Escrito por Gábor Kovács
La Provincia de Barcelona más allá de la ciudad y sus alrededores suele quedar un poco olvidada entre quienes visitan Cataluña. Es habitual que la Costa Brava en Girona o las montañas del Pirineo, como el Parque Nacional de Aigüestortes en Lérida, acaparen más atención. Sin embargo, el Berguedà tiene un encanto muy especial que merece la pena descubrir.
Esta comarca ofrece una gran variedad de opciones para todo tipo de viajeros: desde apasionados del senderismo y la naturaleza, hasta familias que buscan planes culturales o simplemente desconectar unos días. En este post te proponemos 13 planes imprescindibles para disfrutar al máximo una escapada de fin de semana por Cataluña con base en el Berguedà.
Qué ver y hacer en el Berguedà – 13 planes para todos los gustos
Pedraforca, el monte más hermoso de Cataluña
Para nosotros, que disfrutamos mucho de la montaña y el senderismo, la Pedraforca es un icono que no podía faltar en esta lista. Es una de las montañas más conocidas y reconocibles de Cataluña gracias a su forma tan característica de «U», con dos picos separados por un collado, que según cuenta la tradición popular, está relacionado con historias de brujería. Personalmente la consideramos la montaña más bonita de Cataluña, y solo algunos picos del Parque Nacional de Aigüestortes podrían rivalizar con su belleza.
La Pedraforca forma parte del Parc Natural del Cadí-Moixeró, en el Prepirineo, y subir al Pollegó Superior (2.506 metros), su cima más alta, es una excursión que recomendamos sin dudar para los que tengan experiencia y ganas de reto. Aunque no es la montaña más alta de los Pirineos, la ascensión tiene su dificultad y exige estar preparado, pero las vistas y la experiencia valen mucho la pena.
Saldes y Gósol, dos pueblos preciosos a los pies de la Pedraforca
Si te mueves por la zona del Massís de Pedraforca, te aconsejamos que aproveches para visitar dos pueblos con mucho encanto y con unas vistas increíbles. Gósol es un pequeño pueblo con un aire artístico y cultural muy especial. Aquí puedes visitar el Castillo de Gósol, que data del siglo X, y pasear por sus calles empedradas donde, en su momento, Picasso pasó una temporada que marcó su evolución artística. Es un lugar con mucha historia y un ambiente tranquilo que invita a perderse.
Por otro lado, Saldes es otro pueblo que merece una visita, no solo por su belleza, sino también por sus panorámicas excepcionales del Pedraforca. Aquí puedes acercarte al Castillo de Saldes, con una base de torre imponente, y también recorrer el camino hacia el Santuario de Gresolet, al que se llega tras una caminata agradable por el Valle de Gresolet. Este paseo es ideal para desconectar rodeado de naturaleza y para quienes buscan un plan familiar o relajado.
Bagà, uno de los pueblos más bonitos del Berguedà
Entre los pueblos de la comarca, si tuviera que recomendar uno para pasear con calma, sin duda sería Bagà. Su casco antiguo conserva un aire medieval muy bien cuidado, con casas de piedra que rodean la plaza de Galcerán de Pinós, una de las plazas con pórticos más bonitas de Cataluña. El ambiente que se respira allí es muy auténtico y acogedor, ideal para tomar un café o pasear sin prisas.
Además, en Bagà puedes visitar la iglesia de Sant Esteve, de estilo románico-gótico, y cruzar el Puente de la Vila, que añade un encanto extra al pueblo. Si te gusta la naturaleza, muy cerca está la cascada del Bullidor de Llet (que significa “hervidor de leche”), un salto de agua que por su espuma blanca recuerda a la leche hirviendo, un espectáculo natural que merece la pena descubrir.
Castellar de n’Hug y la fuente del Llobregat
Aunque el nombre de Castellar de n’Hug pueda parecer complicado, este pueblo es uno de los más encantadores de la comarca. Su casco antiguo mezcla madera y piedra, con casas que transmiten un ambiente rural muy cuidado. Una curiosidad local es que aquí se celebra cada año un concurso internacional del perro pastor, algo que habla de la tradición ganadera y pastoral que sigue viva en la zona.
Pero sin duda, lo más especial de Castellar de n’Hug es la visita a las fuentes del río Llobregat, que están muy cerca del pueblo. Para quienes vivimos en Barcelona, donde el Llobregat desemboca tras recorrer casi 200 km, resulta emocionante ver su origen en esas pequeñas fuentes de montaña. La ruta desde el parking del pueblo hasta las fuentes es agradable, con un descenso cómodo en la ida y una subida un poco más exigente al regreso. Calcula una hora ida y vuelta si quieres hacer una parada para fotos y disfrutar el paisaje.
Berga y la Patum, una fiesta impresionante
La capital del Berguedà, Berga, puede no ser la ciudad más bonita a primera vista, pero su valor cultural es enorme. La ciudad acoge la Patum de Berga, una fiesta popular declarada Patrimonio de la Humanidad que tiene lugar cada año entre finales de mayo y junio, coincidiendo con el Corpus Christi.
La Patum es una mezcla de teatro, ritual y espectáculo, con más de cuatro siglos de historia. El fuego juega un papel protagonista, y durante los días de fiesta se lanzan miles de petardos y cohetes que llenan las calles de ruido y energía. Vivir la Patum es una experiencia única y muy intensa, aunque hay que tener en cuenta que puede ser agobiante por la cantidad de gente y la intensidad del evento. Para quienes disfrutan de las tradiciones populares, es un plan imprescindible si visitas la comarca.
El Santuario de Queralt
A pocos kilómetros de Berga se encuentra otro lugar emblemático que no puedes perderte: el Santuario de Queralt. Situado en la cima de un monte de 1.200 metros, este santuario barroco alberga la venerada imagen de la Virgen de Queralt, una de las más importantes de la región. También puedes visitar la Santa Cueva, donde, según cuenta la leyenda, fue encontrada la imagen.
Las vistas desde el santuario son de las mejores que se pueden disfrutar en la comarca, razón por la que se conoce como el Balcón de Cataluña. Además, desde aquí parten varios senderos que llevan a fuentes como la Font Negre o a pequeñas ermitas escondidas entre el bosque, perfectos para caminatas tranquilas y disfrutar de la naturaleza en calma.
Recorrer parte del Camí dels Bonhomes
Desde el Santuario de Queralt, uno de los puntos más emblemáticos del Berguedà, arranca una de las rutas más fascinantes de Cataluña: el Camí dels Bonhomes. Esta travesía, de aproximadamente 200 km, sigue el mismo recorrido histórico que hicieron los cátaros de Occitania, aquellos que huyeron de la persecución desde el sur de Francia. Los cátaros defendían una versión sencilla y espiritual del cristianismo, sin jerarquías ni imposiciones, algo que la iglesia católica de la época no aceptó. Hoy puedes seguir sus pasos desde Queralt hasta el Castell de Montsegur en Francia, atravesando parajes naturales y pueblos con mucha historia.
La ruta está señalizada como sendero de Gran Recorrido (GR-107) y varios tramos cruzan el Berguedà, pasando por localidades como Gósol y Bagà. Recorrer aunque sea una parte de este camino es una experiencia única para quienes disfrutan del senderismo y la historia. Personalmente, lo que más me sorprendió fue la sensación de estar conectando con un pasado tan remoto, en medio de paisajes que parecen detenidos en el tiempo.
Can Vidal, las colonias industriales del Berguedà
El Berguedà también tiene una fuerte huella industrial gracias al río Llobregat, que en el siglo XIX fue clave como fuente de energía para las colonias textiles que se establecieron en la comarca. Durante décadas, estos tejidos fueron famosos a nivel mundial. Hoy, de las 15 colonias originales pocas mantienen su estructura, aunque algunas están vivas gracias a comunidades que las habitan.
Una de las colonias más conocidas es Can Vidal, en Puig-Reig, que funcionó entre 1901 y 1980. Este lugar es hoy un museo donde ofrecen visitas guiadas que explican la vida cotidiana en estas comunidades. Los sábados, además, se organizan visitas teatralizadas, que nos parecieron un plan muy recomendable para ir con niños. La manera en que recrean la vida en la colonia hace que tanto mayores como pequeños puedan entender cómo era la vida de los trabajadores, algo que me pareció fascinante y emotivo.
Pobla de Lillet y la Serra del Catllaràs
Otro rincón para descubrir es La Pobla de Lillet, un pueblo con encanto situado junto al río Llobregat. Su joya son los Jardines Artigas, diseñados por Antoni Gaudí para la familia Artigas como muestra de agradecimiento por su hospitalidad. Los jardines son una pequeña obra de arte en sí mismos, con fuentes, bancos y detalles que solo Gaudí podría crear.
Pero para nosotros, lo más especial fue la excursión por la Serra del Catllaràs. Este espacio natural es una auténtica joya para los amantes del senderismo, con bosques de robles, hayas y pinares que lucen especialmente bien en otoño. A menudo, está fuera de las rutas más concurridas, por lo que ofrece una experiencia tranquila y auténtica. Recorrer sus senderos fue uno de los momentos que más disfrutamos, especialmente por la combinación de naturaleza y silencio.

Presa de la Baells
Muy cerca de la Serra del Catllaràs se encuentra la Presa de la Baells, un lugar que vale la pena visitar especialmente si viajas con familia. Construida en los años 70 para abastecer la industria textil local, la presa terminó teniendo un papel fundamental en el suministro de agua para Barcelona y el Baix Llobregat. Además, genera electricidad y controla las riadas que antes causaban graves daños y pérdidas humanas.
La visita a la presa es una experiencia diferente, con un enfoque muy didáctico e interactivo. A cada visitante se le entrega una caja de herramientas para «convertirse en ingeniero» por unas horas. Hay que anotar detalles importantes durante la explicación del guía, que luego se usan para resolver una actividad al final. Mis hijos disfrutaron mucho de esta dinámica, y para nosotros fue una forma clara de entender la importancia del agua y los impactos de las infraestructuras hidráulicas. También aprendimos sobre cómo estas presas afectan la cantidad de sedimentos que llegan a zonas naturales como el Delta del Llobregat o el Delta del Ebro.
La construcción de la presa creó el Pantano de la Baells, un espacio muy valorado por quienes visitan la zona. Es ideal para practicar deportes acuáticos, y la mejor forma de disfrutarlo es en kayak. Durante el paseo en kayak se puede contemplar el monasterio del pueblo de Sant Salvador de la Vedella, un asentamiento que quedó sumergido al llenarse el embalse. Además de navegar, en verano es posible nadar y pescar en el pantano, lo que lo convierte en un destino familiar muy completo.
Mines de Cercs – la revolución industrial desde una mina
Otro lugar que nos impactó mucho fue la mina de Sant Romà de Cercs. Durante casi un siglo, desde 1885 hasta 1991, esta mina de carbón fue un pilar económico para la comarca y ahora se puede visitar con niños. El recorrido empieza con un toque divertido: ponerse un casco y subir a un pequeño tren amarillo que lleva hasta una galería de la mina. Luego se vuelve caminando, pasando por exposiciones con herramientas y objetos de la época, pero lo que más nos llamó la atención fue el propio túnel iluminado, que da una idea de las condiciones que vivían los mineros.
De nuestro guía y el museo exterior aprendimos cómo trabajaban en condiciones durísimas, con poca protección y sin la formación adecuada. Nos recordó a las minas de Potosí en Bolivia, aunque en Cercs la actividad fue un poco más moderna. El museo expone las habitaciones de los mineros y otros objetos que reflejan una realidad dura y muchas veces desconocida. Es un plan que recomiendo si viajas con niños, ya que combina historia, industria y aventura.
Dinosaurios en Fumanya
Terminamos con una sorpresa natural que descubrimos hace poco: las huellas de dinosaurios en Fumanya. ¿Sabías que en esta zona vivieron titanosaurios, unos dinosaurios gigantes que dejaron más de 3.500 huellas fósiles en una pared vertical? La pared no es un acantilado por el que los dinosaurios treparon, sino una formación que se descubrió tras la actividad minera y el movimiento de placas tectónicas posterior a su extinción.
En el Museo de los Dinosaurios de Fumanya, además de observar esta pared única, aprenderás sobre estos animales prehistóricos. El museo es muy interactivo y está pensado para toda la familia: se pueden ver huevos, huesos, pieles fosilizadas y hasta entrar en mundos virtuales que recrean la vida de los dinosaurios. Para nosotros fue una experiencia emocionante, especialmente para nuestro hijo, que disfrutó mucho con la parte interactiva.
Mapa de lo mejor del Berguedà
Con este recorrido terminamos nuestro repaso por algunos de los lugares más interesantes para visitar en el Berguedà. Según tus preferencias, podrás combinar naturaleza, historia y actividades en familia para armar una ruta que te sorprenda y te conecte con esta comarca tan especial.
Agradecemos a Vanti Digital y al Museo de les Mines de Cercs por facilitarnos conocer la Presa de Baells, la mina de Sant Romà de Cercs y el Museo de Dinosaurios de Fumanya.
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Uoooooo imposible para un solo día… pero para un finde súper completo, perfecto! Gracias por toda la data!
Igual para hacer todo eso necesitarás varios fines de semana! 😉 Gracias por tu comentario!