Escrito por Gábor Kovács
La provincia de A Coruña, situada en el noroeste de la Península Ibérica, es una caja de sorpresas incluso para quienes ya conocen bien Galicia. No solo cuenta con casi mil kilómetros de costa —entre playas abiertas al Atlántico, acantilados escarpados y tranquilas rías—, sino que también esconde un interior lleno de valles, aldeas de piedra, bosques frondosos y una enorme riqueza histórica y cultural.
Durante nuestro último viaje por Galicia, tuvimos la suerte de recorrer buena parte del litoral coruñés, pero también de descubrir algunos rincones preciosos del interior. Ahora queremos ayudarte a planificar tu ruta y aprovechar al máximo tu visita. Hemos preparado una guía completa con 40 experiencias inolvidables que vivir en la provincia de A Coruña. Desde paisajes naturales impresionantes hasta pueblos con siglos de historia, te llevaremos por lo mejor que ofrece esta fascinante región gallega.
Además de contarte los lugares que merece la pena visitar, también hemos incluido itinerarios de fin de semana y te damos información útil sobre alojamiento, transporte y actividades, para que puedas organizar tu viaje con facilidad.
💡 Consejo útil
Si quieres aprovechar al máximo tu escapada para descubrir los pueblos, playas y paisajes naturales más bonitos de la provincia de A Coruña, te recomendamos planificar algunos aspectos clave antes de salir. Lo más práctico es contar con un coche de alquiler para moverte con libertad entre los distintos rincones de la provincia. Otra opción es alojarte en ciudades como Santiago de Compostela o A Coruña y hacer algunas visitas en excursiones organizadas. A continuación, te dejamos algunos enlaces útiles para organizar tu viaje:
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🏨 Alojamiento: Las mejores ofertas de hotel en la provincia de A Coruña
Excursiones y visitas guiadas populares
🚌 Excursión a Finisterre y Costa da Morte de día completo
🚶 Free tour por Santiago de Compostela
📍 Qué ver en A Coruña – Nuestro Top 10
🕍 1. Santiago de Compostela
Empezamos por una de nuestras ciudades favoritas de Galicia: Santiago de Compostela. Una ciudad a la que siempre volvemos con gusto, no solo por su belleza, sino por el ambiente tan especial que se respira en sus calles. Santiago tiene algo que va más allá de lo monumental: una mezcla de espiritualidad y tradición.
Uno de los momentos más emocionantes es cuando llegas por primera vez a la Plaza del Obradoiro. Si lo haces tras recorrer alguna etapa del Camino de Santiago, el impacto es aún mayor. Allí, la Catedral de Santiago impone, no solo por su tamaño, sino por todo lo que representa. A su alrededor se alzan otros edificios históricos que forman un conjunto único: el elegante Hostal de los Reyes Católicos, antiguo hospital de peregrinos hoy convertido en Parador; el Pazo de Raxoi, sede del Ayuntamiento; el Colegio de San Xerome y el Palacio de Xelmírez.
Para una primera toma de contacto, recomendamos hacer un free tour por Santiago de Compostela, que te ayudará a entender mejor la historia y los secretos que se esconden detrás de sus piedras centenarias.
Pero más allá de los monumentos, lo mejor de Santiago es dejarse llevar. Su casco histórico es un auténtico laberinto de calles con soportales, tiendas de artesanía, tascas con encanto y bares donde probar una buena tapa de pulpo. Pasear por la Rúa do Franco, la Rúa Nova o la Rúa do Vilar es casi obligatorio, al igual que sentarse a descansar en alguna plaza con sabor local como Quintana, Cervantes o Praterías.
Y si tienes tiempo, no te limites al centro histórico. El Parque da Alameda es uno de los rincones verdes más bonitos de la ciudad, ideal para desconectar un rato y disfrutar de una vista preciosa de la catedral entre los árboles. También merece la pena acercarse al Parque de Bonaval, donde se encuentra el Centro Galego de Arte Contemporánea y el Museo do Pobo Galego, perfecto si te interesa conocer más sobre la cultura tradicional gallega.
🌆 2. A Coruña
La capital de la provincia tiene una personalidad muy marcada, que combina tradición marinera con un aire moderno y cosmopolita. A Coruña nos gusta por muchos motivos: su ambiente relajado, su paseo marítimo interminable, sus barrios con carácter y ese toque nostálgico que aportan las galerías acristaladas. Y todo con el Atlántico como telón de fondo.
El gran icono de la ciudad es la Torre de Hércules, el faro romano más antiguo del mundo que sigue en funcionamiento. Subir hasta lo alto y contemplar la costa desde allí es una experiencia que vale la pena. La visita se puede combinar con un agradable paseo marítimo que bordea buena parte del litoral, ideal para caminar, correr o simplemente relajarse con vistas al mar.
En el centro, no dejes de visitar la Plaza de María Pita, con su ayuntamiento de fachada modernista, y pasear por la Avenida de la Marina, con sus galerías blancas que reflejan la luz como si fueran cristales. Es precisamente esta imagen la que le ha dado a A Coruña el apodo de “la ciudad de cristal”.
A Coruña también es una ciudad de playas urbanas. Riazor y Orzán son las más conocidas, muy frecuentadas por locales que se acercan a pasear o a darse un chapuzón incluso en días frescos. Si buscas una visita guiada para orientarte en tu primera vez, te recomendamos este free tour por A Coruña.
Y si te gusta la cerveza, no te puedes perder el Museo MEGA de Estrella Galicia. Es mucho más que una simple fábrica: un recorrido interactivo por la historia de esta emblemática marca gallega, con degustación incluida y propuestas de maridaje que lo convierten en una experiencia muy completa.
🗼 3. El Cabo Vilán y su faro
Situado en el corazón de la Costa da Morte, el Cabo Vilán es uno de esos lugares donde el paisaje habla por sí solo. El nombre no es casual: esta parte de la costa gallega fue escenario de numerosos naufragios a lo largo de la historia, debido a su geografía abrupta y al oleaje constante. Por eso se construyó en el siglo XIX el faro de Cabo Vilán, uno de los primeros en funcionar con electricidad en España.
El faro, situado a más de 120 metros sobre el mar, ofrece unas vistas impresionantes, sobre todo cuando el mar está agitado. Hay algo hipnótico en contemplar cómo chocan las olas contra los acantilados, rodeado del silencio y del viento que azota con fuerza.
Desde aquí puedes seguir alguna de las etapas de la Ruta dos Faros, un sendero que une diferentes puntos clave del litoral entre Malpica y Fisterra. Es una forma excelente de conocer la Galicia más salvaje, lejos de los circuitos turísticos, y descubrir paisajes donde la naturaleza aún impone su ley. Además, en la zona hay pequeñas aldeas donde puedes parar a probar marisco fresco o descansar con vistas al mar.
🏺 4. Castro de Baroña
En el municipio de Porto do Son, al sur de la ría de Muros e Noia, se encuentra uno de los restos arqueológicos más impresionantes de Galicia: el Castro de Baroña. Este asentamiento celta, construido alrededor del siglo I a.C., es uno de los pocos castros costeros que se conservan tan bien en toda la región. Su ubicación es espectacular: está levantado sobre una pequeña península rocosa que se adentra en el mar, lo que ofrecía a sus antiguos habitantes una posición estratégica, tanto para la defensa como para la pesca.
Lo más llamativo del castro es lo bien que aún se pueden identificar las estructuras circulares de las viviendas y las murallas defensivas que rodeaban el poblado. Se estima que pudo albergar una comunidad de hasta 200 personas, que vivían organizadas en unidades familiares dentro de las cabañas de piedra techadas con paja.
Además de su interés histórico, la visita al castro es toda una experiencia por el entorno natural en el que se encuentra. Las olas rompiendo contra las rocas, el viento salado y la sensación de aislamiento dan al lugar una atmósfera muy especial, sobre todo al atardecer, cuando el sol cae sobre el mar y tiñe de dorado las piedras del castro.
Muy cerca, a escasos metros, se extiende la Playa de Arealonga, una cala de arena fina y aguas cristalinas que invita a quedarse un rato más. Si hace buen tiempo, es un sitio perfecto para bañarse con el castro como telón de fondo.
⛪ 5. San Andrés de Teixido y su santuario
En la Serra da Capelada, al norte de la provincia de A Coruña, se esconde uno de los rincones más mágicos y enigmáticos de Galicia: San Andrés de Teixido. Cuenta la tradición popular que “a San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo”, y este dicho sigue vivo en la cultura gallega. Desde hace siglos, el santuario ha sido un importante destino de peregrinación, incluso más antiguo que el propio Camino de Santiago.
El santuario de estilo gótico marinero fue construido en el siglo XII y remodelado en épocas posteriores, pero sigue siendo un lugar de recogimiento con mucho carácter. Se encuentra en un entorno sobrecogedor: frente al mar y rodeado por los acantilados de la costa de Herbeira, que superan los 600 metros de altura, entre los más altos de Europa occidental. Desde aquí, las vistas del océano Atlántico son infinitas y muchas veces envueltas en niebla, lo que acentúa aún más la sensación de misterio.
Más allá del santuario, lo que hace especial este rincón es el ambiente que se respira en el pequeño pueblo de San Andrés. Las casas de piedra, las flores en las ventanas y los puestos donde se venden los tradicionales “sanandresiños” (figuras hechas con miga de pan y pintadas a mano que actúan como amuletos) forman parte del ritual de la visita. Muchos peregrinos también recogen en su camino las herbas de namorar, unas plantas locales asociadas a creencias populares relacionadas con el amor.
🌾 6. Carnota y sus maravillas
El municipio de Carnota, situado en plena Costa da Morte, es uno de esos lugares que combinan a la perfección paisajes naturales, arquitectura tradicional y tranquilidad. Aquí se encuentra la Playa de Carnota, un enorme arenal de más de 7 kilómetros que no solo es la playa más larga de Galicia, sino también una de las más salvajes y fotogénicas. Su forma de media luna y el sistema de dunas y marismas que la rodea forman parte de un ecosistema protegido donde se pueden observar aves migratorias, especialmente en primavera y otoño.
Muy cerca, la Playa de Lariño ofrece un ambiente más recogido, aunque igual de espectacular. En uno de sus extremos se alza el Faro de Lariño, reconvertido en alojamiento, desde donde se obtienen unas vistas preciosas al atardecer. Esta playa también es bastante frecuentada por surfistas por el oleaje constante que llega desde el océano.
Pero Carnota no es solo costa. El Hórreo de Carnota es otra de las joyas del municipio. Con más de 34 metros de largo, es uno de los hórreos más grandes de Galicia y una buena muestra de la arquitectura rural gallega. Estas construcciones tradicionales servían —y en algunos casos todavía sirven— para almacenar grano y alimentos, protegiéndolos de la humedad y de los animales gracias a su estructura elevada y a las losas planas colocadas sobre los pilares.
Para los que disfrutan del senderismo y las buenas panorámicas, el Monte Pindo es una visita muy recomendable. Con 627 metros de altura, se le conoce como el “Olimpo celta” por las leyendas que lo rodean. Desde la cima se obtienen unas vistas espectaculares de la ría de Corcubión, la Playa de Carnota y buena parte de la Costa da Morte.
💦 7. Fervenza do Ézaro
A pocos kilómetros de Carnota se encuentra uno de los paisajes más singulares de Galicia: la Fervenza do Ézaro, una cascada única en Europa por un motivo muy especial: es la única del continente que desemboca directamente en el mar. El río Xallas, que nace en las tierras del interior, encuentra aquí su final vertiginoso, cayendo desde unos 40 metros de altura en medio de un entorno de granito pulido por el agua y el viento.
El acceso al mirador y a la pasarela de madera que permite acercarse al pie de la cascada está perfectamente habilitado, y la visita es gratuita. Si puedes, intenta coincidir con una de las noches en que iluminan la fervenza (habitualmente en verano y fines de semana), ya que el espectáculo nocturno añade un toque mágico al lugar.
Además, desde el mirador de Ézaro, al que se accede en coche por una carretera de curvas que asciende por la montaña, se obtiene una de las mejores vistas de la Costa da Morte, con el cabo Fisterra al fondo, el monte Pindo a la izquierda y la ría de Corcubión bajo tus pies. Un plan ideal para combinar con una visita a Carnota o Fisterra.
🌅 8. Fisterra (Finisterre) y Faro de Fisterra
Hay lugares que tienen algo difícil de explicar, y Fisterra es uno de ellos. Aunque no sea literalmente el punto más occidental de Europa ni de España, su historia, su ubicación y su simbolismo lo convierten en un destino especial. Los romanos lo llamaron finis terrae, el “fin del mundo”, porque creían que más allá solo había océano y oscuridad. Hoy en día, este cabo sigue siendo el destino simbólico para muchos peregrinos que deciden alargar su Camino de Santiago más allá de Compostela.
Desde el centro del pueblo de Fisterra, una caminata de unos 3 km te lleva hasta el Faro de Fisterra, uno de los más conocidos de España. Situado en lo alto de un acantilado, este faro ha guiado durante siglos a los marineros que navegaban por estas aguas peligrosas. Es un lugar perfecto para ver la puesta de sol sobre el Atlántico, sobre todo en días despejados.
A nosotros nos faltó hacerlo caminando, pero en su momento llegamos a Fisterra en autobús después de terminar el Camino. Aun así, nos dejó huella. La sensación de estar al final de algo, con el mar abierto frente a ti, es difícil de olvidar.
Además del faro, en el cabo encontrarás restos de antiguas construcciones militares, una pequeña ermita y varias rutas que bordean los acantilados. Cerca del pueblo, merece la pena acercarse a algunas de las playas vírgenes de la zona como la Praia de O Rostro, amplia, ventosa y salvaje, o la Praia Mar de Fóra, más tranquila y con un entorno natural que invita a desconectar.
Si estás en Santiago y quieres visitar Fisterra sin preocuparte por el transporte, puedes apuntarte a esta excursión organizada a Fisterra y la Costa da Morte, que incluye varias paradas interesantes en el camino.
⚓ 9. Muxía
Muxía es uno de esos lugares que parecen detenidos en el tiempo, donde el mar y la espiritualidad se dan la mano en un entorno natural de enorme belleza. Este pequeño pueblo marinero se encuentra en un rincón privilegiado, justo en la entrada de la Ría de Camariñas, donde las olas del Atlántico rompen con fuerza contra los acantilados. Forma parte de la conocida Costa da Morte, una zona que, pese a su nombre trágico, está repleta de paisajes sobrecogedores y pueblos auténticos.
El Santuario da Nosa Señora da Barca es, sin duda, el emblema del pueblo. Esta iglesia del siglo XVIII se levanta a escasos metros del mar, en un lugar cargado de leyendas y simbolismo. Según la tradición, fue aquí donde la Virgen se apareció al apóstol Santiago sobre una barca de piedra. A su alrededor se encuentran varias piedras sagradas, como la Pedra de Abalar, que antiguamente se decía que se movía sola como señal divina.
Muy cerca del santuario se encuentra el Faro de Punta da Barca, un lugar ideal para contemplar la fuerza del océano en días de temporal y disfrutar de puestas de sol espectaculares cuando el clima lo permite. Muxía también es el punto final alternativo del Camino de Santiago, por lo que es habitual ver peregrinos que alargan su ruta más allá de Santiago de Compostela para llegar hasta este lugar tan especial.
El pueblo conserva su arquitectura tradicional, con hórreos de piedra, casas bajas de pescadores y colmenares típicos. Pasear por sus calles es una forma de conectar con la vida tranquila y sencilla de los pueblos costeros gallegos. Si te apetece descubrir Muxía sin preocuparte por la logística, puedes apuntarte a esta excursión a La Coruña, Muxía y Finisterre desde Santiago que combina algunos de los lugares más representativos de la provincia.
🌄 10. Acantilados da Serra Capelada – desde el Mirador de Vixía Herbeira hasta el Cabo Ortegal
Si buscas paisajes que impongan respeto, los acantilados da Serra da Capelada son de los que te dejan sin palabras. Este sistema montañoso se extiende entre los municipios de Cedeira y Cariño, y alberga los acantilados más altos de la Europa continental, con una caída vertical que llega a superar los 600 metros sobre el nivel del mar. Son incluso más altos que los famosos acantilados de Moher en Irlanda o algunos fiordos noruegos.
El punto más elevado es el Mirador de Vixía Herbeira, situado a 620 metros de altitud. Desde allí se obtiene una vista vertiginosa del Atlántico y de toda la costa recortada que caracteriza esta parte del norte gallego. El lugar también tiene importancia histórica, ya que allí se encontraba un antiguo puesto de vigilancia costera.
El paisaje es tan salvaje como sobrecogedor: pastos donde a menudo verás caballos salvajes, abruptos farallones de piedra y una vegetación resistente que parece aferrarse a la roca. En días despejados, la vista se extiende hasta el infinito, mientras que con niebla o temporal la atmósfera se vuelve dramática, casi mística.
Siguiendo la carretera que serpentea por la sierra se llega al Cabo Ortegal, uno de los puntos más septentrionales de la península ibérica. Su faro blanco y rojo se alza sobre una plataforma que parece flotar sobre el mar. Desde aquí se pueden ver las curiosas Aguillóns, unas formaciones rocosas que emergen del océano y que marcan el inicio geológico del Mar Cantábrico.
🏘️ Pueblos bonitos en A Coruña
🐚 11. Muros
Situado entre la Ría de Muros y Noia, el pueblo de Muros conserva intacto el encanto marinero de épocas pasadas. Su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, es uno de los mejor conservados de Galicia y un lugar perfecto para dejarse llevar sin prisas. Caminar por su laberinto de callejuelas empedradas es como volver atrás en el tiempo: balcones de hierro forjado, soportales bajo los que antaño se vendía pescado y marisco, y plazas con mucho sabor como la Plaza de Santa Rosa o la Plaza de la Pescadería Vieja, donde todavía se respira el ambiente de mercado tradicional.
Entre los rincones más destacados están el curioso Molino de Chacón, el Ayuntamiento que ocupa un antiguo edificio noble, y la sobria pero imponente Iglesia Parroquial de Muros. No muy lejos del centro histórico, puedes encontrar antiguas fábricas de salazón, recuerdo del auge económico que vivió el pueblo en los siglos pasados.
Más allá del núcleo urbano, Muros está rodeado de un entorno natural espectacular. Los montes cubiertos de vegetación contrastan con el azul intenso del Atlántico, ofreciendo paisajes muy fotogénicos. Uno de los lugares más especiales de los alrededores es el Monte Louro, un monte aislado con forma piramidal que domina el paisaje. Allí se encuentra el Faro de Monte Louro, un rincón ideal para disfrutar de vistas sobre la costa y ver atardeceres memorables.
Y si el tiempo acompaña, nada mejor que pasar unas horas en la Playa de Louro, una de las playas más bonitas de A Coruña. Esta playa se encuentra junto a una laguna de agua dulce que forma un ecosistema protegido con flora y fauna muy interesante. La combinación del mar, la laguna y el monte la convierten en un lugar único tanto para bañarse como para dar un paseo largo por la orilla.
🏘️ 12. Noia
Noia, muy cerca de Muros, es otro de esos pueblos con historia marinera y medieval que no deja indiferente. Situada junto a la desembocadura del río Tambre, Noia llegó a ser uno de los principales puertos de Santiago de Compostela en la Edad Media, lo que explica la riqueza patrimonial que conserva.
El casco histórico de Noia, aunque pequeño, es especialmente interesante. Sus calles adoquinadas, las casas blasonadas y los restos de las antiguas murallas te transportan a otra época.
Uno de los edificios más emblemáticos es el Convento de San Francisco, una construcción gótico-renacentista que destaca por su fachada sobria y elegante. Muy cerca se encuentran dos joyas del gótico marinero gallego: la Iglesia de Santa María A Nova, que alberga un cementerio medieval con lápidas muy singulares, y la Iglesia de San Martiño, con su rosetón y su fachada tan característica.
Si te interesa la arquitectura religiosa, no te pierdas tampoco el Claustro del Monasterio de Toxosoutos, del siglo XII, ubicado en las afueras del pueblo, en un entorno natural muy agradable. Además, puedes acercarte al Pazo de los Churruchaos, con su torre defensiva, o a la Fortaleza del Tapal, en la parte alta, que ofrece buenas vistas sobre los tejados del pueblo y la ría.
Noia también es conocida por su ambiente animado, sobre todo en verano, cuando se celebran mercados medievales y fiestas tradicionales que llenan sus plazas de puestos de artesanía, música y gastronomía local.
🐟 13. Corcubión
Corcubión es otro de esos pueblos que han sabido preservar su identidad marinera sin renunciar al paso del tiempo. Ubicado en la comarca de Fisterra, su casco antiguo está lleno de casas con galerías, balcones floridos y piedra bien cuidada, y ha sido declarado también conjunto histórico-artístico.
El ambiente que se respira en el antiguo puerto y en su paseo marítimo es tranquilo y auténtico, ideal para sentarse en una terraza con vistas a la ría y ver pasar los barcos. Lo que más llama la atención es la cantidad de viviendas señoriales que aún se conservan, como el Pazo de Altamira o el Pazo de los Castrexe, vestigios de una época en la que familias nobiliarias y comerciantes enriquecidos construyeron aquí sus residencias de verano.
Entre los monumentos destacados se encuentra el Castillo del Cardenal, una antigua fortaleza defensiva que formaba parte del sistema de vigilancia costera, y dos bonitas iglesias: la Iglesia de San Marcos, del siglo XV, y la Iglesia de Redonda, más pequeña pero muy pintoresca, ambas con ese encanto rural gallego que mezcla sobriedad y belleza.
Además, Corcubión es un buen punto base si estás haciendo el Camino de Santiago a Fisterra, ya que se encuentra muy cerca del final del camino y muchos peregrinos pasan por aquí en su última etapa hacia el faro de Finisterre.
🏖️ 14. Laxe
Laxe es uno de los pueblos con más encanto de la Costa da Morte, conocido por su combinación única de mar, naturaleza y tradición. Situado en una bahía protegida, Laxe ofrece un entorno natural espectacular, con playas amplias de arena fina y acantilados que ofrecen vistas impresionantes al océano Atlántico. Su playa principal es perfecta para quienes disfrutan del mar tranquilo y limpio, ideal para familias y para practicar deportes como el surf o el paddle surf.
El pueblo destaca también por su centro con casas pintadas de colores vivos, que aportan un aire alegre y muy fotogénico a sus calles estrechas y empedradas. Al pasear, no dejes de visitar la Iglesia de Santiago, un edificio románico que refleja la historia religiosa y arquitectónica de la zona. Muy cerca se encuentra el Faro de Laxe, que además de ser un punto de referencia para los navegantes, ofrece un mirador estupendo para contemplar el paisaje marítimo.
Un lugar singular cerca de Laxe es la Playa de los Cristales, conocida por la presencia de pequeños fragmentos de vidrio pulido por el mar, que crean un mosaico de colores en la arena. Esta playa, aunque pequeña, es un atractivo único en la provincia de A Coruña y merece la pena dedicarle un rato para observar sus detalles.
Además, Laxe es un pueblo donde la gastronomía local tiene mucho que ofrecer, con restaurantes que sirven mariscos frescos y platos tradicionales gallegos. Pasear por el puerto mientras ves la llegada de los barcos pesqueros añade un punto de autenticidad a la experiencia.
🌊 15. Malpica y el archipiélago de las Sisargas
Malpica es un pintoresco pueblo pesquero situado en la parte norte de la provincia de A Coruña, que conserva la esencia marinera típica de Galicia. Además de su atractivo puerto, donde se puede sentir el ritmo de la vida cotidiana de sus gentes, Malpica cuenta con joyas arquitectónicas como la Iglesia románica de Santiago de Mens y la Ermita de San Adrián, que aportan historia y tradición al lugar.
Uno de los grandes tesoros naturales de esta zona es el archipiélago de las Sisargas, formado por varias islas pequeñas como la Sisarga Chica, Sisarga Grande y la Malante. Estas islas son un refugio para una gran variedad de aves marinas y otras especies, y su entorno marino está protegido por la riqueza de su flora y fauna.
Para descubrir las Sisargas, la mejor opción es realizar una excursión organizada en barco desde Malpica, que incluye visitas guiadas donde explican la importancia ecológica del archipiélago y sus particularidades. Navegar entre estas islas permite también disfrutar de la belleza del litoral gallego desde otra perspectiva y, con algo de suerte, ver delfines o focas en su hábitat natural.
🌉 16. Ponte Maceira
A tan solo unos kilómetros de Santiago de Compostela, en la ribera del río Tambre, se encuentra el encantador pueblo de Ponte Maceira, considerado uno de los núcleos rurales mejor conservados de la provincia de A Coruña. Su paisaje combina historia, arquitectura y naturaleza en un entorno tranquilo que invita a pasear sin prisas.
El casco antiguo mantiene su estructura tradicional, con calles empedradas y construcciones de piedra que parecen detenidas en el tiempo. El elemento más destacado es A Ponte Vella, un puente medieval que se alza sobre los restos de una estructura romana. Cruzar este puente es como hacer un viaje al pasado, y desde allí las vistas al río y al bosque son impresionantes.
Cerca del puente, se encuentran los antiguos molinos situados en la orilla izquierda del río, que recuerdan la importancia histórica de la molienda en la economía local. También merece una visita la Capilla del Blas, un espacio pequeño pero lleno de encanto, y el Pazo de Baladrón, un palacio rodeado de jardines y vegetación, que refleja la arquitectura señorial gallega.
Ponte Maceira forma parte del recorrido del Camino de Santiago en su extensión hacia Fisterra, lo que lo convierte en una parada habitual para los peregrinos. Este tránsito aporta una atmósfera especial, mezclando el turismo cultural con la espiritualidad y la tradición.
🏛️ 17. Betanzos
El gótico es el estilo arquitectónico predominante en Betanzos, uno de los pueblos con más encanto de Galicia y una de las paradas más destacadas del Camino de Santiago Inglés. Esta villa se encuentra a apenas 20 kilómetros de la ciudad de A Coruña, lo que la convierte en una excursión perfecta para quienes buscan combinar historia, cultura y naturaleza en un solo día.
En Betanzos podrás visitar hasta tres iglesias góticas que reflejan la importancia religiosa y artística de la localidad durante la Edad Media. La Iglesia de San Francisco, con su sobrio interior y su interesante portada, ofrece un espacio de recogimiento y arte. La Iglesia de Santiago es otro de los grandes monumentos que merece la pena descubrir, con su imponente estructura y detalles característicos del gótico gallego. La Iglesia de Santa María do Azogue, situada en la plaza principal, destaca no solo por su arquitectura, sino también por la vida que se respira a su alrededor, con mercados y eventos locales que mantienen viva la tradición.
Además de estas joyas religiosas, Betanzos cuenta con varios pazos históricos que reflejan el estilo de vida de la nobleza gallega en siglos pasados. Muchos de ellos están abiertos al público y permiten conocer detalles de la arquitectura civil tradicional y la historia local.
Betanzos también es conocido por su gastronomía, especialmente por la tortilla de Betanzos, famosa por su textura jugosa y su sabor intenso, un buen motivo más para acercarte a sus bares y restaurantes tras la ruta cultural. Si quieres profundizar más, te recomendamos echar un vistazo a nuestro post dedicado sobre qué ver en Betanzos, donde encontrarás información práctica y sugerencias para organizar tu visita.
🎻 18. Ortigueira
Ortigueira es un pueblo costero que combina de forma única la belleza natural con una arquitectura tradicional muy cuidada, haciendo que su visita sea completa y diversa. Pasear por la calle Real es encontrarse con edificios nobles de piedra que muestran sus característicos balcones de madera tallada, auténticas joyas del patrimonio gallego que reflejan siglos de historia y tradición marinera.
Pero sin duda, lo que más sorprende de Ortigueira está en sus alrededores. El Banco de Loiba es un mirador singular, un banco gigante desde donde las vistas sobre los acantilados y el océano son simplemente espectaculares. Aquí puedes disfrutar del sonido del mar y de la sensación de estar en uno de los puntos con mejores panorámicas de la costa gallega.
Ortigueira es también conocida por su Festival Internacional del Mundo Celta, uno de los eventos culturales más importantes de Galicia, que cada año atrae a músicos, visitantes y amantes de la música tradicional de distintos países. Si tienes la suerte de coincidir con las fechas del festival, la experiencia cultural será inolvidable.
Para los amantes del senderismo, Ortigueira ofrece diversas rutas para caminar entre bosques, acantilados y playas, conectando con la naturaleza en estado puro. Entre ellas, destacan recorridos por la Ría de Ortigueira y senderos costeros que permiten descubrir playas vírgenes y rincones poco concurridos.
Por último, la Playa de Ortigueira es una de las más largas y vírgenes de la provincia de A Coruña. Su ambiente tranquilo y la calidad del paisaje la convierten en un lugar ideal para quienes buscan un baño en aguas limpias sin aglomeraciones.
🍰 19. Melide
Aunque los pueblos de la costa suelen atraer más atención, en el interior de la provincia de A Coruña hay varias localidades que destacan por su patrimonio y su papel en la historia del Camino de Santiago. Melide es un claro ejemplo de ello, un punto de encuentro de dos importantes rutas jacobeas: el Camino Primitivo y el Camino Francés.
Si llegas por el Camino Francés, una de las primeras imágenes que te llamarán la atención será el puente medieval de Furelos, un antiguo paso sobre el río que aún conserva su estructura original y que invita a imaginar a los peregrinos que cruzaron estas tierras siglos atrás.
Melide también destaca por su arquitectura románica, con varias iglesias que merece la pena visitar. La Iglesia de Santa María es una de las más significativas, con su fachada sobria y detalles artísticos que hablan del arte religioso de la región. Por otro lado, el Convento de Sancti Spiritus ofrece un espacio lleno de historia, donde se percibe la importancia espiritual y social que tuvo la localidad en épocas pasadas.
Para entender mejor la historia y cultura local, el Museo Terra de Melide es una visita recomendada. Este museo está instalado en un edificio que antiguamente acogía a peregrinos y ofrece exposiciones que explican la evolución de Melide, su relación con el Camino y su vida cotidiana a lo largo de los siglos.
🐬 20. Cariño
El nombre Cariño ya sugiere que este pueblo tiene algo especial. Situado en un paisaje donde la Sierra de la Capelada domina con sus montañas escarpadas, Cariño es un lugar donde la naturaleza se combina con la historia y la tradición. Las montañas que rodean el pueblo forman un marco ideal para los amantes del senderismo y las vistas panorámicas. Además, sus acantilados son algunos de los más altos de Europa, y desde allí se pueden contemplar playas de arena blanca que contrastan con el azul intenso del Atlántico.
En el casco urbano, destacan la Capilla de la Virgen del Carmen, que tiene un papel importante en las celebraciones locales, y la Capela de San Xiao do Trebo, un pequeño templo rodeado de vestigios arqueológicos que datan de la época romana. Es interesante saber que en estas zonas se han encontrado restos que reflejan la presencia romana, lo que añade una capa de historia al recorrido por el pueblo.
A pocos kilómetros se encuentra el Faro de Cabo Ortegal, un lugar ideal para caminar y disfrutar del paisaje marítimo. Este faro, situado en un promontorio con vistas impresionantes, es uno de los más emblemáticos de la provincia y un punto de referencia para los navegantes. No es raro encontrar fotógrafos y amantes de la naturaleza que vienen a captar la luz y el movimiento del mar desde aquí. Además, la zona es un buen punto para observar aves marinas y otras especies propias de la costa gallega.
⚓ 21. Puerto de Cereixo
El Puerto de Cereixo es una pequeña localidad con una historia que se remonta a tiempos de los vikingos, cuando estas tierras sufrieron ataques y movimientos de poblaciones. Las Torres de Cereixo son testigos de esa época y fueron construidas para defender la ría de Porto, que protegía la entrada marítima. Estas torres, que aún se conservan, permiten imaginar cómo era la vida y las tensiones en esos siglos pasados.
Además de la fortaleza, merece la pena visitar la Iglesia de Santiago, un edificio con elementos arquitectónicos que reflejan la evolución del pueblo a lo largo del tiempo, con detalles que se remontan a la Edad Media. Otro punto destacado es el molino de mareas, un ejemplo de la ingeniosa forma de aprovechar los recursos naturales en la costa gallega. Este tipo de molino utilizaba la energía del agua al subir y bajar la marea para moler grano, y es una muestra clara de la conexión del pueblo con el mar y la naturaleza.
🌺 22. Redes
El encanto del pueblo costero de Redes reside en buena parte en sus casas coloridas, conocidas como indianas, que reflejan el paso de muchos vecinos que emigraron a América y regresaron con fortuna a principios del siglo XX. Estas viviendas con balcones impresionantes y detalles decorativos recuerdan a las indianas de Begur en Cataluña, mostrando cómo la emigración dejó huella en diferentes regiones de España.
El nombre «Redes» tiene su origen en las tradicionales redes de pesca que se han utilizado durante siglos en el pueblo, un reflejo del modo de vida ligado al mar que todavía sigue vigente. A diferencia de otros destinos costeros, Redes ha sabido mantener su autenticidad y evitar la construcción de grandes hoteles, lo que la hace especialmente atractiva para quienes buscan una experiencia más tranquila y genuina.
Esta autenticidad y belleza natural han atraído la atención de varios directores de cine y televisión, que han elegido Redes como escenario para rodajes, aprovechando su atmósfera y paisaje intactos. Pasear por sus calles es respirar una mezcla de tradición marinera y naturaleza, con la ventaja de que aquí se pueden disfrutar actividades al aire libre como paseos por la costa o la pesca local.
🏰 23. Pontedeume
En la entrada del golfo de Ártabro, Pontedeume es uno de esos pueblos gallegos con una personalidad propia que combina historia, mar y tradición. Este pueblo mantiene un aire auténtico de villa marinera, con su puerto pesquero todavía activo, donde el ir y venir de embarcaciones y la subasta diaria de pescado dan vida al muelle. Su casco histórico, con calles estrechas y empedradas, nos transporta a otra época, especialmente gracias a la presencia del Palacio-fortaleza de los Condes de Andrade. Este palacio, con su imponente torreón, es una joya de la arquitectura gótica civil y una visita imprescindible para entender la historia local y la importancia estratégica de Pontedeume en la Edad Media.
Pero no solo eso, el pueblo cuenta con un puente medieval que cruza el río Eume, símbolo y origen del nombre del lugar, y que conecta el núcleo histórico con la parte más moderna. En cuanto a arquitectura religiosa, Pontedeume tiene varias iglesias que destacan por su valor artístico y antigüedad: las románicas San Miguel de Breamo y San Martín de Andrade, que conservan detalles originales, y la iglesia gótica de Santiago, con su atmósfera tranquila y sus elementos arquitectónicos dignos de admirar. Además, el entorno natural que rodea Pontedeume, con la desembocadura del río y el cercano parque natural Fragas do Eume, ofrece rutas de senderismo que combinan historia y naturaleza, ideales para una escapada completa.
🍽️ 24. Mugardos
Aunque Mugardos no sea tan conocido como otros destinos gallegos, guarda un encanto especial que merece la pena descubrir. La fama de este pequeño pueblo suele girar en torno a su Fiesta del Pulpo, una celebración gastronómica que reúne a locales y visitantes para disfrutar de uno de los platos más representativos de Galicia. Para quienes, como nosotros, son amantes del pulpo, planear una visita durante esas fechas es una auténtica tentación.
Más allá de su gastronomía, Mugardos tiene otros puntos de interés que sorprenden por su riqueza histórica. En el Centro de Interpretación de Caldoval podrás conocer un yacimiento arqueológico de época romana, un vestigio que conecta el presente con un pasado remoto y revela la importancia que esta zona tuvo desde tiempos antiguos. Por su tamaño, Mugardos conserva un ambiente tranquilo y acogedor, donde destacan dos fortalezas que marcan su skyline: el Castillo de San Felipe y el Castillo de la Palma. Estas fortalezas, construidas para defender la ría de Ferrol, ofrecen paseos agradables con vistas panorámicas al mar y a la costa cercana, perfectos para quienes disfrutan de la historia militar y el paisaje costero.
Además, su cercanía a Ferrol y a la ría convierte a Mugardos en una base ideal para explorar la zona, combinando naturaleza, cultura y una gastronomía que no decepciona.
🌬️ 25. Cedeira
Situado en la costa norte de A Coruña, Cedeira es un pueblo que sorprende por su entorno natural, especialmente por estar rodeado de algunos de los acantilados más altos de Galicia. Estos acantilados ofrecen panorámicas impresionantes sobre el océano Atlántico, un espectáculo para los amantes de la naturaleza y la fotografía. Cedeira es todavía un destino poco masificado, lo que permite disfrutar de un ambiente tranquilo y auténtico, lejos del turismo de masas.
Su casco antiguo conserva el sabor tradicional gallego, con calles que hablan de siglos pasados y con la Iglesia gótica de la Virgen del Mar como uno de sus principales atractivos. Esta iglesia destaca por su arquitectura y por ser un punto central en las celebraciones y festividades locales. Por otro lado, las casas señoriales construidas por la nobleza gallega dotan al pueblo de un aire histórico que se complementa con el Castillo de la Concepción. Esta fortaleza, que aún conserva sus murallas, fue construida para proteger la costa y hoy es un lugar ideal para pasear y conocer la historia de la defensa marítima en la región.
La Playa de la Magdalena es un espacio natural precioso para descansar, disfrutar del mar y hacer actividades al aire libre. El entorno ofrece también varias rutas de senderismo y espacios para la observación de aves, ideales para desconectar. Cedeira, en resumen, es un destino que combina historia, paisaje y tranquilidad, perfecto para quienes buscan descubrir Galicia más allá de los puntos turísticos habituales.
🌿 Parajes naturales y monumentos interesantes que visitar en A Coruña
🌍 26. Faro del Cabo Touriñán – el punto más occidental de España
Aunque muchas veces se piensa que Finisterre es el punto más occidental de España, en realidad ese título corresponde al Cabo Touriñán. Este cabo marca también el extremo más occidental de la Europa continental. Es un promontorio que se adentra casi un kilómetro en el océano Atlántico, ofreciendo una sensación de aislamiento y amplitud pocas veces igualada.
El paisaje está dominado por el Faro del Cabo Touriñán, que guía a los barcos con su luz constante y es símbolo de la dureza y belleza del litoral gallego. Desde aquí las vistas son impresionantes, especialmente al atardecer, cuando el cielo y el mar parecen fundirse en una paleta de colores cambiantes. Es común encontrarse con un silencio profundo, roto solo por el viento y el sonido de las olas rompiendo en las rocas.
Además, este lugar tiene un significado especial para quienes recorren el Camino de Santiago, ya que muchos hacen una parada para contemplar el océano antes de terminar su viaje en Finisterre o Muxía, dos destinos emblemáticos cercanos. El entorno también invita a dar paseos por los senderos cercanos que recorren acantilados y zonas de vegetación autóctona, ideales para quienes disfrutan de la naturaleza con tranquilidad.
🏄 27. Ferrolterra – capital de surf
Aunque en Surfing The Planet no practicamos surf, reconocemos que la comarca de Ferrolterra es uno de los destinos más destacados para este deporte en toda España. La combinación de sus playas extensas, el oleaje constante y los paisajes naturales la convierten en un punto de encuentro para surfistas de todos los niveles.
Entre las playas más conocidas está la Playa de Pantín, famosa por su campeonato internacional de surf que atrae cada año a los mejores profesionales. También la Playa de Doniños, con su laguna y ambiente tranquilo, es ideal para principiantes y para quienes buscan disfrutar de un entorno natural. A lo largo de la costa, en un radio relativamente corto, encontrarás alrededor de una quincena de playas con distintas orientaciones y características, lo que permite que siempre haya un lugar con olas adecuadas según las condiciones del viento y la marea.
Para los que quieran aprender o mejorar, hay numerosas escuelas de surf donde profesionales ofrecen clases y alquiler de equipos. Además, la zona cuenta con alojamientos y servicios pensados para quienes viajan buscando las mejores olas, por lo que se ha consolidado como una auténtica capital del surf en el norte de Galicia.
🌲 28. Fragas do Eume, un precioso bosque lleno de historia
Cuando pensamos en Galicia, la imagen suele centrarse en sus playas y acantilados, pero su riqueza natural va mucho más allá. El Parque Natural Fragas do Eume es un claro ejemplo de ello. Se trata de uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados en Europa, un espacio verde que parece detenido en el tiempo y que alberga una biodiversidad sorprendente.
Este bosque cubre más de 9.000 hectáreas y se extiende a lo largo del río Eume, creando un ecosistema húmedo donde crecen robles, alisos, abedules y castaños, entre otros árboles. La densa vegetación y los musgos que tapizan sus troncos le dan un aire casi mágico, razón por la que grandes poetas como Lord Byron encontraron aquí inspiración para sus versos.
Además del entorno natural, Fragas do Eume esconde un patrimonio histórico fascinante. En lo alto de una colina se encuentra el Monasterio de Caaveiro, un antiguo monasterio benedictino del siglo X que domina el paisaje y ofrece una panorámica espectacular. Sus piedras cuentan historias de siglos pasados y aportan un punto de interés cultural a la visita.
El parque dispone de rutas de senderismo para todos los niveles, que permiten descubrir cascadas, molinos antiguos y miradores, convirtiéndolo en un destino ideal para quienes buscan contacto directo con la naturaleza y un poco de historia.
🏝️ 29. Las playas descomunales de la Costa da Morte
Hay muchas playas que visitar en A Coruña y ya hemos mencionado varias en este artículo hablando de diferentes pueblos de la provincia. Sin embargo, la Costa da Morte cuenta con un grupo de playas extensas y de gran belleza que merecen un apartado especial. Este tramo de costa es famoso por sus playas largas de arena fina y un ambiente natural poco masificado, ideal para quienes buscan espacio y naturaleza en estado puro.
Entre las playas más conocidas y recomendables están Razo, Baldaio, Caión y Barrañán, que se extienden de oeste a este. Razo es especialmente popular entre surfistas y familias por su gran longitud y buenas olas, mientras Baldaio destaca por su entorno protegido y las dunas que la rodean. Caión ofrece un paisaje más tranquilo, perfecto para paseos largos y disfrutar del mar en calma, y Barrañán, cercana a Oleiros, combina arena con zonas rocosas ideales para explorar en marea baja.
Estas playas, con su amplitud y belleza, son una invitación a caminar, observar aves, hacer picnic o simplemente desconectar en un entorno muy natural. Además, su proximidad a pequeños pueblos con encanto facilita combinar la playa con visitas culturales y gastronómicas. Recorrer esta parte de la Costa da Morte es descubrir un paisaje costero muy característico de Galicia, donde la fuerza del Atlántico se siente en cada ola y brisa.
🏖️ 30. Dunas de Corrubedo
Aunque la costa gallega suele caracterizarse por acantilados altos y rocas, en la zona sur de la provincia de A Coruña encontramos un paisaje muy diferente y sorprendente: las dunas de arena. Las Dunas de Corrubedo forman parte de un parque natural protegido que parece casi una isla de arena entre tanto verde y roca, algo inusual en esta región.
La duna más alta alcanza cerca de 20 metros de altura, y está considerada una de las mayores de la costa atlántica española. En este espacio natural podrás recorrer un sendero señalizado que permite descubrir el contraste entre la arena, las lagunas y la vegetación dunar. Destacan dos lagunas dentro del parque: la Laguna de Vixán, de agua dulce y rodeada de flora variada, y la Laguna de Carregal, que tiene agua salada y es un refugio para varias especies de aves migratorias.
La playa de Corrubedo, al pie de las dunas, es amplia y con arena fina, perfecta para paseos tranquilos, baños y contemplar puestas de sol espectaculares. Además, la zona ofrece buenas opciones para alojarse en los pueblos cercanos, lo que permite aprovechar al máximo la visita a este parque natural. La atmósfera que se respira aquí es muy distinta al resto de la costa gallega, con un aire casi desértico que nos recordó, en cierto modo, a las Dunas de Corralejo en Fuerteventura.
🚶 31. Caminos de Santiago
El Camino de Santiago termina en la ciudad de Santiago de Compostela, situada en el corazón de la provincia de A Coruña. Esto hace que varios itinerarios jacobeos crucen buena parte del territorio provincial, ofreciendo la oportunidad de recorrer caminos llenos de historia, cultura y naturaleza.
Nosotros hemos recorrido un tramo del Camino Francés, concretamente los últimos 50 kilómetros que discurren por la provincia, una distancia habitual para quienes buscan obtener la Compostela oficial. Además, otros caminos como el Camino Inglés —que conecta Ferrol y A Coruña con Santiago— o la ruta desde Santiago hasta Fisterra, conocido como el “fin del mundo” en la antigüedad, atraviesan también numerosos paisajes de esta zona.
Seguir estos caminos es mucho más que un paseo; es vivir una experiencia que combina el esfuerzo físico con la posibilidad de conocer pequeños pueblos, iglesias históricas, bosques y campos gallegos, todo mientras se comparte ruta con peregrinos de todo el mundo. Además, estos trayectos están bien señalizados y cuentan con albergues y servicios, lo que facilita planificar etapas de diferentes distancias según el tiempo disponible.
⛵ 32. Isla de Sálvora
La isla de Sálvora está situada en la entrada de la ría de Arousa, formando parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. Aunque hoy es una reserva natural protegida, hasta 1972 estuvo habitada. En sus orígenes, la isla tuvo un papel importante gracias a una fábrica de secado de pescado que operaba en la zona, y junto a ella se encontraba una pequeña aldea donde vivían los trabajadores. Más tarde, esta fábrica fue transformada en un pazo, y durante décadas la isla permaneció en manos privadas, hasta hace poco más de diez años.
Actualmente, la isla es accesible para los visitantes y destaca por sus espacios naturales bien conservados. Entre sus atractivos, está la Playa do Almacén, una playa de arena fina y aguas tranquilas que invita a un baño relajado. Además, la isla ofrece varias rutas de senderismo que permiten descubrir su interior, donde es posible observar flora autóctona y fauna diversa, como aves marinas y pequeños mamíferos. La tranquilidad del entorno y la ausencia de vehículos hacen que la visita sea ideal para quienes buscan desconectar y conectar con la naturaleza en un entorno protegido. Para llegar, hay que tomar un barco desde el puerto de O Grove o Riveira, opciones que suelen estar sujetas a horarios limitados y condiciones meteorológicas favorables.
🏯 33. Castillo de Santa Cruz – Oleiros
El Castillo de Santa Cruz es uno de esos lugares con encanto cerca de A Coruña que a menudo pasa desapercibido para muchos visitantes. Se encuentra en una pequeña isla conectada a tierra firme por una pasarela de madera, en el municipio de Oleiros, a pocos kilómetros de la capital gallega. Esta fortaleza, construida en el siglo XVII, tuvo la función de baluarte defensivo para proteger la ciudad de posibles ataques desde el mar, especialmente durante los siglos en los que las incursiones piratas eran comunes.
Tras un periodo en manos privadas, el castillo fue adquirido por el Ayuntamiento de Oleiros y se transformó en un espacio cultural. Hoy en día, el recinto alberga exposiciones temporales de arte, eventos culturales y actividades educativas, que se organizan en las salas y casamatas militares restauradas. Además de recorrer estas dependencias históricas, podrás pasear por los jardines que rodean la fortaleza, que ofrecen vistas privilegiadas al mar y a la costa coruñesa. El entorno es ideal para una visita tranquila que combina historia, cultura y naturaleza a poca distancia de la ciudad.
🌸 34. Pazo de Mariñán y sus jardines
El Pazo de Mariñán es una visita obligada para quienes disfrutan de la arquitectura histórica y los jardines bien cuidados. Situado en el municipio de Betanzos, en la provincia de A Coruña, este pazo data del siglo XV y es conocido especialmente por sus jardines, considerados entre los más bellos y cuidados de Galicia.
El jardín principal sigue el estilo clásico francés, con setos de boj recortados en formas geométricas que crean un diseño muy ordenado y armonioso. En él destacan también las palmeras centenarias, fuentes elegantes, esculturas y un laberinto de boj que invita a pasear sin prisas. Los espacios verdes se combinan con paseos sombreados y rincones con bancos, perfectos para descansar y contemplar el entorno. Además, el pazo cuenta con un museo donde se puede conocer la historia de la noble familia que lo habitó y la evolución del edificio a lo largo de los siglos.
El conjunto de pazo y jardines ofrece un plan cultural y natural muy completo, ideal para un día tranquilo fuera del bullicio, a menos de una hora en coche desde la ciudad de A Coruña. También suele albergar actividades y eventos culturales durante el año, por lo que es recomendable consultar su agenda antes de la visita.
🌬️ 35. Estaca de Bares
En el punto de encuentro entre el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico se encuentra el lugar más septentrional de España: la Estaca de Bares. Esta zona destaca no solo por su ubicación geográfica única, sino también por su riqueza natural y su valor para la observación de aves. La corriente que se forma al juntarse ambos mares crea un ecosistema muy especial que atrae a numerosas especies, convirtiéndolo en un destino imprescindible para los amantes del birdwatching en Galicia.
El Faro de Estaca de Bares, un faro histórico con más de un siglo de antigüedad, es un punto emblemático para contemplar la fuerza y el contraste de estos dos mares. Desde sus alturas, las vistas son especialmente impresionantes en días despejados, cuando el horizonte parece extenderse hasta el infinito. Parte del faro se ha adaptado como alojamiento turístico, ofreciendo la oportunidad de pasar una noche diferente y disfrutar de la tranquilidad y el sonido del mar desde un lugar con tanta historia.
Además, la zona alrededor del cabo ofrece senderos para caminatas que permiten recorrer acantilados y calas menos conocidas, ideales para quienes buscan contacto con la naturaleza sin multitudes. Si te interesa la gastronomía local, en los pueblos cercanos podrás probar mariscos frescos y platos típicos gallegos que complementan la experiencia.
🗿 36. Dolmen de Dombate (Cabana de Bergantiños)
En la provincia de A Coruña hay varios dólmenes dignos de visitar, pero el Dolmen de Dombate en Cabana de Bergantiños es uno de los más importantes y mejor conservados de Galicia. Conocido como la catedral de la arquitectura megalítica gallega, este monumento funerario data del IV milenio a.C. y fue utilizado durante más de mil años, lo que refleja la importancia de la zona en la prehistoria.
El dolmen está compuesto por grandes losas de piedra y se conserva el corredor de acceso y la cámara funeraria, lo que permite imaginar cómo se organizaban estas construcciones antiguas. La visita al yacimiento es gratuita y está muy bien señalizada, con paneles informativos que explican el contexto histórico y cultural, lo que facilita la comprensión del sitio incluso para quienes no son expertos.
El entorno del dolmen es tranquilo y rodeado de bosque, lo que hace agradable el paseo. Cerca hay otras pequeñas rutas para descubrir la naturaleza gallega, así como pueblos donde se puede probar la gastronomía local. Es un plan que combina historia, cultura y naturaleza, perfecto para un día de excursión desde la ciudad o desde la costa.
🕊️ 37. Monasterio Santa María de Sobrado dos Monxes
El Monasterio de Sobrado dos Monxes es uno de los complejos monásticos más destacados y mejor conservados de Galicia. Fundado en el siglo X, fue inicialmente un refugio para los peregrinos que recorrían el Camino del Norte, y hoy sigue siendo un punto de referencia histórico y espiritual. Tras haber sido abandonado en el siglo XIX, el monasterio volvió a ser habitado por monjes cistercienses, quienes continúan con la tradición de vida monástica y hospitalidad.
La iglesia barroca del siglo XVII, con su imponente fachada y su interior sobrio pero elegante, es el principal atractivo arquitectónico del conjunto. Destacan también los claustros y los jardines que invitan al recogimiento y a pasear tranquilamente. El monasterio ofrece la posibilidad de realizar visitas guiadas para conocer su historia y arquitectura, así como participar en algunas actividades culturales o espirituales según la temporada.
Muy cerca del monasterio está la Laguna de Sobrado, un pequeño embalse rodeado de naturaleza que se cree fue construido por los monjes. Es un espacio ideal para una caminata ligera o para hacer un picnic en un entorno natural y silencioso. La combinación de historia, espiritualidad y naturaleza convierte a Sobrado dos Monxes en una visita que aporta calma y conocimiento, perfecta para quienes disfrutan de lugares con alma y tradición.
💧 38. Caldeiras del río Castro
Hemos mencionado muchas maravillas naturales a lo largo del artículo, pero las Caldeiras do Castro tienen un encanto especial que merece atención. Se trata de unas piscinas naturales formadas por rápidos y cascadas que bajan por unas rocas escalonadas, creando un paisaje lleno de movimiento y frescura. Este espacio está ubicado en un entorno boscoso donde el agua del río forma varias pozas ideales para el baño en verano, cuando la temperatura invita a refrescarse.
Además de su valor para el ocio, las caldeiras son un ejemplo de la fuerza erosiva del agua en la roca, moldeando formas caprichosas y bellas. Es importante tener precaución si decides bañarte, porque tras lluvias intensas la corriente se vuelve más fuerte y peligrosa. En verano, es un lugar perfecto para pasar el día, hacer un picnic o combinar la visita con rutas de senderismo cercanas.
La accesibilidad es buena, con caminos señalizados que facilitan la llegada desde pueblos próximos. En la zona encontrarás también restaurantes y alojamientos rurales donde alojarte si quieres disfrutar de la tranquilidad del entorno durante más tiempo.
🏯 39. Castillo de Vimianzo
El Castillo de Vimianzo es una joya arquitectónica que destaca entre las fortalezas medievales de Galicia. Construido originalmente en el siglo XIII, ha sido testigo de múltiples episodios históricos y remodelaciones que le confieren un carácter único. Su función principal fue controlar y proteger las rutas comerciales y territorios estratégicos en la comarca.
Este castillo tiene una planta irregular adaptada al terreno y conserva tres torres defensivas, además de la imponente Torre del Homenaje, desde donde puedes contemplar unas vistas panorámicas del patio de armas y las murallas, así como del paisaje rural que lo rodea. La visita es muy recomendable para quienes disfrutan del patrimonio histórico y las construcciones defensivas.
Alrededor del castillo, el pueblo de Vimianzo mantiene tradiciones y ofrece opciones para comer platos típicos gallegos o alojarse en alojamientos rurales con encanto. Cerca también se puede explorar la cultura local a través de ferias y eventos que se celebran en la zona durante el año.
💦 40. Fervenza de San Paio
En el corazón de la naturaleza, entre los bosques de Entrecruces, se encuentra una de las cascadas más impresionantes y menos conocidas de la Provincia de A Coruña: la Fervenza de San Paio, también llamada Fervenza de Entrecruces. Esta caída de agua de aproximadamente 30 metros de altura tiene un perfil de tres saltos sucesivos que caen por un estrecho valle donde el Río Outón fluye con fuerza.
El entorno natural que la rodea es ideal para quienes buscan tranquilidad, senderos para caminar y contacto directo con la flora y fauna local. La zona es especialmente bonita en primavera y otoño, cuando los colores del bosque aportan un contraste visual precioso con el agua cristalina.
Para llegar a la fervenza hay senderos bien señalizados que parten de Entrecruces y que permiten descubrir además otras pequeñas cascadas y pozas cercanas. Por su aislamiento y belleza, la cascada es perfecta para quienes quieren escapar del turismo masivo y disfrutar de un paisaje auténtico y poco transitado.
Si decides visitar esta cascada, te recomendamos llevar calzado cómodo y estar atento a las condiciones del terreno, que puede ser resbaladizo. En la zona hay también alojamientos rurales que facilitan prolongar la visita y aprovechar para recorrer otros atractivos naturales cercanos.
🗺️ Mapa de 40 imprescindibles en A Coruña
🧭 Itinerarios para visitar la provincia de A Coruña
La provincia de A Coruña ofrece una gran variedad de paisajes, historia y cultura que se pueden descubrir en escapadas de fin de semana o en una semana completa de viaje. Desde ciudades llenas de patrimonio como Santiago de Compostela y A Coruña, hasta la naturaleza salvaje de la Costa da Morte, pasando por bosques milenarios, castillos medievales y pueblos marineros con mucho encanto.
En esta sección te proponemos varios itinerarios pensados para que aproveches al máximo tu tiempo, organizados en fines de semana temáticos y también con un recorrido más completo para una semana. Así podrás elegir según tus intereses y disponibilidad, y diseñar un viaje que adapte a tus gustos y preferncias.
🌟 Itinerario 1: Cultura, historia y costa en el corazón de A Coruña
Día 1: Santiago de Compostela y Betanzos
Empieza tu fin de semana en Santiago de Compostela, donde puedes recorrer la catedral, centro del famoso Camino de Santiago, y pasear por sus calles llenas de historia y rincones con encanto. No te pierdas la plaza del Obradoiro y el ambiente relajado de las cafeterías alrededor. Por la tarde, viaja a Betanzos, un pueblo con aire medieval que destaca por sus iglesias y sus calles empedradas. Es un sitio ideal para probar la gastronomía local en algún mesón tradicional y pasear con tranquilidad.
Día 2: A Coruña y Oleiros
Dedica la mañana a conocer la ciudad de A Coruña, con su emblemática Torre de Hércules, que es el faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo. Pasea por el paseo marítimo, la playa de Riazor y visita el Castillo de San Antón, que cuenta con un pequeño museo. Por la tarde, a pocos kilómetros, está Oleiros, donde te esperan el Castillo de Santa Cruz y los jardines del Pazo de Mariñán, un espacio perfecto para una caminata tranquila rodeado de naturaleza y arquitectura señorial.
🌊 Itinerario 2: Costa da Morte y naturaleza salvaje
Día 1: Faro de Cabo Vilán, Fisterra y Muxía
Comienza el día visitando el impresionante Cabo Vilán, con su faro y los escarpados acantilados que forman parte de la agreste Costa da Morte. Desde allí, continúa hasta Fisterra, tradicionalmente considerado el fin del mundo, donde puedes subir al faro y disfrutar de las vistas al océano Atlántico. Por la tarde, llega a Muxía, famoso por su santuario y las formaciones rocosas como la «Barca de Muxía», un lugar cargado de mitos y belleza natural.
Día 2: Carnota, Fervenza do Ézaro y Laxe
En la mañana, visita Carnota, hogar del mayor hórreo de Galicia y con una playa extensa perfecta para caminar. Después, no te pierdas la Fervenza do Ézaro, la única cascada europea que desemboca directamente en el mar, un espectáculo natural que impresiona por su fuerza y entorno. Termina el día en Laxe, un pueblo costero con una playa amplia y ambiente relajado donde podrás pasear y disfrutar de un atardecer tranquilo.
🌲 Itinerario 3: Bosques, castillos y agua
Día 1: Fragas do Eume y Pontedeume
Dedica la mañana a descubrir las Fragas do Eume, uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa, con senderos que transcurren entre ríos, cascadas y una naturaleza exuberante. Por la tarde, visita el pueblo de Pontedeume, con su puente medieval y un casco antiguo lleno de historia y encanto.
Día 2: Castillo de Vimianzo, Caldeiras del río Castro y Fervenza de San Paio
Comienza el día recorriendo el Castillo de Vimianzo, una fortaleza medieval con varias torres y un mirador desde la torre del homenaje que ofrece vistas muy bonitas. Después, date un respiro en las refrescantes Caldeiras del río Castro, piscinas naturales formadas por rápidos y cascadas entre rocas. Por la tarde, descubre la Fervenza de San Paio, una cascada de tres saltos que se encuentra en un entorno boscoso y tranquilo, ideal para un paseo relajante.
🏖️ Itinerario 4: Pueblos marineros y playas de la Costa da Morte
Día 1: Malpica, archipiélago de las Sisargas y Laxe
Por la mañana, pasea por el puerto y las playas de Malpica, un pueblo de pescadores con encanto y buenas opciones para probar mariscos frescos. Si te apetece, puedes hacer una excursión en barco hasta las islas Sisargas, un archipiélago con fauna marina y aves protegidas. Por la tarde, relájate en la playa de Laxe, famosa por sus arenas amplias y acércate a la curiosa playa de los Cristales.
Día 2: Muros y Noia
El segundo día dedícalo a recorrer dos pueblos con mucho encanto. Muros destaca por su puerto activo, sus calles empedradas y la mezcla de historia y vida local. Por la tarde, visita Noia, que conserva un casco antiguo con iglesias interesantes y plazas llenas de vida. Es un buen lugar para acabar el día con una cena tradicional.
🌄 Itinerario 5: Miradores, faros y senderos costeros
Día 1: Acantilados da Serra da Capelada y Cabo Ortegal
Comienza el día visitando el Mirador de Vixía Herbeira, el acantilado más alto de Europa continental, donde las vistas son simplemente impresionantes. Desde allí, sigue hasta el Cabo Ortegal, un rincón perfecto para observar la fuerza del mar y formaciones rocosas únicas. Por la tarde, pasea por el pequeño pueblo costero de Cariño, conocido por su paisaje y tranquilidad.
Día 2: Faro del Cabo Touriñán y Estaca de Bares
El segundo día dedícalo a descubrir dos puntos emblemáticos. Primero, el Faro del Cabo Touriñán, el punto más occidental de la España peninsular, con un entorno salvaje y muy fotogénico. Luego, sigue hacia la Estaca de Bares, un lugar donde se unen el mar Cantábrico y el Atlántico, ideal para rutas de senderismo y observar aves marinas. Un final perfecto para un fin de semana activo y natural.
📅 Itinerario perfecto para 7 días en la provincia de A Coruña
Día 1: Santiago de Compostela
Dedica el día completo a conocer Santiago, la capital histórica y espiritual de Galicia. Visita la Catedral de Santiago, el punto final del Camino de Santiago, y no dejes de recorrer la plaza del Obradoiro. Pasea por las calles del casco antiguo, con sus soportales, plazas y ambiente tranquilo. Prueba la gastronomía local en algún restaurante cerca de la catedral y disfruta del ambiente nocturno con música tradicional.
Día 2: A Coruña y Oleiros
Por la mañana, explora la ciudad de A Coruña: la Torre de Hércules es imprescindible, tanto por su historia como por las vistas que ofrece. Pasea por el paseo marítimo, visita el Castillo de San Antón y disfruta de las playas urbanas como Riazor o Orzán. Por la tarde, dirígete a Oleiros para visitar el Castillo de Santa Cruz y dar un paseo por los jardines del Pazo de Mariñán, un lugar ideal para una caminata relajada.
Día 3: Costa da Morte – Cabo Vilán, Fisterra y Muxía
Este día lo dedicas a la Costa da Morte, conocida por su belleza salvaje y sus leyendas. Visita primero el Cabo Vilán con su faro y los acantilados, un paisaje espectacular. Luego, baja hasta Fisterra, el “fin del mundo” para los peregrinos, donde podrás subir al faro y recorrer su puerto. Termina en Muxía, un pueblo marinero con su santuario y la famosa formación rocosa «A Barca de Muxía».
Día 4: Naturaleza y cascadas – Carnota, Fervenza do Ézaro y Laxe
Mañana en Carnota para conocer su enorme hórreo y la playa, perfecta para pasear o incluso un baño si el tiempo acompaña. Después, dirígete a la Fervenza do Ézaro, la cascada que desemboca directamente en el mar, una joya natural con un entorno ideal para fotos y caminatas. Termina el día en Laxe, donde podrás pasear por la playa y cenar frente al mar.
Día 5: Bosques y castillos – Fragas do Eume, Pontedeume y Castillo de Vimianzo
Mañana dedicada a recorrer las Fragas do Eume, un bosque atlántico con senderos entre árboles centenarios y riachuelos. Luego visita el pueblo de Pontedeume, con su puente medieval y calles con historia. Por la tarde, llega al Castillo de Vimianzo, una fortaleza medieval que se puede recorrer y desde cuya torre tienes vistas bonitas del paisaje rural.
Día 6: Caldeiras del río Castro, Fervenza de San Paio y pueblos cercanos
Comienza el día en las refrescantes Caldeiras del río Castro, unas piscinas naturales formadas entre cascadas y rocas. Después, visita la cercana Fervenza de San Paio, con sus tres saltos y un entorno ideal para un paseo tranquilo. Si te queda tiempo, explora alguno de los pueblos cercanos como Cabana de Bergantiños, donde también puedes visitar el Dolmen de Dombate para conocer un poco de la prehistoria local.
Día 7: Miradores y faros – Serra da Capelada, Cabo Ortegal y Cabo Touriñán
Para cerrar la semana, un día dedicado a los paisajes impresionantes de la costa norte. Empieza en el Mirador de Vixía Herbeira, el acantilado más alto de Europa continental, con vistas panorámicas increíbles. Sigue hacia el Cabo Ortegal, un espacio natural con formaciones rocosas y vistas al Atlántico. Termina en el Faro del Cabo Touriñán, el punto más occidental de España peninsular, con un entorno salvaje y perfecto para caminar y desconectar.
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30 imprescindibles QUE VER en VIGO
Con esto cerramos nuestra selección de 40 lugares imprescindibles que ver y hacer en la provincia de A Coruña. Ha sido un recorrido variado, pasando por playas infinitas, acantilados sobrecogedores, pueblos con alma marinera, bosques mágicos y joyas arquitectónicas que forman parte de la historia gallega.
Como siempre, esta lista no pretende ser definitiva. A Coruña es una provincia tan diversa y llena de rincones sorprendentes que siempre queda algo por descubrir. Seguro que tú también tienes algún lugar especial que añadirías. Nosotros ya estamos pensando en volver para seguir conociendo más a fondo esta tierra que nunca deja de sorprendernos.
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