Escrito por Gábor Kovács
La provincia de Cuenca, a menudo ignorada en los mapas turísticos convencionales a pesar de su cercanía a la bulliciosa Madrid, es una de las regiones de España que más nos fascina. Si bien su capital, con sus impresionantes casas colgantes declaradas Patrimonio de la Humanidad, atrae a muchos visitantes, la verdadera magia de Cuenca reside en sus rincones menos conocidos.
Desde castillos imponentes como el de Belmonte, que parecen sacados de un cuento de hadas, hasta los fascinantes parajes naturales de la Ciudad Encantada y el Nacimiento del Río Cuervo, la provincia de Cuenca ofrece una variedad de experiencias para los amantes de la naturaleza y la aventura. Además, conducir por las serpenteantes carreteras de la Serranía Alta y Baja o entre los vastos campos de girasoles siempre nos da una sensación de libertad y autenticidad que rara vez encontramos en otros lugares.
En esta guía, te guiaremos para descubrir los encantos de esta tierra mágica a través de 30 lugares imprescindibles que ver en la provincia de Cuenca, desde sus monumentos impresionantes hasta sus rincones naturales más bellos. Además, te hemos diseñado varios itinerarios de fin de semana para que organizar tu propio recorrido sea más fácil.
💡 Consejo útil
Para moverte con libertad por los pueblos históricos, los parajes naturales y los rincones menos conocidos de la provincia de Cuenca, lo más práctico es disponer de coche propio o alquilar uno. Muchas de las zonas más interesantes —especialmente en la Serranía o en el entorno del Alto Tajo— no están bien conectadas por transporte público, así que el coche te permitirá aprovechar mejor el tiempo y llegar hasta lugares donde parece que el reloj se ha detenido.
También merece la pena escoger un alojamiento bien situado según la ruta que quieras seguir: una casa rural en plena naturaleza, una base en Cuenca capital o un hotel con encanto en alguno de los pueblos con historia del sur de la provincia.
Si te interesa profundizar más en la historia, el arte o la geología de esta tierra, unirte a una visita guiada o una excursión organizada puede darte una perspectiva muy enriquecedora. Aquí tienes algunos recursos útiles para planificar tu escapada:
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🚶♂️ Excursión a la Ciudad Encantada y el Nacimiento del Río Cuervo desde Cuenca
🏘️ Ciudades y pueblos bonitos de Cuenca
Después de presentarte brevemente la capital (que por sí sola ya daría para un artículo entero), vamos a hablarte de algunos pueblos con encanto de la provincia de Cuenca, siguiendo un orden alfabético. Pero antes, dedicamos el espacio que merece a su ciudad más emblemática.
🏙️ 1. Cuenca capital
A caballo entre las hoces del río Júcar y el río Huécar, la ciudad de Cuenca parece suspendida en el tiempo y en el aire. Su imagen más icónica, las Casas Colgadas, ha dado la vuelta al mundo y no es para menos. Esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, conserva una fisonomía única, con callejuelas que serpentean entre acantilados y una arquitectura que mezcla distintas épocas con sorprendente armonía.
Una de las mejores formas de apreciar su peculiar ubicación es subiendo al Cerro del Socorro, donde se alza la gran estatua del Sagrado Corazón de Jesús. Desde allí se obtienen algunas de las mejores panorámicas del casco antiguo, especialmente al atardecer, cuando las luces de la ciudad contrastan con los farallones rocosos.
Pasear por Cuenca es también recorrer siglos de historia. Desde sus orígenes romanos hasta la ciudad medieval que alcanzó gran importancia bajo el dominio cristiano, aquí cada esquina tiene algo que contar. La Catedral de Santa María y San Julián, mezcla de estilos gótico, románico y renacentista, es uno de los edificios religiosos más curiosos del país. Muy cerca, las ruinas del castillo y sus murallas, en gran parte reformadas durante el reinado de Felipe II, nos recuerdan el pasado defensivo de la ciudad.
No muy lejos de allí, el Puente de San Pablo cruza el vertiginoso cañón del Huécar uniendo la zona del castillo con el antiguo Convento de San Pablo, hoy reconvertido en Parador Nacional. En este mismo edificio encontrarás el Museo de Arte Abstracto Español, una auténtica sorpresa incluso para quienes no son grandes aficionados al arte moderno. El contraste entre el contenido vanguardista y el entorno histórico lo convierte en una visita muy recomendable.
Una forma muy agradable de llegar al corazón del casco histórico es entrando por la Puerta de Valencia y paseando por la calle Alfonso VIII, flanqueada por casas coloridas de varios pisos que parecen sostenerse unas a otras con cierto equilibrio milagroso. Esta vía desemboca en la Plaza Mayor, una de las más animadas y fotogénicas de la ciudad, rodeada de bares, edificios con soportales y la imponente fachada de la catedral.
Otras plazas que merece la pena descubrir son la Plaza del Carmen y la Plaza de Mangana, esta última dominada por la Torre de Mangana y su característico reloj. Desde aquí se tienen vistas preciosas hacia el valle del Júcar y la zona más baja de la ciudad.
Antes de marcharte, acércate al Barrio de San Martín, una zona menos turística pero con un encanto muy particular. Allí se encuentran los famosos «rascacielos medievales», edificios construidos sobre la roca con hasta diez alturas, considerados algunos de los más altos de su época en Europa.
Y para sacarle todo el jugo a la visita, lo mejor es sumarse a alguna de las rutas guiadas que recorren los principales rincones de Cuenca. Aquí te dejamos varias opciones interesantes:
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🏰 2. Alarcón
Situado en un entorno natural impresionante, Alarcón se levanta sobre una gran roca rodeada por un meandro del río Júcar, formando una especie de isla natural. Su castillo, hoy convertido en Parador Nacional, preside el conjunto desde las alturas, y junto a las murallas y torres defensivas ofrece una de las estampas más impactantes de toda la provincia. Desde sus distintos miradores se abren vistas privilegiadas sobre el cañón del río y el embalse de Alarcón, que rodea el pueblo como si fuera un foso medieval.
Más allá de su perfil fortificado, el pequeño casco histórico de Alarcón conserva su trazado medieval con calles empedradas, casas nobles y varias iglesias que atestiguan el peso religioso del lugar durante siglos. Destacan especialmente la Iglesia de Santo Domingo de Silos, de estilo románico y hoy reconvertida en sala de exposiciones, y la Iglesia de Santa María, que conserva uno de los retablos barrocos más llamativos de la zona.
En la actualidad, Alarcón también es conocido por su vínculo con el arte contemporáneo, ya que en los años 90 acogió un ambicioso proyecto mural del pintor Jesús Mateo en la antigua iglesia de San Juan Bautista, declarado de interés artístico por la UNESCO. Un motivo más para acercarse a este pequeño gran pueblo que reúne naturaleza, historia, arte y silencio.
Si quieres conocer su historia en detalle y no perderte los rincones más especiales, te recomendamos esta visita guiada por Alarcón.
🏯 3. Belmonte
En la llanura manchega, entre campos de cultivo y horizontes amplios, se encuentra Belmonte, una villa de raíces medievales que sorprende tanto por su belleza como por su patrimonio. A simple vista destaca su imponente castillo, una fortaleza-palacio de estilo gótico-mudéjar que ha sido escenario de rodajes cinematográficos y recreaciones históricas. Su silueta, perfectamente conservada, domina los alrededores desde lo alto de un cerro y se puede visitar tanto por libre como en visitas teatralizadas.
El centro urbano de Belmonte también merece un paseo pausado. Sus casas blancas de tejados rojizos, sus plazas tranquilas y sus calles empedradas mantienen una atmósfera serena y acogedora. Entre los edificios históricos, destacan la Colegiata de San Bartolomé, una joya del gótico conquense con un bello retablo renacentista, y el Convento de los Jesuitas, hoy en proceso de restauración. Además, hay varios palacios y casonas nobiliarias que muestran la importancia que tuvo el pueblo en el pasado, como el Palacio del Infante Don Juan Manuel, precursor del estilo narrativo en lengua castellana.
🌲 4. Beteta
Enclavado en plena serranía conquense, Beteta es uno de esos pueblos que parecen haber crecido de forma natural sobre la roca. Las casas se aferran al relieve, adaptándose al terreno, mientras el conjunto queda protegido por una imponente hoz que le da un carácter muy especial. El entorno natural es una de las grandes bazas de este lugar, ideal para quienes disfrutan del senderismo, los bosques y el aire puro. A muy pocos kilómetros se encuentran parajes tan bellos como la Laguna del Tobar, el nacimiento del río Cuervo o el balneario de Solán de Cabras.
En el propio pueblo, hay varios elementos que muestran su importancia histórica. El Castillo de Rochafrida, aunque en estado ruinoso, todavía conserva parte de su estructura defensiva y ofrece unas vistas espléndidas del valle. El casco urbano tiene su epicentro en la plaza Mayor, porticada y rodeada de edificios con arquitectura tradicional. Allí suele instalarse el mercado, y es uno de los mejores sitios para observar la vida local. También merece una visita la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que destaca por su portada plateresca y por su campanario robusto.
🏞️ 5. Cañete
Entre montañas y barrancos, en un entorno donde la naturaleza impone su presencia, se encuentra Cañete, uno de esos pueblos que pasan desapercibidos para muchos viajeros pero que guarda un notable patrimonio y mucha historia. Rodeado por un entorno agreste que forma parte de la Serranía Baja de Cuenca, el trazado urbano del pueblo conserva la arquitectura popular de la zona, con casas encaladas y tejados a dos aguas, muchas de ellas distribuidas en laderas que caen hacia el río.
Uno de los monumentos más representativos de Cañete es el castillo de origen andalusí, levantado sobre un cerro rocoso que domina el pueblo. Aunque en estado ruinoso, su silueta sigue marcando el paisaje y conserva restos de murallas y torres defensivas. También destaca la Iglesia de Santiago Apóstol, construida en estilo gótico, que guarda una interesante portada y un interior sobrio pero armonioso. En las afueras del casco urbano se encuentra la Puerta de la Virgen, un antiguo acceso amurallado, y paseando por los alrededores se pueden encontrar varios miradores naturales sobre los barrancos y el río Mayor.
🏰 6. Castillo de Garcimuñoz
En plena Mancha conquense se alza el Castillo de Garcimuñoz, un pueblo que lleva el nombre de la fortaleza que lo corona. La estampa es imponente: la fortificación de origen árabe, posteriormente reformada en época cristiana, domina desde lo alto una pequeña meseta que resalta aún más su presencia. El castillo conserva elementos góticos y renacentistas, con muros sólidos, torres semicirculares y un patio interior donde hoy se organizan eventos culturales y visitas guiadas.
Dentro del recinto fortificado se encuentra también la Iglesia de San Juan Bautista, un templo de origen medieval que mantiene un campanario robusto y una nave sencilla. Desde las murallas se obtienen vistas abiertas sobre el campo manchego, que en primavera se tiñe de colores.
El pueblo conserva otros vestigios de su pasado señorial, como casas blasonadas de piedra, los restos del Convento de San Agustín o la evocadora Cruz de Jorge Manrique, erigida en memoria del célebre poeta que fue herido mortalmente en estas tierras en 1479. La cruz actual, de los años 40 del siglo XX, recuerda ese episodio literario e histórico a partes iguales.
🎨 7. El Provencio
Arte, color y sorpresas. Así se podría definir El Provencio, un pueblo que ha sabido reinventarse apostando por la creación artística en el espacio público. A medio camino entre Cuenca y Ciudad Real, esta localidad se ha convertido en un destino original gracias a sus murales de cómic y arte urbano que decoran decenas de fachadas, puertas y muros. Las obras, que forman parte de un proyecto que nació con la Feria del Cómic, transforman el paseo por el centro en una especie de galería al aire libre, muy atractiva para todo tipo de visitantes.
Pero El Provencio no es solo murales y cultura contemporánea. Su patrimonio histórico también merece atención. El Puente del Rey, de origen medieval, salva el río Záncara y conecta con caminos históricos que comunicaban esta zona con Castilla-La Mancha. También puedes visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo renacentista temprano, que conserva una elegante fachada y un interior espacioso donde se celebran conciertos y actos culturales.
🌊 8. Enguídanos
En plena Serranía Baja de Cuenca, Enguídanos es uno de esos pueblos que te invitan a desconectar sin necesidad de grandes planes. Situado en la confluencia de varios barrancos y bañado por las aguas limpias del río Cabriel, es un destino ideal si buscas naturaleza, baños en ríos y un ambiente auténtico. Su entorno destaca por las piscinas naturales, zonas de baño como “Las Chorreras”, y paisajes ideales para quienes disfrutan con el senderismo, la escalada o actividades acuáticas como rafting, kayak y barranquismo. La empresa local Avenjúcar organiza muchas de estas actividades por la zona.
El casco antiguo, con sus calles en pendiente y casas de piedra, tiene varios rincones que merecen una visita. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de origen gótico-renacentista, corona una pequeña plaza con encanto. Muy cerca, las ruinas del castillo árabe vigilan el pueblo desde un cerro y permiten entender la importancia estratégica de Enguídanos en tiempos pasados. También llaman la atención algunas casas señoriales con escudos heráldicos que nos hablan de épocas más prósperas.
🕍 9. Huete
Historia concentrada en piedra. Así podría describirse Huete, uno de los pueblos con mayor concentración de patrimonio monumental de toda la provincia de Cuenca. Su historia se remonta a tiempos celtíberos y romanos, pero fue en época musulmana cuando se convirtió en un núcleo fortificado importante. Todavía se conservan restos de la muralla árabe y de la Alcazaba de Wabda, vestigios que conviven con edificios renacentistas y barrocos en un mismo paseo.
El verdadero símbolo de Huete es el Monasterio de Santa María de la Merced, un enorme complejo con una fachada neoclásica que impresiona nada más llegar. En su interior, además del Ayuntamiento, encontrarás el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente, un lugar que sorprende por la calidad de sus exposiciones en un contexto rural.
Pasear por las calles del pueblo es como hojear un libro de historia. En cada esquina aparece algún edificio notable: la Iglesia de Santo Domingo con su enorme portada barroca, la sobria Iglesia de Nuestra Señora de Atienza o la señorial Casa de los Amoraga, una de las muchas casas nobiliarias que salpican el casco histórico.
🏚️ 10. Moya
En las tierras altas del noreste de la provincia se encuentra uno de los lugares más singulares de Cuenca: la ciudad amurallada de Moya, un pueblo abandonado que fue durante siglos una plaza clave en el Reino de Castilla. En su época de máximo esplendor llegó a tener hasta cinco recintos amurallados, una infraestructura que da idea de su importancia militar, política y comercial. Sin embargo, las guerras, epidemias y cambios en las rutas comerciales provocaron su declive a partir del siglo XVIII, hasta quedar despoblada a mediados del siglo XX.
Hoy en día, visitar Moya es como entrar en un decorado histórico. Entre ruinas cubiertas de vegetación se conservan las puertas de acceso, parte del trazado defensivo y varios edificios civiles y religiosos. Destacan los restos del Ayuntamiento, la Iglesia de la Trinidad, el Convento de la Concepción Franciscana y, por supuesto, los restos de su fortaleza medieval.
Es un lugar muy especial para quienes sienten curiosidad por la historia olvidada o disfrutan fotografiando pueblos fantasma. Si subes hasta lo alto del recinto, te esperan vistas panorámicas de las llanuras y sierras del entorno.
🌾 11. Mota del Cuervo
En pleno corazón de La Mancha conquense, Mota del Cuervo es uno de los mejores lugares para ver molinos de viento tradicionales, esos que evocan de inmediato las páginas del Quijote. En lo alto de una loma conocida como “El Balcón de La Mancha”, se conservan siete molinos que dominan el paisaje y ofrecen vistas panorámicas de los campos interminables que rodean la localidad. Uno de ellos, el llamado El Zurdo, todavía se pone en marcha para mostrar el antiguo proceso de molienda.
Además de los molinos, el pueblo cuenta con un casco urbano agradable para pasear, donde destacan la Iglesia de San Miguel Arcángel, de estilo gótico tardío con elementos renacentistas, y la Ermita de Nuestra Señora de Manjavacas, situada a las afueras en un paraje tranquilo que cada año es lugar de romería. El Museo de la Alfarería y los talleres locales mantienen también viva la tradición artesana del barro en esta zona.
🏞️ 12. Priego
Aunque no suele figurar entre los pueblos más conocidos de la provincia, Priego tiene argumentos de sobra para justificar una visita pausada. Se encuentra rodeado de bosques, barrancos y arroyos, lo que le da un entorno natural atractivo, y en su interior sorprende con un rico patrimonio histórico.
Fundado en época musulmana, aún conserva algunos restos del sistema defensivo original, como el Torreón de Despeñaperros, desde donde se domina todo el valle. En el casco antiguo se mezclan casas de colores con edificios señoriales como el Palacio de los Condes, de estilo renacentista. Otros monumentos de interés son la Iglesia de San Nicolás de Bari, de origen gótico, el Convento del Rosal y la llamativa Casa de la Inquisición, que aún conserva detalles originales en su fachada.
Priego es también un buen punto de partida para descubrir senderos y rutas por la Alcarria conquense, como el camino que conduce al cercano Valle del Escabas.
🏛️ 13. San Clemente
Considerada una de las localidades más monumentales del sur de la provincia, San Clemente destaca por su arquitectura renacentista bien conservada y su ambiente tranquilo. Declarado Conjunto Histórico-Artístico, el pueblo sorprende por el equilibrio entre sus edificios civiles y religiosos.
La Casa Consistorial es uno de los ejemplos más sobresalientes del Renacimiento en Castilla-La Mancha. Su fachada, de dos plantas y con un elegante torreón, es uno de los símbolos de la localidad. Frente a ella se encuentra la Iglesia de Santiago Apóstol, también renacentista, que forma un conjunto armónico con otros edificios notables como la Torre Vieja o el Convento de las Carmelitas.
En el recorrido por el casco histórico encontrarás también un curioso Arco llamado Romano —aunque en realidad es del siglo XVII— y las ruinas del Castillo de Santiago de la Torre, situadas a unos kilómetros del núcleo principal. San Clemente tiene también una intensa vida cultural y acoge exposiciones de arte, ferias agrícolas y festivales tradicionales a lo largo del año.
🛤️ 14. Tarancón
En el extremo occidental de la provincia, muy cerca del límite con Toledo, se encuentra Tarancón, una de las localidades con mayor peso histórico en la comarca de la Mancha Alta conquense. Aunque ha crecido mucho en las últimas décadas, su casco antiguo conserva varios edificios de gran interés.
El templo más destacado es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en estilo gótico tardío y con un retablo plateresco de gran riqueza decorativa en su interior. También destacan el Convento de San Francisco y el Monasterio de los Padres Somascos, ambos ligados a la historia religiosa y educativa del municipio.
Tarancón cuenta con ejemplos interesantes de arquitectura civil, como la Casa Palacio de los Parada —hoy convertida en espacio cultural—, el Ayuntamiento en la Plaza del Caño y, sobre todo, el Palacio de los Duques de Riánsares, vinculado a una de las figuras más influyentes del siglo XIX: José de la Montijo y Riansares, esposo morganático de la reina María Cristina. Hoy, el edificio acoge eventos culturales y puede visitarse en ocasiones especiales.
🏛️ 15. Uclés
El pequeño pueblo de Uclés guarda uno de los tesoros monumentales más llamativos de Cuenca: su monasterio. Conocido como el “Escorial de La Mancha”, este gran conjunto fue construido por la Orden de Santiago a partir del siglo XVI sobre una iglesia anterior, y destaca tanto por sus dimensiones como por la variedad de estilos que lo componen.
La portada churrigueresca, decorada con gran profusión de esculturas, es uno de sus elementos más singulares. Al acceder al interior se llega al claustro de dos alturas, alrededor del cual se articulan las dependencias del monasterio. El edificio ha tenido diversos usos a lo largo del tiempo, incluyendo el de seminario y hospital, y actualmente se puede visitar con guía.
El resto del pueblo también tiene interés: aún se conservan tramos de muralla, las ruinas de una antigua fortaleza musulmana y casas señoriales como la Casa-Palacio de los Torre o la Casa de los Fernández y Contreras. Desde los alrededores, se obtienen buenas vistas del conjunto monumental, en especial desde el cercano cerro de El Portillo.
⛪ 16. Villanueva de la Jara
Cerramos este recorrido por la provincia con Villanueva de la Jara, una localidad poco frecuentada por el turismo, pero con un patrimonio realmente destacado. Su centro histórico conserva la estructura típica de los pueblos manchegos, con calles amplias, casas de dos plantas y edificios históricos bien conservados.
Uno de los elementos más representativos es la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, una iglesia de grandes proporciones y elegante fachada, construida entre los siglos XV y XVI. Frente a ella se abre la Plaza Mayor, uno de los rincones más agradables del pueblo, donde se encuentran el Ayuntamiento, de estilo renacentista, y varias casas palaciegas como la Villa Enriqueta.
Villanueva de la Jara es conocida también por su vinculación con Santa Teresa de Jesús, quien fundó aquí el Convento de las Carmelitas Descalzas durante sus viajes por Castilla. El edificio todavía conserva la sobriedad y el espíritu recogido propios de la reforma teresiana.
🌿 Parajes naturales y otros lugares que ver en Cuenca
Además de su capital y un buen número de pueblos con patrimonio interesante, la provincia de Cuenca sorprende también por la variedad y belleza de sus espacios naturales. Desde formaciones rocosas únicas hasta cañones fluviales y bosques centenarios, recorrer sus rincones al aire libre es una excelente forma de conocer el paisaje conquense. A continuación, te mostramos algunos de los lugares más recomendables para disfrutar de la naturaleza en Cuenca.
🪨 17. Callejones de las Majadas y Laguna de Uña
En plena Serranía de Cuenca, el paraje conocido como los Callejones de las Majadas es uno de esos lugares que sorprenden desde el primer momento. Aquí, la acción del agua y del viento sobre la roca caliza ha modelado durante miles de años un conjunto de formaciones realmente curiosas. Algunas de ellas recuerdan a figuras humanas, animales o arcos naturales, lo que convierte el paseo en un recorrido casi escultórico.
El acceso es libre, a diferencia de la Ciudad Encantada, y el sendero señalizado permite disfrutar del entorno con tranquilidad. Muy cerca se encuentra la Laguna de Uña, otro lugar ideal para descansar junto al agua, observar aves o simplemente sentarse a contemplar el paisaje de montaña.
Por cierto, en este paraje se rodaron algunas escenas de la película El mundo nunca es suficiente de James Bond, lo cual dice bastante sobre su fotogenia natural.
🗿 18. Caras de Buendía
Uno de los lugares más originales que puedes visitar en Cuenca es la Ruta de las Caras de Buendía, un recorrido que discurre entre pinares y afloramientos rocosos en las afueras del pueblo. Allí, directamente talladas en la piedra arenisca, aparecen caras de chamanes, calaveras, duendes y rostros místicos, esculpidas por los artistas Eulogio Reguillo y Jorge Maldonado.
En total, el recorrido incluye unas 18 esculturas y bajorrelieves de diferentes dimensiones, algunos de más de dos metros de altura. Lo interesante es que no están señalizadas con carteles, así que parte del juego consiste en encontrarlas durante el paseo.
🌄 19. Hoz de Beteta
La Hoz de Beteta es uno de los cañones fluviales más espectaculares de la Serranía conquense. A lo largo de casi 8 kilómetros, el río Guadiela ha excavado un profundo desfiladero entre paredes que en algunos tramos superan los 80 metros de altura.
El mejor modo de conocer esta hoz es recorriendo el llamado Paseo Botánico, un sendero sencillo y bien acondicionado que permite adentrarse en este paisaje de paredes verticales, vegetación frondosa y sonidos de agua. Entre los árboles más característicos de la zona destacan los tilos centenarios que se agrupan en el entorno de la Fuente de los Tilos, un rincón fresco y sombreado donde merece la pena detenerse.
🧙♂️ 20. La Ciudad Encantada
Si hay un espacio natural que visitar en Cuenca, este seguramente es la Ciudad Encantada, la gran joya de la Serranía de Cuenca. Se trata de un conjunto espectacular de caprichosas formaciones de rocas que se encuentran en una zona de pinares. Los rincones más emblemáticos de la Ciudad Encantada – donde se rodaron escenas míticas de la película Conan, el Bárbaro – es el Tormo Alto (un monolito de 20 metros) y los Amantes de Teruel, pero podrás contemplar formas de barcos, tortugas, toboganes, puentes romanos, osos, focas y muchos otros.
Después de pagar la entrada, recibirás un folleto con la información necesaria, pero el recorrido circular, además, está muy bien señalizado. Si te apetece conocer los rincones más bonitos de este paraje con guía, te molará esta visita guiada, mientras si quieres visitarlo en un tour desde Cuenca, puedes hacer esta excursión a la Ciudad Encantada o una excursión muy completa a la Ciudad Encantada y el Nacimiento del Río Cuervo.
💧 21. Laguna del Tobar
En la Serranía Alta, la Laguna del Tobar es uno de esos rincones que sorprenden por su belleza y tranquilidad. Está formada por un conjunto de dos lagos, ya que una tercera laguna, conocida como Laguna Ciega, ha desaparecido con el paso del tiempo. La más espectacular es la Laguna Grande, que destaca por su intenso color turquesa, visible sobre todo en los días soleados y que cambia según la estación y la luz.
Un detalle curioso de esta laguna es la presencia simultánea de agua dulce que proviene de la superficie y de agua salada subterránea, que se mantienen separadas y no se mezclan, creando un fenómeno muy poco común. Justo al lado se encuentra la Laguna Pequeña, que es mucho más reducida y superficial, y sirve para recoger el agua que fluye de la Laguna Verde antes de desembocar en el río Masegar.
🌀 22. Lagunas de Cañada del Hoyo
La mayoría de las lagunas que uno suele conocer tienen un origen glaciar o fluvial, pero las Lagunas de Cañada del Hoyo tienen una formación muy diferente. Son producto de procesos kársticos, es decir, el hundimiento y erosión de las rocas calizas que formaron estas dolinas o depresiones naturales donde se acumula el agua.
En esta zona, que es uno de los entornos más singulares de la provincia, se distribuyen varias lagunas con profundidades que varían entre 5 y 32 metros. Lo más llamativo es que cada una tiene un color diferente, resultado de la salinidad, la vegetación acuática y los microorganismos que habitan en ellas. En determinadas épocas del año, alguna laguna puede adoptar tonos rosas, un espectáculo visual poco frecuente que llama la atención de fotógrafos y amantes de la naturaleza.
Las lagunas están rodeadas por un paisaje de bosque mediterráneo y formaciones rocosas, con senderos señalizados para recorrerlas con tranquilidad.
⛏️ 23. Minas romanas de Lapis Specularis
La influencia romana en Castilla-La Mancha dejó huellas visibles, y una de las más fascinantes son las minas de lapis specularis en Cuenca. Este mineral, muy valorado en la antigüedad, era un tipo de yeso cristalino que los romanos empleaban como sustituto del vidrio para fabricar ventanas y aislar del frío, gracias a sus propiedades termoaislantes.
Estas minas, excavadas en la roca, revelan cómo los antiguos mineros trabajaban en condiciones difíciles para extraer este material. Hoy en día, algunas de estas galerías se pueden visitar y ofrecen un recorrido que permite comprender mejor la técnica y la importancia de la minería en la época romana.
Además, conocer estos yacimientos es una forma de conectar con la historia y la tecnología que marcaron un antes y un después en la arquitectura y el confort de las viviendas romanas.
🦖 24. Museo Paleontológico de Castilla La Mancha y la ruta de los dinosaurios
Una de las cosas más divertidas que hacer en Cuenca es conocer la historia de sus dinosaurios. Hay dos yacimientos muy importantes: el Yacimiento de Lo Hueco (descubierto durante las obras AVE Madrid-Levante y todavía no es visitable) y el Yacimiento Paleontológico de Las Hoyas. En la provincia de Cuenca han sido descubierto fósiles de varias especies, entre ellos el Concavenator Corcovatus, una nueva especie de dinosaurio.
También deberías visitar el Museo Paleontológico de Castilla La Mancha en Cuenca, uno de los museos más grandes de Europa en este genero, donde podrás ver esqueletos originales y aprender mucho sobre la presencia de estos animales en la Península Ibérica.
💦 25. Nacimiento del Río Cuervo
Entre las joyas naturales de la Serranía de Cuenca destaca sin duda el Nacimiento del Río Cuervo. Muy cerca de la localidad de Tragacete comienza un sendero que sigue el cauce del río, adentrándote en un paisaje de gran belleza. El recorrido termina en una cascada impresionante que deslumbra especialmente en primavera, cuando el caudal es más abundante.
Pero no se trata solo del destino final: el camino es un paseo agradable y lleno de detalles. A lo largo de él encontrarás paredes rocosas cubiertas de musgo, pequeñas grutas que invitan a la exploración, cascadas secundarias y piscinas naturales de agua cristalina. Si vas con calma, disfrutarás más cada tramo y podrás sentir la tranquilidad del entorno.
🏟️ 26. Segóbriga
Cuando hablamos de patrimonio romano en Cuenca, uno de los lugares más destacados es el Parque Arqueológico de Segóbriga. Situado en el municipio de Saelices, este yacimiento es uno de los mejor conservados de la región. Aunque sus orígenes se remontan a los celtíberos, su importancia creció durante la época romana, de la que conserva varios edificios destacados.
El teatro romano es la pieza estrella: su estado de conservación permite imaginar perfectamente cómo se vivían las representaciones en la antigüedad. Además, en el yacimiento podrás ver restos del foro, el anfiteatro, la basílica y las termas.
En el centro de visitantes encontrarás información para entender mejor el significado histórico del lugar y una muestra del lapis specularis, el mineral que se extraía en las minas romanas cercanas y que se utilizaba para fabricar ventanas antes del vidrio.
🕳️ 27. Torcas de los Palancares
Muy cerca de las Lagunas de Cañada del Hoyo, en una zona conocida como la «Tierra Muerta«, se extiende otro paraje natural que merece una visita: las Torcas de los Palancares. Estas formaciones son el resultado del hundimiento del terreno causado por la erosión del agua en la roca caliza, creando depresiones profundas que en algunas épocas del año se llenan de agua.
El paisaje tiene un aire misterioso, reforzado por la baja densidad de población y la presencia de estos ojos de agua que aparecen y desaparecen según la estación. La mejor época para visitarlas es en otoño e invierno, cuando las torcas suelen estar llenas y reflejan el entorno creando imágenes espectaculares.
Entre las más conocidas están la Torca del Lobo, la Torca de la Novia y la Torca de Las Mellizas, cada una con sus peculiaridades y belleza propia.
🌬️ 28. Ventano del Diablo
Muy cerca de la Ciudad Encantada se encuentra uno de los miradores más impactantes de la zona: el Ventano del Diablo. Este mirador natural está formado por una cueva horadada en la roca, que se asoma sobre un profundo barranco por donde serpentea el río Júcar. Desde aquí se obtienen unas vistas espectaculares de los meandros del río y del entorno agreste que lo rodea.
El lugar debe su nombre a una antigua leyenda popular. Según se cuenta, el diablo se aparecía en este punto y arrojaba al vacío a quienes se asomaban por los ventanales. Más allá del mito, lo cierto es que el Ventano del Diablo ofrece uno de los paisajes más sobrecogedores de la serranía conquense.
🏛️ 29. Villa Romana de Noheda
En el término de Villar de Domingo García, no muy lejos de Cuenca capital, se encuentra uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos tiempos: la Villa Romana de Noheda. Muchos la conocen como “la Pompeya española” por el excelente estado en que se ha conservado y la calidad de los elementos encontrados.
El complejo está dividido en varias zonas, entre ellas el Gran Balneum (termas), la Pars Urbana (la zona residencial) y la Pars Rustica (dedicada a las labores agrícolas). La villa se utilizó entre los siglos I a. C. y VI d. C., y su principal atractivo es un mosaico figurativo de gran tamaño que representa escenas mitológicas, uno de los más relevantes de todo el Imperio Romano.
🏛️ 30. Yacimiento de Valeria
Cerramos esta ruta por la provincia con el Yacimiento de Valeria, otra ciudad romana que tuvo gran relevancia en la Hispania romana. Aunque su estado de conservación no es tan bueno como el de Segóbriga, las dimensiones del conjunto arqueológico llaman mucho la atención.
Entre los restos que aún pueden visitarse destacan el foro, la basílica, un conjunto de domus y el ninfeo, una estructura monumental dedicada al agua que se ha convertido en el símbolo del yacimiento.
🗺️ Mapa imprescindibles de Cuenca
🚗 Itinerarios de fin de semana por la provincia de Cuenca
Cuenca es una provincia repleta de contrastes: desde pueblos con historia medieval hasta paisajes únicos moldeados por el agua y la piedra caliza. Para ayudarte a organizar tu escapada, te propongo seis itinerarios de fin de semana que combinan lo mejor de su patrimonio, naturaleza y tradiciones.
🏙️ Itinerario 1: Cuenca capital y la Ciudad Encantada
Día 1: Dedica el día a Cuenca capital. Visita las Casas Colgadas, el Puente de San Pablo y la Catedral de Santa María y San Julián. Recorre el Museo de Arte Abstracto Español y el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, ideal si viajas con niños. Termina el día paseando por el casco antiguo, Patrimonio de la Humanidad.
Día 2: Desplázate hasta la Ciudad Encantada, uno de los parajes más emblemáticos de Cuenca. De regreso, haz una parada en el Ventano del Diablo para disfrutar de las vistas del cañón del río Júcar. Si te queda tiempo, acércate al Nacimiento del Río Cuervo para terminar el fin de semana rodeado de naturaleza.
🏰 Itinerario 2: Historia romana y medieval en Uclés, Segóbriga y Belmonte
Día 1: Comienza en Uclés para visitar su majestuoso Monasterio de Santiago. Luego sigue hasta el Parque Arqueológico de Segóbriga, una antigua ciudad romana con teatro, termas y foro. Finaliza el día en Belmonte, donde puedes visitar su castillo perfectamente conservado y pasear por su pintoresco casco histórico.
Día 2: Visita el Castillo de Garcimuñoz por la mañana. Después, acércate a San Clemente, declarado conjunto histórico-artístico, con su Plaza Mayor renacentista y el Ayuntamiento del siglo XVI. Termina el día en Mota del Cuervo, conocida como el “Balcón de La Mancha”, con sus famosos molinos de viento.
🌿 Itinerario 3: Naturaleza en estado puro en la Serranía de Cuenca
Día 1: Comienza en los Callejones de las Majadas, un laberinto de formaciones rocosas. Luego baja hasta la Laguna de Uña, ideal para caminar o hacer un picnic. Por la tarde, visita las Torcas de los Palancares, un conjunto de dolinas de gran valor geológico.
Día 2: Dirígete a la Laguna del Tobar y explora también la Hoz de Beteta, con senderos entre cañones y vegetación frondosa. Si tienes tiempo, puedes terminar el día en Beteta, un pequeño pueblo con encanto y buenas vistas.
🧭 Itinerario 4: Tierra de romanos y leyendas en Valeria, Noheda y Huete
Día 1: Empieza el día en el Yacimiento de Valeria, una antigua ciudad romana construida sobre una hoz. Continúa hacia la Villa Romana de Noheda, con un impresionante mosaico figurativo. Por la tarde, visita Huete, con su conjunto de iglesias y el Monasterio de la Merced.
Día 2: Recorre las Minas romanas de Lapis Specularis cerca de Saceda del Río. Luego, acércate a Tarancón, una localidad con un interesante centro histórico y buena oferta gastronómica, ideal para cerrar el fin de semana.
🏞️ Itinerario 5: Rutas geológicas y arte al aire libre en el sur de Cuenca
Día 1: Comienza el día en las Lagunas de Cañada del Hoyo, un conjunto de lagunas cársticas de colores variables. Después visita las Caras de Buendía, una ruta escultórica al aire libre en un entorno natural.
Día 2: Dirígete hacia El Provencio, donde puedes ver varios murales urbanos relacionados con el cómic. Termina el día en Villanueva de la Jara, donde destaca la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y el Convento de Santa Ana.
⛰️ Itinerario 6: Pueblos con historia en el noreste de Cuenca
Día 1: Empieza en Cañete, una villa amurallada con castillo, murallas medievales y un bonito paseo fluvial. Luego visita Moya, un impresionante conjunto de ruinas sobre una colina que domina el paisaje.
Día 2: Dedica la mañana a Priego, con su castillo y puente sobre el río Escabas. Después continúa hasta Alarcón, uno de los pueblos más bonitos de la provincia, con su castillo convertido en Parador y el mirador sobre las hoces del Júcar.
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Así cerramos nuestro recorrido por los lugares más interesantes que ver en la provincia de Cuenca, con propuestas pensadas para diferentes gustos y duraciones. Esperamos que esta guía te sirva para organizar un viaje variado y completo, combinando patrimonio romano, naturaleza salvaje, pueblos con historia y ese aire tranquilo que tanto define esta tierra.
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