Riad Mur Akush, el mejor alojamiento en Marrakech

Escrito por Rachele Cervaro

Marrakech ofrece una gran variedad de alojamientos para todos los gustos y presupuestos, desde hostales sencillos y económicos hasta grandes complejos hoteleros con todo tipo de comodidades. Sin embargo, si hay algo que caracteriza a esta ciudad son los riads, esas casas tradicionales marroquíes convertidas en alojamientos con encanto, que conservan patios interiores, fuentes y una atmósfera especial que conecta con la historia y la cultura local.

Como en cada viaje, para nosotros era importante encontrar un lugar que no fuera solo un sitio para dormir, sino un espacio con personalidad, algo que sumara valor a nuestra experiencia en Marrakech. Después de buscar varias opciones, dimos con el Riad Mur Akush, un pequeño y acogedor riad situado en pleno corazón de la medina. Desde el primer intercambio de correos con María, la dueña, supimos que estábamos en el camino correcto. Su amabilidad y atención hicieron que nos sintiéramos bienvenidos antes incluso de llegar, y esa sensación se confirmó en cuanto pusimos un pie dentro del riad.

🏨 Riad Mur Akush – el mejor lugar donde dormir en Marrakech

Llegamos al Riad Mur Akush muy temprano por la mañana, cansados después de una cola interminable en los controles del aeropuerto de Marrakech. La calle que rodea el riad es un hervidero de vida: coches que pasan constantemente, motos que zigzaguean entre la gente y un ir y venir continuo de peatones y comerciantes ambulantes. Las tiendas, llenas de colores y olores, animan el ambiente, que es intenso y lleno de energía.

Pero en cuanto cruzas la puerta del riad y te adentras en su patio interior, todo cambia por completo. Es como si un muro invisible separara ese pequeño oasis del bullicio de la medina. El mundo se detiene, los ruidos desaparecen y solo queda la calma, el canto de los pájaros que se posan en los árboles y la sombra fresca que protege del sol. Es fácil entender por qué la palabra «riad» en árabe significa jardín: aquí todo gira alrededor de ese espacio verde, un remanso de paz que invita a relajarse y desconectar.

Nada más llegar, nos recibieron Anna, una chica rusa, y Mohamed, quienes trabajan en el riad y nos hicieron sentir muy bienvenidos desde el primer momento. Siguiendo la tradición local, nos ofrecieron un té verde con menta, endulzado con abundante azúcar, acompañado de unas galletas caseras que nos encantaron. Fue un detalle sencillo pero muy reconfortante, especialmente después del cansancio del viaje y con el estómago vacío, ya que apenas habíamos desayunado.

Desde ese instante, la atmósfera del riad nos envolvió. Nos sentimos como en casa, cómodos y tranquilos, y poco a poco comenzamos a dejar atrás la rapidez y el estrés de la rutina diaria. Aquel pequeño espacio se convirtió en nuestro refugio para descansar y prepararnos para descubrir todo lo que Marrakech tenía para ofrecernos.

El Riad Mur Akush está ubicado dentro de la medina, en una posición realmente práctica para recorrer Marrakech. Desde allí, en un máximo de 15 minutos caminando puedes llegar a los puntos más importantes de la ciudad, lo que facilita mucho la visita sin tener que depender de transporte. Además, a pesar de estar en pleno corazón de la medina, la zona donde se encuentra es tranquila, lo que se agradece después de un día recorriendo calles y mercados.

Los riads, a diferencia de los hoteles convencionales, tienen un encanto especial. Son lugares diseñados para ofrecer paz y descanso, con un patio interior que funciona como un pequeño oasis en medio del bullicio exterior. Además, su arquitectura refleja con fidelidad el estilo árabe tradicional, con detalles en azulejos, arcos y madera tallada que aportan una atmósfera única. Esta combinación de tranquilidad y autenticidad fue uno de los motivos por los que nos sentimos tan atraídos por el Riad Mur Akush desde el principio.

🌿 El patio

El patio interior del Riad Mur Akush es, junto con la terraza, uno de nuestros rincones favoritos para descansar y desconectar. Allí pasamos largos ratos leyendo un buen libro, disfrutando de la sombra que ofrecen los árboles y dejando que el canto de los pájaros nos acompañe en la calma del lugar.

Es un patio bastante amplio donde entra mucha luz natural, pero sin que el sol dé directamente, lo que hace que sea un espacio fresco y agradable incluso durante las horas más cálidas del día. El aire circula con suavidad, creando una atmósfera muy cómoda para relajarse. En el patio hay varios sillones y un par de mesas, siempre decoradas con flores frescas que le dan un toque de color y vida.

Este patio es el corazón del riad, ya que todas las habitaciones se abren hacia él y aquí transcurre buena parte de la vida cotidiana. Nos encantó no solo por la tranquilidad que transmite, sino también por su diseño, que refleja fielmente la arquitectura tradicional árabe. La enorme fuente que adorna una de las paredes es un elemento mágico: durante el día su presencia es imponente, pero por la noche, cuando se encienden las luces, cobra vida y transforma el ambiente en algo realmente especial.

Desde el patio se accede también a un salón con cómodos sillones y un sofá, un espacio ideal para leer o simplemente dejarse llevar por el ritmo pausado del riad, ya sea bajo la luz del sol o con la calma de la noche.

☀️ La terraza

La terraza del Riad Mur Akush es otro de esos espacios que se ganaron un lugar especial en nuestros recuerdos. Se trata de un espacio abierto y tranquilo, equipado con mesas y cómodos sillones que invitan a quedarse largas horas disfrutando del entorno. Cada mañana, allí empezábamos el día con unos riquísimos desayunos que nos llenaban de energía para salir a descubrir Marrakech.

Pero no solo era el lugar perfecto para desayunar, sino que también lo aprovechábamos para relajarnos a lo largo del día, ya fuera para leer, conversar o simplemente descansar bajo la sombra de una sombrilla de paja. El ambiente es tan sereno que solo con cerrar los ojos y escuchar el canto de los pajaritos se consigue una paz difícil de encontrar en la bulliciosa medina.

Además, la terraza está llena de flores de mil colores que le dan un aire alegre y fresco, creando un pequeño oasis que contrasta con el calor y el movimiento de la ciudad que queda abajo. Solo al recordarlo nos entran ganas de regresar a ese rincón de calma, ese pequeño paraíso en medio de Marrakech.

🛏️ Las habitaciones

El Riad Mur Akush es un lugar muy coqueto y acogedor que se distingue por su atención al detalle. Solo cuenta con seis habitaciones, lo que le da un ambiente íntimo y tranquilo, ideal para quienes buscan descansar en un espacio con personalidad y encanto. Cada habitación es única, con un estilo propio, aunque todas comparten una característica fundamental: la decoración y los pequeños detalles están cuidados al máximo, lo que se nota nada más entrar.

Nosotros tuvimos la suerte de alojarnos en la Suite d’Olive, donde el azul es el color predominante y crea una atmósfera relajante y elegante. En el pequeño salón de esta suite encontramos un sofá de estilo romano que invita a sentarse y desconectar, mientras que una arcadia con cortinas separa este espacio de la cama, que parece sacada de un cuento de “las mil y una noches”. La cama con dosel tiene un diseño árabe muy original que encaja a la perfección con el estilo de la habitación, aportando un toque auténtico y acogedor.

Normalmente no solemos hablar mucho del baño, pero en esta ocasión merece un apartado especial porque nos impresionó por completo. Lo más original es la ducha, que destaca por su tamaño y su diseño poco convencional. Está hecha de piedra, con una forma irregular que la hace única y totalmente distinta a cualquier ducha convencional que hayamos visto. El color azul, a juego con la habitación, refuerza esa sensación de estar en un lugar pensado con mucho mimo. Es una de esas cosas que es mejor ver en foto porque con palabras cuesta transmitir lo especial que es.

🍽️ Desayuno y Cena

Desayunar y cenar en el Riad Mur Akush es toda una experiencia que no puedes dejar pasar durante tu estancia. Una de las ventajas del riad es que puedes elegir el espacio donde prefieres disfrutar tus comidas: ya sea en el patio interior, en la terraza con su ambiente abierto, o en el acogedor salón. Nosotros siempre optábamos por la terraza, donde el sol de la mañana nos daba calidez sin que fuera demasiado intenso, gracias a la sombra de una sombrilla que protege justo lo necesario.

El desayuno es bastante completo y cambia un poco cada día, lo que hace que no resulte repetitivo. Hay fruta fresca, bollería casera, pan, quesos, zumos naturales y té o café, entre otras cosas. Si te animas a comer todo lo que ofrecen, no te hará falta comer hasta la cena, aunque en una ciudad como Marrakech es casi imposible resistirse a picar algo durante el día. Entre los puestos callejeros, las pequeñas tiendas y los puestos de comida en la medina, siempre hay algo que llama la atención y te apetece probar.

También te aconsejamos cenar en el riad al menos una noche para vivir una experiencia auténtica sin salir de allí. Nos prepararon una cena tradicional marroquí que no olvidaremos fácilmente. Empezamos con una sopa típica, reconfortante y llena de sabor, perfecta para abrir el apetito. Luego llegó el plato principal: un tajine de pollo al limón con aceitunas, simplemente espectacular. La combinación de sabores era tan equilibrada y delicada que cada bocado invitaba a seguir probando.

Para terminar, nos sorprendieron con una tarta de chocolate que fue el broche perfecto para la velada. No solo estaba deliciosa, sino que también se notaba el cariño y la dedicación con la que prepararon todo. Cenando allí, en un ambiente tranquilo y acogedor, con la luz tenue y los sonidos suaves del riad, la experiencia se vuelve mucho más especial. Es una manera ideal de conectar con la cultura local sin salir del confort del riad.

🤝 Servicio

La gente que trabaja en el riad es realmente encantadora y se nota que disfrutan haciendo su trabajo. Siempre están atentos y hacen todo lo posible para que te sientas cómodo y bien cuidado durante toda tu estancia. Si necesitas cualquier cosa, desde una recomendación hasta ayuda con el equipaje, ellos están disponibles sin que tengas que pedirlo varias veces. Esa atención cercana marca una gran diferencia y hace que la experiencia sea mucho más agradable.

Uno de los detalles que más nos gustó fue desayunar por las mañanas acompañados por la música de Mustapha, que pone un ambiente especial y relajado al comienzo del día. Es un ritmo y un sonido que no encontrarás en ningún otro lugar, algo auténtico que se queda grabado en la memoria y que, sin duda, añade un toque único a la experiencia en el Riad Mur Akush.

🌙 El Riad Mur Akush por la noche

Por la noche, el Riad Mur Akush se transforma completamente. La enorme lámpara que cuelga en el centro del patio se enciende, iluminando suavemente todo el espacio, mientras que las lámparas del salón, las linternas que bordean las escaleras y las luces tenues de la terraza contribuyen a crear un ambiente cálido y muy especial. La iluminación delicada y difusa envuelve cada rincón, haciendo que el riad se convierta en un pequeño oasis de calma, como sacado de un cuento de mil y una noches.

Esta atmósfera mágica invita a la relajación y a desconectar del ritmo acelerado de la ciudad, envolviéndote en una sensación de paz y confort que difícilmente se olvida.

Para nosotros, el Riad Mur Akush es el lugar ideal donde dormir en Marrakech, un refugio que combina tranquilidad y autenticidad, muy cerca del bullicio pero a la vez apartado, permitiéndote disfrutar de momentos únicos y especiales.

Sobre la autora

Rachele Cervaro

Especialista en marketing digital, Rachele es una de las almas de Surfing the Planet. Nació en la mágica Venecia, pero hace muchos años que encontró en Cataluña su lugar en el mundo.

Desde 2012 escribe sobre viajes junto a Gábor, su compañero de ruta y de vida. Juntos han recorrido más de 40 países, primero en pareja y ahora también con su hijo Diego, que desde pequeño les acompaña allá donde van.

Le apasionan los pueblos con encanto, los mercados locales y descubrir nuevas culturas. Le encanta organizar los viajes al detalle, pero también dejar espacio para la improvisación y las sorpresas del camino. En el blog comparte todo eso con quienes, como ella, entienden el viaje como una forma de vivir más consciente y más libre.