El lago volcánico más grande del mundo

El Lago Toba es el lago volcánico más grande del mundo. Su formación se debe a una enorme erupción volcánica. Recorrer la Isla Samosir en dicho lago es conocer un lugar de gran interés geológico y también explorar la zona más cristiana que visitar en Indonesia. Aquí te contamos nuestra experiencia en el Lago Toba, uno de los rincones mágicos de Sumatra.

Cómo llegar al Lago Toba

En muchos de los países del Sudeste Asiático, muchas veces te conviene coger el transporte privado que ofrecen en los alojamientos y las agencias, ya que es comparable con el precio de los buses públicos. En Sumatra no es el caso, el transporte público es en general 3-4 veces más barato, así nosotros ni pensamos coger el bus privado, aunque sabíamos que eso significaba viajar menos cómodo.

Para llegar al lago Toba desde Berastagi, primero fuimos en minivan hasta Kabanjahe y luego con otro hasta Pemanang Siantar, éste fue un viaje bastante peculiar, estábamos aplastados como sardinas en un van para 14 personas a que metieron como 20, un calor tremendo y como si no fuera suficiente, como en todos los buses, la gente fumaba descaradamente. En el último tramo del viaje de Siantar a Parapat cogimos un bus grande con el cual casi tuvimos un accidente porque el loco cortó la curva a otro bus. Fue una de estas aventuras divertidas y al mismo tiempo agotadoras que te pasan en Asia. No fue la primera y no será la última.

Cuando bajamos por las curvas hacia Parapat, ya apareció el inmenso lago y la isla Samosir delante nuestros ojos. El lago Toba es el lago el lago volcánico más grande del mundo en que curiosamente se encuentra una isla muy grande, la isla de Samosir. En Parapat tuvimos que esperar un poco para que saliera el barco para la península de Tuk Tuk (nuestro destino en la isla). Pudimos estar seguros de que de verdad seguimos en Indonesia cuando escuchamos las mágicas palabras “Hello Miss” “Hello Mister”; unos niños querían hacernos una entrevista y sacarse fotos con nosotros. Ahora son las vacaciones de inglés, como las llaman aquí, los niños con los profes van a los lugares turísticos para practicar inglés con los extranjeros. Unas entrevistas, unas fotos y muchas sonrisas hicieron menos pesada la espera del barco.

Dónde dormir en el Lago Toba

Por fin llegamos a nuestro pequeño paraíso del hostal Lekjon Cottages, con una habitación bonita con ducha caliente, la habitación daba al lago y nuestra terraza que estaba a unos metros de la orilla.

La isla transmitía muchísima tranquilidad, muy pocos turistas, la mayoría locales. De hecho nos sorprendió ver la cantidad de restaurantes y alojamientos en la isla que mostraban que en algún momento la isla era mucho más turística que ahora. Para nosotros fue el lugar perfecto para relajarnos después de los trekkings que habíamos hecho en la selva y el volcán y también un lugar apto para celebrar el cumple de Gábor.

Qué hacer en el Lago Toba

Durante estos días hicimos pocas cosas a parte de relajarnos en la terraza, dar unos paseos por la península y disfrutar de unas ricas comidas y cenas en los restaurantes. Encontramos un lugar donde hacían unos pancakes riquísimos con banana y miel, otro lugar donde hacían currys muy buenos y lo mejor de la isla, en un restaurante hacían pescado de lago a la barbacoa, de verdad exquisito. Aquí celebramos el cumple de Gábor con una buena cena y a falta de tarta, fue un helado que servía como tarta de cumpleaños.

Una de las noches fuimos a ver un espectáculo de música y baile tradicional “batak” que es el nombre del pueblo que habita esta isla. Fue bastante divertido, ante todo uno de los músicos que siempre sonreía detrás de su bigote y nos hizo reír mucho porque nos recordaba un montón Santor, el guía que tuvimos en Malang para ir al volcán Bromo.

A parte de su música y sus vestidos, el techo de sus casas es muy característico, un techo tipo alpino de una forma un poco rara.
El único día de aventura que tuvimos fue el día que alquilamos una moto. Y fue mucho más aventuroso de lo que esperamos. Salimos bastante tarde por la mañana, primero pasamos por el pueblo de Ambarita donde se encuentran unas sillas de piedra donde los mayores del pueblos se reunían.
Paramos en un restaurante al lado de la carretera donde el hombre hacía una pizza bastante buena. Le dimos confianza antes de entrar, porque era de los pocos restaurantes que ponía correctamente “pizzeria” en vez de “pizzaria”. Mientras esperábamos la pizza, nos relajábamos en la playa pequeña que estaba cerca del restaurante. Por cierto, lo que no os hemos contado antes es que el pueblo batak es mayoritariamente cristiano, así en la isla hay una cantidad increíble de iglesias católicos y protestantes, grandes y pequeñas.

Fuimos a Simanindo donde vimos la isla de Malau cerca de la costa que parece una isla tropical con palmeras y luego paramos en Pangururan, la capital de la isla para comer. La parte de la ruta que vino después fue la que más nos gustó unas montañas verdes que parecían afeitadas. Según el mapa ya habíamos hecho bastante más que la mitad de la vuelta a la isla, así pensábamos estar de vuelta en un par de horas.

Pues, no fue así, esta parte de la isla es mucho menos desarrollada y las carreteras están en estado lamentable; más o menos desde Orangrunnggu el asfalto se acaba.