Escrito por Rachele Cervaro
La Provenza no está en nuestro país, pero la hemos visitado tantas veces que ya casi la sentimos como una segunda casa. Sus campos de lavanda, sus pueblos de postal, la variedad de paisajes, su historia y esa forma de vida tranquila nos conquistaron desde la primera visita.
Desde que vivimos en Cataluña, hemos aprovechado muchas escapadas para cruzar la frontera y seguir explorando esta región del sur de Francia. Y lo mejor es que, cada vez que volvemos, descubrimos algo nuevo: un pueblo encaramado a un acantilado, una carretera secundaria con vistas asombrosas o una pequeña feria local.
La Provenza tiene una mezcla única. Puedes empezar el día recorriendo ruinas romanas y terminar la tarde entre campos de lavanda o callejeando por un pueblo medieval lleno de encanto. Su luz, especialmente al atardecer, tiene algo casi mágico. No es casualidad que tantos pintores la hayan querido atrapar en sus lienzos.
En este artículo te mostramos 25 lugares que, para nosotros, representan lo mejor de la Provenza. Además, hemos preparado varios itinerarios para que puedas organizar tu ruta según tus intereses, y te damos consejos prácticos que te ayudarán a preparar el viaje con más facilidad.
Las ciudades más bonitas que ver en la Provenza
🏛️ 1. Nimes
Aunque técnicamente Nîmes no forma parte de la región de la Provenza —ya que se encuentra en la vecina Languedoc-Rosellón—, es una parada que encaja a la perfección en cualquier ruta por el sur de Francia. De hecho, por su cercanía y por el impresionante legado histórico que conserva, nosotros lo incluiríamos sin dudar al planear un viaje por la Provenza. Nîmes, a menudo se la conoce como la “Roma francesa”, y no es una exageración.

Paseando por sus calles uno se topa con vestigios romanos que no solo siguen en pie, sino que están increíblemente bien conservados. Entre ellos, hay dos construcciones que sobresalen y dejan a cualquiera con la boca abierta: la Arena de Nîmes, un anfiteatro romano que todavía hoy se utiliza para eventos y conciertos, y la Maison Carrée, un templo de época romana que ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacto. Fue construido en tiempos del emperador Augusto y es uno de los pocos templos de la Galia —nombre con el que los romanos designaban esta región— que ha sobrevivido así de entero.
🖼️ 2. Arlés
Si te interesa la historia y te atraen los vestigios del pasado, Arlés no puede faltar en una ruta por la Provenza. Situada a orillas del río Ródano, esta ciudad no solo conserva un impresionante legado romano, sino que también fue durante un tiempo el hogar de Van Gogh, quien encontró aquí inspiración para muchas de sus obras más conocidas. Pasear por Arlés es como hacer un viaje en el tiempo: su anfiteatro romano —conocido como las Arenas—, aunque no tan bien conservado como el de Nimes, sigue siendo imponente y acoge aún hoy espectáculos y eventos. A pocos pasos se encuentran también el antiguo teatro, los Criptopórticos (unas galerías subterráneas que formaban parte del foro romano) y las termas de Constantino.
Pero Arlés no es solo historia antigua. Su centro medieval, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, invita a perderse sin rumbo entre calles estrechas, plazas tranquilas y fachadas con encanto. Además, el ambiente es muy agradable, con terrazas animadas y una energía creativa que todavía parece flotar en el aire, quizás como herencia de los días en que Van Gogh caminaba por estas mismas calles.
🎭 3. Orange
Aunque hay varias ciudades en el sur de Francia que conservan huellas espectaculares del pasado romano —como Nîmes o Arlés, que nos encantaron—, si tuviéramos que elegir solo un monumento romano que ver en la Provenza, nos quedaríamos sin dudarlo con el teatro antiguo de Orange.
No es un teatro cualquiera. Es el único teatro romano de Europa que aún conserva de pie el muro del escenario, algo que solo se puede ver también en lugares tan lejanos como Siria o Túnez. Y no es solo que esté bien conservado: está prácticamente intacto, lo que te permite imaginar con bastante claridad cómo eran los espectáculos hace más de 2.000 años. En su momento tenía capacidad para unos 10.000 espectadores, y lo más increíble es que sigue vivo: hoy en día todavía acoge representaciones teatrales y conciertos, aprovechando una acústica que sigue siendo espectacular.
Además del teatro, en Orange también merece la pena acercarse al Arco del Triunfo, otro vestigio impresionante que data del siglo I d.C. Está situado en la entrada norte de la ciudad y, aunque ha sido restaurado, conserva muchos de sus relieves originales. Fue construido para conmemorar las victorias romanas en las Galias y, si te gusta el arte romano, es una visita más que recomendable.
🏰 4. Avignon
Si tuviéramos que elegir una ciudad con un centro histórico que realmente impresiona en la Provenza, sin duda sería Aviñón. Pasear por su casco antiguo es como hacer un viaje directo a la Edad Media, con un conjunto monumental único. Lo más conocido, por supuesto, es el imponente Palacio de los Papas, una fortaleza gótica que fue sede del papado durante casi todo el siglo XIV. Pero Aviñón es mucho más que eso: está el icónico Puente de Saint-Bénézet (más conocido como el Puente de Aviñón), la elegante Catedral de Notre-Dame-des-Doms, el museo del Petit Palais y las antiguas murallas que aún abrazan la ciudad.
La visita al interior del Palacio de los Papas es prácticamente obligatoria —es uno de esos lugares que impresiona tanto por su escala como por su historia—, pero también disfrutamos mucho pasear por las callejuelas adoquinadas, parando a tomar algo en alguna plaza animada. Además, Aviñón tiene una ubicación muy cómoda para usarla como base y hacer excursiones por los alrededores.
🌳 5. Aix-en-Provence
Una de las ciudades que más nos gustó en nuestra ruta por la Provenza —y probablemente una de las más bonitas de toda Francia— fue Aix-en-Provence. Tiene ese aire elegante y relajado que se respira en los lugares con historia, y al mismo tiempo mantiene un ambiente animado, con terrazas llenas de vida, mercados que montan cada día y callejuelas donde apetece perderse sin rumbo.
Pasear por el Cours Mirabeau, la avenida más icónica de la ciudad, es casi una visita obligada: flanqueada por plátanos centenarios, antiguos palacetes y cafés con terraza, transmite esa mezcla perfecta de sofisticación y tranquilidad. Pero Aix no es solo su paseo principal; tiene plazas encantadoras con fuentes, callejones empedrados llenos de tiendas locales y una arquitectura que refleja su pasado señorial.
Y si hay un nombre que va inevitablemente ligado a esta ciudad es el de Paul Cézanne, el pintor postimpresionista que nació aquí y que encontró en los paisajes de los alrededores su mayor fuente de inspiración. A lo largo del centro encontrarás varias referencias a su vida y obra, y es fácil entender por qué los colores de la Provenza marcaron para siempre su pintura.
🚢 6. Marsella
Marsella, la segunda ciudad más grande de Francia, está situada en una ubicación privilegiada junto al mar Mediterráneo, ofreciendo un montón de atractivos que no dejan indiferente a nadie. Aunque a nosotros no nos termina de convencer del todo su bullicio constante, el tráfico o algunos aspectos de contaminación, creemos que es una parada obligada en cualquier viaje por la Provenza.
Entre sus distintos barrios, el que más nos gusta es el Puerto Viejo (Vieux-Port), un espacio que siempre está lleno de vida y donde pasear resulta muy agradable. Aquí podrás sentarte en una terraza, ver a los pescadores en su faena o simplemente disfrutar del ir y venir de la gente.
Muy cerca del puerto se encuentra la colina donde se alza la basílica de Notre-Dame de la Garde, un símbolo de Marsella. Subir hasta aquí es uno de nuestros planes favoritos porque las vistas desde arriba son espectaculares: la ciudad se extiende a tus pies y el mar Mediterráneo se abre en el horizonte.
Si quieres profundizar más sobre qué ver en Marsella, te recomendamos echar un vistazo a nuestra guía completa, donde repasamos los puntos más destacados y curiosidades de la ciudad. Y para cogerle el pulso de una forma sencilla y amena, hacer un free tour por Marsella es una excelente idea. Así podrás conocer la historia y los secretos de la ciudad de la mano de un guía local y empezar a sentirla como se merece.
🌊 7. Niza
Niza es, sin duda, la joya más brillante de la Costa Azul y uno de los destinos más atractivos de toda la Provenza. Esta ciudad histórica conserva ese encanto especial que mezcla a la perfección la elegancia francesa con un toque muy italiano, algo que no sorprende si recordamos que durante siglos Niza estuvo bajo influencia del Reino de Saboya y su proximidad a la frontera italiana.
A lo largo del tiempo, Niza se ha convertido en el refugio de verano preferido por la alta sociedad europea, con impresionantes villas que se asoman al mar y paseos marítimos ideales para disfrutar del sol y la brisa mediterránea. Sin embargo, la ciudad no es solo un lugar para admirar desde lejos; su casco antiguo, con calles estrechas y coloridas, alberga iglesias barrocas, plazas con cafeterías y mercados locales llenos de vida.
Uno de los puntos culturales más destacados es el Museo de Marc Chagall, donde se puede apreciar una de las colecciones más importantes de este artista, que aporta un contraste muy interesante a la atmósfera mediterránea de la ciudad.
Para nosotros, una de las experiencias más bonitas en Niza es subir hasta la colina de la antigua fortaleza, desde donde se obtienen vistas panorámicas que cortan la respiración: la bahía, el casco antiguo, el puerto y toda la ciudad extendiéndose a los pies. Si quieres conocer Niza con calma y profundizar en su historia y sus rincones más encantadores, te recomendamos hacer un free tour por la ciudad, ideal para una primera toma de contacto que te ayudará a entender mejor todo lo que tienes delante.
Los pueblos de la Provenza Francesa
🏘️ 8. Gordes
No es casualidad que Gordes figure entre los pueblos más bonitos de la Provenza y, en general, de toda Francia. Situado en lo alto de una colina, este pequeño pueblo parece detenido en el tiempo, con sus casas de piedra y tejados de terracota que se integran a la perfección en el paisaje. Desde lejos, la imagen de Gordes ya impresiona, como una joya que brilla bajo el sol del Mediterráneo.
Al recorrer sus calles adoquinadas, se siente una atmósfera tranquila y medieval que invita a pasear sin prisa, disfrutando de cada rincón. Es un lugar ideal para descubrir con calma, deteniéndose en pequeños cafés o tiendas locales. Su castillo, que domina el pueblo, ofrece una ventana al pasado y desde sus terrazas se abren vistas panorámicas sobre los campos de lavanda, olivares y viñedos que tanto inspiraron a artistas de renombre, entre ellos Marc Chagall, cuya huella artística aún se percibe en el ambiente.
🟠 9. Roussillon
Roussillon es uno de esos pueblos que, nada más verlo, te transporta a otro mundo. Situado en pleno corazón de la región del Luberon, esta joya provenzal alberga poco más de mil habitantes, pero su encanto es mucho mayor. Lo que más llama la atención a primera vista es su colorido tan especial: sus casas, construidas con ocre extraído de la zona, muestran una paleta cálida que va desde el amarillo más suave hasta intensos tonos naranjas y rojizos. Según cambia la luz del día, el pueblo parece transformarse, como si jugara con sus propias sombras y colores para ofrecerte una experiencia visual distinta en cada momento.
Además, Roussillon no es solo un pueblo para admirar desde fuera: justo en sus alrededores se encuentra una de las mayores maravillas naturales del lugar, la antigua mina de ocre, conocida como el “Sentier des Ocres”. Este sendero, de fácil recorrido y apto para todos los públicos, te lleva a través de formaciones rocosas con tonos tan vibrantes que parecen sacados de una paleta de pintor. El contraste entre el azul del cielo y estos colores intensos resulta tan impactante que es difícil no quedarse mirando durante un buen rato.
🏯 10. Les Baux de Provence
Pocos pueblos en Europa pueden presumir de ofrecer un escenario tan dramático y espectacular como Les Baux de Provence, un pequeño tesoro enclavado en lo alto de una cadena montañosa dentro del parque natural de los Alpilles. Este pueblo, con apenas 400 habitantes, parece suspendido en el tiempo, con sus calles empedradas, casas de piedra y un aire medieval que invita a perderse sin prisas.
El verdadero protagonista de Les Baux es su imponente castillo en ruinas, que domina el paisaje desde lo alto y ofrece unas vistas panorámicas impresionantes sobre los campos de olivos, viñedos y colinas que lo rodean.
Además de las ruinas, el pueblo en sí conserva su encanto original, con pequeñas plazas, tiendas de artesanía local y restaurantes donde probar platos típicos de la Provenza, como la ratatouille o la tapenade.
Debido a su popularidad, especialmente en temporada alta, recomendamos planificar la visita a primera hora de la mañana, cuando las calles aún están tranquilas y la luz es perfecta para fotos, o al final de la tarde, justo antes del atardecer, cuando el sol tiñe de tonos dorados las piedras y el ambiente se vuelve aún más especial.
Por último, si viajas con tiempo, no te pierdas el espectáculo multimedia “Les Carrières de Lumières”, que se celebra en unas antiguas canteras a las afueras del pueblo y que proyecta imágenes artísticas en un entorno espectacular, una forma diferente y sorprendente de disfrutar del arte y la historia en plena Provenza.
🎨 11. Saint-Rémy de Provence
Saint-Rémy de Provence es un pueblo que va más allá de ser simplemente un destino turístico; es un lugar que ha dejado una huella profunda en la historia del arte y en el corazón de quienes lo visitan. La localidad cuenta con un legado cultural extraordinario, principalmente por ser el escenario donde Vincent Van Gogh vivió uno de sus períodos más creativos y prolíficos.
Caminar por el casco antiguo de Saint-Rémy es como adentrarse en una postal viviente. Calles empedradas, plazas con terrazas donde se respira calma y rincones menos conocidos que invitan a descubrir historias escondidas. Pero lo que realmente hace único a este pueblo es la ruta dedicada a Van Gogh, un paseo muy especial que nos permitió conectar con el artista de una manera casi mágica.
A lo largo del recorrido, señales y carteles guían a los visitantes para que puedan seguir los pasos de Van Gogh y reconocer los paisajes que él plasmó en sus obras. Cada punto cuenta con una ilustración del cuadro correspondiente, lo que ayuda a entender cómo la realidad y la pintura se entrelazan. Fue realmente impactante ver que muchos de esos lugares siguen prácticamente igual que en el siglo XIX: los olivares, los caminos rurales y hasta algunas casas que parecen detenidas en el tiempo.
🛶 12. L’Isle sur la Sorgue
Muchos viajeros llaman a L’Isle sur la Sorgue la “Venecia de la Provenza”, y no es para menos. Este encantador pueblo, situado en el corazón del sur de Francia, toma su nombre literalmente: “la isla sobre el río Sorgue”. Lo que hace especial a este lugar es esa combinación tan singular de agua, historia y vida cotidiana que se siente en cada esquina.
El río Sorgue atraviesa el pueblo formando canales que se entrelazan con calles adoquinadas, creando un escenario que invita a pasear sin prisa. A lo largo de las orillas, los cafés con terrazas a la sombra de los árboles ofrecen un ambiente relajado, ideal para detenerse a disfrutar un café o un buen plato de cocina provenzal.
Uno de los detalles que más nos llamó la atención fueron los antiguos molinos de agua, algunos todavía en funcionamiento, que dan testimonio de la importancia que tuvo la industria textil en la zona durante siglos. Estos molinos, integrados en el paisaje urbano, aportan un aire nostálgico que conecta con la tradición del pueblo.
Además, es común ver los característicos botes “nego-chin” navegando por los canales. Estas embarcaciones de fondo plano, diseñadas originalmente para transportar mercancías por el río, hoy en día sirven para pequeñas excursiones o simplemente para admirar el pueblo desde el agua.
L’Isle sur la Sorgue también es famoso por sus mercados de antigüedades y tiendas de artesanía, que atraen a coleccionistas y amantes del arte de toda Europa. Cada domingo, el mercado se llena de vida con puestos que ofrecen desde muebles antiguos hasta piezas únicas de arte local, creando un ambiente vibrante y auténtico.
🌿 13. Bonnieux
Bonnieux, situado en lo alto de una colina en pleno corazón del Luberon, es uno de esos pueblos que se convierten en un punto de referencia visual desde muchos otros rincones de la región. Su silueta se reconoce fácilmente gracias al gran campanario que domina el paisaje, un elemento emblemático que parece custodiar el valle desde tiempos antiguos.
Uno de los planes imprescindibles en Bonnieux es subir los 86 escalones que llevan a la iglesia situada en la parte más alta del pueblo. Aunque puede parecer un pequeño esfuerzo, las vistas panorámicas que se disfrutan desde allí recompensan con creces la subida. En verano, cuando los campos de lavanda que rodean el Luberon se pintan de un intenso color púrpura, el paisaje adquiere una belleza casi mágica, convirtiendo el paseo en una experiencia visual inolvidable.
Además de su belleza natural y arquitectónica, Bonnieux esconde pequeñas joyas culturales. Una de ellas es su Museo de la Panadería (Musée de la Boulangerie), un espacio sorprendente donde se puede descubrir la historia y las tradiciones del pan francés, un símbolo fundamental en la gastronomía local.
🏡 14. Lourmarin
Uno de los pueblos de la Provenza que más nos ha sorprendido ha sido Lourmarin, un encantador rincón en la región del Luberon que combina a la perfección historia, cultura y un ambiente relajado. Este pueblo destaca por su ambiente muy agradable, especialmente en verano, cuando sus terrazas se llenan de locales y visitantes disfrutando del buen clima y la gastronomía provenzal.
Entre sus monumentos más destacados, sobresale el Château de Lourmarin, también conocido como Château Villa Medici de Provenza. Este castillo renacentista, rodeado por olivares y jardines bien cuidados, es un símbolo del pueblo y ofrece visitas guiadas que permiten conocer su historia y su arquitectura, además de acoger eventos culturales durante todo el año. Otro punto de interés es la Iglesia románica de San André, que sorprende por su sobriedad y belleza, con detalles arquitectónicos que hablan de siglos de historia y tradición.
Pero más allá de su patrimonio y su encanto visual, Lourmarin es especialmente famoso por ser el lugar de nacimiento de Albert Camus, uno de los escritores más influyentes y reconocidos del siglo XX. Camus, premio Nobel de Literatura, dejó una huella imborrable en la literatura y el pensamiento contemporáneo, y en Lourmarin se respira un cierto aire literario que inspira a los amantes de la cultura. El pueblo rinde homenaje a su legado con varias placas y espacios que recuerdan su vida y obra.
🏰 15. Séguret
Séguret es otro de esos pueblos medievales que parece detenido en el tiempo, situado en el corazón de la Provenza y reconocido como uno de los más bonitos de la región. Fundado en el siglo X, conserva intacta esa atmósfera auténtica que solo ofrecen las localidades con siglos de historia. Caminar por sus calles adoquinadas, como la encantadora Rue des Poternes, es como dar un salto atrás y dejar atrás el ritmo acelerado del mundo moderno para respirar tranquilidad y tradición.
El pueblo está rodeado por vestigios de su antigua muralla, de la que destaca especialmente el Portal de la Bise, la puerta principal que da la bienvenida a los visitantes y que ofrece una postal perfecta para cualquier cámara. En el centro, la Iglesia de Saint Denis, con su arquitectura sencilla pero cargada de historia, invita a una visita pausada para descubrir sus detalles y su importancia para la comunidad local a lo largo de los siglos.
Pero Séguret no solo es historia; es también un lugar vivo donde se mezclan arte, artesanía y gastronomía. Sus pequeñas tiendas ofrecen productos locales que van desde aceites de oliva hasta vinos de la región, ideales para llevar un recuerdo auténtico de la Provenza. Además, las cafeterías y teterías del pueblo, muchas de ellas gestionadas por familias locales, son perfectas para sentarse a descansar mientras se disfruta de un té o un café acompañado de algún dulce tradicional.
🏺 16. Vaison-la-Romaine
El río Ouvèze atraviesa Vaison-la-Romaine dividiendo el municipio en dos zonas que parecen pertenecer a mundos distintos, pero que juntas forman un conjunto muy atractivo para cualquier viajero. En la parte alta, sobre una gran roca que domina el valle, se encuentra el pueblo medieval. Aquí las calles estrechas y empedradas te invitan a pasear tranquilamente mientras vas subiendo hacia las ruinas del castillo del siglo XII, que corona el pueblo.
La entrada se hace a través de una antigua puerta medieval que todavía conserva su carácter defensivo, y desde ese momento el recorrido es como regresar a otra época. Las callejuelas zigzaguean entre casas de piedra, pequeños jardines escondidos y plazas con encanto, creando una atmósfera que parece sacada de un cuento de hadas. Desde las alturas del castillo las vistas del valle y del río son espectaculares, una buena recompensa para quienes suben.
En la orilla opuesta del Ouvèze se encuentra la parte moderna de Vaison-la-Romaine, un contraste total con el casco histórico. Aquí la vida cotidiana transcurre entre tiendas, cafés y mercados locales, pero también guarda uno de los tesoros arqueológicos más importantes de Francia: las ruinas galorromanas. Este yacimiento conserva restos de casas, mosaicos, termas y un teatro romano, que nos cuentan la historia de la ciudad hace casi dos mil años.
🌸 17. Sault
Sault es conocido principalmente como el pueblo de la lavanda, y con razón: sus alrededores están cubiertos por algunos de los campos de lavanda más extensos y espectaculares de toda la Provenza. Cada verano, cuando la lavanda está en plena floración, el paisaje se tiñe de un morado intenso que parece sacado de un cuadro, atrayendo a visitantes de todo el mundo que buscan capturar esa belleza única y efímera.
Pero Sault es mucho más que sus campos de lavanda. El propio pueblo, de tamaño pequeño y ambiente tranquilo, invita a pasear por sus calles empedradas, donde el aroma de la lavanda está siempre presente. Sus casas de piedra y los rincones con flores reflejan esa sencillez y autenticidad que caracteriza a muchos pueblos provenzales.
Un punto muy interesante para visitar es el Museo de la Lavanda, donde se explica en detalle la historia del cultivo y la importancia de esta planta en la economía y la cultura local. Allí aprenderás sobre las técnicas tradicionales para recolectar y destilar la lavanda, su uso en perfumería, medicina y gastronomía, y podrás ver algunos utensilios antiguos relacionados con su producción.
Además, Sault ofrece varias rutas para caminar o hacer bicicleta por los campos, ideales para quienes disfrutan de la naturaleza y quieren vivir la experiencia de rodearse de lavanda en flor, especialmente durante los meses de junio y julio. No te olvides de pasar por alguna tienda local para llevarte productos artesanales hechos con lavanda, como aceites, jabones o miel, que son un recuerdo perfecto y auténtico de esta región.
🏞️ Parajes naturales imprescindibles de la Provenza
💐 18. Los campos de Lavanda
Los campos de lavanda son uno de los grandes símbolos de la Provenza y un motivo importante para visitarla, especialmente en verano. Entre mediados de junio y mediados de agosto, estas extensas zonas se tiñen de un violeta intenso que destaca en el paisaje y atrae a fotógrafos, viajeros y amantes de la naturaleza. Ver estos campos en flor es una experiencia visual y sensorial única. El aroma que desprende la lavanda, combinado con el zumbido suave de las abejas, crea un ambiente relajante que invita a detenerse, sentarse y disfrutar del momento.
Aunque la floración de la lavanda no sucede al mismo tiempo en todas las zonas, existen rutas muy bien organizadas para poder planificar la visita en función del mejor momento para cada área. Por ejemplo, los campos alrededor de Valensole suelen florecer antes que los de Sault o Luberon. Además de los campos, muchas pequeñas poblaciones organizan festivales y mercados donde se venden productos elaborados con lavanda, desde aceites esenciales hasta productos de belleza y gastronomía.
Si quieres organizar tu viaje para no perderte esta maravilla natural, en nuestra guía de mejores rutas de lavanda por la Provenza encontrarás consejos para elegir las fechas, los pueblos más bonitos para visitar y algunas recomendaciones para evitar las multitudes.
🧡 19. El Colorado Provenzal
El Colorado Provenzal es uno de esos lugares que sorprenden por su aspecto tan distinto y poco esperado en la región. Situado cerca del pueblo de Rustrel, este espacio natural muestra una paleta de colores que parece sacada de otro planeta, con tonos rojizos, naranjas, amarillos y ocres que se extienden en formaciones rocosas que parecen esculturas de la naturaleza.
Esta particularidad se debe a la erosión constante y a la antigua extracción de ocre, un pigmento natural que se usaba en pinturas y tintes. Hoy en día, el área está protegida y acondicionada con senderos que permiten recorrer diferentes itinerarios, aptos para caminatas de distintos niveles, desde paseos tranquilos hasta rutas más exigentes. Además, los miradores ofrecen vistas panorámicas que vale la pena aprovechar para capturar fotos inolvidables.
Si te gusta la geología, la fotografía o simplemente los paisajes poco comunes, el Colorado Provenzal es una parada imprescindible en cualquier viaje por la Provenza, especialmente si buscas algo diferente a los típicos viñedos y campos de lavanda.
🦩 20. La Camargue
La Camargue es uno de los ecosistemas más singulares y fascinantes de la Provenza. Esta vasta zona de marismas, lagunas y pantanos situada en el delta del Ródano tiene un carácter único, diferente al resto de la región.
Aquí puedes ver grandes grupos de flamencos rosas que se posan en las lagunas, así como una variada fauna que incluye garzas, águilas pescadoras y muchas otras especies. Además, los caballos blancos autóctonos de la Camargue son un símbolo emblemático de esta tierra, junto con los toros que se crían en libertad y las tradicionales vaquerías donde los jinetes locales, llamados “gardians”, cuidan del ganado.
Los paisajes de la Camargue combinan áreas salvajes con pequeños pueblos pesqueros y rústicos, caminos para recorrer a pie o en bicicleta, y playas tranquilas que invitan a desconectar. Además, la gastronomía local destaca por productos como el arroz cultivado en las marismas y pescados frescos del Mediterráneo.
🏞️ 21. Gargantas de Verdon
La Garganta de Verdon es uno de los espacios naturales más impresionantes de la Provenza y un destino que no puede faltar en tu ruta por esta región. El río Verdon atraviesa un cañón de unos 25 kilómetros de longitud, flanqueado por paredes verticales que alcanzan hasta 700 metros de altura. Estas paredes de roca caliza crean un paisaje realmente espectacular y un poco sobrecogedor, sobre todo al asomarse a los miradores que dominan la garganta.
Lo que distingue especialmente a esta garganta es el color del agua, que varía entre el azul turquesa y el verde esmeralda, dependiendo de la luz y la hora del día. Este contraste entre el color del río y la roca crea una atmósfera única. Hay varias formas de recorrer y disfrutar este paraje: se puede conducir por la carretera que bordea la garganta, realizar rutas de senderismo que permiten vistas panorámicas y acercamientos a zonas menos transitadas, o bien practicar deportes acuáticos. El kayak es probablemente la actividad más popular para adentrarse en el cañón y navegar entre las enormes paredes, una experiencia que combina aventura y naturaleza de manera inolvidable.
Si ya conoces el Congost de Mont-Rebei en Lérida, la garganta de Verdon te recordará a ese espectacular paraje, aunque a mayor escala y con un entorno natural diferente. La visita a esta garganta es ideal para quienes disfrutan de paisajes de montaña y agua, y para quienes buscan escapar del turismo más convencional de la Provenza.
⛰️ 22. Las Calanques
A solo unos kilómetros de Marsella se encuentra el Parque Nacional de Las Calanques, un lugar donde la combinación de mar y montaña da lugar a un paisaje muy especial. Este parque protegido cuenta con una serie de acantilados rocosos que caen casi en vertical hacia pequeñas calas de agua transparente, de tonalidades que van del azul intenso al turquesa. La sensación es parecida a la que puedes encontrar en algunas zonas de la Costa Brava, pero con un carácter más salvaje y menos urbanizado.
Durante la temporada alta, el acceso en coche está restringido para preservar el entorno natural, lo que convierte a las caminatas y los paseos en barco en las mejores formas de explorar el parque. Existen varias rutas de senderismo que llevan a diferentes calas y miradores con vistas espectaculares. Algunas de las calas más conocidas, como Sugiton o En-Vau, requieren una caminata que vale la pena por la belleza del lugar.
Además de su atractivo paisajístico, Las Calanques son un paraíso para los amantes del buceo y la escalada, que encuentran en este entorno muchas posibilidades para practicar sus actividades favoritas. El parque es ideal para pasar un día al aire libre, disfrutando de la naturaleza a solo un paso de una gran ciudad como Marsella.
🏔️ 23. Monte Ventoux
El Monte Ventoux es una montaña emblemática de la Provenza que no solo es famosa por su altura, cercana a los 2.000 metros, sino por el papel que ha jugado en el mundo del ciclismo. Para muchos, este pico es sinónimo de esfuerzo y superación, especialmente por ser una de las etapas míticas del Tour de Francia. Crecer viendo esas imágenes cada verano hace que visitar esta montaña se convierta en una experiencia especial, como le pasa a Gábor.
Lo que hace al Monte Ventoux tan destacado es su presencia imponente en medio de la llanura provenzal. Aunque no es la más alta de los Alpes o Pirineos, su situación aislada lo convierte en un gigante visible desde lejos. Al subir hacia la cima, se percibe claramente cómo cambia el entorno: se comienza en bosques frondosos y, a medida que se gana altura, la vegetación se va haciendo más escasa hasta llegar a la parte superior, donde el paisaje se vuelve casi lunar, con rocas claras y suelos pedregosos.
Subir hasta la cumbre, ya sea caminando o en coche, ofrece unas vistas panorámicas que abarcan buena parte de la región y, en días claros, se pueden distinguir los Alpes y el Mediterráneo. Para quienes disfrutan del senderismo o del ciclismo, esta montaña representa un desafío y una oportunidad para conectar con uno de los símbolos naturales de la Provenza.
🌅 24. Costa Azul
Gábor recuerda con claridad su primer viaje a la Costa Azul, hace más de 20 años, cuando tomó un tren desde Marsella hacia Niza. El trayecto por sí solo ya es un espectáculo, pues el tren recorre gran parte de la costa y regala vistas impresionantes del mar y las playas extensas que se extienden a lo largo del litoral. Esta zona, también conocida como la Riviera Francesa, es famosa por ser uno de los destinos más elegantes y sofisticados de la Provenza.
La Costa Azul no solo destaca por sus ciudades emblemáticas como Niza, Cannes o Saint-Tropez, conocidas por sus festivales, vida nocturna y ambiente glamuroso, sino también por su belleza natural. Aquí encontrarás playas de arena fina y dorada, ideales para relajarte bajo el sol, pero también calas rocosas que invitan a la exploración y a momentos de tranquilidad rodeado de un paisaje mediterráneo auténtico.
🪨 25. Dentelles de Montmirail
Para cerrar nuestra lista, te presentamos un rincón que descubrimos en nuestra última ruta por la Provenza: las Dentelles de Montmirail. Esta cadena montañosa se caracteriza por sus formaciones rocosas con formas dentadas que parecen sacadas de un cuadro, creando un paisaje espectacular y muy fotogénico.
Estas montañas son un punto de encuentro para escaladores, que encuentran en sus paredes un terreno desafiante, pero también es un lugar perfecto para senderistas que prefieren rutas más tranquilas. Nos recordó un poco a Montserrat, no solo por sus formas rocosas sino también por el encanto del entorno natural.
Además, las Dentelles de Montmirail están rodeadas de viñedos cultivados en terrazas, así como olivares, que añaden un color y textura especial al paisaje. Caminar entre estos campos permite disfrutar de la Provenza rural, con sus aromas, su calma y sus panorámicas. Es un destino menos conocido, ideal para quienes buscan algo diferente y tranquilo, sin alejarse demasiado de los grandes atractivos de la región.
🗺️ Mapa imprescindibles de la Provenza
Itinerarios por la Provenza para todos los gustos
La Provenza es una región rica en historia, naturaleza y pueblos con encanto. Ya sea que busques sumergirte en su patrimonio romano, recorrer pueblos con vistas espectaculares o descubrir paisajes naturales únicos, estos itinerarios te ayudarán a aprovechar al máximo tu viaje.
🏛️ Itinerario 1: Ciudades con historia y patrimonio romano
Día 1: 🏟️ Nimes, 🖼️ Arlés y 🎭 Orange
– Nimes: Anfiteatro romano, Maison Carrée y jardines.
– Arlés: Teatro romano y legado de Van Gogh.
– Orange: Teatro romano y arco de triunfo.
Día 2: 🏰 Aviñón y 🎨 Aix-en-Provence
– Aviñón: Palacio de los Papas y Puente Saint-Bénézet.
– Aix-en-Provence: Paseo por Cours Mirabeau, fuentes y mercado local.
🏘️ Itinerario 2: Pueblos con encanto y mercados tradicionales
Día 1: 🏡 Gordes, 🧱 Roussillon y 🛤️ Bonnieux
– Gordes: Pueblo con vistas increíbles y arquitectura tradicional.
– Roussillon: Pueblo de ocres y colores intensos.
– Bonnieux: Calles empedradas y ambiente relajado.
Día 2: 🏞️ Les Baux de Provence, 🎭 Saint-Rémy de Provence y 🛶 L’Isle sur la Sorgue
– Les Baux de Provence: Ruinas y panorámicas únicas.
– Saint-Rémy de Provence: Historia y ambiente artístico.
– L’Isle sur la Sorgue: Antigüedades y canales pintorescos.
🌿 Itinerario 3: Naturaleza y paisajes sorprendentes
Día 1: 💜 Campos de lavanda y 🧡 Colorado Provenzal
– Campos de Lavanda: Aromas y vistas que enamoran (Valensole, Sault o Luberon).
– Colorado Provenzal: Formaciones ocre únicas y senderos.
Día 2: 🛶 Gargantas de Verdon y 🏞️ Dentelles de Montmirail
– Gargantas de Verdon: Cañón impresionante para senderismo y kayak.
– Dentelles de Montmirail: Senderos y paisajes rocosos para los amantes del trekking.
🌊 Itinerario 4: Costa Azul y zonas costeras
Día 1: ⚓ Marsella y 🏖️ Las Calanques
– Marsella: Puerto histórico y barrio de Le Panier.
– Parque Nacional de Las Calanques: Calas y acantilados para recorrer a pie o en barco.
Día 2: 🌴 Niza y 🦩 La Camargue
– Niza: Paseo por la Promenade des Anglais y casco antiguo.
– La Camargue: Flamencos, caballos blancos y paisajes naturales únicos.
🏞️ Itinerario 5: Pueblos medievales y viñedos
Día 1: 🏘️ Lourmarin, 🏰 Séguret y 🏺 Vaison-la-Romaine
– Lourmarin: Pueblo renacentista con ambiente bohemio.
– Séguret: Pueblo medieval con vistas a viñedos.
– Vaison-la-Romaine: Ruinas romanas y casco antiguo.
Día 2: ⛰️ Monte Ventoux y 💜 Sault
– Monte Ventoux: Subida al “Gigante de la Provenza” con paisajes cambiantes.
– Sault: Pueblo tranquilo en el corazón de los campos de lavanda.
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Esperamos que estos 25 lugares maravillosos junto con los 3 itinerarios que te hemos propuesto te sirvan de ayuda para planificar tu viaje por la Provenza. Es una región que nos conquistó hace mucho tiempo y que, cada vez que volvemos, nos sigue sorprendiendo y atrayendo. Por eso, es probable que en un futuro ampliemos este post con más rincones especiales y experiencias que merece la pena conocer.
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me gustaría ver en un mapa la ubicación de los sitios que mencionan para optimizar el recorrido, gracias!!
Hola Matilde! Hemos incluido un mapa al final del post para que te sea más fácil la organización! Un saludo!