Escrito por Rachele Cervaro
La ciudad de Padua (Padova en italiano) es uno de los lugares con más historia y carácter del norte de Italia, y para mí tiene un valor muy especial. Está situada a solo 20 kilómetros de donde viví mi vida antes de mudarme a España hace ya dos décadas, así que podría decir que es parte de mi paisaje personal. He pasado incontables días entre Padua y Venecia, dos ciudades que, aunque muy diferentes, están profundamente unidas en mi memoria. Por eso, además de hablarte de qué ver en Padua, quiero transmitirte el vínculo emocional que tengo con ella.
Padua es una ciudad universitaria con una energía muy particular. Sus calles siempre están animadas por estudiantes, por bicicletas que van y vienen, por conversaciones bajo los soportales o cafés repletos de vida. A menudo queda a la sombra de Venecia en los itinerarios turísticos, pero créeme que merece ocupar un lugar propio en cualquier viaje por la región del Véneto.
Además, Padua es también la ciudad de San Antonio, uno de los santos más venerados en el mundo cristiano. Cada vez que viajo y entro en una iglesia, me encuentro con su imagen y, automáticamente, me transporto a Padua. Es una sensación difícil de explicar, pero ver a San Antonio en lugares tan lejanos siempre me conecta con mi ciudad, me hace sentir un poco más cerca de casa.
Pero no me enrollo más. Te dejo con las que, en mi opinión, son las 12 cosas imprescindibles que ver y hacer en Padua. Ojalá que, al terminar de leer, tengas tantas ganas de conocerla como las que tengo yo de volver.
🌟 Qué ver en Padua – 12 lugares imprescindibles
⛪ 1. Basílica de San Antonio, el corazón espiritual de Padua
No hay duda: la Basílica de San Antonio es el monumento más importante de Padua. Además de ser una obra arquitectónica imponente, es también un punto de peregrinación para miles de personas que, cada año, vienen a rendir homenaje a uno de los santos más venerados del mundo cristiano. Para mí, que llevo a Padua en el corazón, esta basílica es un símbolo que trasciende lo religioso: es un lugar que conecta profundamente con la historia y el alma de la ciudad.
Pero… ¿quién fue San Antonio? Aunque muchos lo relacionan directamente con Italia, en realidad era portugués, nacido en una familia noble de Lisboa. Se hizo franciscano y, tras pasar por distintos destinos, acabó estableciéndose en Padua, donde murió muy joven, con apenas 35 años. La devoción que despertó fue tan grande que menos de un año después de su muerte ya había sido canonizado. De hecho, se trata de una de las canonizaciones más rápidas en la historia de la Iglesia. Para conocer la historia de San Antonio, su basílica y los principales monumentos de la ciudad, nada mejor que apuntarte a un free tour por Padua.

A San Antonio se le atribuyen numerosos actos milagrosos, aunque hay uno que destaca especialmente: su don para encontrar objetos perdidos. Esa es la razón por la que mucha gente le reza hoy en día cuando algo desaparece. Pero también es famoso por un momento muy especial de su vida espiritual: según la tradición, en una ocasión, mientras oraba, se le apareció el niño Jesús, y lo sostuvo entre sus brazos. Por eso es habitual ver esculturas o imágenes de San Antonio con el niño en brazos, una representación que he encontrado en iglesias de medio mundo… y que siempre me hace pensar en Padua.
La basílica que alberga sus restos comenzó a construirse en 1238 y se terminó hacia 1310. El edificio mezcla elementos góticos, renacentistas y barrocos, pero lo que más llama la atención a primera vista es su fachada de ladrillo, sobria y potente, y las cúpulas que la coronan, que recuerdan más a una iglesia ortodoxa que a una iglesia italiana. En su interior, te recomiendo visitar con calma la capilla donde se conservan los restos del santo, situada en el lado norte del templo. Además de la iglesia en sí, no te pierdas los tres claustros que se encuentran junto a la basílica.
🎨 2. Capilla de los Scrovegni, una joya del arte gótico
Desde un punto de vista artístico, pocos lugares en Italia me han impresionado tanto como la Capilla de los Scrovegni. No es solo una de las grandes maravillas de Padua, sino una auténtica obra maestra del arte medieval europeo. Se encuentra en el Parque dell’Arena, una zona muy agradable para pasear, pero lo que verdaderamente atrae hasta aquí a visitantes de todo el mundo son los frescos que decoran el interior de la capilla: una obra magistral del gran Giotto di Bondone.
Esta pequeña iglesia fue construida por Enrico Scrovegni a principios del siglo XIV, con la intención de redimir el alma de su padre, un prestamista muy adinerado cuya fama (y riqueza) no estaban precisamente libres de polémica. Enrico decidió invertir en arte como forma de expiación, y el resultado fue este extraordinario conjunto de frescos que hoy nos sigue dejando sin palabras más de 700 años después.
El antiguo Palacio de los Scrovegni, que estaba justo al lado, ya no existe. Pero la capilla se ha conservado como un tesoro absoluto. Lo que encontrarás dentro no es simplemente una serie de pinturas religiosas, sino un ciclo narrativo completo que recorre episodios de la vida de la Virgen y de Cristo, con una intensidad expresiva y una humanidad que eran revolucionarias para la época. Giotto introdujo emociones reales en los rostros, movimiento en los cuerpos, profundidad en las escenas… algo que en su momento cambió para siempre la historia del arte.
Y luego está el color, claro. Ese azul profundo que domina muchas de las escenas, y que en Italia llamamos familiarmente blu Giotto, el azul de Giotto. Es un color que no olvidas fácilmente, una especie de cielo eterno que te envuelve desde que entras hasta que te toca salir.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la visita está muy controlada para proteger estas pinturas frágiles. Es obligatorio reservar con antelación (sí o sí, por internet), ya que solo dejan entrar a grupos pequeños y en franjas horarias determinadas. Antes de entrar en la capilla pasas unos minutos en una sala aclimatada para estabilizar la temperatura corporal y evitar que la humedad afecte a los frescos. Dentro, no se pueden sacar fotos, lo que al final también ayuda a disfrutar del momento con más atención y calma.
🌳 3. Prato della Valle, el corazón verde de Padua
Aunque Padua no sea una ciudad muy grande, guarda más de una sorpresa. Una de las que más suele impresionar —tanto a quienes la visitan por primera vez como a quienes, como nosotros, ya le tienen mucho cariño— es el Prato della Valle, una enorme plaza elíptica que, con sus 90.000 metros cuadrados, es la plaza más grande de toda Italia. Y no solo eso: también está entre las mayores de Europa. Para que te hagas una idea del tamaño, es casi el doble de grande que la Plaza de San Pedro en Roma.
Pero más allá de las cifras, lo que hace especial al Prato della Valle es su atmósfera única. Es un espacio abierto, rodeado por un canal con puentes y estatuas, y con un gran parque central donde la gente se tumba a leer, hace picnic o se reúne con amigos al atardecer. A nosotros nos encanta pasar por aquí cuando volvemos a Padua, y si el tiempo acompaña, estirarnos en el césped y simplemente observar el ambiente. Y si tienes suerte de estar en la ciudad un sábado, podrás recorrer su tradicional mercadillo, que llena todo el perímetro con puestos de ropa, accesorios, comida y un ambiente muy local.
Una de las cosas que más me llamó la atención al principio —y que a Gábor le hizo mucha gracia— es que los padovanos no la llaman plaza, sino prato, prado. Y claro, no es solo una forma de decirlo, sino una costumbre bien integrada: en cuanto hace buen tiempo, verás a estudiantes y familias enteras ocupando el césped como si fuera un parque público, con bicicletas aparcadas por todos lados y alguna que otra guitarra sonando de fondo.
Todo este entorno está rodeado de 86 estatuas de personajes ilustres, muchas de ellas vinculadas a la historia de la ciudad o de la región del Véneto. Y justo al fondo se levanta la Basílica de Santa Giustina, una iglesia barroca impresionante que suele confundir a quienes llegan por primera vez, porque su tamaño hace pensar que se trata de la basílica principal de Padua. Pero no, la de San Antonio está más adelante. Eso sí, la sola presencia de Santa Giustina en una “plaza secundaria” nos da una idea de la importancia que tuvo esta ciudad durante siglos, tanto en lo religioso como en lo cultural.
🍋 4. Plaza delle Erbe y Plaza della Frutta, el alma cotidiana de Padua
Una de las cosas que más me gustan de Padua es que, aunque sea una ciudad con monumentos importantes y siglos de historia, su verdadero encanto está en la vida diaria. Y pocos lugares reflejan tan bien esa vida como las plazas delle Erbe y della Frutta, dos espacios que están siempre llenos de movimiento, conversaciones y aroma a productos frescos.
Estas plazas se encuentran en pleno centro histórico, una junto a la otra, separadas solamente por uno de los edificios más icónicos de la ciudad: el Palazzo della Ragione (el Palacio de la Razón). Este impresionante edificio medieval, que en su día fue sede del tribunal de justicia de la ciudad, actúa como una especie de pasarela cubierta entre ambas plazas. No solo es bonito por fuera, con su gran techo curvo de madera, sino que también merece la pena entrar a su enorme salón interior si tienes la ocasión.
Pero lo más auténtico aquí está fuera: cada mañana (excepto domingos), estas plazas se transforman en un mercado al aire libre lleno de puestos que venden frutas, verduras, embutidos, quesos, flores, ropa, utensilios de cocina… en fin, un poco de todo. Es uno de los mercados más antiguos de Europa que sigue funcionando con continuidad desde la Edad Media, y pasear por aquí es casi como retroceder en el tiempo, aunque con ese dinamismo muy italiano que se respira en las ciudades universitarias.
Personalmente, siempre que vuelvo a Padua intento pasar por aquí al menos una vez. Me encanta ese momento en que los tenderos gritan sus ofertas del día mientras los clientes —desde abuelitas padovanas hasta jóvenes estudiantes— curiosean los productos con calma. Y si visitas estas plazas por la tarde, el ambiente cambia, pero no se apaga. Todo lo contrario. A la hora del aperitivo (una auténtica institución en Padua), las terrazas se llenan de gente tomando algo y charlando animadamente.
Nosotros tenemos una pequeña tradición: cuando estamos en la ciudad, nos gusta sentarnos en el Bar Nazionale, justo en Piazza delle Erbe, y pedir un spritz Aperol —el clásico por excelencia— acompañado de un tramezzino caliente. Es una costumbre sencilla, pero nos conecta con la ciudad y su ritmo.
🕍 5. Catedral de Padua y su sorprendente baptisterio
Hay algo curioso que llama la atención en Padua: a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de ciudades italianas, la Catedral (il Duomo) no es el templo más emblemático ni el más visitado. Ese papel lo ocupa, sin duda, la Basílica de San Antonio. Sin embargo, aunque su fama sea más discreta, la Catedral de Padua también merece una visita, sobre todo por lo que esconde justo al lado.
La plaza donde se encuentra il Duomo es tranquila, elegante, y con ese aire sobrio que tienen muchas plazas de ciudades con historia. La fachada de la Catedral, de ladrillo sin decorar, puede pasar algo desapercibida si uno llega sin saber qué esperar. No te da una gran impresión al verla por fuera, especialmente comparándola con otras iglesias monumentales de la ciudad. Aun así, vale la pena entrar para descubrir su interior amplio, luminoso y con esa serenidad típica del Renacimiento.
Pero lo que realmente nos sorprendió fue el baptisterio de San Giovanni Battista, que se encuentra justo al lado. Este pequeño edificio circular, de aspecto modesto por fuera, es una joya escondida y una de las grandes obras del arte sacro medieval del norte de Italia.
El interior está completamente cubierto por un ciclo de frescos realizado por Giusto de’ Menabuoi en el siglo XIV. Las pinturas representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, con especial protagonismo de la vida de Jesucristo, y forman un conjunto narrativo lleno de detalle y color. Lo más impresionante es, sin duda, la gran cúpula, donde Giusto pintó un Cristo Pantocrátor rodeado por una espiral de ángeles y santos. Cuando levantas la vista hacia el techo, es imposible no quedarse un rato con la boca abierta.
🕰️ 6. Piazza dei Signori y el reloj astronómico
Seguimos nuestro paseo por Padua con una de las plazas más elegantes de la ciudad: la Piazza dei Signori, o Plaza de los Señores. En una ciudad donde las plazas tienen tanto protagonismo en la vida cotidiana, esta en concreto tiene algo especial, un aire señorial que la hace destacar.
La primera vez que estuve aquí fue durante un mercado navideño, y recuerdo perfectamente cómo los puestos de madera y las luces decorativas contrastaban con la arquitectura renacentista que rodea la plaza. Aquel día había música en directo, y entre el aroma a castañas asadas y la bruma invernal, la plaza parecía sacada de una película italiana de los años 50.
En el centro del espacio destaca el gran reloj astronómico, uno de los símbolos históricos de Padua. Data del siglo XIV y aún hoy se puede ver su mecanismo funcionando. Lo curioso es que, además de marcar la hora, el reloj muestra las fases lunares, las constelaciones del zodíaco y la posición del sol. En su diseño original incluso faltaba el signo de Libra, lo cual ha generado muchas teorías a lo largo del tiempo. Algunos dicen que fue simplemente un error del constructor; otros creen que se eliminó a propósito por razones simbólicas.
A un lado de la plaza se encuentra otro edificio importante, la Loggia della Gran Guardia, una elegante estructura renacentista que parece flotar sobre los soportales. Aunque pasa un poco desapercibido desde fuera, su interior alberga salas decoradas con frescos y suele acoger exposiciones temporales de arte, fotografía o historia local. La entrada es gratuita, así que si tienes tiempo, merece la pena echar un vistazo.
🚶 7. Pasear bajo los pórticos de Padua
Una de las cosas que más me gustan de Padua —y que comparte con otras ciudades del Véneto como Vicenza o mi ciudad natal, Piove di Sacco— es la gran cantidad de edificios porticados que encontrarás en sus calles. Los pórticos no solo dan un aire muy característico al centro histórico, sino que también son perfectos para resguardarse en los días de lluvia o de sol intenso. De hecho, en más de una ocasión hemos hecho buenos paseos por la ciudad completamente secos, mientras fuera llovía sin parar.
Algunas de las calles porticadas más bonitas para recorrer son la Via San Francesco y la Via Zabarella, que atraviesan el corazón del centro histórico. La primera conecta la zona de la Basílica del Santo con otras áreas del casco antiguo, y tiene un aire muy local, con tiendas de barrio, panaderías y pequeñas tabaccherie. La segunda, más recogida y silenciosa, pasa por algunas de las zonas con más encanto del centro medieval, rodeada de edificios renacentistas.
🌇 8. Ver el atardecer en los canales de Padua
No, no te estás confundiendo: la ciudad del Véneto famosa por sus canales es Venecia, no Padua. Aun así, Padua también tiene sus propios canales, y aunque no son tan fotogénicos ni elegantes como los de la Serenissima, tienen un encanto muy particular. Aquí no esperes góndolas ni palacios barrocos reflejados en el agua. Los canales de Padua cuentan otra historia, más sencilla y más cotidiana.
Los canales de Padua no fueron pensados para el turismo, y eso se nota: son más sobrios, algo decadentes incluso, pero también más auténticos. Durante siglos, formaron parte esencial del comercio de la ciudad, ya que Padua estaba conectada con la laguna veneciana y el río Brenta a través de una red fluvial muy activa. Por estos canales circulaban barcazas cargadas de mercancías, desde productos agrícolas hasta tejidos y materiales de construcción.
Hoy en día, la mayoría de estos canales ya no se utilizan con fines prácticos, pero siguen formando parte del paisaje urbano. A nosotros nos gusta especialmente dar un paseo al final del día por la zona del canal Piovego o cerca del barrio de Portello, una de las zonas más auténticas de Padua y con un ambiente estudiantil muy marcado.
🕎 9. Pasear por el antiguo gueto judío de Padua
El Ghetto de Padua es uno de esos rincones que, desapercibido para la mayoría de los viajeros y para mi también hasta hace poco, tiene una historia profunda que merece la pena conocer. Este antiguo barrio judío fue delimitado en el siglo XVII, cuando, como en tantas otras ciudades europeas, la comunidad judía fue obligada a vivir separada del resto de la población. El gueto estaba cerrado por puertas que se abrían solo de día y se cerraban al anochecer. A pesar de estas condiciones, aquí floreció una comunidad muy activa, que dejó una huella importante en la historia de la ciudad.
Hoy, el gueto está formado por un conjunto de cinco callejuelas con un ambiente tranquilo, casi melancólico, donde se pueden ver placas conmemorativas en hebreo y algunos restos del pasado como la sinagoga de rito italiano, que aunque es pequeña, es muy bonita y todavía está en uso. Es posible concertar visitas para conocer su interior, pero solo en horarios específicos. También verás piedras doradas incrustadas en el suelo frente a algunas casas: son los Stolpersteine, pequeños monumentos que recuerdan a los vecinos judíos deportados y asesinados durante el Holocausto.
🎓 10. Universidad de Padua y Teatro Anatómico: un viaje a los orígenes de la ciencia
Después de San Antonio, seguramente lo más conocido de Padua es su universidad. La Università degli Studi di Padova, también llamada Università Patavina, abrió sus puertas en 1222, y desde entonces ha sido uno de los motores culturales e intelectuales más importantes de Europa. No es casualidad que todavía hoy sea una ciudad tan viva, siempre llena de estudiantes y eventos relacionados con la ciencia y la cultura.
Durante siglos, la Universidad de Padua fue un referente de pensamiento libre y progresista. Aquí estudiaron y enseñaron algunos de los grandes nombres de la historia, como Nicolás Copérnico, que dio un vuelco a nuestra visión del universo, o Galileo Galilei, que impartió clases de matemáticas y astronomía en esta misma institución. Pero uno de los hechos que más nos llama la atención es que fue la primera universidad en conceder un título académico a una mujer: Elena Cornaro Piscopia, que se doctoró en Filosofía en 1678, un logro extraordinario para la época.
La sede principal se encuentra en el Palazzo del Bo, un edificio cargado de historia y símbolo de la universidad. Se puede visitar con guía y merece mucho la pena, especialmente por su famoso Teatro Anatómico, que es considerado el más antiguo del mundo. Es una pequeña joya del siglo XVI, una estructura de madera en forma de embudo invertido desde donde los estudiantes observaban, desde varias alturas, las disecciones anatómicas que realizaban los profesores sobre cadáveres reales. Era algo revolucionario en su momento y marcó un antes y un después en la enseñanza de la medicina.
🌿 11. El Jardín Botánico de Padua: un rincón verde con más de 450 años de historia
Ya lo habrás notado: Padua no deja de sorprender. Y si te decimos que aquí se encuentra el Jardín Botánico más antiguo del mundo, probablemente no te asombre tanto después de visitar una universidad del siglo XIII o el primer teatro anatómico de Europa. Pero sí, el Orto Botanico di Padova, fundado en 1545, es oficialmente el jardín botánico universitario más antiguo del mundo que sigue en su ubicación original. Por algo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Nosotros lo visitamos una tarde de primavera y fue todo un acierto. El jardín cuenta con más de 6.000 especies de plantas, flores y árboles, muchas de ellas clasificadas según su uso medicinal o su origen geográfico. Nos llamó mucho la atención lo bien cuidado que está todo, y especialmente los carteles de madera escritos a mano, que le dan un aire muy auténtico, como si nada hubiera cambiado en siglos.
☕ 12. Café Pedrocchi, un lugar con historia y aroma a café
En una ciudad como Padua, donde cada rincón tiene siglos de historia, no sorprende que hasta para tomarse un café puedas entrar en un lugar emblemático. Hablamos del Café Pedrocchi, conocido no solo por ser el más antiguo de la ciudad, sino por haber sido durante mucho tiempo uno de los centros neurálgicos de la vida intelectual y política de Padua.
Este elegante café ocupa un edificio neoclásico del siglo XIX, diseñado por el arquitecto Giuseppe Jappelli, el mismo que también proyectó parte del Jardín Botánico moderno. El edificio en sí ya llama la atención desde fuera, con columnas blancas, estatuas y un aire casi teatral. Pero lo mejor es lo que representa: hasta 1916 estuvo abierto las 24 horas del día, los 365 días del año, por eso se le conoce también como “el café sin puertas”. Cualquier momento era bueno para una charla, una conspiración política o un descanso entre clases universitarias.
Aunque hoy ya no abre de madrugada, el espíritu de aquel café abierto al mundo sigue muy vivo. En su interior, con sus salones decorados en diferentes estilos (hay una sala egipcia, una griega y otra pompeyana, entre otras), todavía se respira esa mezcla entre tradición y apertura intelectual. Fue el lugar donde se reunían estudiantes, profesores, escritores y políticos, y donde también empezaron algunas de las revueltas del movimiento por la unificación de Italia.
A pesar de lo que puede parecer desde fuera, no es un sitio exclusivo ni caro, y sigue siendo frecuentado por muchos estudiantes y gente local. Nosotros nos tomamos allí un café Pedrocchi con menta y crema, su especialidad.
🗺️ Mapa de los imprescindibles de Padua
🕒 Itinerario para visitar Padua en un día
Después de mencionar los principales lugares que ver en Padua, te presentamos ahora un itinerario bastante intenso para descubrir lo esencial de esta ciudad en solo un día. Si te organizas bien y te apetece caminar, puedes visitar muchos de sus rincones más emblemáticos.
👉 Mañana: historia, arte y espiritualidad
1. Basílica de San Antonio
Empieza el día temprano visitando el lugar más emblemático de la ciudad. Además de ser un importante centro de peregrinación, la Basílica es una joya arquitectónica que mezcla estilos gótico, renacentista y barroco. Recorre los claustros con calma y acércate a la capilla donde descansan los restos de San Antonio.
2. Prato della Valle
Desde la basílica, en apenas 5 minutos a pie, llegarás a esta inmensa plaza elíptica. Aprovecha para recorrer sus puentes, observar las estatuas y hacer algunas fotos con la Basílica de Santa Justina de fondo. Es una buena parada para respirar el ambiente auténtico de la ciudad.
3. Jardín Botánico de Padua
Justo al lado del Prato della Valle, tienes el jardín botánico más antiguo del mundo. Si te gustan las plantas y los espacios tranquilos, merece la pena entrar (la visita no lleva más de 30-40 minutos).
4. Universidad de Padua – Palacio del Bo
Dirígete ahora hacia el centro histórico para visitar uno de los centros intelectuales más importantes de Europa. Si tienes tiempo, haz la visita guiada al Teatro Anatómico (mejor reservar con antelación). Aquí estudiaron Copérnico, Galileo y también fue la primera universidad en otorgar un título a una mujer.
👉 Mediodía: mercados, ambiente local y almuerzo
5. Piazza delle Erbe y Piazza della Frutta
A pocos pasos de la universidad se encuentran estas plazas gemelas llenas de vida. Si pasas por aquí por la mañana, los mercados están en pleno apogeo. Disfruta de los puestos de productos frescos y si te apetece hacer como los locales, tómate un spritz y un tramezzino caliente en el Bar Nazionale.
6. Palazzo della Ragione
No te vayas sin entrar en este impresionante edificio medieval que separa ambas plazas. El gran salón interior con frescos es uno de los lugares más curiosos de la ciudad.
7. Piazza dei Signori
Continúa hacia otra de las plazas imprescindibles. Aquí verás el reloj astronómico del siglo XIV y la Loggia della Gran Guardia. A menudo hay exposiciones en su interior (entrada gratuita).
👉 Tarde: arte y paseos con encanto
8. Capilla de los Scrovegni
Reserva entrada con antelación para la visita de las 14:00 o 14:30. Los frescos de Giotto en esta pequeña capilla son una de las grandes joyas del arte europeo. Recuerda que solo dejan entrar a grupos reducidos y no se pueden hacer fotos.
9. Duomo de Padua y baptisterio
Desde la capilla puedes regresar caminando hacia el centro y acercarte al Duomo. Aunque la catedral en sí es sencilla, el baptisterio con frescos de Giusto de’ Menabuoi es impresionante.
10. Ghetto judío
Muy cerca del Duomo encontrarás este pequeño barrio lleno de historia. Pasea por sus callejuelas y busca las placas conmemorativas y la sinagoga. Es un rincón menos turístico y con mucho valor simbólico.
👉 Tarde-noche: cierre con ambiente local
11. Canales de Padua
Antes de que se haga de noche, date un paseo tranquilo por la zona de los canales. No son tan famosos como los de Venecia, pero tienen su encanto decadente. Al atardecer, el reflejo de la luz sobre el agua crea una atmósfera muy especial.
12. Café Pedrocchi
Termina el día como lo hacen muchos paduanos desde hace más de un siglo: tomando un café (o un cóctel) en el histórico Café Pedrocchi. Siéntate en una de sus salas decoradas o en la terraza y disfruta del ambiente. Es la guinda perfecta para cerrar la jornada.
🛏️ Dónde dormir en Padua
Padua ofrece una amplia variedad de alojamientos para todo tipo de viajeros. Desde pequeños hoteles con encanto en el centro histórico hasta alojamientos modernos cerca de la estación o de la zona universitaria, hay opciones para todos los gustos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para disfrutar de una estancia agradable en esta ciudad llena de historia y ambiente local.
🌇 Hoteles con encanto y buena ubicación
- Le Camp Suite & Spa: Un hotel elegante en pleno centro, cerca de la Piazza delle Erbe. Ideal si buscas algo más exclusivo, con spa incluido para relajarte después de caminar todo el día.
- Hotel Majestic Toscanelli: Hotel histórico en el corazón del barrio judío, perfecto para quienes quieren estar rodeados de calles con carácter y ambiente auténtico.
💼 Hoteles de gama media y buena relación calidad-precio
- Hotel Al Prato: A pasos del Prato della Valle, en una zona tranquila y bien conectada. Habitaciones cómodas y trato familiar.
- Hotel Europa: Muy cerca del Palazzo della Ragione y del casco histórico, es una opción práctica para moverse caminando por la ciudad.
- Hotel Igea: Una alternativa funcional cerca del Hospital y la Universidad, ideal si buscas algo sencillo y bien ubicado.
💰 Opciones económicas y B&B
- Casa Giotto: Alojamiento económico a unos minutos del centro, con habitaciones limpias y buen ambiente. Buena opción para quienes viajan con presupuesto ajustado.
- Scrovegni Room & Breakfast: Pequeño bed & breakfast cerca de la capilla de los Scrovegni. Sencillo pero con muy buena ubicación y desayuno casero.
💡 Consejos prácticos
- Barrios recomendados: El centro histórico es la mejor zona para alojarse si quieres estar cerca de los principales monumentos y plazas. También puedes considerar alojarte cerca de Prato della Valle o de la estación si necesitas moverte con transporte público.
- Transporte: Padua se recorre fácilmente a pie, pero hay tranvía y autobuses urbanos si prefieres moverte más rápido. La estación de tren conecta bien con Venecia, Verona o Bolonia.
- Reservas: Padua es una ciudad universitaria y con turismo cultural, por lo que en fechas como primavera, puentes o eventos académicos conviene reservar con algo de antelación.
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🍝 Dónde comer en Padua: restaurantes con buen ambiente
Padua es una ciudad universitaria y muy viva, y eso se nota también en su oferta gastronómica. Hay muchas opciones para probar platos típicos del Véneto sin gastar demasiado. A continuación te dejamos algunos restaurantes donde hemos comido bien, con buen ambiente y precios razonables.
- Osteria L’Anfora: Muy cerca del Ghetto, esta osteria tradicional tiene una carta corta, buenos vinos de la zona y platos caseros como bigoli al ragù d’anatra (una pasta gruesa con ragú de pato, muy típica del Véneto). Es uno de nuestros favoritos para una cena tranquila.
- Trattoria al Fungo: Situado cerca de Prato della Valle, este restaurante ofrece cocina veneta auténtica, en un ambiente familiar. Los gnocchi con queso asiago y setas son una delicia.
- Bar Nazionale: Ideal para el aperitivo en la Piazza delle Erbe. Aquí te recomendamos pedir un spritz acompañado de un tramezzino caliente. Es un plan muy local y además económico.
- Pasticceria Biasetto: Aunque no es un restaurante, merece una mención especial. Este lugar es famoso por sus pasteles y por haber ganado premios internacionales. Ideal para merendar o llevarte un dulce típico como souvenir.
👨👩👦 Padua con niños: ideas para disfrutar en familia
Viajar a Padua con peques también es una buena idea. Aunque la ciudad es bastante monumental, hay actividades y espacios verdes perfectos para que los niños también disfruten.
- Prato della Valle: Este enorme espacio verde es perfecto para correr, hacer picnic o simplemente descansar un rato. En verano hay ambiente joven y familiar, y los niños suelen disfrutar de los puentes y estatuas.
- Jardín Botánico de Padua: A los peques les puede sorprender la variedad de plantas exóticas y los pequeños invernaderos. Hay zonas adaptadas para familias, y algunos paneles explicativos pueden ser curiosos también para ellos.
- Museo della Natura e dell’Uomo: Un museo interactivo no muy grande donde se pueden ver esqueletos, minerales y algunos dioramas. Si llueve o hace calor, es una buena alternativa cubierta.
- Paseo en tranvía: Puede parecer algo muy simple, pero a nuestro hijo le encantó subirse al tranvía azul de Padua. Además es práctico para moverse si se cansan de caminar.
Padua es una de las encantadoras ciudades de la región del Véneto. Si estás en busca de más planes en esta área, te invitamos a explorar nuestras guías:
Qué ver en Venecia en 2 días: el plan ideal para un fin de semana
Guía completa con 25 imprescindibles en Venecia
Padua es una de esas ciudades que te atrapa sin hacer ruido. No tiene el nombre de otras grandes ciudades italianas, pero paseando por sus plazas, sus pórticos infinitos o sentados en el césped del Prato della Valle te sentirás en un lugar muy especial. Espero que este post te sirva para organizar tu ruta y, sobre todo, que disfrutes de Padua tanto como yo cada vez que voy.
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Sólo quería felicitaros. Me ha encantado todo lo que has escrito de Padova. Ibamos sólo a dormir aquí, pero le vamos a dedicar un día. Lo del street art me ha encantado también. Muy currado el mapa .Gracias , gracias y más gracias 🙂
Muchas gracias Silvia! Un abrazo!!
Extraordinario resumen sobre Padua… me encantaría volver para conocer los 12 lugares de los que escribiste. Cuando fui, solo llegamos a conocer la basílica de San Antonio (el guía nos comentó algo sobre el templo que íbamos pasando… que ahora se que es la Basílica de Santa Justina, q estaban los restos de san Lucas y algunos del grupo entremos de rápido a ver), hoy que leí quiero volver a varios lugares de los cuales solo conocimos muy poco. Mil gracias, me emociono recordar tu bello país.
Hola Teresa! Muchas gracias por tu comentario! Por mensajes como el tuyo merece la pena esforzarnos cada día con nuestro blog. Y sí, Padua es una ciudad un poco ignorada por los viajeros, pero tiene mucho encanto! Un abrazo!
Podras indicarme si hay restricciones para llegar en auto al centro histoico.
Gracias, Adriana de La Lucila
Hola Adriana! En el casco histórico es difícil aparcar, nosotros generalmente nos aparcamos en la zona del Prato della Valle donde hay más parkings y su acceso es más fácil. Un saludo!