Escrito por Rachele Cervaro
¿Cuántas veces repetimos esa frase tan habitual de que no valoramos lo que tenemos cerca hasta que alguien de fuera nos lo recuerda? En nuestro caso, viviendo desde hace años en Barcelona, intentamos no caer en esa trampa. Por eso, en el blog le hemos dedicado bastante espacio a rincones naturales de Cataluña y a pueblos con encanto cerca de la ciudad. Aun así, nos costó más de diez años acercarnos al Delta del Llobregat, una zona natural protegida literalmente a un paso del aeropuerto del Prat.
El Parque Natural del Delta del Llobregat se extiende entre el aeropuerto, el puerto de Barcelona y zonas industriales. A primera vista puede parecer un lugar poco atractivo, pero precisamente ahí está su peculiaridad: una reserva natural conviviendo con el tráfico aéreo, los polígonos y la gran ciudad. En este entorno tan insólito conviven humedales, pinares, lagunas y playas protegidas, hogar de más de 350 especies de aves. Desde garzas hasta flamencos, es un espacio privilegiado para la observación de fauna y para desconectar, incluso cuando el rugido de un avión pasa justo encima de tu cabeza.
¿Qué es exactamente el Delta del Llobregat?
Si alguna vez aterrizaste en el aeropuerto de Barcelona, probablemente viste desde la ventanilla cómo el río Llobregat se abría paso hacia el mar. Este delta, aunque modesto en tamaño comparado con el Delta del Ebro, tiene una historia singular. Su formación es bastante reciente en términos geológicos: comenzó a consolidarse en época romana, y desde entonces ha sido moldeado por el ser humano a través de canalizaciones, arrozales y construcciones.
En el siglo XX, la construcción del puerto industrial y el crecimiento del aeropuerto alteraron drásticamente el paisaje. A esto se sumó la presa en la cabecera del río, que reduce el aporte de sedimentos, haciendo que el delta retroceda lentamente. A pesar de todo, gracias a la protección oficial, hoy forma parte de la Red Natura 2000 y es uno de los espacios más valiosos para la biodiversidad en el área metropolitana de Barcelona.
¿Qué zonas se pueden visitar?
El Delta está dividido en varias zonas naturales separadas entre sí, ya que el aeropuerto corta literalmente el territorio. Las áreas más accesibles desde Barcelona son los Espais Naturals del Riu y La Ricarda, donde hay senderos que recorren marismas, pinares y una playa cerrada al público por ser zona de nidificación. Al otro lado del aeropuerto están Remolar-Filipines y otras zonas más tranquilas y menos frecuentadas.
En este post nos centramos en los Espais Naturals del Riu Llobregat, la zona más cómoda para una excursión desde la ciudad. El itinerario es sencillo y apto para toda la familia, incluso para ir con carrito o bicicleta.
Mapa de la visita
Nuestra ruta por el Delta
Comenzamos la visita en el Parking Tet (1 en el mapa). Desde allí caminamos hasta el punto de información (2), donde nos dieron un mapa y algunas indicaciones. Elegimos hacer el Itinerario 2, que es el recorrido más completo.
El primer tramo nos llevó hasta la Torre de Cal Lluquer (3), desde donde se ve el parque en todo su esplendor. El sendero sigue junto al río, que aquí baja tranquilo, muy diferente a los tramos de montaña que habíamos recorrido en el Berguedà. En la Torre de Cal Malet (4) hicimos una breve parada antes de llegar a uno de los puntos más bonitos del recorrido: la desembocadura del río (5), donde el color del agua cambia y se mezcla con el del mar.
Desde el mirador vimos la playa protegida donde anidan muchas aves. Aunque no se puede acceder, el simple hecho de ver cómo se mueven los grupos de pájaros ya es un espectáculo. En ese tramo el silencio solo se rompe por los sonidos de la fauna y, de vez en cuando, por el estruendo de un avión.
Después de la desembocadura, tomamos un desvío hacia una zona de pinares y humedales. Allí visitamos los dos principales observatorios o aguaits (6 y 7): pequeñas casetas desde donde se pueden avistar patos, ibis, cormoranes y, con suerte, tortugas o algún reptil. Si llevas prismáticos o una cámara con buen zoom, mejor todavía. Nosotros pasamos un buen rato allí, disfrutando del silencio y tratando de identificar aves con ayuda de los paneles explicativos que hay dentro.
Y justo antes de terminar, llegó una sorpresa inesperada: en una zona abierta nos topamos con caballos blancos similares a los de la Camarga, pastando entre humedales y acompañados por conejos y mariposas. Nos hizo recordar nuestra visita a la región de la Provenza, donde los habíamos visto por primera vez.
Terminamos la ruta tras unas tres horas de paseo relajado, sin prisas, con tiempo para observar y hacer fotos. El contraste entre la naturaleza y la infraestructura nos dejó pensando en cómo, incluso en un entorno tan urbanizado, todavía se puede preservar un espacio para la vida salvaje.
Otras rutas y experiencias en la zona
Además del recorrido principal, puedes alargar tu visita siguiendo el Itinerario 3, que te lleva fuera del parque hasta las ruinas del cuartel de carabineros (9), un antiguo puesto de vigilancia frente al contrabando. Desde ahí se llega a la Casa del Semáforo (10), otro mirador con vistas a una playa cerrada al público por motivos de conservación.
Y si eres amante de la aviación, hay un lugar perfecto para ti: el mirador del aeropuerto (11). Allí puedes ver los aviones aterrizar desde muy cerca. Incluso han colocado unas tumbonas de hormigón que te invitan a tumbarte y disfrutar del espectáculo de gigantes de metal descendiendo a pocos metros.
Información útil para visitar el Delta del Llobregat
Cómo llegar al Delta del Llobregat
Nos costó muchos años decidirnos a visitar el Delta del Llobregat, y no fue por falta de ganas. Uno de los principales motivos por los que lo fuimos dejando de lado fue su acceso complicado en transporte público, sobre todo si vives lejos, como nosotros, en la otra punta de Barcelona. Llegar al parque puede llevar entre 1 hora y media y 2 horas en transporte público, con al menos dos transbordos.
El trayecto habitual es tomar el tren hasta la estación de Renfe del Prat del Llobregat y desde allí coger el autobús PR3. Este bus no destaca precisamente por su frecuencia, sobre todo los fines de semana fuera del verano, y te deja justo frente al Tanatorio Municipal. Desde ahí aún te queda una caminata de 1 km hasta llegar a la entrada del espacio natural. No es el inicio más inspirador, la verdad.
Por eso mismo, si tienes la opción, alquilar un coche es la forma más práctica y cómoda para visitar el parque. No solo te ahorras los transbordos, sino que también puedes moverte entre las diferentes zonas del Delta, ya que están bastante repartidas. Hay varios espacios interesantes como los estanques del Remolar-Filipines o el Espacio Natural de la Ricarda, y no todos son accesibles fácilmente desde un mismo punto.
Una alternativa muy atractiva, sobre todo si te gusta moverte al aire libre, es hacer la visita en bicicleta. Hay una buena red de carriles bici en la zona, especialmente para moverte por el municipio del Prat o llegar hasta la playa. Eso sí, es importante saber que no está permitido entrar en bici dentro del espacio protegido. Hay que dejarla en la entrada y recorrer el parque a pie, lo cual también permite disfrutar con más calma del entorno.
Si visitas el Delta en verano, puedes considerar terminar la excursión en la Playa del Prat, una playa amplia y poco urbanizada. Además, algunas zonas están señalizadas para respetar las áreas protegidas, ya que también es zona de nidificación de aves.
Horarios de visita al Delta del Llobregat
El acceso al Delta depende mucho de la zona que quieras visitar. Algunas áreas están abiertas todo el día sin restricciones, como ciertos caminos junto a los arrozales o accesos exteriores, pero otras requieren seguir los horarios de apertura establecidos por la gestión del parque.
En general, los espacios gestionados (como los centros de información, observatorios o itinerarios internos) abren todos los días a las 9:00 h, excepto los lunes. Este cierre semanal limita un poco las visitas si justo estás planeando venir después de un fin de semana.
Los horarios de cierre cambian según la época del año:
- De abril a junio, septiembre y octubre: el parque cierra a las 19:00 h.
- De noviembre a marzo: el cierre es a las 17:00 h.
- En julio y agosto: abre solo hasta las 15:00 h.
Lo curioso es que este parque reduce su horario justo en los meses de verano, algo que no es nada habitual en los espacios naturales. No sabemos si se debe a una reorganización interna o a la falta de recursos, pero es verdad que limita bastante las visitas en la época en la que más gente podría aprovecharlo.
Otra cosa que nos llamó la atención fue el tema de la información disponible. La página web oficial del Delta está solo en catalán, y lo mismo ocurre con los folletos que reparten en el parque. Nosotros (bueno, Gábor en particular) hablamos y entendemos bien el catalán, y tenemos un cariño enorme por la lengua y la cultura catalana. Aun así, nos sorprende que no haya ni una mínima adaptación al castellano o al inglés, sobre todo teniendo en cuenta que es un espacio natural a las puertas de una ciudad tan turística como Barcelona. Entendemos la voluntad de preservar la lengua, pero también sería útil pensar en los visitantes que vienen de fuera.
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