Escrito por Gábor Kovács
La provincia de Cáceres, situada en el corazón de Extremadura, es una de las grandes joyas del interior peninsular. Su inmenso territorio, el segundo más extenso de España solo por detrás de Badajoz, está salpicado de parajes naturales únicos, pueblos con mucha historia y una riqueza cultural que sorprende.
Su capital, también llamada Cáceres, es una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa y ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pasear por su casco antiguo es como asomarse a un decorado de película, pero con la autenticidad que le dan siglos de historia acumulada en sus muros, iglesias y palacios de piedra dorada. Calles estrechas, silenciosas y llenas de historia que se iluminan al atardecer con una luz cálida que lo envuelve todo.
Pero Cáceres no se entiende solo desde su capital. Una de sus grandes particularidades es su baja densidad de población, lo que ha favorecido la conservación del entorno natural y del patrimonio rural. Esta característica convierte a la provincia en un destino ideal para quienes valoran el silencio, los paisajes sin edificar y las tradiciones que siguen vivas en los pueblos pequeños.
Hay mucho donde elegir: desde los bosques de castaños del norte hasta las dehesas del sur, desde los pueblos blancos que parecen detenidos en el tiempo hasta los restos arqueológicos romanos o visigodos que aparecen en los lugares más insospechados. En el Valle del Jerte, por ejemplo, la primavera estalla en forma de miles de cerezos en flor, y en la Garganta de los Infiernos el agua ha ido esculpiendo a lo largo de siglos pozas, saltos y toboganes naturales que invitan al baño y a la contemplación.
También hay castillos y fortalezas que dominan las colinas, como el de Trujillo o el de Montánchez, y monasterios escondidos entre bosques que parecen detenidos en otro tiempo, como el de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V. La arquitectura popular se conserva con mimo en pueblos como Robledillo de Gata, Trevejo o Guadalupe, donde además de perderte por sus callejuelas, podrás saborear platos tradicionales y conocer oficios que aún sobreviven.
Después de muchos viajes por la zona, muchos de ellos en nuestra autocaravana, hemos recopilado nuestras paradas favoritas y los rincones que más nos han sorprendido para preparar una guía detallada con 40 lugares imprescindibles que ver en la provincia de Cáceres. Para ayudarte a planificar tu viaje, te proponemos también varios itinerarios de fin de semana que puedes adaptar según tus gustos e intereses.
💡 Consejo útil
Para recorrer con comodidad y libertad los pueblos con encanto y los espacios naturales de la provincia de Cáceres —muchos situados en zonas rurales o de difícil acceso en transporte público—, lo más recomendable es disponer de coche propio o alquilar uno. Esto te permitirá descubrir sin limitaciones lugares como el Valle del Jerte, el Parque Nacional de Monfragüe o la Sierra de Gata. También es importante elegir un alojamiento bien ubicado según la zona que desees explorar.
Si te interesa conocer mejor el patrimonio local, apuntarte a una visita guiada puede marcar la diferencia. Aquí tienes algunos recursos útiles para organizar tu viaje:
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👣 Free tour por Cáceres capital
🏛️ Visita guiada por Guadalupe
🏘️ Ciudades y pueblos de Cáceres
🏛️ 1. Cáceres capital
Sería imposible hablar de la provincia sin dedicarle un apartado a su espectacular capital, una de esas ciudades que logran atraparte nada más poner un pie en su casco antiguo. Cáceres ciudad forma parte del selecto grupo de 15 ciudades Patrimonio de la Humanidad en España, y su estado de conservación es realmente excepcional.
Los orígenes de la ciudad se remontan a época romana, cuando fue una parada destacada de la Vía de la Plata. Aún se conservan restos de esa época, como unas termas y un fragmento de calzada que puedes ver en el Palacio del Mayoralgo. Pero lo que realmente sorprende es el conjunto monumental que se extiende por todo el casco histórico, un laberinto de calles empedradas, palacios señoriales y torres defensivas que parecen detenidas en el tiempo.
La visita suele comenzar en la Plaza Mayor, un espacio abierto que en su día fue el mercado principal y que hoy reúne varios de los iconos de la ciudad. Aquí verás la imponente Torre de Bujaco, de origen almohade, que ofrece unas vistas panorámicas espectaculares desde lo alto. En la misma plaza se encuentran también las Torres de la Hierba y los Púlpitos, además del edificio del Ayuntamiento.
Para conocer bien la historia y curiosidades del centro monumental, te recomendamos unirte a este free tour por Cáceres o, si te apetece una experiencia distinta, el tour de misterios y leyendas por la ciudad es una forma original de conocer sus rincones más secretos.
Justo detrás de la Torre de Bujaco se abre paso el Arco de la Estrella, que durante siglos ha sido el acceso principal a la ciudad amurallada. En su parte trasera se esconde una pequeña capilla dedicada a la Virgen de la Estrella. Este rincón fue además escenario de rodaje de Juego de Tronos, donde apareció como parte de la ciudad de Desembarco del Rey.
Dentro del casco histórico, no te pierdas la Plaza de Santa María, donde se encuentra la Concatedral de Cáceres, uno de los templos más representativos de la ciudad. A su alrededor se levantan varios palacios nobiliarios, como el Palacio Episcopal, el Palacio de Hernando de Ovando, el Palacio de Mayoralgo y el Palacio de los Golfines de Abajo, con su elegante sala de armas. Otro edificio destacado es el Palacio de Carvajal, que cuenta con un bonito jardín interior y una torre medieval desde la que también puedes disfrutar de buenas vistas.
Otros rincones del casco viejo que merecen la pena son la Plaza de San Jorge, con su monumental escalinata y la Iglesia de San Francisco Javier, que destaca por sus torres blancas visibles desde distintos puntos. También la Plaza de las Veletas guarda auténticas joyas, como el Palacio de las Veletas, sede del Museo de Cáceres, donde podrás ver el impresionante aljibe andalusí mejor conservado de la península. Justo al lado está el Palacio del Capitán Diego de Ovando, que alberga el Museo de Armas.
Para completar la visita, te sugerimos pasear por el Barrio Judío, una zona con mucho encanto donde las casas encaladas y las puertas azules crean una estampa muy fotogénica. También puedes relajarte en el Parque del Príncipe, un pulmón verde con esculturas al aire libre y zonas de juego si viajas con peques. A las afueras se encuentra el Centro de Interpretación de la Cueva de Maltravieso, con reproducciones de arte rupestre muy interesantes.
Como ves, hay mucho que ver en Cáceres capital y este resumen solo rasca la superficie. Si quieres una descripción más detallada, te invitamos a leer nuestra guía completa sobre qué ver en Cáceres.
🏞️ 2. Alcántara
En la frontera natural con Portugal, a orillas del imponente río Tajo, se encuentra Alcántara, uno de los pueblos más históricos y monumentales de la provincia de Cáceres. El primer impacto visual lo produce su joya más reconocida: el Puente de Alcántara. Esta prodigiosa obra de la ingeniería romana, construida en el siglo II, se alza con sus seis arcos y su célebre arco del Triunfo central, alcanzando los 58 metros de altura y casi 200 de largo. Ha resistido guerras, avenidas del río y el paso de los siglos, y aún hoy continúa siendo uno de los puentes romanos más espectaculares del mundo.
Pero Alcántara no se queda en su puente. Su casco histórico guarda un valioso legado que refleja su papel como enclave estratégico durante siglos. Merece la pena visitar el Conventual de San Benito, un edificio monumental ligado a la Orden Militar de Alcántara, que jugó un papel clave en la defensa del Reino de León. En el interior de la localidad también se conservan iglesias de distintos estilos, como la románica Santa María de Almocóvar o la Iglesia de San Pedro de Alcántara, y elegantes casas señoriales como la Casa de los Bernáldez, que nos recuerdan la importancia de la villa durante la Edad Moderna.
🏰 3. Coria
Situada en pleno Valle del Alagón, Coria es una ciudad pequeña en tamaño, pero muy rica en patrimonio. Su historia se remonta a tiempos romanos, y buena parte de su muralla romana original aún puede recorrerse. En lo alto de la villa se levanta el Castillo de Coria, una fortaleza del siglo XV reformada por el Duque de Alba, desde la que se obtiene una vista privilegiada sobre el valle.
El paseo por el centro histórico incluye también algunos edificios notables como el Palacio de los Duques de Alba o el Antiguo Consistorio, y si te interesa la historia local, no te pierdas el curioso Museo de la Cárcel Real, ubicado en una antigua prisión. Entre los templos destaca la Catedral de Santa María de la Asunción, de estilo gótico-renacentista, con una impresionante torre campanario y un retablo mayor de los más sobresalientes de la región. Justo al lado se encuentra el Palacio Episcopal, que completa el conjunto monumental de la plaza.
⛪ 4. Cuacos de Yuste
Rodeado por los paisajes frondosos de La Vera, Cuacos de Yuste es conocido sobre todo por albergar uno de los lugares más singulares de la historia española: el Monasterio de Yuste. Este conjunto religioso del siglo XVI fue la última morada del emperador Carlos V, que se retiró aquí buscando tranquilidad tras abdicar. El monasterio, perfectamente conservado, combina sobriedad gótica y elegancia renacentista, y pasear por sus claustros, jardines y la cámara del emperador es una forma directa de conectar con uno de los momentos clave de la historia europea.
El pueblo en sí también merece ser recorrido con calma. En torno a la Plaza Mayor se encuentran la Fuente de los Cuatro Caños y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y en las calles del centro histórico abundan las casas tradicionales con balcones de madera. Algunas de estas viviendas tienen historia propia, como la Casa de Juan de Austria, que según la tradición fue residencia del hijo ilegítimo de Carlos V, o la Casa de Rafael Castaño, ejemplo de la arquitectura noble local.
Si no dispones de coche o prefieres una visita más cómoda, existe la opción de unirte a esta excursión al Monasterio de Yuste, Plasencia y el Parque Nacional de Monfragüe, una experiencia muy completa para conocer algunos de los grandes atractivos del norte de la provincia.
🪨 5. Deleitosa
Puede que Deleitosa no destaque por grandes monumentos ni por un casco antiguo lleno de iglesias o palacios, pero es un lugar cargado de significado. Este tranquilo pueblo cacereño fue protagonista de uno de los reportajes fotográficos más impactantes del siglo XX. En 1951, el fotoperiodista estadounidense W. Eugene Smith documentó aquí la pobreza extrema de la posguerra en la España rural para la revista Life. El resultado fue el célebre trabajo titulado “Spanish Village”, una mirada cruda y profundamente humana a la vida en un país todavía marcado por las heridas de la Guerra Civil.
El paso de Smith por Deleitosa marcó tanto al pueblo que hoy en día una de sus calles lleva su nombre, y es posible recorrer algunos de los rincones que aparecen en las fotos del reportaje. Comparar esas imágenes con el aspecto actual del pueblo resulta muy revelador. Aunque la modernidad ha llegado, Deleitosa conserva una atmósfera pausada y auténtica, con plazas sencillas, casas bajas y un entorno rural poco alterado.
🏰 6. Galisteo
Situado en plena Vía de la Plata, Galisteo es uno de esos pueblos que sorprende desde el primer vistazo. Su muralla almohade del siglo XIII, construida con cantos rodados del río, envuelve el casco histórico casi en su totalidad y se conserva en un estado excepcional. Con unos 11 metros de altura y 3 metros de grosor, esta muralla no solo es impresionante a nivel visual, sino también una pieza única del patrimonio mudéjar extremeño. Pasear por sus alrededores es como volver atrás en el tiempo, especialmente cuando se atraviesan las antiguas puertas de entrada: la Puerta de Santa María, la Puerta del Rey y la Puerta de la Villa.
Dentro del recinto amurallado encontrarás calles estrechas y tranquilas, salpicadas de casas tradicionales y pequeños monumentos como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción o la Ermita de San Isidro. Aún se conserva la Torre de la Picota, el último vestigio del castillo medieval que antaño coronaba el pueblo.
El puente medieval sobre el río Jerte, a las afueras, completa la visita. Si te gusta la fotografía o simplemente disfrutas descubriendo lugares con alma, Galisteo merece sin duda un alto en el camino.
🏡 7. Garganta la Olla
Garganta la Olla es uno de esos lugares que mezclan naturaleza, arquitectura tradicional y un cierto aire de historia que se respira en sus calles empedradas. Situado a los pies de la Sierra de Tormantos, este encantador pueblo es famoso por la Garganta Mayor, un curso de agua que baja con fuerza entre rocas y forma cascadas, pozas cristalinas y piscinas naturales ideales para refrescarse en verano.
La belleza de este entorno hace que muchos viajeros se acerquen hasta aquí para disfrutar de un baño en plena naturaleza o pasar un día de campo en familia. Nosotros lo hicimos y fue todo un acierto: nuestro hijo pequeño disfrutó muchísimo jugando en el agua y cruzando los pequeños puentes de madera.
El patrimonio arquitectónico tampoco pasa desapercibido. Aquí se conserva muy bien la arquitectura popular extremeña, con casas que tienen piedra, adobe y entramados de madera, muchas de ellas con balcones de madera decorados con flores. El centro histórico es compacto, fácil de recorrer y bastante fotogénico.
Entre los edificios más representativos destacan la Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir —de grandes proporciones para el tamaño del pueblo—, la Casa de la Peña, curiosamente encajada sobre una gran roca, la Casa de las Muñecas —con su llamativa fachada pintada— y la antigua Casa de Postas.
🕍 8. Garrovillas
Entre las muchas plazas mayores que se pueden encontrar en Cáceres, la Plaza Mayor de Garrovillas destaca por su tamaño, arquitectura y ambiente. Se trata de una de las plazas más grandes y mejor conservadas de toda España, con una estructura rectangular rodeada por soportales de arcos góticos con detalles mudéjares. Pasear por ella es casi como retroceder a la Edad Media, con el sonido de los pasos sobre el empedrado y la visión de los edificios que guardan siglos de historia.
El pueblo en sí mantiene ese carácter rural y auténtico que define a muchos núcleos extremeños, con calles estrechas y casas sencillas que parecen detenidas en el tiempo. Pero más allá del centro, a las afueras de Garrovillas se encuentran las ruinas del Convento de San Antonio de Padua, una construcción que comenzó a finales del siglo XIII por encargo de los Condes de Alba de Liste. Aunque fue abandonado y saqueado por los propios vecinos, estas ruinas transmiten una atmósfera especial y cuentan parte de la historia del lugar.
🌲 9. Gata
Dentro de la Sierra de Gata, que merece un capítulo aparte por su riqueza natural y cultural, se encuentra la localidad de Gata. Este pueblo encarna la esencia de la arquitectura tradicional serrana, con sus casas blancas de dos o tres plantas, ventanas pequeñas y tejados inclinados que parecen mimetizarse con el paisaje montañoso que los rodea.
Pasear por las calles de Gata es una buena manera de adentrarse en las costumbres y tradiciones de la zona. Entre sus monumentos, destacan las ruinas del Convento Franciscano de Nuestra Señora de Monteceli, que aún conservan parte de su estructura y evocan la importancia religiosa y social que tuvo en su época. Además, la Iglesia de San Pedro llama la atención por su sencillez y el valor que tiene para la comunidad local.
Otro punto a visitar es la Torre de la Almenara, un vestigio de defensa que forma parte del patrimonio arquitectónico de Gata y que ofrece vistas interesantes del entorno natural.
🏚️ 10. Granadilla
Visitar pueblos abandonados suele generar una mezcla de sentimientos. Por un lado, tristeza por las historias de quienes tuvieron que dejar atrás su hogar. Por otro, fascinación por la belleza silenciosa y el aire misterioso que se respira entre casas vacías y calles desiertas. Granadilla, en la provincia de Cáceres, es uno de esos lugares que atrapa por su pasado y su entorno.
Fundado por los musulmanes en el siglo XI, Granadilla vivió varias épocas de esplendor hasta que, en los años 60, quedó deshabitado por la construcción del Embalse Gabriel y Galán, que inundó zonas próximas y obligó a sus habitantes a marcharse. Sin embargo, en la década de los 80 el pueblo entró en un programa de recuperación, que ha logrado conservar muchas de sus construcciones y especialmente la fortificación árabe y sus murallas.
Hoy es posible recorrer sus calles y sentir cómo la historia se mantiene viva en sus piedras, con el castillo medieval como gran protagonista. Además, la baja contaminación lumínica de la zona convierte a Granadilla en un destino especial para observar las estrellas, formando parte de la red de miradores celestiales de Extremadura.
⛪ 11. Guadalupe
Después de recorrer varios pueblos con mucho encanto, llegamos a uno de los más destacados de la provincia: Guadalupe. Este municipio es miembro de la Red de los Pueblos más Bonitos de España, un reconocimiento a su belleza y valor histórico. Su gran tesoro es el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, que se comenzó a construir en el siglo XIV y combina estilos arquitectónicos muy variados, desde el gótico y el mudéjar hasta el barroco y el neoclásico.
Esta mezcla da como resultado un conjunto complejo y fascinante que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El monasterio alberga la Iglesia de Nuestra Señora y dos claustros magníficos, uno mudéjar y otro gótico, donde el detalle y la atmósfera invitan a detenerse y admirar la historia. Su tamaño es imponente, y las decoraciones en algunas salas revelan la importancia que tuvo como centro espiritual y cultural. La única manera de visitarlo es a través de una visita guiada, lo que añade valor a la experiencia al poder conocer los secretos y curiosidades que no se ven a simple vista.
Más allá del monasterio, merece la pena perderse por el casco histórico de la villa medieval. Sus calles angostas guardan rincones como la Antigua Judería, un barrio pequeño pero muy bien conservado que refleja la historia y convivencia cultural. Otros lugares a visitar son el Colegio de los Infantes y la Iglesia de la Santa Trinidad, que aportan diversidad arquitectónica e histórica. Para aprovechar al máximo la visita, recomendamos esta visita guiada por Guadalupe, que permite conocer con detalle tanto el monasterio como otros rincones menos visibles de la localidad.
🌿 12. Guijo de Santa Bárbara
Siguiendo por la comarca de La Vera, uno de los tesoros menos conocidos pero muy recomendables es Guijo de Santa Bárbara. Situado en las alturas de la Sierra de Gredos, este pueblo es un excelente mirador natural, con paisajes que van desde bosques frondosos hasta gargantas y ríos cristalinos.
Guijo de Santa Bárbara es un ejemplo muy claro de la arquitectura tradicional extremeña, con casas sencillas pero llenas de carácter, fachadas blancas y elementos de piedra y madera que se integran perfectamente en el entorno. Entre sus monumentos destaca la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, un punto de referencia para los habitantes del pueblo.
Además, el centro de interpretación de la Reserva Regional de Caza ‘La Sierra’ es perfecto para aprender más sobre la fauna y flora local. No faltan tampoco espacios con historia, como el antiguo lavadero, lugar de encuentro social en tiempos pasados, y el Monumento a Viriato, en honor al legendario líder lusitano que resistió a los romanos.
Para los meses de verano, la Garganta Jaranda ofrece piscinas naturales de agua fresca y cascadas que se han convertido en destino habitual para pasar el día. Destacan especialmente el Charco El Trabuquete, con su cascada rodeada de naturaleza, y el Charco El Calajomero, donde el agua calma invita a un descanso en plena naturaleza.
🏘️ 13. Hervás
Dentro del Valle del Ambroz, Hervás es uno de esos pueblos que dejan huella por su mezcla de historia y entorno natural. Esta villa medieval está rodeada por robledales y castañares, que aportan un paisaje espectacular especialmente en otoño, cuando los colores cambian por completo.
Su principal atractivo es el antiguo barrio judío, uno de los mejor conservados de España. Sus calles estrechas y empedradas forman un auténtico laberinto, con rincones que conservan la esencia de siglos pasados. Hervás es uno de los pocos pueblos donde gran parte de la comunidad judía permaneció tras 1492, lo que le confiere un valor histórico y cultural único.
Entre los edificios destacados están el Palacio de los Dávila, un bonito ejemplo de arquitectura barroca, el Convento de los Trinitarios, y la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas, que domina el centro con su imponente estructura. Para quienes gusten de museos curiosos, el Museo de la Moto y el Coche Clásico es una visita entretenida que añade un toque diferente a la experiencia.
🏞️ 14. Jarandilla de la Vera
El Castillo de los Condes de Oropesa domina el paisaje de Jarandilla de la Vera y es la referencia principal del pueblo. Esta fortaleza gótica, construida en el siglo XV, tiene una historia estrechamente ligada al emperador Carlos V, quien la habitó temporalmente mientras se terminaba el cercano Monasterio de Yuste. El castillo conserva gran parte de su estructura original y en la actualidad alberga un Parador Nacional, donde es posible alojarse y disfrutar del ambiente histórico.
Además del castillo, Jarandilla cuenta con otros puntos de interés como el Puente Romano del Parral, una obra que conecta partes del pueblo sobre el río que atraviesa la zona. La Iglesia de San Agustín y la Iglesia de Santa María de la Torre muestran diferentes estilos y épocas, mientras que la Ermita del Cristo añade un punto más para quienes gusten recorrer templos y edificios religiosos.
🏙️ 15. Plasencia
Plasencia es la ciudad más grande del norte de Extremadura y destaca por su patrimonio histórico y artístico. Uno de sus rasgos más llamativos es que cuenta con dos catedrales en el mismo espacio: la Catedral Vieja, de estilo románico, y la Catedral Nueva, construida en estilo gótico. Ambas forman parte del casco histórico, que gira alrededor de la Plaza Mayor.
En la plaza, la torre renacentista del Ayuntamiento es famosa por albergar al Abuelo Mayorga, una figura autómata que da las horas golpeando la campana con un martillo, una tradición que llama la atención de locales y visitantes.
Desde aquí parten las calles empedradas del casco antiguo, que esconden palacios señoriales, jardines y pequeños rincones con encanto. Entre los monumentos destacados se encuentran el Palacio de Mirabel, el antiguo Convento de Santo Domingo —hoy convertido en Parador Nacional—, así como tramos de la muralla medieval con la Torre Lucía y la Puerta del Sol. El Acueducto de Plasencia es otro de los elementos que llama la atención por su buena conservación y aspecto monumental.
Para quienes quieran descubrir más a fondo la ciudad, está disponible una visita guiada por Plasencia. También puede resultar muy útil consultar nuestra guía completa de Plasencia, donde encontrarás detalles de los mejores planes y lugares para visitar.
🌄 16. Riomalo de Arriba
En el extremo norte de Cáceres, muy cerca de la frontera con la provincia de Salamanca, se encuentra Riomalo de Arriba, un pueblo pequeño pero muy característico de la comarca de Las Hurdes. La arquitectura tradicional hurdana domina el paisaje, con construcciones hechas principalmente en pizarra negra. Los tejados, diseñados en forma de lancha, le dan al conjunto una apariencia que recuerda al caparazón de una tortuga, una imagen que sorprende y atrapa.
Desde este pueblo se pueden organizar excursiones hasta Riomalo de Abajo, situado ya en la frontera con Salamanca, desde donde hay unas vistas panorámicas del impresionante Meandro de Melero, una curva espectacular del río Alagón que forma un paisaje único y muy fotografiado.
🏡 17. Robledillo de Gata
De vuelta a la Sierra de Gata, Robledillo de Gata destaca entre sus vecinos como uno de los cuatro municipios incluidos en la Red de los Pueblos Más Bonitos de España. Esta pequeña localidad conserva de forma admirable la arquitectura tradicional de la zona, con construcciones que contienen adobe, madera y pizarra, materiales que se integran perfectamente en el paisaje rural.
Uno de los elementos que más llaman la atención son las balconadas, auténticas obras de arte popular donde la madera se convierte en protagonista, dando personalidad y un aire pintoresco a las fachadas. En el pueblo es recomendable visitar la Iglesia de la Asunción, un edificio sencillo pero que refleja bien la tradición local. Otro punto interesante es el Museo del Aceite, ubicado en una antigua almazara medieval donde se explica la historia y el proceso de elaboración del aceite de oliva, un producto clave en la región.
🧱 18. Romangordo
Una de las sorpresas más agradables en entornos rurales es encontrar arte urbano que rompe con la tranquilidad habitual. Así ocurre en Romangordo, un pueblo de apenas 300 habitantes que se ha transformado en un museo al aire libre gracias a sus trampantojos. Estas pinturas sobre paredes y puertas juegan con la perspectiva y el realismo, llegando a engañar a la vista y dando vida a las fachadas con escenas sorprendentes.
Si te interesa este tipo de arte, te aconsejamos pedir en la oficina de Turismo —situada en la Casa de los Aromas— un mapa de trampantojos para no perderte ninguna de las obras repartidas por el pueblo. Además, Romangordo se encuentra muy cerca del Parque Nacional de Monfragüe, un espacio natural emblemático para los amantes del senderismo y la observación de aves.
🏘️ 19. San Martín de Trevejo
Situado en la frontera con Portugal, en pleno corazón de la Sierra de Gata, San Martín de Trevejo ofrece un paseo al pasado a través de sus calles empinadas y su arquitectura tradicional. El pueblo, rodeado de bosques de castaños, forma parte de la asociación de los Pueblos Más Bonitos de España.
Las casas construidas con adobe, madera y piedra cuentan con un ambiente muy auténtico, como si el tiempo se hubiera detenido. Entre los elementos patrimoniales, sobresale la Plaza Mayor porticada, que funciona como centro de la vida social y cultural del pueblo. La Iglesia Parroquial de San Martín de Tours cuenta con una torre campanario que se eleva sobre el caserío, mientras que el Convento de San Miguel añade otro punto de interés histórico.
Además, el pueblo conserva casas señoriales como la Casa de la Encomienda y la Casa de los Ojesto, que muestran detalles arquitectónicos que remontan a épocas pasadas y aportan carácter a la villa.
🗡️ 20. Trevejo
En la Sierra de Gata encontramos esta pequeña aldea llamada Trevejo, que apenas supera las dos decenas de habitantes, pero que ofrece mucho para quienes buscan historia y naturaleza. El castillo de origen árabe es la joya principal del lugar, con restos bien conservados de su antigua muralla que aún reflejan su pasado defensivo. Junto a la fortaleza, la Iglesia de San Juan Bautista guarda tumbas antropomorfas, un detalle que conecta con tradiciones funerarias muy antiguas.
Además del patrimonio histórico, Trevejo destaca por las vistas panorámicas que regala su ubicación, con un mirador natural desde donde se pueden contemplar 360 grados de la Sierra de Gata, con sus montañas, bosques y pequeños pueblos salpicando el paisaje. Es un lugar donde el silencio y el contacto con la naturaleza son protagonistas.
🏯 21. Trujillo
La ciudad de los conquistadores, Trujillo, sigue siendo una parada imprescindible en la provincia de Cáceres, a pesar de que ya no forme parte de la red de los pueblos más bonitos de España. Su riqueza histórica es impresionante y es reconocida como una de las ciudades medievales más importantes de Extremadura.
El corazón de Trujillo es su Plaza Mayor, rodeada de palacios que reflejan siglos de historia, con la imponente estatua ecuestre de Francisco Pizarro, uno de los personajes más conocidos de la ciudad, junto a otros conquistadores como Francisco de Orellana, descubridor del Amazonas. Para recorrer la ciudad y entender su historia, recomendamos el free tour por Trujillo, una forma fácil y amena de empaparse de su patrimonio.
El patrimonio religioso incluye la Iglesia románica de Santa María la Mayor, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia de San Martín de Tours. En lo alto de un cerro domina el Castillo de Trujillo, que regala una panorámica impresionante de la ciudad y sus alrededores.
El casco urbano también alberga palacios destacados como el Palacio de los Duques de San Carlos, el Palacio Juan Pizarro de Orellana, el Palacio de Piedras Albas, la Casa-Fuerte de los Altamirano y el Palacio Chaves, actualmente un hotel con mucho encanto donde pasar una noche especial.
Además, Trujillo fue escenario del rodaje de la serie Juego de Tronos, lo que le ha dado un plus de popularidad entre viajeros que buscan sus localizaciones históricas.
🏞️ 22. Valverde de la Vera
Para cerrar este recorrido por algunos de los pueblos más bonitos de Cáceres, llegamos a Valverde de la Vera, que forma parte también de la red nacional de Pueblos Más Bonitos de España. El símbolo más destacado son las ruinas del Castillo de los Condes de Nieva, que aún conservan la Torre del Homenaje y dos torres defensivas antiguas, que ahora se integran con la Iglesia de Santa María de Fuentes Claras. En este templo se mezclan diferentes estilos, desde el románico y el gótico hasta el renacentista, mostrando la evolución arquitectónica a lo largo de los siglos.
Una particularidad muy visible al pasear por Valverde son las «regueras«, canales estrechos que recorren las calles empedradas para guiar el agua de manera natural por todo el pueblo. Para los niños, como nuestro pequeño Diego, son lugares perfectos para jugar y saltar de una a otra.
El pueblo también muestra bonitos ejemplos de arquitectura popular en torno a su encantadora Plaza Mayor, donde se encuentra una Picota gótica que recuerda épocas pasadas y costumbres judiciales.
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🌄 Parajes naturales y otros monumentos que ver en Cáceres
Como ya habrás imaginado, la provincia de Cáceres ofrece mucho más que pueblos con encanto y ciudades históricas. Entre sus paisajes destacan espacios naturales protegidos, castillos que marcan el territorio con su presencia imponente, y restos arqueológicos que nos hablan del paso de diferentes culturas. Aquí te contamos algunos de los más interesantes.
🏛️ 23. Arco Tetrapilo de Cáparra
La ciudad romana de Cáparra fue uno de los asentamientos más importantes de la antigua Vía de la Plata, la ruta que unía el sur y el norte de la península ibérica. A día de hoy, apenas quedan restos visibles de la ciudad, pero el monumento más destacado es el Arco Tetrapilo. Este arco es singular porque es el único arco cuadriforme que se conserva en España, con unos 9 metros de altura.
Construido para marcar la entrada principal de la ciudad, el arco permitía el paso por sus cuatro caras, funcionando como un punto de referencia para viajeros y comerciantes. Su estado de conservación, aunque incompleto, permite imaginar la importancia de Cáparra en la red de comunicaciones romanas. Además, la forma tetrapilar es poco común en la arquitectura romana peninsular, lo que hace de este monumento un ejemplo excepcional de ingeniería y diseño antiguo.
🏰 24. Castillo de Belvís de Monroy
En un cerro que domina el paisaje de Belvís de Monroy se levanta un castillo que llama la atención por su aspecto robusto y bien conservado. Su construcción se inició en el siglo XIII, y durante la Edad Media fue propiedad de la Orden de los Caballeros Calatravos, un grupo religioso-militar que tuvo gran influencia en la defensa y repoblación de la zona.
El castillo conserva en buen estado la Torre del Homenaje, que aunque sufrió daños durante las guerras de Sucesión y de Independencia, mantiene gran parte de su estructura original. A lo largo de los siglos, el castillo fue ampliado y adaptado con elementos arquitectónicos que van desde el Renacimiento hasta el Barroco, reflejando los cambios en las técnicas de defensa y el gusto estético.
La fortaleza, además de su valor histórico, ofrece una imagen fotogénica que se recorta contra el cielo desde varios puntos del pueblo y sus alrededores.
🏰 25. Castillo de Montánchez
El Castillo de Montánchez tiene una historia que se extiende desde la época romana, cuando se levantaron las primeras estructuras en la colina donde se asienta, hasta la Edad Media, con una importante reforma durante el dominio almohade en el siglo XIII. De ese periodo datan tres aljibes que aún se conservan, ejemplo de la avanzada ingeniería hidráulica que permitía almacenar agua en plena fortaleza.
Tras la reconquista cristiana, el Orden de Santiago tomó el control y añadió murallas y estructuras defensivas, reforzando la fortaleza para hacerla más resistente a los ataques. La ubicación en un cerro cercano al pueblo no solo facilitaba la defensa, sino que permitía tener vistas amplias del territorio circundante, fundamental para la vigilancia.
Aunque hoy el castillo está en ruinas, sus muros aún transmiten la fuerza y el poder que tuvo durante siglos, y el recorrido por sus restos es una ventana a la historia medieval de Extremadura.
⛪ 26. Convento de El Palancar
Se dice que el Convento Franciscano de la Purísima Concepción «El Palancar» podría ser el convento más pequeño del mundo. Aunque no está confirmado, esta curiosidad ya invita a acercarse a conocerlo. Fue fundado en el siglo XVI por San Pedro de Alcántara, una figura muy importante en la espiritualidad de Extremadura.
El convento conserva ese ambiente recogido y sencillo típico de la orden franciscana. Hoy en día, sigue habitado por hermanos franciscanos que ofrecen visitas guiadas para quienes quieren descubrir este espacio tan íntimo y cargado de historia. La experiencia de recorrer sus estancias y el pequeño patio interior ayuda a comprender la vida contemplativa y la dedicación de sus habitantes a lo largo de los siglos.
🌳 27. Dehesa de Cáceres
La dehesa es uno de los paisajes más representativos y singulares de Extremadura, y la dehesa de Cáceres es un excelente ejemplo para quienes quieran conectar con esta realidad natural y cultural. Se trata de un ecosistema tradicional basado en la mezcla de bosques claros, pastos y cultivos, que mantiene un equilibrio entre naturaleza y ganadería.
En la dehesa de Cáceres conviven especies emblemáticas como las cigüeñas, buitres y otros rapaces que se pueden ver sobrevolando, mientras en el suelo se mueven tranquilamente rebaños de vacas, ovejas y cerdos ibéricos, muy ligados a la economía local. Estos animales forman parte de las actividades ganaderas tradicionales que todavía se mantienen y que han modelado el paisaje durante siglos.
Durante una excursión por la dehesa es habitual observar esta mezcla de fauna y actividades rurales, que ofrece una oportunidad única para conocer un entorno vivo y en funcionamiento, lejos de grandes aglomeraciones.
🪨 28. Dólmenes de Valencia de Alcántara
En la provincia de Cáceres se encuentra uno de los conjuntos megalíticos más relevantes de Europa, un destino poco conocido pero muy valioso para quienes disfrutan del patrimonio arqueológico. Los dólmenes se concentran en torno a la localidad de Valencia de Alcántara, muy cerca de la frontera con Portugal.
Este espacio alberga un total de 41 dólmenes, estructuras funerarias prehistóricas que han llegado en buen estado hasta nuestros días. La Oficina Comarcal de Turismo ha diseñado cinco rutas señalizadas —Huertas de las Monjas, Las Lanchas, Los Mellizos, Tapias y Zafra— que permiten recorrer y conocer estos monumentos en un entorno natural privilegiado.
Los dólmenes son grandes construcciones de piedra que reflejan el ingenio y las creencias de las comunidades que habitaron la zona hace miles de años. Caminar entre ellos, rodeado de naturaleza, ofrece una experiencia diferente para entender la antigüedad y la importancia del territorio en épocas muy anteriores a la historia escrita.
🗻 29. Geoparque Villuercas-Ibores-Jara
¿Sabías que en la provincia de Cáceres se encuentra una de las zonas montañosas más antiguas de toda Europa? El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara ocupa un territorio sorprendente entre las cuencas de los ríos Guadiana y Tajo, en el sur de la provincia. Este geoparque destaca por un relieve llamado «apalachense», un término que puede sonar raro, pero que describe un paisaje muy similar al que ofrecen los Montes Apalaches en Estados Unidos.
Las rocas que verás allí tienen una historia fascinante: hace unos 600 millones de años formaban parte del fondo marino, y a lo largo de milenios fueron moldeadas por la erosión para crear pliegues y ondulaciones que impresionan por su tamaño y forma. Además, estas rocas contienen una gran cantidad de fósiles que hacen de esta zona un lugar de interés para quienes disfrutan de la geología y la paleontología.
El geoparque es perfecto para descubrir en coche, ya que permite acceder a varios puntos panorámicos y pueblos con encanto. Pero si prefieres una experiencia más activa, encontrarás muchas rutas de senderismo bien señalizadas para recorrer el entorno a pie y disfrutar de la naturaleza, la fauna y los paisajes únicos. Algunas rutas atraviesan bosques, valles y miradores desde donde la vista se extiende hacia las sierras cercanas.
🌲 30. Las Hurdes
Las Hurdes es una comarca que siempre merece una atención especial cuando se habla de Cáceres. Situada en el extremo norte de la provincia, justo en la frontera con Salamanca, esta zona conserva un carácter muy auténtico gracias a su paisaje abrupto, con pequeños ríos y una vegetación abundante.
La comarca mantiene vivos muchos de los elementos de la arquitectura tradicional extremeña, con pueblos donde el tiempo parece haberse detenido y que ofrecen una experiencia diferente a la de las ciudades más turísticas. En Las Hurdes, además, es posible descubrir lugares naturales de gran valor, como el famoso Meandro de Melero. Este fenómeno natural se forma por las curvas pronunciadas del río Alagón y puede apreciarse desde el Mirador de la Antigua, cercano a Riomalo de Abajo. La imagen del río formando estas lazadas es especialmente llamativa para fotógrafos y amantes del paisaje.
Además, Las Hurdes ofrece numerosas rutas de senderismo para recorrer bosques, valles y observar la fauna local. No es raro cruzarse con ciervos, jabalíes o águilas mientras caminas por sus senderos. Es un destino que invita a tomarse un respiro y a descubrir un entorno menos masificado y con mucha personalidad.
🏔️ 31. La Vera
La comarca de La Vera es uno de esos lugares de Cáceres que fascinan por su mezcla de naturaleza, cultura y patrimonio. Si bien es conocida por sus pueblos pintorescos —como Jarandilla de la Vera o Garganta la Olla—, su valor va mucho más allá.
El patrimonio histórico tiene un papel destacado aquí, con construcciones que narran siglos de historia. El Monasterio de Yuste es uno de los ejemplos más conocidos, famoso porque fue residencia final de Carlos V, el emperador que marcó una época en Europa y América. Visitarlo permite conectar con un capítulo fundamental de la historia española en un entorno tranquilo y bien cuidado.
La riqueza natural de La Vera es también extraordinaria. El territorio está surcado por más de 40 gargantas, pequeños cursos de agua que forman cascadas y piscinas naturales donde es posible refrescarse en verano. Los bosques de castaños y robles rodean la zona, aportando una sensación de frescura y vida en cualquier estación del año. Además, la dehesa que cubre amplias áreas del paisaje alberga una biodiversidad que atrae a observadores de aves, amantes de las plantas y naturalistas en general.
La Vera no solo ofrece un paisaje para caminar, sino que invita a descubrir su gastronomía, basada en productos locales como el pimentón, las cerezas o el queso. En cada pueblo encontrarás pequeños mercados o tiendas donde comprar estos productos y llevarte un recuerdo auténtico de esta zona tan especial.
🪨 32. Los Barruecos
Si buscas un lugar para conectar con la naturaleza sin alejarte mucho de Cáceres capital, el Monumento Natural de Los Barruecos es una visita obligada. Este espacio destaca por un paisaje moldeado durante miles de años por la erosión del agua y el viento sobre la roca granítica, creando formas únicas y caprichosas que sorprenden a cualquiera.
Las enormes rocas tienen contornos que parecen imitar figuras animales, lo que despierta la imaginación de niños y adultos por igual. Además, en este entorno conviven varias especies de aves acuáticas, como patos y ocas, que habitan en los lagos dispersos por la zona. Otro de los atractivos son las cigüeñas que anidan encima de las formaciones rocosas, un espectáculo natural fascinante para observar.
Este espacio es especialmente recomendable para familias, ya que los niños disfrutan recorriendo los senderos y descubriendo las curiosas formas de piedra, mientras aprenden sobre la fauna local. Nosotros pasamos dos días maravillosos allí, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del entorno.
Además de su interés natural, Los Barruecos tienen un valor histórico notable, ya que aquí se encuentran numerosos restos arqueológicos que dan cuenta de la ocupación humana desde tiempos antiguos. Y si te gusta la cultura popular, este paraje también ha servido como escenario para rodajes de series reconocidas, como “Juego de Tronos”.
Aunque es posible recorrer Los Barruecos en coche para visitar algunos puntos clave, la mejor manera de descubrirlo es a pie. La ruta más conocida es la Ruta de las Charcas, un recorrido circular que bordea cuatro pequeñas lagunas y permite disfrutar de vistas panorámicas y de la fauna local en calma.
⛏️ 33. Mina Pastora
En la Sierra de Aljibe, dentro de la provincia de Cáceres, se encuentra un lugar muy especial para los que disfrutan de la historia minera y la naturaleza: la Mina Pastora. Esta antigua mina tiene un origen que se remonta a la época romana, cuando ya se explotaban aquí los yacimientos de hierro y azufre.
Al recorrer sus galerías, se pueden distinguir claramente zonas con diferentes colores en las paredes. Algunas estancias muestran un intenso rojo oxidado, producto del hierro, mientras que otras presentan tonos ocres relacionados con la extracción de azufre. Este contraste de colores y texturas crea un ambiente único, casi como adentrarse en un museo natural.
Uno de los espacios más llamativos es la Cueva de la Gitana, cuyo nombre procede de una leyenda local que cuenta que una mujer gitana encontró refugio en esta cueva durante tiempos difíciles. Este toque de historia y misterio añade un interés extra para quienes visitan la mina.
El Río Tajo es una de las arterias naturales más importantes de la Península Ibérica, y en la provincia de Cáceres adquiere un papel especial al marcar la frontera natural con Portugal. A lo largo de este tramo se extiende el Parque Natural del Tajo Internacional, un espacio protegido que une ambos países en la conservación de un ecosistema singular.
Una de las formas más atractivas para descubrir esta zona es navegando por el río, ya sea en kayak o en embarcaciones organizadas que recorren sus aguas tranquilas. Desde el río se pueden observar especies animales propias de ambientes ribereños, como nutrias, cigüeñas negras, garzas y una gran variedad de aves.
Este parque natural ofrece paisajes variados, con paredes rocosas, bosques de ribera y extensas dehesas que se alternan a lo largo del recorrido. La sensación de tranquilidad que se experimenta al deslizarse por sus aguas es difícil de igualar y permite apreciar detalles que desde tierra pasan desapercibidos.
🌳 35. Parque Nacional de Monfragüe
Entre los espacios naturales de la provincia de Cáceres, el Parque Nacional de Monfragüe destaca por ser el único con la categoría de parque nacional, y no es para menos. Este territorio protegido alberga uno de los mejores bosques mediterráneos bien conservados de España, un lugar donde la biodiversidad alcanza niveles sorprendentes.
Gran parte del parque se puede recorrer en coche, visitando sus miradores que ofrecen panorámicas impresionantes, pero para vivir la experiencia completa es recomendable hacer alguna de las rutas de senderismo que parten desde el pequeño pueblo de Villareal de San Carlos. Estas rutas permiten adentrarse en el corazón del parque, descubrir rincones escondidos y observar de cerca la flora y fauna local.
Uno de los puntos más icónicos es el Mirador del Salto del Gitano, desde donde es posible ver con facilidad a águilas imperiales, buitres leonados y otras aves rapaces en pleno vuelo, en ocasiones muy cerca, lo que convierte la visita en una experiencia inolvidable para amantes de la naturaleza y la fotografía. Cerca de allí, las ruinas del Castillo de Monfragüe ofrecen no solo un viaje a la historia, sino también unas vistas panorámicas que abarcan el parque en toda su extensión.
Nosotros recorrimos la Senda Roja, un sendero que permite disfrutar de la naturaleza en estado puro. La cantidad de buitres que vimos sobrevolando y posados fue impresionante, y en algún momento parecía que estuvieran realizando un espectáculo aéreo.
Para quienes prefieren evitar carreteras estrechas y muchas curvas o caminar largas distancias, existen varias excursiones guiadas que organizan paseos en vehículos 4×4 o recorridos a pie con guías expertos que aportan datos muy interesantes sobre la fauna, flora e historia del parque.
🌌 36. Observación de estrellas en Cáceres
Si te gusta mirar el cielo y descubrir constelaciones, la provincia de Cáceres es uno de los mejores lugares en España para la observación nocturna. Gracias a su baja densidad de población y la ausencia de grandes ciudades que generen contaminación lumínica, aquí el cielo nocturno se muestra con una claridad sorprendente.
Este hecho ha convertido a Cáceres en un punto destacado para el astroturismo, una modalidad que atrae a aficionados y expertos que buscan contemplar el firmamento en condiciones óptimas. La Fundación Starlight promueve esta actividad en la zona, certificando lugares con alta calidad para la observación astronómica.
Existen varios miradores estelares en la provincia donde se puede ir por cuenta propia y pasar horas disfrutando de la Vía Láctea, las estrellas fugaces o los planetas visibles según la época del año. Pero para aprovechar mejor la experiencia, sobre todo si no tienes conocimientos en astronomía, lo ideal es apuntarse a alguna de las excursiones guiadas que incluyen telescopios y explicaciones que hacen la experiencia mucho más enriquecedora.
Ver el cielo de Cáceres en una noche clara es descubrir un espectáculo natural que difícilmente olvidarás y que puede ser un buen plan para completar un día de turismo o naturaleza.
🌉 37. Puente de Alconétar
Aunque no tenga la fama del Puente de Alcántara, el Puente de Alconétar es una joya de la ingeniería romana que merece una visita. Construido durante el reinado del Emperador Trajano, este puente se extendía a lo largo del río Tajo con una longitud aproximada de 300 metros y 18 arcos que permitían cruzar uno de los cauces más importantes de la península.
Hoy en día, solo dos de esos arcos permanecen en pie. Además, debido a la construcción del Embalse de José María Oriol, el puente tuvo que ser trasladado a otro lugar para protegerlo. A pesar de estas transformaciones, el Puente de Alconétar conserva ese aire que te transporta a tiempos remotos y permite imaginar cómo era la vida y el tránsito en la época romana.
Visitar este lugar es recorrer un fragmento de historia tangible, con la ventaja de que está rodeado de un paisaje tranquilo y abierto, perfecto para pasear y hacer una pausa en la ruta por la provincia.
⛰️ 38. Sierra de Gata
La Sierra de Gata es uno de los rincones menos conocidos pero más auténticos de la provincia de Cáceres. Aquí se encuentran algunos de los pueblos más bonitos de la zona, como Robledillo de Gata o San Martín de Trevejo, que conservan esa esencia tradicional que parece haberse detenido en el tiempo. La escasa urbanización ayuda a preservar la tranquilidad y la conexión con la naturaleza.
Los paisajes que rodean estos pueblos son muy variados. Desde bosques autóctonos que cubren las laderas, hasta grandes espacios de agua como el Embalse de Borbollón, que ofrece un refugio para numerosas especies. La Sierra también cuenta con cascadas y piscinas naturales donde es posible darse un chapuzón en verano.
Esta región es especialmente valorada por quienes disfrutan del avistamiento de aves. Cada otoño, las colonias de grullas que llegan al Embalse de Borbollón forman uno de los espectáculos más impresionantes para los amantes de la fauna. Además, es común ver otras especies como garzas, cigüeñas o águilas.
Más allá de la belleza natural, la Sierra de Gata ofrece un ambiente tranquilo y auténtico para quienes buscan alejarse del turismo masivo y disfrutar de paseos, senderos y la gastronomía local.
🍁 39. Valle del Ambroz
El Valle del Ambroz es un territorio caracterizado por sus densos bosques de castaños que, en otoño, pintan el paisaje con una paleta de colores cálidos y dorados. A lo largo del valle, se encuentran numerosas cascadas, fuentes y pozas naturales que invitan a detenerse y disfrutar del entorno.
Este valle no solo destaca por su naturaleza, sino también por los pueblos con encanto que alberga. Por ejemplo, Hervás, con uno de los barrios judíos mejor conservados de España, ofrece una experiencia cultural única. Sus calles empedradas y sus casas tradicionales hacen que pasear por aquí sea agradable en cualquier época del año.
Otro lugar interesante es Granadilla, un pueblo que estuvo abandonado pero que ha sido rehabilitado parcialmente. Se encuentra en una península dentro del imponente Embalse de Gabriel y Galán, un espacio natural de gran belleza donde el agua y el paisaje montañoso se combinan para crear un entorno ideal para actividades al aire libre.
🌸 40. Valle del Jerte
Por razones alfabéticas dejamos para el final uno de los lugares más emblemáticos que visitar en Cáceres: el Valle del Jerte. Este destino es conocido por su enorme producción de cerezas, con más de un millón y medio de cerezos que cubren sus laderas. Cada primavera, la floración de estos árboles atrae a miles de visitantes que buscan disfrutar del espectáculo natural que supone un valle teñido de blanco y rosa.
La fecha de la floración varía con el cambio climático y suele adelantarse cada año, por lo que es recomendable consultar con antelación para planificar la visita. Pero el Valle del Jerte no es solo primavera. A lo largo del año, ofrece muchas otras maravillas naturales.
Entre ellas destacan las múltiples gargantas que cruzan el valle, con cascadas y piscinas naturales que permiten el contacto directo con la naturaleza. Una parada obligada es la Garganta de los Infiernos, donde se encuentran Los Pilones: piscinas naturales formadas por la erosión del agua sobre la roca granítica, perfectas para el baño y la fotografía.
Otras gargantas notables son la Garganta de las Nogaledas, con sus saltos de agua, y la Garganta del Bonal, donde puedes encontrar la impresionante Cascada de Calderón y la Cascada del Caozo.
Si prefieres no caminar largos tramos, este tour en 4×4 por la Garganta de los Infiernos y Los Pilones es una opción magnífica para recorrer el paisaje sin esfuerzo y aprovechar al máximo la visita.
🗺️ Mapa imprescindibles de Cáceres
🚗 Itinerarios de fin de semana por la provincia de Cáceres
La provincia de Cáceres combina patrimonio monumental, paisajes naturales únicos y pueblos con mucha personalidad. Para ayudarte a descubrir su enorme riqueza, hemos preparado ocho itinerarios de fin de semana que agrupan destinos por zonas y estilos de viaje.
🏛️ Itinerario 1: Cáceres capital y Los Barruecos
Día 1: Empieza en Cáceres capital, una ciudad con uno de los conjuntos históricos mejor conservados de Europa. Recorre el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, con sus palacios, casas-fortaleza y la concatedral de Santa María. También puedes visitar el Museo de Cáceres y perderte por las callejuelas de la parte alta.
Día 2: A solo 20 minutos está el Monumento Natural de Los Barruecos, un paraje de enormes formaciones graníticas rodeadas de charcas donde anidan cigüeñas y otras aves. Allí se encuentra también el Museo Vostell Malpartida, una propuesta muy diferente en un entorno sorprendente.
🌁 Itinerario 2: Plasencia y el norte monumental
Día 1: Recorre Plasencia, una ciudad llena de vida y con un patrimonio muy notable. Pasea por la Plaza Mayor, entra en la Catedral Nueva y la Vieja, y date un paseo por la muralla y el acueducto. Si tienes tiempo, puedes acercarte al Parque de los Pinos o al .
Día 2: Dirígete a Coria, otra localidad con historia, donde destacan la catedral, el castillo y los restos de muralla romana. De camino puedes hacer una breve parada en Galisteo, con su singular muralla de cantos rodados y una atmósfera muy especial.
🌸 Itinerario 3: Valle del Jerte y Garganta la Olla
Día 1: Si viajas en primavera, el Valle del Jerte se llena de color con la floración de los cerezos. Sube por la carretera panorámica haciendo paradas en pueblos como Navaconcejo, Cabezuela del Valle o El Torno, y si te apetece caminar, acércate a la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos.
Día 2: Baja hacia Garganta la Olla, uno de los pueblos más pintorescos de la comarca de La Vera, con arquitectura popular muy bien conservada. Puedes combinarlo con una visita rápida a Cuacos de Yuste para ver el Monasterio de Yuste, donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V.
🏞️ Itinerario 4: Valle del Ambroz y entorno de Hervás
Día 1: Pasa el día en Hervás, conocida por su barrio judío, uno de los más importantes de España, con calles estrechas y casas entramadas. En los alrededores puedes hacer rutas de senderismo, como la del puente de la Chorrera, o visitar el cercano Valle del Ambroz, especialmente bonito en otoño.
Día 2: Sube hasta Baños de Montemayor para conocer su balneario y los restos de la calzada romana. Si prefieres algo más tranquilo y rural, acércate a Granadilla, una antigua villa amurallada deshabitada que fue desalojada por la construcción del embalse de Gabriel y Galán.
⛰️ Itinerario 5: Sierra de Gata y pueblos con carácter
Día 1: Recorre la Sierra de Gata, una de las zonas menos masificadas de Extremadura. Comienza por Robledillo de Gata, uno de los pueblos más bonitos de la provincia, con casas de pizarra y callejones empedrados. Continúa hacia Gata o San Martín de Trevejo, donde se conserva el habla local conocido como “a fala”.
Día 2: Dedica la mañana a visitar Trevejo, una aldea mínima pero muy fotogénica, con un castillo en ruinas y unas vistas magníficas. Si tienes tiempo, puedes acercarte al Mirador de la Almenara o simplemente disfrutar de la tranquilidad de la comarca.
🌄 Itinerario 6: Las Hurdes y Riomalo de Arriba
Día 1: Entra en la comarca de Las Hurdes, conocida por su paisaje agreste y sus pueblos dispersos entre valles y sierras. Llega hasta Riomalo de Arriba, uno de los núcleos más auténticos, y desde allí puedes acceder al meandro del Melero, uno de los lugares más fotografiados de la provincia.
Día 2: Recorre pueblos como Pinofranqueado o Casar de Palomero, y disfruta de las piscinas naturales o alguna ruta a pie por caminos señalizados. Este itinerario es perfecto para quienes buscan naturaleza en estado puro y rincones poco conocidos.
🕌 Itinerario 7: Trujillo, Montánchez y monumentos singulares
Día 1: Pasa el día en Trujillo, cuna de conquistadores y uno de los conjuntos urbanos más destacados de Extremadura. Visita su Plaza Mayor, el castillo y la casa-museo de Pizarro. Si vas bien de tiempo, puedes acercarte a Garrovillas de Alconétar o ver el Puente de Alconétar.
Día 2: Sube hasta Montánchez, famoso por su castillo en lo alto del cerro. Además del paisaje, es un lugar muy conocido por su jamón. De regreso puedes detenerte en el Castillo de Belvís de Monroy o en el Convento de El Palancar, uno de los más pequeños del mundo.
🌌 Itinerario 8: Alcántara, Tajo Internacional y cielos estrellados
Día 1: Visita Alcántara, una localidad con un rico patrimonio que incluye su famoso puente romano, uno de los más impresionantes de la península. Pasea por el casco antiguo y entra en el Conventual de San Benito.
Día 2: Dedica el día al Parque Natural del Tajo Internacional, donde puedes hacer rutas a pie, en barco o en kayak. Si te interesa la astronomía, esta zona es una de las mejores de Europa para ver el cielo nocturno, con observatorios y zonas habilitadas para observar las estrellas.
Aquí termina nuestro recorrido por los lugares imprescindibles que ver en la provincia de Cáceres y las propuestas de itinerarios pensadas para organizar tu escapada de forma sencilla, según el tiempo que tengas y las comarcas que más te llamen la atención. Esperamos que esta guía te sea útil para preparar un viaje en el que tengas ocasión de descubrir su pasado monumental, disfrutar de su gastronomía, recorrer pueblos con carácter y pasar por paisajes que invitan a parar el ritmo.
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Completísima la guía!
Como cacereño, yo trataría de conquistar a los lectores también a través del estómago, proponiéndoles probar algunas de las delicias de la tierra, como las migas extremeñas, la patatera o el queso Torta del Casar (jo, qué hambre me ha dado de repente jeje).
Un saludo, y gracias por dar a conocer Cáceres a tanta gente 🙂
Espectacular toda la explicación de tantos sitios y tan bonitos. Visitaremos la provincia en breve, lo malo es que sólo tenemos cuatro días enteros 🙂
Muchas gracias, Anna!