Escrito por Gábor Kovács
Viajar por Extremadura es descubrir una región que no necesita grandes titulares para sorprender. Más allá de los destinos conocidos como Mérida, Trujillo o Cáceres, se abre un mapa repleto de pueblos con carácter, historia y paisajes que invitan a tomarse el viaje con pausa. Lo que encontramos en el camino fueron aldeas de arquitectura tradicional, rincones con un pasado noble y comunidades que han sabido conservar sus raíces sin perder autenticidad.
Desde las laderas frescas de la Vera y los pueblos encajados entre montañas en la Sierra de Gata, hasta las amplias dehesas salpicadas de encinas que dibujan buena parte del paisaje extremeño, la variedad es constante. En cada pueblo, los muros de piedra, las plazas tranquilas o los restos de antiguas fortalezas dan pistas del pasado, mientras que los mercados locales, las fiestas tradicionales y la cocina de siempre nos hablan del presente.
Recorrer estas localidades es también una oportunidad para conocer a fondo una región que ha vivido a su ritmo, al margen de las prisas. Muchos de estos pueblos parecen detenidos en el tiempo, no por falta de evolución, sino por una manera distinta de habitar el territorio. Esa calma, esa conexión con lo cotidiano, se nota en el ambiente, en la forma de hablar de la gente o en el simple hecho de ver a vecinos charlando en un banco al atardecer.
Para que puedas planificar tu viaje de manera sencilla, hemos preparado una selección con 25 pueblos bonitos de Extremadura, presentados en orden alfabético. No es una clasificación, ni una lista cerrada, sino un punto de partida para descubrir a tu ritmo algunos de los lugares que más nos sorprendieron. Además te hemos diseñado varios itinerarios de fin de semana para que organizar tu ruta sea lo más sencillo posible.
💡 Consejo útil
Para recorrer con calma los pueblos históricos, parques naturales y espacios culturales de Extremadura, lo mejor es contar con coche propio o de alquiler. Muchos de los sitios más interesantes están dispersos y el transporte público no siempre conecta bien entre ellos, por lo que tener vehículo propio te ayudará a aprovechar mejor el tiempo y acceder a lugares menos concurridos.
También es fundamental elegir un alojamiento ubicado estratégicamente según la zona que planees visitar. Una buena manera de enriquecer tu viaje es reservar alguna visita guiada o actividad organizada para conocer más a fondo la historia y tradiciones locales. Aquí te dejamos algunos enlaces útiles para preparar tu escapada:
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🏘️ Los pueblos más bonitos de Extremadura
🏰 1. Alburquerque (Badajoz)
Comenzamos este recorrido por tierras extremeñas en Alburquerque, un pueblo que conserva un perfil medieval muy reconocible, enclavado en la Sierra de San Pedro, muy cerca de la frontera con Portugal. Lo primero que llama la atención desde lejos es su Castillo de Luna, que domina la silueta del pueblo desde lo alto. La fortaleza está formada por varios recintos amurallados y conserva intactas sus dos torres principales: la poderosa Torre del Homenaje, de cinco plantas, y la Torre de las Cinco Puntas, unida a la anterior por un paso elevado que ofrece vistas espectaculares.
A los pies del castillo se extiende el barrio gótico medieval conocido como “Villa Adentro”, un entramado de calles estrechas, muros encalados y escudos heráldicos que recuerdan el pasado nobiliario de la villa. En este mismo recinto fortificado también puedes visitar la Iglesia de Santa María de las Reliquias, con un bonito ábside y detalles mudéjares en su estructura. Si te interesa la historia militar y fronteriza de la región, no dejes de acercarte a la antigua muralla y pasear por los restos del sistema defensivo que protegía esta villa estratégica.
🌉 2. Alcántara (Cáceres)
Nos desplazamos ahora hasta el noroeste de Cáceres, donde se encuentra Alcántara, una localidad marcada por el paso del río Tajo y el legado romano. Su Puente de Alcántara es una obra de ingeniería impresionante que ha resistido siglos de historia. Construido en el siglo II d.C. por orden del emperador Trajano, este puente de piedra de seis arcos alcanza casi 60 metros de altura y 200 metros de largo. En el centro, se alza un Arco del Triunfo que recuerda la magnitud del Imperio romano en estas tierras.
Pero Alcántara no es solo su puente. Muy cerca se alza el Conventual de San Benito, un edificio monumental que fue sede de la Orden de Alcántara y cuya iglesia es de proporciones sorprendentes. Este conjunto forma parte del patrimonio religioso más importante de Extremadura. Otros templos notables son la Iglesia de San Pedro de Alcántara, dedicada al santo local que nació aquí, y la Iglesia de Santa María de Almocóvar, de origen románico, situada cerca del acceso al puente.
Pasear por Alcántara es también encontrar fachadas blasonadas, antiguos hospitales de peregrinos y casas solariegas que relatan siglos de historia entre la piedra y el silencio.
🏯 3. Burguillos del Cerro (Badajoz)
Volvemos a la provincia de Badajoz para detenernos en Burguillos del Cerro, un pueblo que conserva el trazado de una antigua villa fortificada. Desde lo alto, domina la escena su castillo de origen musulmán, que más tarde fue reforzado por los caballeros de la Orden de Santiago. La fortaleza mantiene en pie elementos tan destacados como la Torre del Homenaje y la Torre Parda, entre murallas, aljibes y otras estructuras defensivas. Subir hasta aquí ofrece una visión completa del entorno, con la campiña pacense extendiéndose en todas direcciones.
La Iglesia de Santa María de la Encina y San Juan Bautista es otro de los lugares imprescindibles, construida en varias etapas con una mezcla de estilos que van del románico al mudéjar. En sus inmediaciones, la Plaza de la Fuente Llana reúne algunos edificios históricos como la Casa del Corregidor o una antigua fuente que da nombre al lugar. Cerca también se conserva un puente medieval que recuerda la importancia estratégica de este enclave en épocas pasadas.
El núcleo urbano de Burguillos guarda muchos más rincones interesantes, con calles empedradas, casas de piedra y una arquitectura popular que mantiene su autenticidad. Además, su entorno natural invita a hacer pequeñas rutas y disfrutar del paisaje entre olivares y encinares.
🛕 4. Coria (Cáceres)
Aunque supera los diez mil habitantes, Coria conserva ese aire tranquilo y monumental que justifica plenamente su presencia entre los pueblos más interesantes de Extremadura. Fundada por los romanos y posteriormente fortificada por árabes y cristianos, la ciudad mantiene aún parte de su antigua muralla romana, con tramos perfectamente conservados que rodean el casco antiguo.
En el corazón del recinto amurallado se levanta el Castillo de Coria, una fortaleza del siglo XV con una robusta torre del homenaje que vigila el curso del río Alagón. Muy cerca, se encuentra el elegante Palacio Episcopal, y no muy lejos de allí, el Palacio de los Duques de Alba, antigua residencia señorial hoy reconvertida en archivo histórico.
Uno de los edificios más destacados de la ciudad es la Catedral de Santa María de la Asunción, con una espectacular portada gótica plateresca y un interior que mezcla elementos de distintas épocas. Junto a la catedral, no dejes de visitar el Museo de la Cárcel Real, ubicado en el antiguo presidio del siglo XVII, donde se conserva una celda original y se muestran interesantes objetos relacionados con la historia local.
🏡 5. Cuacos de Yuste (Cáceres)
A los pies de la Sierra de Gredos, entre bosques de castaños y gargantas de agua cristalina, se encuentra Cuacos de Yuste, uno de los pueblos más visitados del norte de Cáceres gracias al Monasterio de Yuste, lugar de retiro del emperador Carlos V. El monasterio fue fundado por la Orden de San Jerónimo en el siglo XV, y su claustro gótico y su iglesia renacentista conservan la atmósfera de recogimiento que atrajo al monarca. En una estancia anexa, aún puede verse la sencilla cámara del emperador, adaptada para que pudiera asistir a misa sin salir de sus aposentos.
Pero más allá del monasterio, el propio pueblo merece una visita pausada. La Plaza Mayor, porticada y animada, es un buen lugar para sentarse a tomar algo y observar el ritmo cotidiano del pueblo. Desde allí, un paseo tranquilo te llevará hasta la Fuente de los Cuatro Caños, un punto tradicional de encuentro y abastecimiento de agua.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción destaca por su torre cuadrada y su retablo barroco, y entre las casas del casco antiguo, algunas conservan entramados de madera y detalles históricos, como la Casa de Don Juan de Austria, donde según la tradición vivió el hijo ilegítimo de Carlos V.
Si estás alojado en Cáceres capital y te apetece descubrir esta zona junto con otros lugares emblemáticos, te recomendamos esta excursión organizada al Monasterio de Yuste, Plasencia y el Parque Nacional de Monfragüe.
🌄 6. Feria (Badajoz)
A medio camino entre Zafra y Llerena, en la comarca de Zafra-Río Bodión, se encuentra Feria, una pequeña localidad que crece alrededor de un castillo impresionante. Desde lo alto, la fortaleza de los Duques de Feria domina el paisaje con su sólida Torre del Homenaje y sus vistas abiertas sobre la campiña pacense. Este castillo del siglo XV fue mandado construir por Gómez Suárez de Figueroa, primer duque de Feria y uno de los nobles más influyentes del reinado de los Reyes Católicos.
El acceso a la fortaleza se puede hacer a pie por las empinadas calles del casco antiguo, muchas de ellas con casas encaladas y balcones llenos de macetas. En el recorrido, se descubren rincones como la Plaza Mayor, animada en días de mercado, o la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, con su fachada de sillería y un interior sobrio, pero elegante.
Feria es también un lugar donde se celebra una de las ferias más antiguas de Extremadura (de ahí su nombre), que se remonta al siglo XV y sigue atrayendo a vecinos de toda la comarca. Si visitas este pueblo en primavera o verano, es probable que coincidas con alguna de sus fiestas populares, que animan sus plazas con música tradicional, gastronomía local y artesanía.
🎭 7. Fregenal de la Sierra (Badajoz)
En plena Sierra Morena, muy cerca de la frontera con Huelva, se encuentra Fregenal de la Sierra, uno de esos pueblos donde el pasado se hace presente al primer vistazo. Su castillo templario conserva buena parte del recinto amurallado, pero lo más llamativo es lo que esconde en su interior: una plaza de toros y el mercado de abastos, una sorprendente combinación de usos en un entorno histórico.
El mercado, de estilo modernista, sigue funcionando como espacio comercial y le da un aire muy vivo al conjunto. Dentro del recinto amurallado también se encuentra la Iglesia de Santa María, con su espadaña elegante y retablos barrocos.
Al salir de las murallas, merece la pena acercarse hasta la Fontanilla, una fuente del siglo XVI con pilón abovedado, muy fotogénica. También llaman la atención varias casas señoriales, como el Palacio de la Marquesa de Ferrara, y algunos edificios religiosos importantes como el Convento de San Francisco o la Iglesia de Santa Ana, que alberga un interesante retablo mayor.
🧱 8. Galisteo (Cáceres)
Galisteo es uno de los pueblos más singulares del norte de Cáceres. Su muralla mudéjar, de más de un kilómetro de longitud, once metros de altura y tres de grosor, sigue rodeando por completo el casco antiguo. Está construida en canto rodado y ladrillo y se conserva en excelente estado. Se puede recorrer casi en su totalidad, y en algunos tramos incluso es posible caminar por encima de ella.
El acceso al interior se hace por tres puertas monumentales: la Puerta del Rey, la Puerta de Santa María y la Puerta de la Villa, todas integradas en el trazado defensivo. Dentro del recinto, destaca la Torre de la Picota, vestigio del antiguo castillo medieval, que aún se alza en la plaza principal como símbolo del pueblo.
Cerca del centro también se conservan un puente medieval que cruza el río Jerte y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con una sólida torre campanario y elementos de estilo románico-mudéjar. A pesar de su importancia histórica, Galisteo es un destino poco conocido, perfecto para quienes buscan paseos tranquilos entre piedras cargadas de historia.
🌳 9. Garganta de la Olla (Cáceres)
En la comarca de La Vera, rodeado por arroyos y vegetación exuberante, Garganta de la Olla nos sorprendió por su autenticidad y su entorno natural. Íbamos con la idea de hacer una parada breve y acabamos quedándonos más tiempo de lo previsto. Las piscinas naturales de la Garganta Mayor, a pocos metros del núcleo urbano, invitan al baño en verano, pero también son agradables para pasear y desconectar en cualquier época del año.
El pueblo conserva muy bien su arquitectura tradicional, con casas de adobe, madera y piedra que se alinean en calles estrechas y empedradas. La Plaza Mayor, con su fuente central, es uno de los rincones más animados, especialmente en fiestas.
Entre los edificios históricos destacan la Iglesia de San Lorenzo Mártir, con un interesante retablo barroco, y algunas casas con nombre propio y mucha personalidad, como la Casa de las Muñecas (con una fachada que esconde una leyenda), la Casa de la Peña, construida sobre una roca, y la Casa de Postas, que acogió viajeros durante siglos. Todo el pueblo invita a pasear sin prisa, y a detenerse en los detalles que han sobrevivido al paso del tiempo.
🕍 10. Garrovillas de Alconétar (Cáceres)
Entre dehesas y llanuras al oeste del Tajo, Garrovillas de Alconétar conserva uno de los conjuntos históricos más llamativos de la provincia. Su Plaza Mayor sorprende por dimensiones y armonía. Se trata de una de las plazas porticadas más notables de España, con arquerías de medio punto, algunos arcos apuntados y elementos mudéjares que aportan una estética única. En el entorno de la plaza, las casas tradicionales con soportales y balcones de madera refuerzan la sensación de estar ante un lugar con mucha historia.
Desde la plaza parten calles empedradas que conducen a rincones tranquilos y viviendas con escudos nobiliarios. Uno de los edificios más llamativos del entorno es el Convento de San Antonio de Padua, levantado en el siglo XVI por orden de los Condes de Alba de Liste. Aunque hoy se encuentra en ruinas, aún se pueden distinguir sus arcos y la distribución del claustro, lo que permite imaginar su antiguo esplendor.
🏞️ 11. Granadilla (Cáceres)
Uno de los pueblos más peculiares de Extremadura es Granadilla, una villa medieval deshabitada desde mediados del siglo XX. El origen del abandono se remonta a la construcción del Embalse de Gabriel y Galán, que amenazaba con inundar el terreno. Aunque finalmente el agua no cubrió el núcleo urbano, sus habitantes fueron reubicados y el pueblo quedó vacío.
Hoy en día, Granadilla forma parte de un programa de recuperación patrimonial y educativa, lo que permite visitar el pueblo en horarios establecidos. Se conserva el trazado amurallado casi intacto y es posible pasear por el camino de ronda de la muralla. El castillo, de origen almohade y reformado por los duques de Alba, preside el conjunto desde su torre almenada, ofreciendo vistas del embalse y de los tejados abandonados.
Recorrer sus calles vacías, con casas rehabilitadas y otras aún en ruina controlada, es una experiencia diferente. Granadilla no es solo un pueblo, sino un ejemplo vivo de cómo se puede conservar la memoria y la arquitectura rural.
⛪ 12. Guadalupe (Cáceres)
En el corazón de las Villuercas, en un entorno montañoso y tranquilo, se encuentra Guadalupe, una villa medieval que gira en torno a uno de los monumentos religiosos más importantes de España: el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Esta construcción monumental, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fue un importante centro de peregrinación durante siglos y sigue siendo un símbolo del arte y la espiritualidad en Extremadura.
El monasterio comenzó a construirse en el siglo XIV, y su evolución arquitectónica lo convierte en una auténtica lección de historia en piedra: gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico conviven en armonía. La visita libre permite conocer la Iglesia de Nuestra Señora, pero para ver los claustros, la sacristía, las salas capitulares y otras estancias del conjunto, es necesario apuntarse a una visita guiada.
Además del monasterio, merece la pena perderse por las calles empedradas del centro, asomarse a la Plaza Mayor con sus soportales, y descubrir lugares como la Antigua Judería o el Colegio de Infantes, hoy convertido en Parador Nacional. También se puede visitar la Iglesia de la Santa Trinidad, una construcción sencilla pero con un interesante artesonado.
Si prefieres conocer el lugar con más contexto, puedes apuntarte a esta visita guiada por Guadalupe o incluso optar por una excursión desde Cáceres a Guadalupe y Trujillo para aprovechar el día y descubrir también otro de los grandes pueblos históricos de la región.
🌲 13. Hervás (Cáceres)
Ubicado en pleno Valle del Ambroz, al norte de Cáceres, Hervás destaca por su entorno natural y su patrimonio histórico. Su mayor singularidad es el barrio judío, uno de los mejor conservados del país. Tras la expulsión decretada en 1492, muchas familias judías pudieron permanecer aquí gracias a la protección de señores locales, lo que permitió mantener su trazado y carácter original.
Paseando por sus calles empedradas, descubrirás casas con voladizos de madera, balcones floridos y pasadizos estrechos que dan una imagen fiel del urbanismo medieval. Más allá del barrio judío, Hervás también cuenta con otros edificios destacados, como el Palacio de los Dávila, de estilo barroco, o la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas, situada en lo alto del pueblo.
Uno de los lugares más curiosos es el Museo de la Moto y el Coche Clásico, con una colección sorprendente de vehículos antiguos que suele llamar la atención incluso de quienes no son muy aficionados al motor.
🏞️ 14. Jarandilla de la Vera (Cáceres)
En la vertiente sur de la Sierra de Gredos, la comarca de La Vera es conocida por su vegetación, sus gargantas de agua cristalina y sus pueblos de arquitectura tradicional. Jarandilla de la Vera es uno de los más visitados, no solo por su entorno natural, sino también por su vínculo con la historia de Carlos V.
Durante su retirada a Yuste, el emperador residió temporalmente en el Castillo de los Condes de Oropesa, una fortaleza gótica del siglo XV que hoy alberga el Parador Nacional. El edificio conserva su patio de armas, torreones y detalles que recuerdan su antiguo uso defensivo y residencial.
En el pueblo también merece la pena acercarse a la Iglesia de San Agustín y la de Santa María de la Torre, así como al Puente Romano del Parral y la pequeña Ermita del Cristo, rodeada de vegetación. En verano, muchas personas aprovechan para bañarse en las pozas de las gargantas cercanas, que forman parte del atractivo natural de esta zona.
🏛️ 15. Jerez de los Caballeros (Badajoz)
Situado en el suroeste de Badajoz, Jerez de los Caballeros ofrece un perfil urbano donde sobresalen torres barrocas, iglesias monumentales y restos de fortificaciones medievales. La ciudad tuvo gran relevancia durante la Edad Media y el Renacimiento, y fue uno de los principales enclaves de los templarios en Extremadura.
El castillo, construido sobre una antigua alcazaba árabe, conserva la Torre del Homenaje y parte del recinto amurallado, con varias puertas medievales aún en pie. Desde lo alto se obtienen buenas vistas del entramado urbano.
Una de las características más singulares de Jerez son sus iglesias, cada una con una torre decorada con cerámica de colores. Entre todas, destacan la Iglesia de San Miguel Arcángel y la Parroquia de San Bartolomé, situada en la parte alta del casco antiguo. Esta última conserva la pila bautismal de Vasco Núñez de Balboa, el descubridor del océano Pacífico, nacido en esta localidad.
Otros lugares de interés son la Torre del Reloj, la Plaza de Toros, varias casas señoriales y la estatua dedicada a Núñez de Balboa. Si quieres conocer mejor los rincones históricos del pueblo, te recomendamos esta visita guiada por Jerez de los Caballeros.
🎨 16. Llerena (Badajoz)
En el sur de la provincia de Badajoz, Llerena fue un importante centro cultural entre los siglos XV y XVII, cuando albergó la sede del Priorato de San Marcos de León. En esa época la villa vivió su mayor esplendor y recibió el sobrenombre de «la pequeña Atenas de Extremadura«.
El corazón histórico es la Plaza de San Juan, una plaza porticada con fachadas blancas donde se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora de la Granada y Santiago Apóstol. Su torre gótico-mudéjar y la portada barroca destacan en el perfil urbano de Llerena.
En un paseo por el casco antiguo encontrarás también un tramo de la muralla medieval en el parque de Cieza de León, así como antiguos palacios como el Palacio Episcopal y el Palacio de los Zapata, este último vinculado al Tribunal de la Inquisición.
🏟️ 17. Medellín (Badajoz)
A orillas del río Guadiana, Medellín conserva uno de los teatros romanos mejor conservados fuera de Mérida. Excavado en la ladera de un cerro, este teatro permite ver el pavimento de mármol de la orquesta y una parte importante de las gradas originales.
Desde el teatro se puede subir al castillo medieval, una fortaleza del siglo XIII construida sobre estructuras más antiguas. Desde lo alto hay vistas panorámicas del teatro, el puente romano (reconstruido en el siglo XVII), el casco urbano y el paisaje circundante.
Entre los lugares destacados del pueblo están la Plaza de Hernán Cortés y las iglesias de Santa Cecilia y San Martín, que forman parte del conjunto monumental de Medellín.
🏘️ 18. Montánchez (Cáceres)
En el centro de la provincia de Cáceres, Montánchez es la principal localidad de una comarca de media montaña poco conocida. Lo más visible es su castillo, con orígenes romanos y estructura actual de época almohade. Todavía se conservan tres aljibes de esta etapa.
Tras la conquista cristiana, el castillo pasó a manos de la Orden de Santiago, que añadió nuevas estructuras defensivas y reforzó el recinto amurallado.
El conjunto monumental incluye también la Iglesia de San Mateo, construida sobre una antigua mezquita, y varias casas señoriales que recuerdan la importancia histórica de la villa.
🏰 19. Olivenza (Badajoz)
Muy cerca de la frontera con Portugal, Olivenza conserva un carácter luso que se percibe en su arquitectura y en su patrimonio religioso. Es, por ahora, el único pueblo de Badajoz incluido en la red de los Pueblos Más Bonitos de España.
En el centro histórico destacan dos iglesias: la Iglesia de Santa María del Castillo, que alberga un retablo de madera con el Árbol de Jesé, y la Iglesia de Santa María de la Magdalena, una construcción del siglo XVI decorada con azulejos en su interior, ejemplo representativo del estilo manuelino portugués.
Entre las estructuras defensivas sobresale el conjunto de la Ciudadela Medieval, con el Alcázar, la Torre del Homenaje y las murallas que todavía conservan varias puertas de acceso. También puedes visitar el Convento de San Juan de Dios, la muralla abaluartada —por donde se puede pasear—, la Puerta del Calvario, el Ayuntamiento con su portada manuelina, y el Museo Etnográfico González Santana, donde se exponen piezas relacionadas con la historia y la vida tradicional en la comarca.
🌄 20. Robledillo de Gata (Cáceres)
En el extremo norte de la Sierra de Gata, Robledillo de Gata es una aldea con un conjunto urbano muy bien conservado, reconocida también en la red de los Pueblos Más Bonitos de España.
Este pequeño núcleo rural conserva ejemplos de arquitectura tradicional con casas construidas en adobe, piedra y madera, cubiertas de pizarra, muchas con balconadas de madera que sobresalen sobre las calles estrechas.
Entre los lugares más representativos se encuentran la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el Museo del Aceite, instalado en una antigua almazara de origen medieval que conserva su maquinaria.
🏞️ 21. Romangordo (Cáceres)
Romangordo se ha convertido en uno de los pueblos más originales de la provincia gracias a su apuesta por el arte urbano. Sus murales de trampantojo se reparten por todo el casco urbano y forman un auténtico museo al aire libre.
Las pinturas están integradas en fachadas, puertas y rincones, y muchas de ellas juegan con la perspectiva para generar efectos visuales sorprendentes. En la oficina de turismo puedes pedir un mapa con el recorrido, o descargarlo para seguirlo cómodamente durante la visita.
A poca distancia del pueblo, merece la pena incluir una escapada al Parque Nacional de Monfragüe, una de las principales áreas protegidas de Extremadura, especialmente conocida por su población de buitres y paisajes de roca y dehesa.
🌿 22. San Martín de Trevejo, Cáceres
Volvemos a la Sierra de Gata, una de las zonas más auténticas y con encanto de Cáceres. Muy cerca de la frontera con Portugal se encuentra la villa medieval de San Martín de Trevejo, miembro destacado de la asociación de los Pueblos Más Bonitos de España. Caminar por sus calles empinadas es una experiencia que conecta con el pasado, rodeado de casas construidas con adobe, madera y piedra que parecen detener el tiempo.
Entre sus tesoros patrimoniales, la Plaza Mayor porticada destaca por su arquitectura tradicional y ambiente tranquilo. La Iglesia Parroquial de San Martín de Tours muestra un estilo sobrio que combina con la atmósfera medieval del pueblo. El Convento de San Miguel, que data de varios siglos atrás, añade un aire de misterio a la visita, y las casas señoriales, como la Casa de los Ojesto y la Casa de la Encomienda, revelan la historia de familias importantes que dejaron su huella en el pueblo.
⭐ 23. Trujillo, Cáceres – el pueblo más bonito de Extremadura
Casi al final de nuestro recorrido aparece Trujillo, una localidad que, pese a tener el título de ciudad, mantiene ese aire de pueblo histórico con menos de 10.000 habitantes. Para muchos es considerado el pueblo más bonito de Extremadura y su visita merece un día completo.
El punto de partida natural es la Plaza Mayor, presidida por la imponente estatua ecuestre de Francisco Pizarro, el conquistador del Perú y oriundo del lugar. La plaza es un espacio vivo, donde además se encuentran la Iglesia de San Martín de Tours y numerosos palacios que reflejan siglos de poder y riqueza local.
Si coincides con alguna festividad, como nos pasó a nosotros, verás cómo la plaza se transforma en escenario para eventos tradicionales, como festejos taurinos que todavía forman parte del calendario local. Para adentrarte en Trujillo, recomendamos esta visita guiada que cubre lo esencial de la ciudad.
El casco antiguo es un entramado de calles empedradas con rincones inesperados. Destacan los templos religiosos como la Iglesia románica de Santa María la Mayor y la Iglesia de San Francisco, con una historia que se mezcla con leyendas y tradiciones. El Castillo de Trujillo, una imponente alcazaba, domina la ciudad desde lo alto y regala unas vistas panorámicas que valen la pena.
Además, edificios como el Palacio de los Duques de San Carlos, el Palacio Juan Pizarro de Orellana o la Casa-Fuerte de los Altamirano son ejemplos de arquitectura renacentista y barroca que muestran la importancia histórica de Trujillo. Algunos palacios, como el Palacio Chaves, han encontrado una nueva vida al albergar hoteles con encanto.
Recientemente, Trujillo ganó una dosis extra de fama internacional al ser escenario para varias escenas de la famosa serie Juego de Tronos, lo que ha impulsado aún más su atractivo turístico. Para profundizar, puedes consultar nuestra guía completa sobre qué ver en Trujillo.
🌻 24. Valverde de la Vera, Cáceres
Nos acercamos a otro de los pueblos con más encanto de la comarca de La Vera. Valverde de la Vera, con poco más de 400 habitantes, mantiene viva la esencia rural con su arquitectura tradicional y su historia bien conservada. Forma parte también de la asociación de los Pueblos Más Bonitos de España.
El Castillo de los Condes de Nieva es el monumento más destacado. Aunque hoy solo quedan ruinas, como la Torre del Homenaje y algunas torres defensivas, estas estructuras se integran en la Iglesia de Santa María de Fuentes Claras, que mezcla estilos arquitectónicos debido a sus diversas fases de construcción y restauración.
Uno de los detalles más característicos de Valverde son sus casas tradicionales, muchas de ellas con fachadas de piedra y balcones de madera. Las llamadas «regueras«, pequeños canales abiertos por las calles empedradas, permiten que el agua fluya por el pueblo, un sistema tradicional que además da vida a las calles.
Esta singularidad encantó a Diego, que disfrutó jugando con el agua y las hojas en las regueras, convirtiendo cada paseo en una pequeña aventura. La Plaza Mayor, con sus pórticos y casas con balconadas, es un lugar tranquilo donde se percibe el pulso pausado de la vida local.
🎡 25. Zafra, Badajoz
Conocida como la «Sevilla Chica» por sus semejanzas con la capital andaluza, Zafra es una ciudad que destaca por su elegante arquitectura mudéjar y su ambiente lleno de historia. Es un lugar ideal para cerrar este recorrido por los pueblos más bonitos de Extremadura.
Dos plazas porticadas captan la atención al instante: la Plaza Chica, más íntima y donde se celebraban los mercados medievales, y la Plaza Grande, con su aire mediterráneo, rodeada de soportales y llena de vida local que invita a sentarse en alguna terraza para observar el ir y venir de la gente.
El Alcázar-Palacio de los Duques de Feria es uno de los monumentos más impresionantes, hoy reconvertido en un Parador Nacional que combina historia y comodidad moderna. No muy lejos, el patrimonio religioso se hace presente en construcciones como el Convento de Santa Clara, con su arquitectura austera y tranquila; la Iglesia de la Candelaria, que mezcla estilos y épocas; y los históricos hospitales de San Miguel y Santiago que recuerdan la tradición hospitalaria de la ciudad.
Un punto fotográfico que nos pareció especialmente encantador es la Puerta de Jerez, una antigua entrada a la ciudad que todavía conserva su estructura y ofrece un marco perfecto para capturar la esencia de Zafra.
🗺️ Mapa pueblos bonitos de Extremadura
🚗 Itinerarios de fin de semana por pueblos de Extremadura
Extremadura ofrece pueblos con encanto, historia, naturaleza y rincones con mucho carácter. Para ayudarte a planificar escapadas, aquí tienes cinco rutas que agrupan los destinos más interesantes por proximidad y variedad.
🏰 Itinerario 1: Jerez de los Caballeros, Olivenza y Zafra (Badajoz)
Día 1: Empieza el fin de semana en Jerez de los Caballeros, una villa con un casco histórico dominado por sus torres medievales y un entramado de calles que invitan a pasear tranquilamente. Su historia templaria se refleja en sus fortalezas y palacios.
Día 2: Visita Olivenza, con su mezcla cultural y su arquitectura que combina influencias españolas y portuguesas, perfecta para descubrir en un paseo. Termina en Zafra, donde las plazas porticadas y el Alcázar de los Duques de Feria marcan el ritmo de la ciudad, con tiempo para recorrer sus calles y disfrutar de su ambiente.
🌄 Itinerario 2: Alcántara, Trujillo y Medellín (Cáceres y Badajoz)
Día 1: Comienza por Alcántara, conocida por su puente romano y sus murallas que protegen una localidad con mucha historia. La gastronomía local es otro punto a destacar.
Día 2: Dedica el día a Trujillo, con su imponente plaza mayor rodeada de palacios y casas señoriales. Por la tarde, acerca a Medellín, con su castillo y restos romanos que dan testimonio de su pasado.
🌿 Itinerario 3: Hervás, Garganta de la Olla y Robledillo de Gata (Cáceres)
Día 1: Pasea por Hervás, un pueblo con fuerte tradición judía reflejada en su barrio histórico y calles empedradas. Los jardines y las vistas del valle completan la visita.
Día 2: Explora dos pueblos de la Sierra de Gata: Garganta de la Olla y Robledillo de Gata. Sus calles empinadas y casas de arquitectura tradicional ofrecen un paisaje rural auténtico. El entorno natural es ideal para hacer senderos cortos y disfrutar de la tranquilidad.
🏞️ Itinerario 4: Guadalupe, Cuacos de Yuste y Jarandilla de la Vera (Cáceres)
Día 1: Visita Guadalupe, con su monasterio declarado Patrimonio de la Humanidad, un punto clave de peregrinación y arte religioso.
Día 2: Dirígete a Cuacos de Yuste, donde se encuentra el Monasterio de Yuste, último lugar de descanso del emperador Carlos V. Termina en Jarandilla de la Vera, conocido por su castillo y su ambiente relajado entre naturaleza y cultura.
🏡 Itinerario 5: Burguillos del Cerro, Feria y Montánchez (Badajoz y Cáceres)
Día 1: Comienza en Burguillos del Cerro para recorrer su castillo y las iglesias con estilos variados. Su Plaza de la Fuente Llana es un lugar con encanto para detenerse.
Día 2: Visita Feria y su castillo, situado en un entorno natural que invita al paseo. Termina el recorrido en Montánchez, donde podrás disfrutar de su casco histórico y la fortaleza que domina el pueblo desde lo alto, además de probar sus famosas patatas fritas y jamón ibérico.
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Aquí termina nuestro recorrido por los pueblos más bonitos de Extremadura y los itinerarios que hemos preparado para ayudarte a organizar tu escapada según el tiempo disponible y las zonas que más te interesen. Ojalá esta guía te sirva para preparar un viaje en el que puedas conocer su patrimonio, probar sabores locales, pasear por localidades con alma y detenerte en paisajes que se quedan en la memoria.
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