollo y cordero que comimos en un puesto.
Por la tarde cogimos un bus local que nos dejó al lado de un parque con el lago Kandawgyi. El gobierno quiere recaudar fondos de los extranjeros, haciéndoles pagar por cualquier cosa y también para entrar al parque del lago Kandawgyi nos pidieron dinero. A nosotros nos pareció ridículo pagar por entrar en un parque y encontramos la manera de entrar sin pagar a través del parking del restaurante Signature. El parque es muy bonito con muchos puentes en el lago y un montón de parejitas sentadas en cada rincón.
La maravillosa Shwedagon Paya
La atracción más importante, la hemos dejado por último. Antes del atardecer fuimos a la Shwedagon Paya que es probablemente la estupa dorada más impresionante que hemos visto. La Shwedagon Paya es 100 metros de alto y es la pagoda más importante del país. Hemos pasado un buen rato dando vueltas por el recinto y esperamos la noche para ver la estupa iluminada; muy bonita! Aquí volvimos a encontrar a Gerard y Amanda, unos chicos americanos con los cuales compartimos el taxi desde el aeropuerto.
Algunas curiosidades: la diferencia horaria en Myanmar son 30 minutos con respecto a Tailandia, en los templos de Myanmar, por primera vez no les basta que te quites solo los zapatos para entrar, sino hay que quitarse los calcetines también. Otra cosa aún más curiosa fue encontrar un par de ordenadores en la misma pagoda con internet y con la etiqueta “Foreigner only”, en los hostales no hay wifi, pero aquí en el templo había…
Nos despedimos de Yangón a que volveremos para coger el vuelo de vuelta. Próxima parada Bago!
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